Partida Rol por web

El viento se levantó como el ruido de las hojas en los bosques,

las rocas se adornaban de blanco y brillaban bajo la luna plateada.

Como un cadáver que a su tumba bajó la luna

en el Oeste; en el Este se alzaron negras sombras salidas del

Infierno. La bóveda del cielo se combó sobre las

cimas de las colinas.

Las guardias se suceden una tras otra. Esta noche todos parecen bastante más cansados, incluso más que el día anterior en que tuvieron que combatir nada más y nada menos que contra tres enemigos distintos; bien sea el calor intenso que hace durante el día, y que Lis insiste en afirmar que es lo normal en estas tierras meridionales, o bien porque la caminata resultó demasiado intensa para gran parte del grupo la verdad es que el humor reinante durante la noche no era tan divertido como otros días.

El molesto ronquido de Meleghost era el único sonido que rompía la armonía nocturna del bosque.

-¡Zzz! ¡Zzz! ¡Zzz!

Tras abrir unos ojos mucho más descansados al nuevo día, Rianna se desperezó en silencio, acostumbrándose a la frescura de la mañana, antes de abandonar su rollo de cama y comenzar el lento ritual de recolocarse la armadura. Durante la noche, en el silencio de su rincón, la mujer había llevado a término la usual comunión con su Señor, que se había visto recompensada, tal y como era habitual, con las bendiciones de éste.

Con renovadas energías, rió al resto animada, mientras les gritaba grácilmente:

-¡Arriba, dormilones! Hay una horda que detener.- luego la muchacha recogió sus cosas y se preparó para reanudar el avance.

WItzzy aprovechó bien su descanso , pese a no querer admitirlo la dura jornada de camino la habia fatigado más que los combates del día anterior . Tras sus horas de sueño se levantó dispuesta a realizar sus guardias y vigilar el reparador sueño de sus compañeros .

Cuando el sol comenzó a despuntar se preparó para despertarlos pero fue Rianna la que tuvo ese placer .

Demonos prisa , si son trasgos los que vigilan el puente mejor pillarlos con sol , así todos estaremso en iguales condiciones .

Lis parecía despierto al amanecer, como había hecho al amanecer anterior, el alba lo encontró mirando al Este, se había desnudado completamente para recibir los primeros rayos del sol aunque tenía los ojos cerrados. Permaneció inmóvil como una estatua, algo alejado del campamento, durante casi una hora. Después se vistió -en la pequeña medida que él lo hacía- y se acercó a donde estaban los demás.

- El amanecer es maravilloso, con el sol puedes notar como la vida a tu alrededor despierta con él, hasta la última criatura lo saluda con alegría. El es la luz y el calor, él es la vida que empuja cada planta y cada animal que nos rodea. Es maravilloso sentir como tanta vida se pone en movimiento al alba, me hace recordar siempre por qué lucho, por qué he optado por este camino, por qué todo merece la pena.

El chico alegre seguí allí, pero este Lis, el Druida, parecía muy diferente. Las mudas oraciones de la mañana siempre producían un extraño efecto en él. Permaneció sin decir nada durante un rato más para luego acercarse al dormido Cornudo y tirarse encima de él dándole un enorme susto que el ciervo no pareció tomarse a bien pues intentó cornearlo en cuanto consiguió ponerse en pie -cosa no sencilla por los empujones del muchacho-. Cinco minutos más tarde, la luz verdosa de la palma de la mano de Lis corría por el cuello del ciervo.

La mañana solo era el prefacio de una misión que, por mucho que dijera el resto, no sería tarea fácil. Con cierta apatía, me levanto y recojo mis cosas, limpio mis armas y tomo un poco del desayuno. Tras unos ejercicios para poner en marcha tanto las articulaciones como los músculos, me coloco la mochila.

¿cómo avanzamos? ¿igual que ayer? preguntó antes de colocarse en ningún sitio.

Habrá que buscar un lugar donde dejar el carro. No sabemos lo que habrá en ese puente, por lo que no me arriesgaría a llevar a Gris muy cerca de él.

Sí, supongo que ese modo de avance es más que apropiado.[/B]- respondió Rianna, más que preparada ya para seguir camino adelante. -Como bien dices, Witzzy, confiemos en que un buen madrugón y el esfuerzo de avance de anoche nos permita avanzar a buen paso y coger el puente a la luz del día. A todas luces será una situación más favorable para nosotros.- zanjó Rianna, mientras ya avanzaban por la senda.

El enano se despertó con las palabras de la sacerdotisa y realizó una serie de movimientos bruscos para desentumecer los músculos. Luego, antes incluso de desayunar se acercó al burro y verificó su estado. Lo vió mucho mejor, pero algunas costras en su piel daban cuenta de lo que había sufrido la noche anterior

Muy serio y formal se acercó al mago y levantando el índice de su mano derecha lo increpó, sin preocuparse de la reacción que podría tener este - Y no lo hagas nunca más... pobre Gris, todavía que nos lleva las cosas vienes tu y le tiras esa cosa que lo lastima... te parece una buena manera de cuidar a los animales? Que te hizo el! -

Sus palabras fueron interrumpidas por el pequeño druida que saludaba al sol y efectuaba su pequeña reflexión matutina. Malhumorado como estaba, Kastor lo miró con atención, intentando descubrir un tono de broma en el asceta... pero sin conseguirlo - Si, si, el sol ayuda, pero no hay nada como unos cuantos trasgos muertos para realmente sentirse bien - le contesta, haciendo su propia interpretación de las verdades de la vida

Mascullando por lo bajo, el enano toma su lugar en la pequeña caravana, llevando las riendas del burro y murmurando por lo bajo a las acertadas observaciones de sus compañeros - Pierdan cuidado, cuando estemos cerca, dejamos a "Gris" en algún claro y a "Rojo" y "Negro" para que lo cuiden. El pobre no está preparado para participar de un combate - añade, sorprendentemente sin volver a echarle la culpa al mago de lo que ha pasado.

Sabemos mas o menos cuanto nos faltan , pregunta Witzzy , por que conforme nos vayamos acercando convendría que me adelantase para observar el puente de forma sigilosa e intentar sorprenderlos de alguna forma .

-Bueno, supongo que tu sentido natural algo te avisará cuando nos acerquemos a una profunda sima y los árboles raleen en lontanaza, ¿no, nuestra querida exploradora?- comentó Rianna extrañándose divertida de que fuese precisamente Witzzy quien preguntara algo así.

La cálida llamada de la sacerdotisa de Yergal despierta a Meleghost, quien a pesar de todo tarda un buen rato en levantarse por fin. Justo cuando el mago halruaano está desperezándose con cara de muerto de sueño, Kastor le impreca dándole los buenos días a la manera enana.

-Bla, bla, bla--es lo primero que suelta la boca del conjurador en este día.

-Claro, el Kastor tiene rasón. Tenía que haberme crusado de brasos hasta que esos animalicos nos hubiesen chuclado el alma, ¿no? 

-¡Ja! Yo también te quiero, gruñón.

-Si te soy sinsero, lo lamento mucho más por la Rianna que por el pobre burrico. Pero me temo que no tenía muchas opsiones donde elegir...

Luego, el pequeño humano recoge sus cosas y, sorprendentemente, antes de ponerse de nuevo en marcha se acerca a Cornudo y a Gris para murmurarles amablemente algo en voz queda.

Witzzy fruñe el ceño ante el comentario de Rianna . Pero decide no hacerle demasiado caso conociendo a la joven humana .

Bueno pongamonos en marcha y centremonos en el camino de una vez , que aún nos queda llegar hasta allí y visto lo de ayer la cosa no es un paseo . Dice intentando recordarse que las faltas de atención se pagan caras en este bosque .

Según vamos avanzando no paro de secar las gotas de sudor que recorren mis mejillas y cuello. El calor, a pesar de la temprana hora, empieza a hacer de las suyas, por lo que el avance no es fácil. No es fácil tener los cinco sentidos en el camino, a pesar de que estemos dejando a una tribu de gigantes tras nosotros y partamos a una misión que, casi casi se podría denominar suicida.

si no fuera por las excepcionales cualidades de sus compañeros, nunca habría aceptado ir, por supuesto pero, para bien o para mal, tras estos meses de convivencia había cogido algo de cariño al grupo, incluso a maltrecho Mel, y no dejaría que se enfrentaran solos a lo que quiera que nos estuviera esperando tras los árboles.

Con estos pensamientos, un paso sucedía a otro mientras observaba atento los lados del camino, e incluso echaba furtivas miradas a sus espaldas.

Lis, de nuevo, caminó en avanguardia un poco separado del grupo, se encontraba completamente recuperado, y para él el frío y el calor no importaban. Cornudo caminaba con él, recuperado también, aunque a unos metros de distancia. Su astado amigo era más corpulento, y de ir juntos podría desvelar la posición del joven druida. De este modo, aunque caminasen separados, un ciervo -aunque fuese el ciervo más hermoso del mundo- no llamaría la atención.

Tras una frugal comida, el grupo se pone en marcha recibiendo de lleno lo que en un principio parece un aire primaveral, pero que se traduce en un calor casi insoportable en las zonas donde los árboles escasean. Durante las siguientes millas los aventureros notan como el terreno transcurre elevado, hasta que el bosque acaba desapareciendo casi de improviso. Allí, seguros de estar ya en los alrededores del puente, el grupo se detiene para decidir quién avanzará ahora y dónde dejarán a los animales.