Roderick escuchó atentamente al señor Wood, según parecía no le había terminado de ir tan mal las cosas.
- Caballeros parece que todas las aguas convergen en un mismo punto. Las marismas, según hemos podido averiguar por los lugareños... Nadie se atrebe a adentrarse en ellas desde hace tiempo, pues de ahí es de donde provienen extraños sonidos. Una de las mujeres mayores del lugar asegura que se encuentra la puerta del infierno... pronunció concretamente el nombre de Lucifer y también ha habido referencia a seres de aspecto monstruosos, como crustáceos- miró significativamente a Wood y a Claypole- y que nadie que se aventura a ir vuelve...- en este punto Roderick se detuvo ante la presencia de Montserrat era mejor que aquella mujer no supiese demasiado- Yo he venido para informarlos, el resto ha decidido quedarse a hacer una visita turística nocturna a las marismas...
Los camastros eran un lujo comparado a lo que vivió Ab. en la guerra. Al estar entre paredes les mantendría lejos de las inclemencias y de los peligros de la noche, o eso esperaba el cabo.
Tras preparar las camas, bajó junto con sus compañeros al salón de la fonda para decidir qué hacían ahora.
- Yo pagaría gustoso la cena. No se sabe dónde podremos cenar de otro modo- comentó Abraham.
- Y si nos da tiempo antes de cenar, opino que deberíamos averiguar algo más sobre el profesor... eso o buscar algo "insólito" o "extraño" a parte de las marismas, que hubiera atraido la curiosidad de Zamarrenov.
Gracias, hermano—dijo palmeando fuertemente la espalda a Urdish. Aunque no era un hermano de armas, el hombre había accedido a quedarse con ellos, lo cual era más que suficiente. Puede que no quisiera ir a las marismas por la noche (aún) pero no cabía duda de que las grandes dotes persuasivas de Matthew servirían para convencer al hombre. O eso pensaba el piloto, sin caer en cuenta de que más de la mitad de las noches era él quien se tenía que levantarse a ver como estaba el pequeño cuando lloraba.* ¿Las diez de la noche? Pero que horas cenan en este país...en fin, me parece bien. Como también me parece bien ir a visitar el pueblo, pero antes de cenar, que después la gente decente no responde preguntas.
*iba a haber puesto que le tocaba fregar los platos, pero con la tara de Daphne ....XD
Fue escuchar la palabra cena y automáticamente revolucionarse el estómago. Había perdido la cuenta del tiempo que llevaba sin comer nada.
- Sí. Yo también opino que deberíamos cenar cuanto antes. Estoy muerto de hambre. - Dije pasándome la mano por la tripa y una sonrisa en a cara.
- Por mi parte no tengo problema en ir a esas marismas una vez que hayamos terminado de cenar. - Comenté encogiendo los hombros.
Sí, en este país se cena bastante tarde.- Confirma Ernest.- Aunque al final te acostumbras a estos horarios, lo que hay que hacer es levantarse más tarde, como mínimo a partir de las ocho de la mañana.
Consulta nuevamente su reloj de bolsillo.- Tenemos media hora antes de que sirvan la cena, si quieren podemos salir a dar una vuelta por el pueblo.
Los hermanos Cabo parecen satisfechos con las noticias. Hasta ayer no tenían ninguna pista sobre el paradero del profesor Zarramenov, y en esos momentos teníais dos.
Sabíais que el profesor fue al pueblo de Bonanza atraído por la ermita e intuíais que posiblemente sus pasos se habrían perdido en las marismas que rodeaban al zona y en las que según las leyendas populares había una puerta al mismísimo infierno.
Pues entonces deberíamos hacer las maletas inmediatamente.- Dice Jordi.-Y mañana por la mañana partir de nuevo hacia Bonanza a reunirnos con sus amigos, ¿Les parece?
Pensaba que íbais a seguir hablando, siento por haber tardado tanto en actualizar.
Poco a poco la sensación de alivio que había experimentado Wood al volver a ver al menos a parte de sus compañeros se fue difuminando, dejando paso a la preocupación.
- ¿Ellos solos van a adentrarse en las marismas?- Contestó a Roderick con visible preocupación en su rostro. Esa idea loca sólo podía proceder de Mathew. No sonaba nada halagüeño. Sin embargo ya no podían hacer nada más que esperar al día siguiente y aguantarse al frustración de no hacer nada al respecto. Sólo esperaba que no tuvieran que lamentarse más pérdidas. Asintió a las palabras de Jordi Cabo aunque más que hacer las maletas lo que tendrían que hacer es no deshacerlas.- Sr. Cabo, si le parece bien mañana podríamos madrugar para antes de partir dejar hechas las gestiones acerca de la matrícula del coche que nos seguía. No me gustaría dejar cabos sueltos.- Guiñó un ojo a la Monserrat creyéndose ingenioso por el juego de palabras.
A Roderick no le hacía mucha gracia exponer su integridad física... todavía se preguntaba ¿por qué no se había quedado en su casa? sin embargo al tocarse en brazo se dió cuenta que no podía permanecer indirente, aquella cosa no lo dejaría tranquilo...
- Tienen razón caballeros...- resolvió con un suspiro-... muy a mi pesar...- susurró para sí- madrugemos y vayamos a ver...- si sigen vivos- si han descubierto algo nuestros compañeros. ¿A que hora nos vemos? Creo que va siendo hora de ir a la cama.
Es una gran idea. Pasaremos por el ministerio de gobernación antes de partir para Bonanza. - Contesta el joven profesor Cabo quien parece pensar la respuesta para Craven.- Pues el ministerio abre a las nueve, podemos desayunar antes y estar en la puerta justo cuando abren, a esa hora no tiene por qué haber mucha gente.
- Perfecto. Pues vayamos a descansar.- Por alguna razón creía que le costaría conciliar el sueño. Le inquietaba el paradero y la suerte de sus compañeros.- Si nadie más tiene nada que añadir...
Me parece bien. Usted que ha estado antes, ¿sabe que hay que ver por aquí? ¿Qué lugares podrían interesar? Matthew se movió nervioso. Necesitaba hacer algo, pegar a alguien, disparar a alguno de los culpables de la desaparición de su hijo, cenar algo y luego pegar un puñetazo a DiCaprio, aunque estuviese muerto. Pero se contentaría con pasear y observar.
perdónperdón pensé que Colt había sido el último y estaba esperando al master
Ernest os guió por la ciudad, hablasteis con algún lugareño pero no os supo decir nada más allá de las historias de viejos que os había contado la tía maría. Después os fuisteis a cenar y tras ello intentasteis buscar alguien que os llevara a las marismas, pero aquello no fue tan sencillo, incluso en algún momento pensasteis que os sería imposible conseguirlo.
Al final encontrasteis un viejo que en un desvencijado carro os llevó a orillas de las marismas, durante todo el trayecto no dejó de maldecir en voz baja, decía que no creía en demonios, ángeles ni dioses, por suerte no entendías casi ninguna de sus palabras.
Cuando llegasteis a las famosas marismas os disteis cuenta de que sería imposible entrar allí aquella noche, el lugar era una enorme extensión pantanosa llena de plantas, aguas llena de plagas de mosquitos que zumbaban a su alrededor, sin ninguna luz en el horizonte que os indicara qué camino seguir.
Por una vez, mantuvisteis la calma y decidisteis no adentraros en aquella trampa mortal, sabedores que tal vez las leyendas sobre que nadie salía vivo de allí podían ser ciertas, sobre todo si uno entraba en ellas en mitad de la noche, aunque no tenía por que ser debido a los supuestos ángeles. Al final, después de una hora decidisteis que poco podríais hacer allí y que lo mejor era volver a la pensión a dormir.
A la mañana siguiente tras desayunar en el comedor de la pensión volvisteis a la calle. No habíais preguntado a más de dos personas cuando visteis llegar a un coche con vuestros compañeros.
Tirada oculta
Motivo: Mitos
Tirada: 3d100
Resultado: 62, 58, 77 (Suma: 197)
Adelanto para uniros y avanzar.
Os fuisteis a dormir para levantaros lo antes posible. Lo primero que hicisteis fue ir a la delegación del ministerio de gobernación para averiguar todo lo posible sobre el coche que os siguió la tarde anterior.
El profesor Cabo salió bastante contento de la delegación y os informó que en menos de una semana tendríais los datos.
Sorprendidos por la lentitud de la administración española salisteis para Bonanza montados en automóvil con conductor dispuesto a hacer de taxi. El viaje es largo y una vez pasados unos diez o doce kilómetros de buena carretera el chofer tuerce a la derecha para meterse en un camino sin asfaltar que transcurre entre interminables campos y más campos llenos de olivos.
Dos horas después de haber salido, exactamente once y diez de la mañana llegáis al pequeño pueblo de pescadores que es vuestro destino. Todas las casas están encaladas en blanco, suponéis que para combatir el agobiante calor que seguro hará en esta zona en pleno verano.
El taxi para en lo que parece ser una pensión, sin ningún problema descubrís a vuestros compañeros caminando por las calles sin asfaltar.