La clínica se veía más gris que nunca. Hacía mucho frío, por lo que llevaba algunas frazadas para los niños que estaban internados. Como siempre estaba haciendo doble turno, no necesitaba dormir mucho y además por alguna razón había cada vez más niños enfermos.
- Te ves muy bonita susy- le dije a una chica con cancer, 10 años y ya tenía cancer. Designios de Dios que no debía cuestionar, eso era lo más díficil. - ten te traje este unicornio, lo encontré mientras ordenaba el atico.
En un pueblo pequeño la mayoría de los pacientes eran ambulatorios, gripes, neumonías y esas cosas. A veces llegaba gente de las afuras. Pero Susy era diferente, ella pertenecía a este pueblo y parecía estarse muriendo con él. Me recordaba mi alma de ángel de la guarda por lo que nos habiamos hecho amigas.
- Le llevaré frazadas al resto, nos vemos en un rato.- ella asintió, sonriendo. Una sonrisa triste y casi sin vida.
Susy te mira cuando te alejas, concentrándose sobre el peluche que le habías entregado, levemente sonriente juega con el.
Los pasillos ofrecían un aspecto lúgubre, demasiado tétrico para tu gusto, sientes como un escalofrió recorre tu cuerpo, algo extraño se estaba acercando hacia ti, volteas y no había nadie mas que soledad y frío, mucho frío.
Sigues tu camino y oyes risitas lejanas, risitas de niños que enmudecían casi al mismo instante en el que se hacían presentes.
Tu corazón palpita, era un fenómeno demasiado extraño.
Sigues tu camino, repartiendo las frazadas entre los enfermos de neumonia, ambos muy ancianos, casi al borde de la muerte, un hombre y una mujer cuyas camas estaban divididas por una mampara casi transparente, oyes como la mujer tose fuertemente, casi perdiendo sus pulmones durante ese acto, vas para mirarla y su rostro se torna pálido, deforme, maléfico y atemorizante, suelta una carcajada mientras se levanta, sueltas un grito, retrocedes y te topas con el tórax de Jhony, el doctor de turno quien te mira extrañado, te sujeta de los brazos y te habla.
- ¿Que te pasa Lunaria? ¿todo bien? - si volteas de nuevo hacia la anciana, esta estará acostada, durmiendo plácidamente -
La vida humana me estaba haciendo más debil y más impresionable también. Normalmente solo me preocupaba de los niños pero una enfermera me pidió que fuese a la habitación de unos ancianos. No me gustaban, había algo en la vejez que yo nunca alcanzaría que me perturbaba. Cubrí al anciano y me di la vuelta para cubrir a la anciana que tocía de una manera terrible. Probablemente no le quedaba mucha vida.
Me acerqué para ver que tal estaba y mi corazón se detuvo en ese instante por una visión horrorosa que en otra vida no me hubiese afectado pero ahora me hizo soltar un grito ahogado. Solo la calidez de otro ser humano y su voz pudieron calmarme un poco. Al mirar a la anciana de nuevo me di cuenta de que no tenía nada raro. "Estaré alucinando?" pensé temblorosa temiendo perder la cordura a causa de esta vida.
- Yo solo... vi una araña enorme allí en la pared- dije apartandome un poco nerviosa- no te preocupes solo fue un tonto miedo infantil.
Mentía no le temía a las arañas, de hecho había pocas cosas que me asustaban, no era cualquier persona despues de todo. Me sonrojé avergonzada por mostrar debilidad, pero pronto mi temple me ayudó a calmarme.
El joven doctor te sonríe levemente, te suelta ambos brazos, te examina con la mirada y habla dulcemente.
- Se que necesitas dinero Lunaria, pero por favor, vete a tu casa, descansa un poco y no te preocupes...en casa hay un velorio y no me agradan los funerales, me quedare aquí y cubriré tu turno, sin problemas...eso si me debes una - vuelve a sonreír, pero su rostro se palideció ante un súbito grito femenino que se hizo escuchar hasta ese lugar, te mira y de nuevo te dirige hacia la entrada de la clínica -
Ambos salen y se percatan que la gente comienza a juntarse frente al minimercado, Jhony te mira y te habla.
- Vamos Luni, vete a casa o mejor, vete a ver que ha pasado en ese lugar, luego me lo cuentas y quedamos a mano - te guiña el ojo y te sonríe afablemente -
Irme no era algo que me gustara, aunque la clínica fuera lugubre, me mantenía tranquila como si con ello pagara por los pecados cometidos. "A mi tampoco me gustan los funerales" pensé para mi misma, la única vez que fui a uno fue para ser encontrada.
- No hago esto por el dinero y lo sabes.- sonreí apenas- además no creo que sea justo dejarte solo aquí.
Esa hubiese sido mi última palabra de no haber escuchado un grito que me erizó hasta el más pequeño de mis cabellos. Ya estaba sensible por la visión de hace un rato. Creo que lo mejor sería hacerle caso al doctor, me dije a mi misma, por mucho que el trabajo fuera importante, tenía que saber que pasaba allá afuera.
- Vale aceptaré tu consejo, ya luego te digo que pasó. Nos vemos y por favor cuidate.- le dí un beso en la mejilla a modo de despedida y salí casi disparada del hospital, apenas y alcancé a buscar mi bolso y a guardar mi bata.
Caminé rapidamente hacia el mercado apartando a la gente para poder ver que pasaba. Con permiso les decía mientras con leves empujones los sacaba del camino para así llegar al frente.
Te dirijes al lugar y llegas al minimercado, una pequeña muchedumbre alargaban sus cuellos para tratar de ver que pasaba, te haces paso hasta chocar con un joven apuesto, empleado de la fabrica, de gran musculatura y tez cobriza, ambos se miran y avanzan juntos hasta aquel lugar, escena de un espectaculo macabro.
Una muchacha, empleada del minimercado estaba llorando sobre el pecho de uno de otro empleado quien atonito se fijaba en el cuerpo inerte y sangrante de un hombre no mayor a los 30 años, este iba vestido con una chaqueta de jean y unos pantalones con del mismo material.
Iba boca abajo, con un enorme hueco en su craneo y un gran charco de sangre rodeandole como un aura bizarra y de mal gusto.
Un par de policias llegan al lugar, estos piden que todos se retiren menos a los empleados. Un policia te mira y te habla.
- ¿Puede examinarlo doc? -
Seguí al muchacho que por su uniforme supuse trabajaba ahí. Aunque realmente no era a él a quien prestaba atención. Había sucedido algo malo, eso estaba claro pero el asunto era que. No fue necesario hacerme muchas preguntas cuando vi el cadaver ensangrentado tirado en el suelo. Me sorprendió lo morbosa que podía ser la gente, observando algo así como si fuera un espectaculo. Lo observé por momentos para tratar de descubrir como demonios había terminado así, una bala quizás.
Fue entonces que la policía me habló, me reconocieron, después de todo en la clínica no eramos muchos quienes atendiamos.
- Pues siendo sincera mi diagnostico es que está muerto- No sonreí, me mantenía seria e impavida. - también puedo deducir que se murio por ese gran orificio en su craneo y la perdida de sangre que eso provocó.
Me incliné para mirarlo más de cerca procurando no tocar nada que pudiese arruinar la escena.
- Creo que no hay mucho que el cuerpo en si pueda decirnos.- sentencié lamentando no ser más útil.- quizás podrían preguntarles a estas personas que pasó.
El policía anota tu observación, luego te habla.
- Pues seria bueno que nos siga para tomarle la declaración completa doc, para tener constancia de lo que usted nos dice - sonríe y luego habla a una muchacha pelirroja que ahí se mantenía parada y atónita, le repite casi las mismas palabras que te dijo a ti.
- Señorita, usted es una testigo y me temo que debo tomarle la declaración, por favor sígame - mira a los empleados y dice - ustedes cambien vienen conmigo -
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- Por favor damas y caballeros, ayudemos a los oficiales a realizar su trabajo, muy pocas veces hemos sido afectados por este tipo de crimen y por ello, solicito que colaboren...vayan a sus casas y ya nos encargaremos de informarles del caso mediante el periódico local - dijo tranquilamente, pero de tal manera que los lugareños comenzaron a alejarse del lugar, entre cuchicheos, pero sin queja alguna -
El anciano te mira y alterna la mirada entre otras personas, se te acerca y te dice de manera misteriosa.
- Por favor, acompáñeme...necesito hablar con usted - luego se dirije a otras personas y les habla con el mismo secretismo que a ti -
El policía lo mira y no dice nada al respecto.
- Yo apenas llegué estoy segura de que su medico forense será mucho más útil- digo con cierta frialdad alejandome de los oficiales. Me alegro de que por fin alguien venga a poner orden. Asiento sin decir nada y sigo al Señor Harry.- Espere le daré un mensaje a mi padre- dije acercandome a los policias- podrían decirle a Papá que hoy tardaré un poco, que no se preocupe todo está bien.- volví a seguir al señor harry
mi padre es policia.