Partida Rol por web

Viendo que ha llegado la tan ansiada hora de descansar, Meleghost se acerca a una de las ruedas del carromato para apoyarse. Allí, con todas sus pertenencias a buen recaudo, el conjurador se deja caer sentado y trata de encontrar una cómoda posición para coger el sueño. Un sonoro erupto y algo parecido a una estridente ventosidad, que lamentablemente más de uno de sus compañeros confunde con algún restregón de su túnica contra el suelo hasta que le llega una pestilente ráfaga de hedor nauseabundo, es la sutil manera de decir buenas noches que tiene el pequeño y maltrecho humano.

-Siempre tengo que ser yo el que haga todo el trabajo. Pues, ¿sabeís qué? Ahorica mismo me pongo a sobar, no vaya a ser que aún me toque haser alguna guardia también. ¡Xico caia!--se guarda para sí el mago halruaano nada más cerrar los ojos.

Tras ver a Kastor organizar las guardias con Witzzy en un instante, Rianna asiente cansada y se dispone a dormir lo más rápidamente posible, tras quitarse la pesada armadura que tantas veces le ha salvado la vida. Al abrigo del carro, la mujer cierra los ojos y en breves instantes está profundamente dormida dado su agotamiento.

Una vez acabado el combate, todavía con la respiración un tanto agitada, guardo la espada

¿qué diablos era eso?, no sé que me han hecho, pero al agarrarse a mí he sentido como si fueran a succionar la vida. No es fácil de explicar, pero es como si se hubiera llevado parte de mi energía. hablo interrogativamente hacia Mel y Rianna, más duchos en estos temas.

Esta noche los aventureros no tienen muchas ganas siquiera de preparar el campamento, los hay que incluso se limitan a tenderse sobre el petate y dormir para recuperarse del sobresalto del encuentro de unos minutos atrás mientras Kastor se pasea de un lado a otro atento a cualquier novedad en los alrededores.

Lis se acercó a Cornudo, que había opatado por tumbarse y le susurró algo al oído. Con ternura le acarició bajo las orejas antes de alejarse unos pasos y acercarse a Asoith.

- Mañana Cornudo no luchará, está muy débil por los agijonazos, le he dicho que deberá mantenerse en los bosques y esperarme; al menos hasta que pueda curarle, y no sé si mañana podré hacerlo. Necesitaré mis conjuros para dañar el puente.

Poniendo las manos sobre Asoith, una luz verdosa salió de ellas y por un instante pareció meterse bajo la piel del humano.

- Mañana estarás repuesto.

Sorprendido por el extraño tacto de las manos del joven, le miro mientras pronuncia unas extrañas palabras. Al poco, siento que la energía perdida vuelve a mi cuerpo, recuperando gran parte de mi vitalidad. Apoyando una mano sobre el joven, le miro a sus extraños ojos negros

Se lo que significa Cornudo para tí, y aún así has elegido recuperarme a mí. Te debo una amigo.

El enano observó como, poco a poco, sus compañeros se acomodaban para descansar. Al mirar a sus perros, se dió cuenta que Rojo estaba totalmente fatigado. Con una dulzura que generalmente no le veían utilizar con los seres supuestamente inteligentes, lo dejó descansar mientras se preparaba a hacer el primer turno junto con Negro.

Sin embargo, antes de dejar que los ronquidos se esparcieran por la noche, habló con el asceta - Lis... te ocupas del segundo turno? - le preguntó al desarrapado al que vio tan preocupado con su ciervo como el lo estaba con su burro - Sabes... quizás esta poción le permita a Cornudo que nos acompañe... siempre pensé que me sería útil si a Rianna se le escapaba alguna sombra, pero creo que en este momento el realmente la necesita - El enano le ofreció al druida la poción con generosidad - Si consigues que abra la boca podemos dársela - insistió

Tras unos segundos, meditando lo que quería decir y como quería hacerlo, trató de explicarse - Sería una pena que no podamos contar con su ayuda. "Rojo" y "Negro" son buenos guardianes... y pueden combatir con algún trasgo, pero no nos podrán ayudar demasiado si son muchos... Y "Gris" está, aún, bastante herido. Sería una pena que el tampoco pueda participar... esos cuernos nos pueden salvar la vida... ábrele la boca e intentemos curarlo -

Witzzy no pudo evitar reirse al ver al pobre bruto derrumbarse sobre el duro enano . La cara de preocupación de este último era cuando menos sorpresiva para alguien que no coniciese bien a Kastor;que un enano que decapita enemigos sin mover un musculo de su cara pudiese mostrar tanta aflicción por lo acontecido a un pobre burro que compró hace menos de una semana es desde luego extraño otros, pero no para sus compañeros que ya conocen a Kastor .

Sobre la perdida de energías debida a los picotazos Witzzy poco pudo hacer, así que se mantuvo al margen , preparando un improvisado campamento en el que poder descansar y pasar la noche .

Kastor si me dejais dormir un rato , el resto de la noche lo puedo pasar haciendo guardias sin problemas . Dice Witzzy apoyando la idea del enano sobre las guardias .

- Gracias Kastor -respondió Lis dándole un abrazo al sorprendido enano.

Cornudo se tomó la poción sin problemas, y aunque seguía muy agotado, al menos se recobró un poco. Lis le ordenó dormir bien toda la noche, él haría la guardia sólo.

El enano asintió ante las palabras de la elfa mientras se preparaba para velar el sueño de sus compañeros. Preocupado por el estado de los animales, que parecían estar peor que los "seres racionales", se acomodó bajo un arbol y, con una de sus hachas sobre las piernas se concentró en el entorno.

Su visión en la oscuridad, era una ayuda, pero la preocupación por las heridas de "Gris" hacía que estuviera más tiempo enfocándola hacia el animal que hacia la oscuridad que los rodeaba. Espero que Rianna, mañana, pueda curarlo un poco. Pobre animal, lo necesita... Si el mago hubiera sido más cuidadoso esto no habría pasado Más allá de sus pensamientos dispersos no era la primera vez que acampaban y excepto Lis, que parecía estar aclimatándose al grupo, el resto ya sabía que podía confiar en el.

No sería el más inteligente, pero sabía hacer una guardia... y gritar si la situación lo sobrepasaba.

Aun oyendo los gritos del enano por alrededor, y sabiendo que no podría dormir, a pesar de estar muerta, si no hacía algo para remediarlo, Rianna le profesó algunos cuidados mínimos a los animales del explorador, antes de volverse a su camastro, sin siquiera intercambiar agradecimientos y no hay de qués, para caer derrengada. Ya la despertarían para su guardia.

Las guardias se suceden una tras otra. Esta noche todos parecen bastante más cansados, incluso más que el día anterior en que tuvieron que combatir nada más y nada menos que contra tres enemigos distintos; bien sea el calor intenso que hace durante el día, y que Lis insiste en afirmar que es lo normal en estas tierras meridionales, o bien porque la caminata resultó demasiado intensa para gran parte del grupo la verdad es que el humor reinante durante la noche no era tan divertido como otros días.