Motivo: Primera tirada
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 63 (Fracaso) [63]
Motivo: Segunda tirada (La importante)
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 82 (Fracaso) [82]
Motivo: Segunda tirada (La importante) con el ultimo punto de suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 44 (Fracaso) [44]
Dejo solo las tiradas. Supongo que el master roleara nuestra muerte
Motivo: Primera tirada
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 44 (Fracaso) [44]
Motivo: Segunda tirada
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 77 (Fracaso) [77]
Motivo: Segunda tirada (reroll de suerte)
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 94 (Fracaso) [94]
Motivo: Caos
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 88 (Fracaso) [88]
Motivo: Locura
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 56 (Fracaso) [56]
Las órdenes de la capitana no se hicieron esperar. Todos corrieron sin rechistar a cumplir la orden
Pues va ser que no todos XD
Siento la espera. Semana de locos y accidente laboral que me imposibilita la adecuada utilización de la mano izquirda.
Estoy trabajando en lo vuestro a ratos en un txt a parte, creo que esta noche lo tendre hecho.
Miedo me das XD. Y curate esa mano.
Horror, miedo, desesperación y muerte. Tan solo la posibilidad de quedaros parecía impropia de la situación en la que se había convertido aquella locura.
La gente corría hacia la puerta, unos antes, otros después. Uno de los parroquianos del sacerdote se encontraba acurrucado en el suelo junto a un charco de orín y la cara desencajada por el horror en lo que sería el rostro perfecto de la locura. Uno, dos pasos atrás, un hombre os golpeó en el hombro al pasar corriendo hacia la puerta, pica en mano, dispuesto a no dejar pasar a ningún hombre bestia, que acorralados entre un ejército de altos elfos y las murallas de la ciudad, se les antojaba con más aínco meterse entre sus muros y defenderse allí de las crueles y despiadadas lanzas blancas de Ulthuan.
Antes de pensarlo siquiera estabais corriendo en dirección opuesta, mirando de reojo por encima del hombro hacia atrás no fuera que bien una flecha blanca, o una bestia negra os alcanzara en vuestra huida. Recorristeis el camino de vuelta pasando por encima de hombres, mujeres y ungors muertos, tirados, apilados en el suelo sin importar a qué dios debían lealtad. La sangre se os pegaba cada vez más en las botas, los ojos de lisiados y moribundos os seguían hasta que al final solo el sonido de vuestro resuello os acompañaba.
Un muro gris, frío como aquél país, como los ojos de hielo de la capitana, se interponía en vuestro camino. Era literalmente el otro extremo de aquél pueblo fortaleza, que se os atojaba demasiado pequeño para el ensordecedor ruido de batalla que se libraba lejos, pero no lo suficiente.
Algo os espoleaba a salir de allí, inmisericorde y cruel, riéndose en vuestra cara del valor fanfarroneado en las tabernas, del clamor y los juramentos a Sigmar de aquellos que se hacían llamar hombres libres, soldados de un bien común.
Subisteis las escaleras de dos en dos mientras el pueblo permanecía oscuro y silencioso, con la bruma despuntando en las puertas, donde los fuegos de antorchas y luego hogueras, alumbraban a los hombres dónde atinar con sus armas. Arriba, en la muralla, tan solo pudisteis comprobar que más allá os esperaba el frío bosque de pinos y abetos, grises, fríos y oscuros. Una mirada atrás... y la cuerda se deslizó por el otro extremo de la muralla.
Os internasteis en el bosque y alguien mencionó el sur, volver al imperio por el río, lejos de aquél país de bestias y fríos modales. Sin pensarlo seguisteis corriendo durante largo rato, esquivando árboles, maleza, rocas, resbalando en la capa de acículas que forraban el suelo, en el musgo frío y en los eventuales arroyos que surcaban serpenteantes entre las raíces.
Cuando el alba despuntó, una columna de humo se alzaba desde lo que había sido un refugio seguro convirtiéndose en una pesadilla. Tal vez si estuvierais más altos podríais saber el destino de aquél pueblo y sus valientes habitantes, tal vez, pero descender era vuestra prioridad, caminar hacia el sur y llegar al gran Reik en la ciudad de Osel, donde los barcos os llevarían río abajo, hacia zonas más humildes y civilizadas.
FIN
Os agradezco la aventura y perdón por la espera. Os leo en la escena de personajes.