Partida Rol por web

Durante otro buen trayecto, ambos fueron corriendo y esquivando por donde podían a algún que otro indeseable. De momento, por fortuna o no, todavía no habían visto ni rastro de aquella manada de la que Ben hablaba.
Aunque Ben parecía más descansado y se movía bastante rápido, Cutty había conseguido seguirle el paso a pesar de todo el tiempo que llevaba corriendo. El cansancio se acumulaba ostensiblemente, pero el chico aguantaba el tipo corriendo y estando alerta ante cualquier imprevisto. Entendiéndose por imprevisto algún caminante potencialmente peligroso.

Ya no quedaba apenas tiempo de luz. Pero tan sólo le quedaba una pequeña carrera para llegar a un lugar más o menos a salvo.

La respiración de Ben se escuchaba justo a su espalda.

No... queda nada... para... llegar. Tenemos que avisar de...

¡Pon! Un golpe seco se escucho detrás de Cutty que detuvo la frase de Ben.

En ese momento Cutty se giró de golpe al igual que lo haría un gato. Llevaba demasiado tiempo asi como para que no supiese que cualquier sorpresa no era buena.

La cara de Ben estaba estampada contra el suelo. El chico había tropezado con un saliente de una raíz y había caído de boca contra el suelo.

No había movimiento alguno.

Mierda, vamos Ben-le susurró con fuerza al tipo. Ya era malo que se tropezase, pero en medio de aquella carrera... un tropiezo como ese podía costarle la vida. Ya lo había visto antes y no iba a detenerse por eso.

Un aroma ferroso inundó las fosas nasales de Cutty cuando se giró hacia Ben. Un pequeño reguero de sangre salía por debajo de la cabeza del joven.

Seguia sin haber movimiento alguno.

Cutty se agachó donde estaba y miró a su alrededor. Alguien le había disparado. Nadie se moría por que si y algo le decía que estaba en peligro. No se preocupaba por Ben, ya no podía hacer nada por el y desde luego no iba a cargar con él a ningún sitio pero tenía que salir de allí y ni siquiera sabía que era lo que estaba ocurriendo. 

No había nadie alrededor. De hecho un examen rápido despejo la primera impresión de un disparo. Un simple tropiezo es lo que parecía que había dado al traste con la supervivencia de Ben.

Tenia que ser una broma. Una persona que había sobrevivido hasta el momento de lo que muchos consideraban un holocausto mundial no podía morir así. En el mundo normal podía darse casos de muertes estúpidas, pero en este mundo no se moría así. Se moría desmembrado a mordiscos entre una jauría de muertos o por un balazo defendiendo territorio de una banda rival. 

Cutty no perdió mas tiempo. Ya tenía una radio y poco llevaría su compañero en los bolsillos como para tomar el riesgo de perder mas tiempo. El plan estaba claro, acercarse al campamento y echar un vistazo. Si era demasiado tarde saldría de allí tan rápido como había llegado aunque el hecho de no poder dormir en el campamento aquella noche significaba pasar la noche en vela antes de encontrar un refugio.

El bosque parecía volar mientras corría y esquivaba caminantes según se le cruzaban. Después de lo lenta que había sido la salida del pueblo, a través de la interminable calle de salida, aquello parecía el salto al hiperespacio de las películas de ciencia ficción.

Dejandolos atras no sin dificultad avanza. Cada vez más caminantes que esquivar. Cada vez menos espacio por el que maniobrar. 

Un humo que avanzaba en su dirección y que no le había permitido ver bien en el último tramo se disipa lentamente. Un instante después se detiene. No puede avanzar más. Un muro de muerte se extiende ante sus ojos. Apenas treinta pies delante de él se extendía lo que una vez fue su campamento. Ahora estaba plagado. Imposible entrar en él. El olor ferroso que había sentido cuando Ben se había golpeado la cara corta el suelo, inundaba ahora el ambiente.

Aquello no cambiaba nada. Bueno, lo cambiaba todo pero Cutty ya lo esperaba. Sin demorarse ni un instante para ver si había supervivientes o si podía rescatar algún vívere del lugar giró los talones y echó a correr de nuevo. Quizás en unos días podría volver, cuando el lugar estuviese despejado pero ahora más y más cadáveres se dirigían allí. ¿Que habría pasado? Trató de esquivar la oleada de caminantes que caminaba por el bosque alejándose todo lo posible. Caminaría durante la noche hasta encontrar un refugio seguro donde dormir y descansar algún sitio donde esas cosas no le pudiesen atrapar, aquella iba a ser una noche muy dura pero nada comparado con lo que ya había pasado.

Correr era lo único que Cutty podía hacer en aquel momento. Decenas de caníbales revividos se movían y devoraban todo lo que se encontraban. Tuvo suerte de no verse atrapado y llegar al campamento después que aquella oleada de muerte y dientes. Seguramente, una hora o dos antes y ahora sería parte del banquete.

El sudor le cegaba mientras el corazón le latía a mil por hora. Su forma física era buena, casi como la de cualquiera que hubiera sobrevivid hasta aquel momento, pero el día que llevaba lo había dejado al límite de sus fuerzas. Si no encontraba un refugio pronto sería fácilmente atrapado por los zombies que estuvieran por los alrededores.

Despues de bajar un terraplén a riesgo de caer por el llego a una carretera de tierra que no conocía. Tras seguir por ella vio una pequeña camioneta en un lado. Tras asegurarse de que estaba vacía decidió usarla como refugio.

La respiración se fue relajando poco a poco. El corazón disminuyó su velocidad. El frío empezó a extenderse por las extremidades. La boca seca después de las múltiples carreras tan solo mantenía un horrible sabor ferroso. Parecía que no tuviera más agua en el cuerpo y su cuerpo tuviera que generar la saliva con su sangre.

Sus compañeros se habían perdido, seguramente muertos. El campamento que le había proporcionado protección ahora estaba arrasado. ¿Qué le quedaba? ¿Cómo podría seguir adelante sin provisiones, vehículo o alguien que le guarde la espalda mientras duerme?

Cerró los ojos. El cuerpo empezó a volverse como el plomo. Su cerebro parecía deseoso de desconectarse de aquella realidad. Los ojos le ardían. Notó su boca abierta mientras se encontraba en aquel estado de duermevela tan dulce muchas veces. La saliva le resbalaba por la comisura o esa era la sensación.

Los ruidos se amortiguaban en su cabeza. Ruidos. ¿Ruidos?...