Te da tiempo suficiente para girarte y dar la orden en el momento exacto. Un poco más tarde y habría roto la red. Un poco antes y el shock no le habría dado. Pero ha sido perfecto. Justo cuando el animal entra en el agujero la red se alza y lo envuelve. No se puede decir que esté atrapado, no es lo bastante recia, pero lo envuelve. El mineral, que te queda claro que no es algo que se pueda encontrar en la tierra, cae rápido y se ilumina al parar por las espiras de cobre. Esa luz, que solo puede ser electricidad muy intensa, se desplaza antes de que puedas siquiera pensarlo hasta Baloo, y le da una buena descarga.
No dura mucho, y el oso se recuperará...pero para eso estás tú.
El mundo parece contener el aliento.
Lo matas en cualquier caso, pero si pasas una tirada de ataque con arma a dif 20, hay un pequeño premio.
Casi no me lo creo ni yo lo bien que todo resulta pero una vez conseguido lo más difícil y una buena sincronización se podría decir que me he venido arriba así que decido subirme por unas rocas cercanas y desde ahí tomo impulso para saltar hacia el oso con el machete en alto, descargando un golpe en su cabeza que con la ayuda de la propia gravedad debería resultar devastador incluso para un animal de su tamaño.
Motivo: Finish him!
Dificultad: 20
Habilidad: 12
Tirada: 1 6 7
Total: 6 +12 = 18 Fracaso
Lástima, nos quedamos sin fatality xDDDDD
Solo necesitas un par de golpes más para destrozarle del todo la cabeza. Estás empapado de sangre, pero el oso ha muerto. Por tu mano. Nadie podría objetar nada por la trampa ¿cómo va a derrotarse a semejante mole si no? La adrenalina te palpita en los oídos y casi pegas un salto cuando notas una mano en tu brazo. Gunhilda.
Cuando ve que la reconoces, te atrae a otro beso.
-Tú buen rey. Lastima que romper cabeza, buena corona. Pero piel ser grande y perfecta. Perfecta capa.
Se agacha y toma algo de nieve del suelo. la reparte en sus manos y la pone en tu rostro.
-Barbas de hielo obedecer a ti ahora. Ragnar entender.
Jadeo con fuerza cuando veo el gigantesco animal que ha quedado bajo mis pies, empapado en la misma sangre que me cubre a mí. Es bastante asqueroso pero de algún modo demuestra de lo que he sido capaz de una forma muy visible que espero que sea suficiente para convencer a los vikingos de mi logro.
Cuando noto que algo me toca por poco lo parto en dos por pura inercia pero enseguida relajo de nuevo el gesto al reconocer a Gunhilda, que parece tener algún tipo de fetiche evidente con cualquier cosa que implique sangre porque no tardo en recibir otro de esos besos impetuosos. No me opongo a ello pero tampoco pongo tanto de mi parte como la primera vez después de la amenaza e interrogatorio de hace unos minutos.
-Había que asegurarse de que no volviera a levantarse -no me arrepiento de haberle partido la cabeza al animal pero lo que añade después empieza a ser jodido -¿Qué?, ¿obedecerme a mí? -esto es mucho más de lo que yo pretendía aunque no negaré que me halaga -No, no quiero el liderazgo de vuestro clan, solo necesito el derecho a llevarme a la Elegida para poder seguir con mi viaje -supongo que eso la decepcionará y ofenderá pero creo que ya remarqué el hecho de que no me pensaba quedarme aquí -Deberías ser tú la líder, esa opinión la mantengo -me pregunto si al tener yo derecho a ello podría nombrarla como tal pero tampoco quiero liar una guerra civil, suficiente complicado debe de ser sobrevivir aquí.
No responde ni positiva ni negativamente, sino que queda pensativa. Eso sí, empieza a dar órdenes nada más bajan los soldados. No tienen tiempo ni de felicitarte y ya tiene a dos corriendo hacia el campamento, es mejor no viajar solos en estos momentos, y al otro ayudándola a construir una sencilla pero eficaz estructura para arrastrar al oso. Los otros van a por ayuda ya que ni de broma podéis los cinco con ese cuerpo enorme eniendo que subir y bajar colinas y maniobrar entre árboles.
Para cuando llegáis al campamento, tu hermano te espera en pie, apoyado en unas muletas y pálido como un muerto, pero en pie. El médico está al lado, con aspecto cabreado, negando de cuando en cuando. Por su expresión está claro que no está de acuerdo, pero conociendo a tu hermano probablemente no le ha quedado otra. O habría venido arrastrándose.
Todo el mundo celebra vuestra vuelta y muchos quedan asombrados por el tamaño del oso. No todos lo habían visto antes. Antes de poder lavarte la sangre y atienes un cuerno de hidromiel en la mano.
Gunhilda, sin decir nada, se pone a trabajar con ayuda del carnicero.
No estoy muy seguro de si Gunhilda se ha mosqueado o solo tiene demasiado sobre lo que pensar pero decido que es mejor dejarle su propio espacio durante un rato porque probablemente ahora solo consiga irritarla más si me acerco a ella.
Una vez de nuevo en el refugio recibo el cuerno y con el brazo libre abrazo parcialmente a mi hermano con una sonrisa, mezcla de satisfacción por lo conseguido y de alegría por verle en pie. No es que tenga un aspecto del todo saludable pero parece que se va recuperando -Cuando volvamos y consiga traer a Cath iré a por Alex. O Isabella, si conseguimos alguna pista de su paradero. ¿Sabéis algo? -quizá algún grupo de exploradores o cazadores ha visto algo mientras estábamos fuera, quien sabe.
Después de eso me acerco al comandante, brindando con él y bebiendo con una sonrisa antes de ponerme un poco más serio -¿Podremos partir esta misma tarde? -sé que es precipitado y evidentemente estoy cansado pero quiero acabar con esto cuanto antes. Hay demasiada gente dependiendo de nuestros movimientos.
Tu hermano niega. -Lo único, es que se han visto barcos de otros clanes más cerca de lo habitual. Pero ninguno ha atacado. Es extraño. Menuda mascota te has traído, Rick. Y la rubia te mira...de otra manera. No sé explicarlo. Antes era como que se quería meter en tus pantalones. Ahora es...distinto. No sé de que manera.
Termina cediendo ante el médico y regresando a la cama.
-En principio, sí. Pero no creo que Gunhilda haya terminado antes de mañana por la mañana. Tampoco nos vendría...te vendría...mal descansar.
-Pues espero que sea respeto y no ganas de arrancarme la cabeza -no me apetece mucho entrar en detalles sobre lo ocurrido con Gunhilda, quizá por eso me mantengo un poco más distante con ella además de que quiero que reflexione sobre lo que he dicho antes.
-¿No podemos llevarnos la cabeza y ya está? -no disimulo mi fastidio ni mi impaciencia al respecto pero me resigno -Ella también debería descansar, si alguien puede substituirla... -después de eso brindo con algunos soldados más, mantengo varias charlas triviales y finalmente me voy a lavar y a descansar, aunque no estoy seguro de que vaya a poder pegar ojo con tanta preocupación.
Mientras te estás yendo, aciertas a observar como ella se niega a dejar lo que hace, incluso parece bastante cerca de apuñalar a uno de los hombres que insistía, en exceso, probablemente con la idea de que ella se lo "agradeciera" después. Tras eso la dejan tranquila por orden de Adolf.
No has logrado conciliar el sueño más que a ratos, con un ojo abierto en todo momento. Cuando estás a punto de dormirte de nuevo, notas que ella entra en tu habitación y deja algo sobre una silla. Su vestido cae al suelo y se sube a la cama contigo. Te mira a los ojos un momento y tapa tus labios con un dedo antes de que digas nada.
Si no la detienes, su tacto delicado pero enérgico pronto te tendrá más que preparado para follarla. Que es su obvia intención.
Me revuelvo un en la cama, soñoliento pero no dormido del todo. Me sobresalta darme cuenta de la repentina desnudez y aparición de Gunhilda pero no puedo decir que me sorprenda del todo porque ya ha demostrado ser excesivamente impulsiva. Me gusta que sea tan guerrera y autosuficiente pero traspasa demasiado la ralla de lo que se convierte en incómodo o amenazante.
No negaré que cuando está dentro de mi cama la tentación es enorme, mi cuerpo no tarda demasiado en reaccionar al respecto, pero aun así recuerdo lo que sucedió al toparme con Baloo y saco fuerzas de algún sitio para apartarla a un lado -No. Lo siento pero no. Eres muy atractiva y admirable pero no voy a darte falsas esperanzas, es mejor que lo dejemos así -si fuera capaz de distinguir lo que es un simple polvo de algo más probablemente seguiría adelante con esto pero ya ha demostrado que no es así y no quiero que le arranque la tráquea a Isabella en cuanto la vea.
Te mira con expresión insondable por varios instantes. Puede estar muy dolida o pensando en, precisamente por tus acciones, arrancar la tráquea que intentas proteger. Quien sabe, su expresión no deja traslucir nada. Se echa la ropa por encima y se marcha sin añadir nada más. Deja el bulto que traía en la silla donde lo apoyó.
Por la mañana ves que es una piel de oso que podrás usar a modo de capa es intimidante pero extrañamente cómoda. Al salir descubres que eres uno de los últimos. Ya está todo preparado para partir. Esta vez iréis dos barcos, aunque el segundo es menos recio, para poder llevar más carga y comerciar. En cuanto subes al grande, Gunhilda sube al otro
Quizá no esté furiosa, pero desde luego no te lo ha perdonado.
Puedo entender que Gunhilda haya dejado de hablarme y eso me hace dudar lo que pueda ocurrir en cuanto lleguemos a su poblado pero prefiero pensar que no me la jugará.
Lamento no poder agradecerle como es debido la creación de la gigantesca capa que estoy usando pero quizá lo mejor sea precisamente esto, que pongamos distancias. Ahora mismo lo único que quiero es llevarme a Cath de ahí cuanto antes y sin armar jaleo pero algo me dice que Ragnar no me lo pondrá precisamente fácil.
Me parto con las ofensas de esta mujer xD