No, sea cual sea el resultado me hare el mueto hasta que me ignoren, con la excepcion si alguien viene a rematarme
Para fingir tu muerte haz una tirada de Apariencia + Expresión. Será enfrentada a Astucia + Alerta tanto de Boadika, como de Flavio, como de iaccetanos, como de romanos (como de Makeda, si sigue por ahí).
Esa sucia arpía no solo no lo atacaba, sino parecía guardar un as bajo la manga, solo quería entretenerlo, el sonido de cuernos lo preocupo, pero fue el grito desgarrado lo que acabó aterrorizandolo, no tenía confirmación de que fuera ella, había más guerreras entre su huestes, pero algo le decía que era ella, su ancla, su dolor, su ira.
Respondío al grito con un aullido de ira, de dolor y lamento, era la orden para Llop, ya todo daba igual, lanzó al lobo y se coordino con él, iba a desgarrar el cuello de su rival, si no con las garras con sus colmillos, después cargaría hacía los nuevos cuernos, acabando con todo lo que se cruzase en su camino, la idea era liberar la presión de los suyos, aguantar el mismo tanta carga como pudiera, para que ellos aguantasen en una retirada.
Si ella había caido, le daba igual no salir de ese campo de batalla, pero el sería la guadaña en un campo de muerte, caería cobrandose cuantas presas pudiese, y no desperdiciaría ni un solo resquicio de esfuerzo en nada que no fuera tajar, cortar, morder y desgarrar. La bestia interior clamaba por salir, como durante todos estos años, lo que lo había contenido hasta ahora, su dulce guerrera, su consejera, bien podía estar muerta, o en peligro, sus guerreros, destrozados por la ambición de Roma y los tejemanejes de una sibilina consejera, lo necesitaban, y no podían permitirse que el miedo a perder el control de Amusico lo frenase, necesitaban al alfa, a la máquina de muerte, pero tampoco podía fallarle a ella, por lo que dejo salir a la bestia, furibunda y sedienta, aunque pugnó por no soltar las riendas, como un jinete que cabalga a un caballo de batalla demasiado excitado.
Motivo: ataque
Tirada: 7d10
Resultado: 6, 6, 4, 6, 2, 5, 5 (Suma: 34)
Motivo: daño
Tirada: 4d10
Resultado: 10, 7, 8, 10 (Suma: 35)
Motivo: absorción
Tirada: 7d10
Resultado: 1, 3, 2, 8, 1, 4, 6 (Suma: 25)
Motivo: Fingir
Tirada: 4d10
Resultado: 9, 1, 7, 4 (Suma: 21)
Gastando uno de voluntad... en realidad el objetivo de mi engaño son los soldados, a los vampiros ya supongo que sera mas dificil engañarlos
Flavio seguía inmerso en la batalla cuando vio al malkavian frente a él.
- ¡Enfréntate a mi si tienes valor! Perro ibero... -
Justo cuando iba a atacar, percibió el guiño del malkavian. Había algo que se le escapaba...
Optó por cargar contra él, en dirección a lo que fuese que hubiera detrás
Motivo: Per+al
Tirada: 5d10
Dificultad: 8+
Resultado: 8, 2, 1, 9, 6 (Suma: 26)
Exitos: 2
El Magistrado se hizo el muerto cuando el Centurión cargó hacia él. Aunque los mortales no podían saberlo, los vástagos sí sabían que al sufrir la Muerte Definitiva un cainita se convierte en cenizas. Era obvio que fingía.
- ¡Al fin os reveláis como los traidores que sois!
Un humo y un fuego comenzó a besar las paredes del Salón del Pueblo. Ahí estaba Boadika, blandiendo una antorcha y reduciendo a cenizas lo que apenas quedaba de su querida ciudad. Tanto romanos como iaccetanos abandonaron en desbandada el lugar. La victoria romana era total, sin apenas bajas.
Quienes no habían podido abandonar todavía eran el Malkavian y el Ventrue. La caudilla iaccetana se interponía entre ellos y la salida. Tenía en la mirada la determinación de una mujer que se ha resignado a morir antes de verse esclavizada por un pueblo invasor.
Asmóbal se movió veloz como una serpiente, con la cara desencajada por la furia. Trató de golpear varias veces a Amusico, antes de que éste clavara sus garras en un costado del cartaginés. Un lance casi fortuito, en el cual sufrió daños realmente dolorosos. Asmóbal lo miró a la cara, cabalgó el frenesí y se dejó llevar, sabiendo que quizá sería la última acción de sus noches.
Motivo: Ataque Asmóbal 1
Tirada: 7d10
Dificultad: 6+
Resultado: 39 (Exito) [1, 8, 9, 6, 3, 9, 3]
Motivo: Ataque Asmóbal 2
Tirada: 7d10
Dificultad: 6+
Resultado: 37 (Exito) [7, 7, 2, 1, 9, 9, 2]
Motivo: Ataque Asmóbal 3
Tirada: 7d10
Dificultad: 6+
Resultado: 41 (Exito) [8, 9, 4, 2, 8, 9, 1]
Motivo: Ataque Asmóbal 4
Tirada: 7d10
Dificultad: 6+
Resultado: 45 (Exito) [3, 8, 8, 7, 3, 10, 6]
Motivo: Daño 1
Tirada: 5d10
Dificultad: 6+
Resultado: 19 (Exito) [7, 8, 1, 1, 2]
Motivo: Daño 2
Tirada: 5d10
Dificultad: 6+
Resultado: 25 (Exito) [3, 2, 4, 10, 6]
Motivo: Daño 3
Tirada: 5d10
Dificultad: 6+
Resultado: 36 (Exito) [10, 10, 3, 5, 8]
Motivo: Daño 4
Tirada: 5d10
Dificultad: 6+
Resultado: 28 (Exito) [9, 3, 1, 5, 10]
Primer ataque 3 éxitos. Esquiva o absorbe 5 de daño
Segundo ataque 3 éxitos. Esquiva o absorbe 5 de daño
Tercer ataque 3 éxitos. Esquiva o absorbe 6 de daño
Cuarto ataque 3 éxitos. Esquiva o absorbe 5 de daño
Tras aguantar los golpes del enfurecido general, dolorosos y que sin duda dejarian marca, Amusico brama de dolor, y con un rugido clavo ambas garras y sus colmillos afilados sobre su openente
Motivo: Absorción 1
Tirada: 7d10
Resultado: 10, 2, 5, 6, 1, 3, 8 (Suma: 35)
Motivo: Absorción 2
Tirada: 7d10
Resultado: 1, 5, 1, 9, 7, 4, 8 (Suma: 35)
Motivo: Absorción 3
Tirada: 7d10
Resultado: 7, 3, 8, 7, 8, 10, 2 (Suma: 45)
Motivo: Absorción 4
Tirada: 7d10
Resultado: 6, 6, 6, 10, 6, 6, 1 (Suma: 41)
Motivo: Ataque 1
Tirada: 7d10
Resultado: 1(+6)=7, 2(+6)=8, 8(+6)=14, 1(+6)=7, 3(+6)=9, 7(+6)=13, 7(+6)=13 (Suma: 71)
Motivo: Ataque 2
Tirada: 7d10
Resultado: 1(+6)=7, 1(+6)=7, 3(+6)=9, 4(+6)=10, 1(+6)=7, 9(+6)=15, 3(+6)=9 (Suma: 64)
Motivo: Ataque 3
Tirada: 7d10
Dificultad: 6+
Resultado: 5, 9, 10, 1, 8, 5, 4 (Suma: 42)
Exitos: 3
Motivo: Dano ataque 3
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 10, 6, 3, 7 (Suma: 26)
Exitos: 3
En ataque 1 y 2 la he cagado he puesto la dificulta en modificador.
El ataque 1 creo que es pifia (2 unos, 3 éxitos normales)
El ataque 2 aún peor 3 unos y un solo éxito.
El ataque 3, el mordisco son tres exitos
me levanto del suelo quitandome el polvo mientras miro al ventrue...
tan criptico he sido en mi mensaje? bueno habrá que hacer algo para salir...
Activo la ofuscación y me muevo hacia un lado intentando no acercarme demasiado al fuego
- No hay por qué recurrir a Torpor, mi señora. No es a vos a quien buscamos. -
Flavio no era precisamente amigo del fuego.
La caudilla se interponía entre el y su objetivo, que en este caso no era la salida, sino el lugar donde, supuestamente, descansaba el objetivo de la Sibila.
- ¿Dónde está vuestra invitada, mi señora? -
Asmóbal se defendía como podía, pero no era rival para el Gangrel, quien le atacaba una y otra vez con furia contenida. Haciendo uso pleno de la Potencia y de la Celeridad, trató de abrirse paso sobre las líneas de sus soldados y retirarse, pero era ya tarde. El Caudillo Suessetano lo tenía prácticamente dominado con su fuerte mordisco.
Motivo: Esquivar
Tirada: 3d10
Resultado: 8, 5, 9 (Suma: 22)
Motivo: Esquivar
Tirada: 3d10
Resultado: 3, 5, 9 (Suma: 17)
Motivo: Esquivar
Tirada: 3d10
Resultado: 6, 6, 8 (Suma: 20)
Motivo: Ataques
Tirada: 5d10
Resultado: 3, 10, 1, 1, 7 (Suma: 22)
Motivo: Ataques
Tirada: 5d10
Resultado: 3, 5, 1, 2, 6 (Suma: 17)
Motivo: Ataques
Tirada: 5d10
Resultado: 2, 7, 4, 1, 7 (Suma: 21)
Motivo: Ataques
Tirada: 5d10
Resultado: 6, 3, 1, 7, 3 (Suma: 20)
Motivo: Daño
Tirada: 5d10
Resultado: 7, 1, 9, 9, 5 (Suma: 31)
Motivo: Daño
Tirada: 5d10
Resultado: 3, 7, 4, 1, 6 (Suma: 21)
Motivo: Daño
Tirada: 5d10
Resultado: 8, 4, 5, 10, 10 (Suma: 37)
Motivo: Daño
Tirada: 5d10
Resultado: 1, 8, 3, 7, 7 (Suma: 26)
Puedes describir si quieres cómo lo matas. Lo poco que queda de tus tropas se retira y no hay rastro de tu esposa. Has perdido la batalla. Los iaccetanos, al quedarse sin líder, vuelven ordenadamente a la ciudad, que ya debería estar tomada.
Retrocediendo entre las llamas, Boadika llegó a la puerta y salió. Prefería enfrentarse a los soldados romanos que a dos vástagos. Ellos se enfrentarían con el fuego que crecía a su alrededor.
Tirada de frenesí, dificultad 4.
Frenesi por el fuego seria coraje o autocontrol?
CORAJE + AUTOCONTROL
El fuego aun no ha alcanzado demasiada potencia y es viable escapar de el siempre que haya por donde salir
-Corre Flavio o comandare yo a tus hombres.... jajajajajaja-
Motivo: Frenesi
Tirada: 7d10
Dificultad: 4+
Resultado: 7, 4, 8, 2, 9, 4, 6 (Suma: 40)
Exitos: 6
Tras asumir los golpes Amusico estaba realmente herido, dañado, pero no era ese daño físico el que sacudía a Amusico, el que lo hacía golpear con furia al cartaginés, era aquel grito de mujer que había quebrado la noche lo que le rompía por dentro, lo que le clavaba las punzadas reales del dolor, y lo que espoleaba los tajos que daba con sus garras, primero derecha, luego izquierda, para finalmente, y a pesar de saberse torpe por la furia, crear una abertura, exponiendo el cuello del cainita rival tras forzarle al hacer una defensa lateral mientras intentaba replegarse hacia sus filas. Al verlo Amusico salto sobre su cuello con los colmillos prestos, y los clavó en la carótida y comenzó a beber de él con furia, le revolvía el estómago lo que estaba haciendo, era incluso más atroz que acabar con una vida humana, porque sabía que borraría totalmente su existencia, pero la muerte no era suficiente para quien le había arrebatado todo, por lo que cedió le riendas a ELLA y fue drenando al desgraciado cainita mientras cerraba sus heridas, cuando estuvo saciado y su rival apenas podía temblar en sus brazos, continuó con un ahogado rugido de furia hasta que lo extinguió por completo. En ese momento se siento más fuerte, rápido y poderoso que nunca, pero también más sucio y vacío por dentro como jamás se había sentido, había perdido todo norte, cruzado todas sus líneas rojas, y sabía que en su futuro solo había sangre, dolor y cenizas. Soltó al despojo que quedaba del antaño general cartaginés y aulló su dolor y su irá a la luna, al enemigo que se replegaba hacia la ciudad. Había cumplido con su labor, pero la batalla estaba pérdida, y sus guerreros habían pagado el pato. Se acercó a la formación aliada y les ordenó recoger a los heridos y volver a casa. Cubierto de sangre y aún con los colmillos dilatados vio los rostros de sus guerreros, con la derrota y el dolor clavados en ellos, pero también viendo el miedo hacia el y sabiendo que los había perdido le dio el mando a su lugarteniente y fue a buscar junto a Llop entre los cuerpos a su esposa, después, se encargaría de esa sucia rata del magistrado. Amusico el caudillo aliado de Roma había muerto en esa batalla, ya solo quedaba Amusico el cazador...
Amusico "Piel de Lobo" tuvo la oportunidad de llevar a cabo su venganza. No le resultó difícil cuando Alessio Eligio, el Magistrado Malkavian, reclamó para sí la tomada ciudad. No esperó a una mejor oportunidad y lo despedazó allí mismo. Todavía podía escuchar aquel terrible grito de mujer en las noches más frías, terrible grito que emitiera su esposa. Después, tornó la mirada a Roma. Roma ardería. Oh, sí, lo haría sin duda. Amusico "Piel de Lobo" estaba decidido a prenderle fuego y verla arder.
Quería que ardiese como aquel Centurión de los Ventrue, consumido en la hoguera, una pira que consumió el Salón del Pueblo de Iacca, y de cuyas cenizas ya nadie más supo. Que ardiera como la furia del Magistrado Malkavian al mirarle a él a los ojos y comprender que iba a morir. Y como el color que vestía aquella Sibila, vería el fuego sobre la Ciudad Eterna.
Si se hubiera preocupado del asunto, habría encontrado a Makeda. Herida, se refugiaba en su cueva. Era una formación kárstica de gran belleza, llena de guijarros, que cientos de años más tardes llamarían Cueva de las Güixas, bajo la imponente Collarada, en una de las numerosas cavidades bajo la montaña. Allí, había encontrado a su simiente: las hijas de Gerión. Aquellas mujeres allí ocultas, su futura progenie. Tenían unas cualidades que apreciaba mucho, y las había estudiado por al menos dos siglos: mujeres del pueblo serpiente, nagahs, que pronto serían abrazadas para mayor gloria de Set. Ni siquiera la Sibila había podido impedirlo, ella había acudido a los Pirineos desde muy lejos para gloria de un dios serpiente. Pero sabía esperar. Crió a sus hijas y las alimentó con su propia sangre. Tenía que cultivar la paciencia. Tardaría al menos otros mil años en exponerse al mundo.
Iaca o Iacca —nombre antiguo de Jaca— era la capital de los iaccetanos, citados por el historiador griego Estrabón (siglo i) como un pueblo que se extendía desde las estribaciones del Pirineo hasta las llanuras, llegando hasta la región de los ilergetes alrededor de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca). Poco se sabe de su límite occidental, pero se ha sugerido que pudo estar en Navardún, término céltico que aludiría al antiguo nombre de unos extintos navarri sobre los cuales surgió luego el topónimo Navarra. Los iacetanos (Iakketanoi, en griego) eran parientes de los aquitanos (Akkitanoi), siendo ambos pueblos parecidos. De acuerdo a Estrabón, hubo entre los iacetanos reminiscencias de usos matrilineales, predominio del pastoreo, agricultura complementaria —acaso a cargo de las mujeres— y actividades guerreras como solución habitual a los problemas económicos. Iacca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba la actual Jacetania y la Canal de Berdún. Excavaciones arqueológicas dentro del casco urbano han descubierto en el nivel más profundo fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica», así como cerámica campaniense de tipo A. Dicho material, fechado en el siglo II a. C., supone la aparición de los primeros indicios arqueológicos que se pueden relacionar con la población indígena de Iaca.
En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Porcio Catón inició la conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A finales del siglo iii a. C. y comienzos del ii a. C., los iacetanos habían efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suessetanos afincados en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo habían hecho impunemente. Conociendo la enemistad entre iacetanos y suesetanos, Catón situó a estos últimos delante de la escasa caballería romana ante las puertas de Iaca, provocando la salida de los montañeses, acostumbrados a vencer siempre a sus vecinos; una vez quedó desguarnecida la ciudad, esta fue conquistada por el cónsul. Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes que transitaban los caminos pirenaicos.
Se cree que a comienzos del siglo II a. C. los suesetanos eran aliados de Roma, pero después se sublevaron y en el año 184 a. C. su capital Corbio fue asediada, ocupada y destruida por los romanos al mando del Gobernador de Hispania Aulo Terencio Varrón. Tras esto, el territorio suesetano fue cedido a los vascones, que más tarde aparecen como sus poseedores. La etnia o tribu suesetana ocupaba la región que hoy básicamente se corresponde con la comarca zaragozana de las Cinco Villas. Su límite oriental más probable fue el río Gállego.