Partida Rol por web

Finalmente os encamináis a una de las tiendas de comestibles que hay en Chinatown. La gente desde que entráis en esa zona os mira muy raro, como si fuérais turistas, pues no suelen haber occidentales en este lugar. Finalmente llegáis a una tienda pequeña, con cosas de comida y bebida tanto de marca china como americana. El tendero os recibe con una sonrisa de cordialidad pero con una mirada inquisidora.

- Hola folastelos, ¿qué desean?.- estaba claro que os llamaba forasteros porque no erais orientales.

Jonathan pone su mejor sonrisa y se dirige al amable chino.

-Yo quería un Smoothie de remolacha, zanahoria y cítricos. No me lo envuelva. Es para ir tomando...y si me vuelves a llamar "folastelo", lo vas a lamentar.

Wellan no habla, se queda al lado de la puerta y se dedica a escrutar con la mirada, primero la tienda y luego la calle, en busca de lugares desde donde se pueda haber tendido una emboscada.

Entro en la tienda detrás de mis compañeros, usando sus sombras para pasar desapercibido. Wellan se queda atrás, en la puerta, yo me acerco a una viga de la que pende un expositor de patatas fritas con letras orientales y me fundo en el entorno como un camaleón.

O eso creo yo, aunque la verdad es bastante más deprimente, pero yo la ignoro con persistencia, que para eso molo más que nadie y todos lo saben.

Tal y como es mi costumbre, no desvelo mi posición interviniendo en la conversación hasta después que lo haya hecho los demás, para causar más efecto con la entrada en escena.

Entré en la tienda con paso seguro y casual, pero sin perder detalle de nada de lo que pudiera pasar adentro. El chino nos dedicó una sonrisa que devolví con otra encantadoramente enveneneda - un paquete de donuts y una cerveza - le pedí con falsa amabilidad. No me fiaba mucho de aquella gentuza, por lo que preferí pedir cosas envasadas que no pudieran haber envenenado fácilmente.

Mientras me lo traía, miré con despreocupación alrededor, pero posando mi ojo crítico en cada rincón - qué buen día, ¿verdad? ¿Qué tal os va el día? ¿Mucha clientela? Por tu sonrisa y tu ''folastelo'', diría que no estñas acostumbrado a los de fuera - procuré que mis frases parecieran de lo más normales.

El chino os trae lo que pedís.- Son die dólales, a... amigos...- dice para no desencantar a Jonathan, ya que había entendido perfectamente la amenaza.- Clalo que no estoy acostumblado, no hay gente occidental que entle nolmamente en chinatown...- dice sin perder la sonrisa... aunque incómodo.

Observas que la calle está llena de mucha gente, prácticamente en cualquier lado se podría hacer una emboscada, ya que es una calle muy estrecha llena de comercios, pubs y discotecas de temas orientales.

Con respecto a la tienda, no observas nada en especial, ni armas, ni seguratas... no hay nadie más que vosotros dentro, y el hombre parece un tío bonachón.

Emergiendo desde mi escondite casi perfecto, agarro una bolsa de patatas fritas, que resulta que es pan de gambas envasado como si fueran Lays.

- Eh, mira Lee. ¿Quieres ver algo que mola de verdad? Mira, mira... Ahora las ves, ahora nos las ves. - Y con un movimiento molón, hago desaparecer la bolsa. - Y ahora, presta atención y guárdame la ropa, ¿me oyes? Ahora me ves y ahora no me ves. - Doy una vuelta sobre mí mismo e inexplicablemente mi abrigo y sombrero caen al suelo como si yo hubiera desaparecido completamente.

Lo cierto es que con un movimiento de distracción supercool he confundido los sentidos del viejo y me he colado en la trastienda sin que nadie me viera. Lo cierto es que he aprovechado que el chino miraba las berzas de nuestra compañera y mandamasa Alexa para escurrirme p'adentro.

- ¿A que es bueno? - le digo al chino, mientras el señor sombras hace su truco. Mientras hablo, echo los hombros atrás y el pecho delante, y me pongo una mano en la cadera, dejando que mis pechos reboten un poco de manera casual delante de los ojos del chino - y dime, guapo, ya que no tienes muchos clientes de fuera, ¿tienes muchos clientes chinos importantes?

Jonathan comenzó a tomar su smoothie disimuladamente mientras intentapa jispear algo en la parte de atrás de la tienda a ver si veía algo raro. Algo que le diese una idea de lo que realmente se hacía en aquella tienda mientras esperaba a que el chino contestase a Alexa.

El chino responde, sin poder apartar la mirada de los encantos de Alexa.- Muchos, muchos... toda chinatown viene a complal.- dice asintiendo la cabeza.- ¿Pol qué sabel?.- Estaba demasiado distraído como para prestar atención a Shadow, que se escurre

- Qué bien - le sonreí dulcemente, poniendo una voz acaramelada mientras hablaba - sí que eres una persona importante. Es que tengo una amiga por aquí, y no sé dónde vive. Hace taaantos años que no la veo, que me muero por saludarla. Tal vez tu la conozcas, se llama Chi Yuang.