Partida Rol por web

¡Se desata la acción! Hitmol descuelga su ballesta y la prepara para poder atacar. Urik por su parte saca dos de los cilindros explosivos, yesca y perdernal y empieza a prepararse a encenderlos. Por su parte, Nyll conjura con sus palabras un hechizo sobre (tiro al azar, interpretando "el primero que vea" como uno de los dos de delante) Tódiah. Pero no parece tener ningún efecto, pues el sacerdote parace seguir actuando sin restricción alguna.

De inmediato, uno de los hombres de Thódia (Z4) avanza hasta la vanguardia del combate y ataca, usando su espada, a Reshark. Sin embargo su golpe falla estrepitosamente, estrellándose contra la pared junto al explorador. El hombre gruñe de frustración y se prepara para el previsible contraataque. Un segundo compañero (Z3) se une al ataque, este centrando su golpe en Urik, pero con idénticos resultados que su anterior compañero.

Jathor, al sacar precipitadamente su arco, lo deja caer al suelo junto con la flecha que ya estaba preparando. Entretanto, Tayyip desde la retaguardia lanza un hechizo. Un proyectil brillante sale disparado de su mano, impactando directamente en el sacerdote zargonita. Este ruge de dolor y grita alguna maldición que ni Hitmol consigue traducir.

Tancred, dejando su posición junto a Tayyip, se lanza directo al frente del combate y le clava su nueva arma en el vientre a uno de los enemigos. Este pone una mirada de extraña sorpresa antes de caer inerte al suelo.

El siguiente en actuar es precisamente el sacerdote, quien alza una mano, reza una breve plegaria... y aparentemente nada ocurre, hasta que Nyll nota algo a su espalda. ¡Una terrible rata de dos pies de largo y ojos rojos que brillan como ascuas ha aparecido como de la nada y le muerde en la retaguardia!

En ese momento, Ellidian...

Urik despues de lanzar sus cilindros , sacara su estoque y si puede ensartara lo que tenga delante ...

Ellidian se ve de nuevo acorralada en un combate, sin hueco por el que pasar para combatir. Sus compañeros lo hacen por ella, pero de repente, escucha el chirriar de un animal de cloaca. ¡Una rata! Girándose sobre sí misma, busca un hueco sobre las cabezas de sus compañeros (Heroineus le dio una altura considerable para ser mujer) o entre ellos, para señalar a la rata tan cercana de Nyll y Tayyip y gritarle - ¡Quieta!- La rata, como si estuviera hipnotizada, se queda totalmente estática en mitad de un movimiento.

Reshark, sacando sus dos espadas, ataca al enemigo que tiene justo delante. Es suficiente con el golpe de su espada bastarda para derribar a este enemigo. La flecha de Thelonius vuela hacia la rata, atravesándola y matándola.

Reshark blande ambos aceros, haciendolos girar en una rápida maniobra, lanzándolos contra su enemigo. Su espada bastarda se clava en la pantorrilla del enemigo pero aún así no le hace caer, por lo que el corto acero intenta rematarle pero parece que el golpe recibido en el hombro le ha dejado más resentido de lo que pensaba. Ellidian grita para hacerse oir por encima del tumulto de la batalla quizá necesitemos enseguida que pidas sanación a tu dios para nuestras heridas. Hitmol, Nyll, centraros en el sacerdote.

Aprovechando que su enemigo baja la guardia al clavarle la bastarda en la pierna, Reshark clava el acero más corto con fuerza en el pecho del sirviente del sacerdote, haciendole caer al suelo entre estertores, ahogandose.

Que desperdicio de flecha, en una simple rata. Vista de lejos parecia mas atermorizadora. No creo que siquiera Nyll me necesitara para encargarse de ella. Bien, sigamos a lo nuestro. Espero no echar en falta mas adelante las flechas tomo otra flecha del carcaj y vuelvo a apuntar, al sarcerdote zargonita a ver si consigo desconcentrarle e impedir que nos putee con hechizos. Tenso el arco y disparo con elegancia

Tancred vuelve a intentar golpear al enemigo que tiene delante trazando un arco transversal impactando en el nuevo enemigo que aparecio delante suya - Lo tendremos encuenta Hermana

Hitmol asoma la cabeza entre Ellidian y Jathor y dispara con la ballesta previamente cargada al extraño sacerdote de Zargon, parece que hoy es su día de suerte pues el virote va directo hacia su objetivo. Sin fijarse si impacta o no, carga de nuevo la ballesta preparándola para un nuevo disparo.

Jathor agarra apresuradamente el arco que se le ha caído al suelo, e intenta disparar la flecha, apuntando a uno de los servidores del sacerdote que se han colocado en la línea del frente. Su disparo sale desviado por muy poco.
¡Dejar un hueco cuando necesitéis relevo! Urik, tal vez estarías mejor disparando desde atrás!- les dice a los compañeros que luchan cuerpo a cuerpo.

Hitmol asoma la cabeza entre Ellidian y Jathor y dispara con la ballesta previamente cargada al extraño sacerdote de Zargon, parece que hoy es su día de suerte pues el virote va directo hacia su objetivo. El sacerdote lanza un grito de dolor por el impacto, que le ha atravesado el hombro.

Urik ha terminado de encender sus proyectiles y los lanza. ¡Ay, por el panteón Cynidiceano! Los petardos no consiguen llegar tan lejos como deseaba y acaban a los pies de los primeros atacantes... ¡donde podrían afectar también a algunos compañeros!

Nyll golpea a la rata hasta que no queda de ella más que un montón de pellejo y pulpa, mientras Jathor agarra apresuradamente el arco que se le ha caído al suelo, e intenta disparar la flecha, apuntando a uno de los servidores del sacerdote que se han colocado en la línea del frente. Su disparo sale desviado por muy poco.

El sacerdote zargonita no ve la situación muy a su favor, más bien al contrario. Así que da media vuelta ¡y echa a correr por el pasillo, gritando!

Reshark blande ambos aceros, haciendolos girar en una rápida maniobra, lanzándolos contra su enemigo. Su espada bastarda se clava en la pantorrilla del enemigo pero aún así no le hace caer. Aprovechando que su enemigo baja la guardia al clavarle la bastarda en la pierna, Reshark clava el acero más corto con fuerza en el pecho del sirviente del sacerdote, haciendole caer al suelo entre estertores, ahogandose.

Tayyip da un paso adelante, pronuncia una imperativa palabra mientras suelta algo de arena en el aire... ¡y tres de los enemigos caen redondos al suelo, como si estuvieran inconscientes o muertos! Por su parte, Tancred corta de cuajo la cabeza a su enemigo más cercano. Thelonius intenta alcanzar al sacerdote mientras este huye, pero en vano. El último de los hombres del sacerdote en pie, sigue a su líder y desaparece también tras la esquina.

Hitmol dispara con la ballesta hacia el zargonita del fondo, aunque su disparo es demasiado precipitado y va a parar al fondo de la pared tras rozar por el techo del pasillo. Tras su mal disparo, y al ver que Urik ha lanzado los petardos, corre entre sus compañeros para dejar que el resto pueda retroceder.

Al ver los petardos a punto de explotar, Jathor da un paso adelante, y agarrando a Reshark y a Tancred de las ropas, tira con fuerza hacia atrás, intentando apartarlos del área de la explosión.

Jathor consigue apartar unos pasos a Reshark y a Tancred, cuando los petardos explotan, pero ese movimiento le ha expuesto a la metralla proveniente de los explosivos, que alcanza al bárbaro en su costado derecho, dejándole una fea marca de quemadura.

Reshark, gracias a la ayuda de Jathor, consigue rotar hasta quedarse a la espalda del bárbaro, quedando cubierto inconscientemente por la espalda de éste.

Al pasar la explosión, agita la cabeza para intentar liberarse de ese pitido y corre para acabar con la vida del zargonita que yace en el suelo, saltando y lanzando los aceros contra él mientras grita sin darse cuenta al no poder escucharse. ¡EL SACERDOTE! ¡QUE NO ESCAPE EL SACERDOTE!

Con el estridente sonido las cenizas, una lluvia de virotes caen en la espalda de la clérigo, que resentida por el dolor aprieta los brazos de Tayyip con furia.

Al escuchar a Reshark, un ímpetu instintivo le hace correr en la dirección en la que escapo, espada en mano y dejándo la estela fugaz de un mandato que se escapa mientras corre - ¡Que alguien me acompañe!

Urik maldice entre dientes su mala punteria .... aunque consigue evitar la explosión , esta no ha provocado lo que él queria que era tirarlo al fondo del pasillo ...

Lo siento no llegue donde queria tirarlos .... se lamenta y se disculpa a sus compañeros

despues sale hacia donde se han escapado a ver si consigue alcanzarlos ...

Tancred intenta evitar el daño recibido - ¡LA MADRE DEL CORD...! - grita el paladin asustado por la repentina explosion

Hitmol dispara su ballesta al llegar a la esquina donde rápidamente dispara su ballesta, cuyo virote impacta al sacerdote en la espalda al estar éste despreocupado por los ataques. Tras ello, con un rápido movimiento saca la daga y corre tras él, aún sin saber si ha aguantado el golpe.