- No creo que sea lo mejor... Hay un mapa en la guantera.
Y, de repente, un rayo de esperanza. O eso se atrevió a pensar Patrick, al ver y escuchar al hombre que llegó en su furgoneta. A estas alturas se habría subido en el coche del diablo con tal de largarse.
Asintió vigorosamente a las palabras de Isaac cuando reveló la muerte del hippie que les había ayudado, lamentando la suerte que había corrido.
-Si lo ha decidido así...- respondió Patrick, apresuradamente. -¡Vámonos! No sabemos quien más puede haber escuchado el motor o visto las luces, es nuestra oportunidad para salir de aquí- Dijo, mirando a sus compañeros y aproximándose deprisa al vehículo.
Isaac arrugó el morro y quedó inmóvil durante unos instantes, pensativo, pero con su arma todavía apuntando a Tom. Tras reflexionar brevemente, abandonó sus intenciones de sacarle respuestas al tipo.
Finalmente terminó bajando la pistola y se dirigió al asiento del conductor de la furgoneta.
—¡Vamos! —instó a Monica.
No hizo falta que me insistieran mucho. Subí a la furgoneta y me senté junto a Isaac por la fuerza de la costumbre.
- Vamos.. largemonos de aqui-
Abrí la guantera y busqué el mapa.
El mapa tiene marcada la ruta más rápida para salir de esta zona e ir a una carretera más general.
El chófer no perdió el tiempo: tan pronto estaba listo sobre el asiento y sus compañeros en el vehículo, se puso el cinturón, comprobó el medidor de gasolina —por mera costumbre— y agarró el volante, acelerando para salir de allí. La urgencia era obvia, pero evitó pisar el acelerador a fondo por si las moscas. Conducir de noche en una zona desconocida era, a fin de cuentas, un riesgo. Sería una pena que tras escapar de aquella bestia la palmaran en un accidente de tráfico normal y corriente.
—Monica, dime para dónde voy —le solicitó tras mirar brevemente hacia ella y comprobar que se había hecho con el mapa—. Y buscad el arma que el tipo ese ha dejado ha lanzado por aquí... es muy probable que la necesitemos.
Miré el mapa con atención. -Hay un camino marcado..te iré indicando-
Desplegé el mapa para mostrárselo a Isaac y se hiciera una idea del camino a seguir.
Siguiendo el camino marcado en el mapa iniciáis la huida de aquel pueblo maldito. La lluvia comienza a castigar con fuerza el terreno y un lamento avanza a gran velocidad entre los árboles.
En una última mirada atrás, antes de alejarse definitivamente, podéis ver como el fantasma de Jake camina junto a su amigo y como le pasa el brazo sobre el hombro para consolarlo. Ambos caminan hacia el pueblo... y hacia un destino cruel.
FIN DE LA ESCENA