Costumbres de la Epoca
La Fuerza hace la Razón. El mundo es práctico y brutal.
La Iglesia ha creado un conjunto de reglas llamadas La Tregua de Dios, con el deseo de limitar la violencia contra los inocentes, que se celebren los días festivos en tranquilidad, y de proteger la propiedad eclesiástica. La Mayoría de los nobles y caballeros, sin embargo, la ignoran.
La Caballería incluye un grupo de virtudes, como la lealtad a su señor y la voluntad de poner su espada a su servicio, así como enfrentar al enemigo, principalmente.
La Galantería se conoce principalmente de historias del extranjero, como sobre Sir Alexander el Grande. Por supuesto, aunque los Caballeros tratan a sus iguales con respeto y honor, nadie en su sano juicio haría lo mismo con un enemigo como los Sajones, o Caballeros enemigos para el caso.
El Romance es desconocido aún.
Equipamiento de la Epoca
La Armadura Normanda es usada (10 puntos de protección). Consiste en cotas de mallas reforzadas con placas. El escudo regularmente es del tipo largo, y el casco un simple casquete con guarda para la nariz y cuello de mallas.
Los caballos Chargers existen pero son una montura cara disponible a pocos. El caballo normal es el Rouncy, pequeño y esforzado caballito capaz de soportar a un guerrero con su armadura.
Anno Domine 485.
La Corte este año se celebra en Leicester, en Lindsay.
Rumores:
"Es terrible! Escuché que un millar de Sajones llegaron a reforzar las filas de ese demonio, Hengest!"
"Seguramente Sir Madoc, el joven hijo del Rey, podrá demostrar en batalla lo bien que habla... o eso esperamos, claro."
"Lo que digo, es que es una lástima que Sir Madoc sea ilegítimo. Podría heredar, pero sería muy dificil... a no ser que demuestre su gloria para suceder al padre."
"Ha Ha Ha! Algo muy grande deberá pasar para que falte el gran y duro Rey Uther! Me temo que Madoc tendrá muuucho tiempo para ganarse una reputación!"
"Dicen que Merlín ha abandonado la Corte. Dónde podrá estar?"
Proclama: Debido a la cruenta guerra contra los Sajones, el Conde Roderick de Salisbury convoca a todos los jóvenes en posición de ser nombrados Caballeros a asistir al Castillo, en Sarum, para evaluar la legitimidad de su reclamo y recibir, en caso afirmativo, la espada de manos del Conde mismo.
Anno Domini 485
Sir Elad, Mariscal de los Ejércitos del Conde de Salisbury, recibirá por orden de Sir Roderick, Conde de Salisbury, a aquellos jóvenes de noble sangre y armas tomar, en condiciones de ser nombrados Caballeros de Salisbury y defender el Honor y la Tierra.
Es así como, al Castillo Vagon, hogar y residencia de Sir Elad, llegan una tarde de primavera los jóvenes Dayton, Sedgewick y Aeduin, en busca del favor del Mariscal y la recomendación que les permita obtener el título, y la herencia.
Sir Elad los recibe con buenas y gentiles palabras. Al caer la noche, cenan todos en la sala, momento que Aeduin aprovecha para intentar seducir a una bonita camarera. Al ser rechazado, entre risas, un joven de 17 años sentado frente a él le comenta que la chica es la favorita de su padre, Sir Elad... el muchacho se presenta como Robin, escudero que espera su momento de ser nombrado Caballero.
En el transcurso de la comida llegan también Auden de Stapleford, y Dundan, tercer hijo de Sir Yassac de Tilshead.
La mañana siguiente, Sir Elad los convoca al campo al canto del gallo, para pedirles demostración de sus artes marciales. Comienzan aguzando la puntería con la lanza, a caballo: todos erran el blanco colocado en un brazo de un poste de prácticas, excepto el joven Dundan. Luego los hombres del mariscal dejan libre el poste, para que al ser golpeado rote sobre su eje; por supuesto al otro lado del blanco se encuentra una soga con una pesada piedra, se trata de un quintan.
Ahora Aeduin, Auden, Dayton y Sedgewick consiguen recomponer su imagen golpeando el blanco y esquivando el golpe de la piedra; no así Dundan quien es alcanzado en el hombro y se retira magullado e incordiado por Sedgewick, quien intentando ser amable termina ofendiéndolo levemente.
Como tercer prueba, Sir Elad habla sobre la unidad de un hombre y su caballo, y los invita a una carrera hasta un árbol cercano, y vuelta. Luego de una emocionante cabalgata Auden es el vencedor, la hacer avanzar rápido y certero su rocín sin encontrar piedras ni pozos.
Finalmente, el mariscal les cuenta que los pobladores del cercano pueblo de Imber no quieren salir a los campos; dicen que una bestia ó monstruo asesino campa a sus anchas en el bosque. Les pide entonces que se encarguen de este problema; pero antes deben decidir quien liderará la expedición. Cómo? Con el honorable enfrentamiento en justa, claro!
Utilizando lanzas de práctica, se enfrentan uno a otro. Siendo solo 5 aspirantes, Sir Elad convoca a su hijo Robin a participar, motivo que encanta al rapaz. Su felicidad dura poco, ya que Aeduin los desmonta de un certezo y fuerte lanzaso que llena de admiración a Robin de Vagon!
Al final de la justa es el joven de Pitton quien es elegido por Dios para liderar la expedición; y deciden partir inmediatamente hacia el pueblo.
Por el camino, es solo medio día de viaje y llegan con la caida del sol. Los recibe el clérigo local, de nombre Garr, quien les ofrece la hospitalidad del establo y granero de la pequeña iglesia. Los jovenes comparten con él sus viandas, y el vino traido de Vagon; el clérigo les cuenta entonces que el monstruo es, en su opinión, solo un oso que se ha aventurado cerca de los campos de labranzas.
Siendo que Garr en su juventud fue cazador y conoce la zona como la palma de su mano, todos están de acuerdo en que al día siguiente, a primera hora, el viejo los acompañe a buscar el rastro del oso junto con una expedición de caza.
Dicho y hecho, al día siguiente los pobladores se juntan en número, junto con perros, para unirse a los nobles en la búsqueda del terrible monstruo. Sin embargo, la fortuna no les sonríe y luego de dividirse en dos grupos, no consiguen dar con el rastro ni el animal.
Al día siguiente, sin rendirse, se dividen en tres grupos: uno liderado por Dayton, otro por Sedgewick, y el tercero por Aeduin. Ninguno de ellos tiene mucha idea de cazar o seguir un rastro, pero aún así lo intentan... y Dayton se encuentra con el oso en la primer vuelta del bosque!
Intenta dispararle una flecha, pero el animal es inteligente, lo advierte y escapa. Nuevamente en la persecución, Dayton logra darle alcance con los pueblerinos y los perros, al mismo tiempo que Sedgewick que seguía un rastro más antiguo. Arrinconan al oso contral un gran árbol; el ejemplar es grande, viejo y mañoso.
Una flecha de Dayton se clava en su lomo, enfureciéndolo. Luego Sedgewick carga con su lanza abriendo una gran herida en el lomo del animal; Dayton y Dundan, acercándose con la espada, rematan al oso con certeros golpes.
Los aldeanos comienzan a faenar al animal cuando llamado por los cuernos por fin aparece Aeduin. Dejando a Auden y Dundan para supervisar el trabajo en el bosque, los otros tres aspirantes comienzan la vuelta hacia el pueblo.
Camino a Imber, advierten a tres bandidos golpeando a tres campesinos, un hombre con sus dos hijas. Ante la voz de alto de Aeduin, lejos de amilanarse, empuñan armas. Entonces el joven de Pitton, intentando lavar la verguenza tal vez de solo haber avistado al oso ya muerto, se lanza en cabeza al galope, lanza en ristre.
Un bandido dispara una flecha, luego otra con el caballo ya sobre él. Erra ambas, pero la lanza de Aeduin lo atraviesa de lado a lado, dejándolo hecho un despojo en el suelo. Sedgewick y Dayton, montando en los flancos de Aeduin, reducen con sólidos golpes de espada a los otros dos bandidos, propinándoles terribles heridas. Instantes después, cuando retienen los caballos y vuelven a asistir a los campesinos, la única sangre que mancha el prado es la de los malvivientes.
De vuelta en Imber, Dayton, el matador del oso, obsequia la piel a Garr y su iglesia. La gratitud del pueblo se manifiesta en una cálida fiesta bajo las estrellas, en la cual Aeduin descubre que ni siquiera el haberla salvado de los bandidos hace que una muchacha vea con buenos ojos sus favores.
Retornan a Vagon, a reportar su truinfo a Sir Elad, junto con los dos bandidos sobrevivientes para que el señor del lugar disponga de su suerte. El mariscal los envía entonces con su favor a Sarum, ciudad capital de Salisbury y residencia del Conde.
Una vez allí, en la sala de audiencias, el mismo Sir Roderick los atiende, nombrándolos con la bendición del Rey y Dios nuestro Señor, Caballeros, por su Honor y su juramento de Lealtad.
Próxima partida! La Batalla de Mearcred Creek
El Rey Uther convoca a todo su ejército en la ciudad de Salisbury en el verano de 485. El Conde Roderick, como muestra de su poder, convoca a todos los Caballeros de la región (incluyendo a los PJs).
Se espera la pronta marcha del ejército hacia Mearcred Creek, en Sussex, contra los Sajones.
No hacemos Invierno de 485 porque primero hay una batalla en la morir o cubrirse de gloria!
Pongan fecha ;)
- Oid, Oid! gritó el muchacho, sucio y transpirado, que arribó a comunicar las nuevas en cada finca. El ilustre Sir Roderick, Conde de Salisbury y Señor de todas estas tierras, así proclama: Todo Caballero de noble origen y genuina lealtad ha de reunirse en Sarum, en 10 días, bajo orden del Alto Rey Uther y pena de desobediencia, para formar las filas del Rey en grandiosa incursión!
Sin perder tiempo, cada caballero comenzó a organizar sus menesteres, sus caballos y sus piezas de armadura. Los recién nombrados afilaron las armas (bueno, en realidad hicieron a sus Escuderos afilar las armas) esperando demostrar su valía en combate y estrenar las armas conferidas por el Conde.
En 10 días, marcharían hacia Sarum, la capital del Condado.
Sir Dayton estaba excitado ante la perspectiva de su primera batalla. Esos diez días los vivió acelerado, preparando hasta el último detalle su equipamiento, supervisando él mismo que todo estuviera en su lugar.
Cuando llegó el día, lleno de orgullo, vio como su madre y el resto de las mujeres del lugar salían a despedirlo a él y a su comitiva, pues todos los hombres de Winterbourne en edad de combatir, irían a prestar apoyo al rey Uther.
Lleno de emoción y deseo de gloria, el joven caballero partió rumbo a Sarum, sin mirar atrás.
Sedgewick abrió la puerta despacio, que chirrió anunciando su llegada.
-Madre, ha llegado un mensajero- dijo Sedgewick -Debo irme a Sarum a unirme a las filas de Sir Roderick.
-Lo sé, lo supe cuando vi al mensajero acercarse- dijo Brendyn sin apartarse de la ventana -Viví esto muchos años con tu padre. Una se llega a acostumbrar a esto, sabes? Pero un hijo es diferente- Brendyn se dió vuelta y abrazó a su hijo. -Toma, ten esta poción. Era de tu padre y decía que puede curar algunas heridas con solo tomarla. La trajo luego de una batalla y quería dártela en tu primer excursión oficial.
Brendyl le extendió un pequeño frasco de vidrio con un líquido de color violeta brillante. Sedgewick lo tomó y lo envolvió en un trapo para que no le sucediera nada.
-Sedgewick, hijo, hazme un favor. Intenta no usarlo, si?
-Si madre.- dijo Sedgewick. Luego se dió media vuelta y salió a organizar todo para su viaje.
Anno Domini 485. Verano.
El Rey Uther Pendragon a convocado a todas sus fuerzas para atacar las fuerzas Sajones que se reunen en Sussex, bajo la bandera del Rey AElle venido del continente. En el comienzo del verano, las tropas se juntan en Sarum, hogar del Conde de Salisbury.
Sir Auden, Aeduin, Sedgewick y Dayton se encuentran en las puertas de la ciudad, cuyas afueras están invadidas por la gran actividad que rodea siempre la mobilización del ejército a pleno, y más si el mismo Uther está implicado.
Los Caballeros logran entrar a la taberna más concurrida de Sarum, donde encuentran a Sir Dundan. En un alarde de generosidad, Sir Sedgewick paga la bebida y la comida a todos los involucrados, por lo que pasan una bonita velada entre hombres.
Esa noche se hace un banquete en el castillo del Conde, y Uther arenga a las tropas. A pesar de sus palabras, muchos se preguntan por las notables ausencias, en particular la del Duque Gorlois de Cornwalles.
Todos aprovechan para observar a las jóvenes casaderas, en particular a la bella y joven hija del recientemente difunto Sir Bles, Lady Adwen. Sir Aeduin en particular consigue ganar su gracia, aunque Sir Sedgewick también se considera en liza por la mano de la agraciada.
Sir Dayton aprovecha el tiempo para piropear a Lady Gwiona, dama de companía de la Condesa de Salisbury.
Finalmente, al día siguiente y a pesar de ser bastante menos caballeros de lo esperado, el ejército se moviliza hacia Sussex. Unos 1200 caballeros y hombres de armas cabalgan hacia la gloria.
Las fuerzas chocan en Mearcreed Creek. Los Bretones tienen enfrente a casi 3000 Sajones. La diferencia de fuerzas es obvia, y entre dientes algunas mascullan que la ausencia del Duque debería ser tachada de traición (si sobreviven a este día, por supuesto). Los Caballeros quedan bajo el mando del viejo Sir Amig, apodado El Asesino de Sajones, en el ala izquierda junto con todas las fuerzas del Conde Salisbury.
Armas de Sir Amig -->
Con Sir Amig cabalgan 6 Caballeros que le deben vasallaje, junto con los 4 caballeros cuya historia nos interesa. El veterano Sir Amig elije frente a él el lugar y momento de cargar contra las huestes sajonas. En combate singular, los hombres luchan todo el día, con gran gloria.
Al final del día, solo Sir Sedgewick ha sufrido heridas, aunque ninguna de consideración pero se ve debilitado de tal forma que debe emprender la primer parte del camino en carreta. Sir Aeduin obtiene el honor de no haber sido desmontado ni una vez, aún a pesar de recibir heridas su noble rocín por parte de las lanzas del enemigo.
El caballo de Sir Auden, por otra parte, recibe una herida grave en el costado que, a pesar de ser curada apropiadamente, le impidarán llevarse en combate nuevamente*.
Uno de los Caballeros de Sir Amig muere por las terribles heridas infligidas, y otro pierde un ojo y mucha sangre, por lo que se verá si puede sobrevivir el invierno.
Los Sajones finalmente huyen y es una gran victoria para Uther. En el camino de regreso, el mismo Conde se hace presente ante ellos para transmitirles sus felicitaciones ante el bautismo en batalla. En palabras del propio Rey, fue la valentía de las fuerzas de Salisbury las que permitieron la victoria resistiendo fuertes y desbandando el costado enemigo. Sir Amig, en privado, reconoce la valía de los caballeros y achaca en gran parte el éxito a la capacidad guerrera de los jóvenes caballeros.
De regreso en Sarum, Sir Aeduin entrega a Lady Adwen una muestra de su valor y un recuerdo de la victoria Bretona, a lo cual ella corresponde con un pañuelo bordado en su nombre para que la recuerde durante el invierno.
* Sir Auden pierde su caballo de combate. Mala suerte para él, tendrá que conseguir otro...
** Esto es nuevo. Todos ganan +1 a la Lealtad del Señor de Salisbury, y un chequeo en Honor.
Anno Domini 486. Verano.
Nuestros héroes (vamos a asumir que son héroes) han pasado su primer invierno como caballeros, haciéndose cargo de la finca por primera vez, algunos con más suerte, otros con menos.
Sir Auden no logra salvar a su caballo herido fieramente en combate, mientras que Sir Sedgewich lenta y dolorosamente, se va recuperando de su heridas. Los aviarios de Sir Aedwin se pierden, complicando la economía de la finca para el año entrante y Sir Dayton se convierte en padre por primera vez.
Con la llegada del tiempo estival, los jóvenes son convocados por el señor de Salisbury a patrullar los caminos, como parte de las obligaciones que ellos tienen para con su señor.
Al llegar a las inmediaciones de un bosque que según los rumores de los poblados cercanos anunciaban como encantado, los recién nombrados caballeros se ven sometidos a su primera prueba. Del interior del bosque llegan sonidos extraños por lo que Aedwin y Dayton, montados en sus caballos de guerra, dan un rodeo, mientras que el resto de la compañía avanza en linea recta para sorprender a lo que fuera que causara esos sonidos. Por un motivo que aún los historiadores nos esforzamos por dilucidar, sir Auden y sir Robert deciden enfrentarse al mal a pie, mientras que Keaton continua la travesía montado en su caballo guerrero.
Los tres caballeros son los primeros en salir al claro y darse de bruces con un gigante.
En un acto de valentía o de estupidez, algo que tampoco se ha logrado determinar hasta el momento, mientras Auden intentaba convencer a la bestia que se fuera pacíficamente, Robert decide cargar contra él. Lamentablemente su asalto no fue muy bueno, tan sólo logró enfurecer al gigante quien se dispuso a acabar con los protagonistas de la historia.
Mientras la mitad de la tropa se debate entre la vida y la muerte, Aedwin y Dayton terminan su largo rodeo y divisan la escena de lucha. Tras trazar una estrategia rápida, Dayton se queda más atrás para disparar flechas al monstruo a la vez que Aedwin carga contra él haciendo una buena maniobra de combate.
Luego de la carga, Auden aprovecha un momento de distracción del gigante y se trepa hasta su cuello para intentar asfixiarlo. Esta maniobra casi le cuesta la vida, ya que no ve cuando Aedwin vuelve a la carga y arremete contra la retaguardia del extraño ser.
Tras unas escenas de confuso combate, los cinco caballeros derrotan al monstruo matándolo de una vez.
Una vez muerto el gigante, se presenta la disyuntiva de qué hacer con el cuerpo. Robert propone enterrarlo pero Aedwin se niega pues sus religiones predican cosas opuestas. Tras un buen intercambio verbal, los nobles se retan a duelo para decidir que hacer al final. El vencedor resulta ser sir Aedwin quien decreta dejar el cuerpo allí para que se alimenten las bestias del bosque.
Como la noche es inminente, los caballeros ordenan a sus escuderos montar el campamento en ese lugar. Luego de la cena se oyen ruidos y se puede ver una extraña luz verde proveniente de una zona cercana a donde ellos se encuentran. Salvo Robert, los demás se dirigen hacia el lugar en cuestión, empuñando sus armas por si deben enfrentarse a algún peligro.
Al llegar a la zona de donde provenían los ruidos, ven que un caballero de aspecto sobrenatural se está enfrentando a otros dos jóvenes caballeros que portan escudos de vasallos de Uther. Mientras deciden que hacer, uno de los caballejos jóvenes cae muy malherido de su caballo mientras el otro se sigue batiendo en combate con el ser sobrenatural para evitar que alcance el lago.
Los caballeros protagonistas de esta historia se acercan a socorrer al joven que queda en pie y pueden ver que el legendario Merlin se está internando en el lago y que el ser sobrenatural dirige todo su empeño para intentar impedirlo.
Uno de los caballeros* toma el caballo huérfano para combatir en igualdad de condiciones con el espíritu, pero este es muy poderoso y los nobles apenas pueden hacer algo.
En un desesperado ataque, sir Dayton se enfrenta desde el piso al caballero montado y logra desarmarlo. Luego de esto, el caballero fantasmagórico decide retirarse.
Los cinco, ya que Robert ha decidido unirse también deciden trasladar el campamento a la orilla del lago y velar por la seguridad de Merlin mientras tratan de estabilizar al caballero malherido.
Sir Dayton se adueña de la espada encantada y en cuanto tenga la oportunidad, hablará con el mago para conocer sus habilidades.
*No me acuerdo quien fue.
Como verán, el tiempo ha hecho estragos en mi memoria, así que los hechos están más o menos detallados como me los acordé. Se aceptan modificaciones y correcciones :D
A ver cuando volvemos a jugar!!!