Partida Rol por web

Desde el asiento de detrás Alex sujetó el cinturón de María, tratando de evitar que se lo soltase.

¡Tus hijos ya no están!. ¡Si sales del coche solo conseguirás convertirte en unos de ellos! ¿Es eso lo que quieres? ¿Crees que es lo que tus hijos querrían? - Intentó razonar con la futbolista antes de que abriese la puerta y consiguiera que los matarán a todos.

Vamos, da marcha atrás y vámonos de aquí ya.

Viendo que la técnica de Alex no funcionaba (aunque en realidad tampoco le dio tiempo, puesto que estaba demasiado nerviosa por el ruido que María podría hacer la pegó un tortazo descomunal. De los que hacían historia. En un principio había pensado en dejarla inconsciente pero de nada serviría, puesto que tendrían que moverla...o tirarla por la ventana y esperar a que sus pequeños la comiesen. ¡Joder! Maria, callate, ¡¡CALLATE!! y vete pa'tras o conduce. De nada sirve llorar ¿o te crees que si no tendría yo esta cara palo? Mueve tu gordo culo al asiento trasero. Alex o yo conduciremos y tú te fumarás esto para dormir—dijo arrebatando el porro a Alex y metoendoselo en la boca a Maria.Esperaba que la bofetada terapeútica, unida al shock hiciesen que la mujer reaccionase.

María sólo consiguió reaccionar ante la hostia como un pan que le arreó la chunga en tos los morros. El primer impulso fue el de arrearle otro a ella por zorra desaprensiva, pero la parte racional de la musculosa mujer le hizo caer en la cuenta de que si no se piraban cagando leches de allí, se ivan a convertir en papilla para zombies, y al menos tenía que seguir con vida para poder matar a cuantos hijoputas zombies pudiera... lo único que podría mantenerla ahora era la sed de venganza, venganza suicida e irracional, pero era algo... de manera que tras una mirada asesina a la chunga les dejó el volante a ellos, se fue hacia la parte de atrás y miró a través de la ventana evitando girarse hacia sus compañeros... no quería que la viesen llorar, no podía permitirlo...

El coche se volvió por donde había venido. Tuvieron qué esquivar algunos grupos de zombies que se movían por los alrededores.

En el coche ya solo reinaba silencio. Ni siquiera sugerían al conductor el mejor camino a seguir. ¿A dónde iban a ir ahora? Estaban agotados después de aquella expedición que no les había llevado a ningún sitio. Tenían algunas provisiones, pero siendo tres como eran tendría que encontrar más para poder sobrevivir. El campamento arrasado por docenas de zombies. Era probable que alguien huera escapado ¿no? Pero ¿quien? Y a que lugar podrían haberse dirigido. Los niños era probable que fueran de los que no hubieran sobrevivido. Su facilidad para asustarse y su poca fuerza les habcian una presa fácil.

Ahora quedaban tan sólo los tres en un coche. Tres de un campamento de casi treinta personas. Tras girar y girar para esquivar a algún caminante llegaron a un camino de tierra que no conocían. Parecía despejado ya que a un lado un terraplén que había que descender para llegar al camino. Si algún zombie había llegado allí sería porque hubiera caído y no estaría en muy buenas condiciones de seguirles. Mucho menos en un coche.

Una camioneta abandonada en uno de los lados era le único que se divisaba a lo lejos con tres caminantes cerca de ella. Para qué detenerse a acabar con aquellos cuanto había muchos más en los alrededores. Una actividad vacía. Aquello sería lo que hubieran pensado los tres ocupantes del vehículo si hubieran podido pensar más allá de sus pérdidas. 

El polvo del camino se elevó y continuaron por su camino, fuera donde fuera que los llevase, habiendo ruido. Un ruido que se propagaba en el silencio del bosque.