La mañana está fría pero no nieva, seguís el camino que lleva al valle, distinguís huellas en la nieve, otras personas pasaron por aquí recientemente. Camináis hasta el medio día, cuando llegando al valle marcháis al margen de un río que discurre bravo y caudaloso. Tomáis el camino principal que pasa por los distintos pueblos del valle, llegáis al más cercano Lazkao y os pasáis por la venta que allí se encuentra, para comer, descansar y tratar de enteraros de las nuevas que comenten los parroquianos. Lo primero... llantar, os sirven un asado de carnero que resucitaría a un muerto, os ponéis las botas, que por otra parte os quitáis (las botas) para meter los pies con sabañones en cuencos con agua caliente y humeante que os ofrece la doña de la posada. Aprovecháis para preguntar si vieron hoy al Conde o a alguno de sus sirvientes, si por casualidad pasaron por este pueblo a lo que os responde la doña:
- ¿El Conde? si que lo vimos, con dos soldados, corrían por el camino como alma perseguida por el demonio, les llamé desde la puerta a que entraran a esta venta, pero no dejaron de correr, no se a que tanta prisa.
Hasta aquí la aventura. Espero que os haya gustado. :)