Partida Rol por web

- Donde sea, pero abandonemos este lugar... Por las hachas de piedra, compadezco a Savram

La casa de la madre de Hollin es una choza compartida con otras 3 mujeres y sus hijos. Os encontrais a Ralla vestida con un traje muy escotado de aspecto usado y completamente maquillada con colores chillones.
¡Hijo mío! corre la mujer entre sollozos a abrazar a Hollin.
La pobre mujer os ofrece 10 monedas de oro por haberle encontrado. Está realmente agradecida y emocionada.
El pequeño sigue sin hablar, no ha dicho una sola palabra desde que le rescatasteis del altar de sacrificios.

No, señora. No es necesaria ninguna recompensa. Solo hemos hecho lo correcto, dice Rumuk rechazando amablemente el oro ofrecido por la mujer.

Rumuk tiene razón. Necesitas tu dinero más que nosotros.

Os dirigís a la carnicería del pueblo, hogar y lugar de trabajo de del padre de Mikra. Os ha sorprendido como el pequeño niño, que parecía ausente y algo retrasado da señales de lucidez. Sin embargo, ha sucedido algo de camino a la carnicería que os ha llamado la atención, la hierba tras los pies de Mikra está negra como si hubiera ardido.
El padre abraza efusivamente a su hijo. El carnicero está tan agradecido que os dice que tendreis la mejor carne de su tienda gratis y disponible para vosotros.

Cuidad de vuestro hijo, señor. Ha sufrido un gran shock, pero se recuperará con el tiempo. Esos malditos kóbolds no volverán a molestar, dice Rumuk al carnicero.

Tras la reunión, Soker mira a la jovencita que queda.

Parece que solo quedas tú, lianta... - eso último se lo dice guiñando el ojo.

Cuando llegais a la cabaña a las afueras de Falcon Hollow, la madre de Kimi la colma a besos para luego echarle una bronca monumental diciéndole que se lo contará a su padre en cuanto regrese. La niña le replica que su padre jamás volverá.
Completamente sonrojada la madre os pide que la dejéis a solas con su hija tras daros las gracias.

Tras devolver a los niños con sus familias, Soker mira a sus compañeros y sonríe.

Creo que nos merecemos unas cervezas.

Tras una plegaria a Iomedae por la justicia impartida, gustosamente iré a celebrarlo con vosotros, explica Rumuk en torno muy solemne.