Partida Rol por web

Me aparte del cubo retrocediendo hasta que mi espalda toco con una pared y allí me quedé, mirando aterrada y jurando que si salía de esta, me tomaría muy en serio lo de volver a la iglesia los domingos.

Cerré los ojos con fuerza y solo los abrí cuando se hizo el silencio. 

-¿Esta...muerto?-  No me atrevía a moverme. 

El corazón de la criatura comienza a deshacerse, como lo haría un cuerpo incinerado. El ser ser resquebraja como la madera seca dentro de una hoguera y se descompone con rapidez. El único testimonio de su reciente existencia es un fétido olor.

Una sensación de paz os inunda cuando sentís las etéreas manos de Jake sobre vuestros hombros. Sonríe y os guiña un ojo mientras se desvanece como humo llevado por la brisa.

Vuestra tarea en este lugar ha terminado. Pero no tenéis ninguna prueba de lo sucedido, nada. Ni un superviviente entre la policía y los lugareños que puedan corroborar vuestra historia, salvo los cuerpos de los muertos tendidos en el suelo.

Tan sólo un pueblo desierto en una carretera poco transitada.

Patrick parpadeó un par de veces, esbozando una sonrisa bobalicona, no se podía creer que por fin hubiesen superado aquel infierno.

Miró a su compañera con expresión de "¿Y ahora qué?".

-Monica- comenzó -Soy el primero que quiere irse ya, pero...¿no deberíamos intentar llamar? Quizá los policías llevasen radios o teléfonos...todo esto es un gran desastre.-

-Ya- Observé a mi alrededor. -¿Y como piensas explicar esto?. 

Estába convencida que no pasaríamos un interrogatorio mínimamente serio, y se pondrían muy serios.

-Busquemos nuestra furgoneta y olvidémonos de este sitio-

Patrick asintió, mirando largamente a su compañera. Entre buscar como justificarse o largarse de inmediato tenía muy clara la opción que prefería.

-Vámonos, Monica- convino, y se dirigió hacia el exterior.

La lluvia comienza a caer con fuerza sobre el pueblo y los cadáveres tendidos en el suelo. El cielo se oscurece tanto que parece haberse abierto una puerta a un abismo lejano, de otro mundo, de otra dimensión.

Como si su llegada se anticipase a las condiciones climatológicas, un rayo cae con una furia propia de un divinidad demente y cruel. Aunque parezca imposible, debido al fuerte aguacero que promete inundarlo todo, el edificio tocado por la descarga eléctrica celestial arde. Pasa de ser un fuego leve a un incendio que no tardará en expandirse a los edificios cercanos. Un fuego antinatural que pretende borrar todo rastro de este maldito lugar.

Patrick contempló el impacto del trueno y el fuego que comenzó a propagarse con expresión aturdida. Otra rareza más en este lugar dejado de la mano de Dios.

Negando con la cabeza, se dirigió a uno de los vehículos, ya que habían tomado la decisión de marcharse, mejor hacerlo más pronto que tarde.

No veía el momento de ver el pueblo, o sus restos, por el espejo retrovisor.

Aquella historia parecía que no iba a terminar. No había nada que seguir mirando allí ahora que los mismos cielos habían decidido intervenir. 

-Vamónos mientras podemos hacerlo. Y no atropellemos nada esta vez-

Os alejáis del lugar, dejando atrás el mal derrotado y las huellas de sus actos. Las llamas se elevan hacia el cielo eliminando cualquier prueba de los sucesos ocurridos en este maldito lugar.

No tenéis ninguna duda de que algo se os ocurrirá para explicar toda esta masacre. Quizás el ataque de un gran animal rabioso días antes de un incendio fortuito.

Con la carretera bajo vuestras ruedas os encamináis en busca de nuevas noticias, con la esperanza de que no sean tan peligrosas.