Partida Rol por web

- Vayamos con los gigantes - aceptó el enano, algo más tranquilo al poder acariciar a uno de sus perros - Si además del guante necesitan algo más les dejamos al asesino para que se diviertan. Así podrá ser útil - agregó sin preocuparse por las reacciones del mago ante sus desplantes

Witzzy asintió ante las palabras de sus compañeros , lo mejor para evitar la melancolia era ponerse en marcha. Ademas todavia estaban cerca del puente derruido y no era plan de ponerse a descansar allí mismo . Lo mejor acercarse hacia el cruce para tomar el camino de lso gigantes .

Vayamos en busca de nuevos aliados, la lucha como hemos visto es dura y mortal ... hizo una pausa para recordar a los caidos estos días y continuó. Necesitaremos toda la ayuda posible en esta contienda .

-¡Perfecto!--exclamó repentinamente Máraster dando una sonora palmada para llamar la dispersa atención del grupo--Si estamos todos de acuerdo, será mejor que nos pongamos en marcha ya mismo. No hay tiempo que perder. Os recuerdo que una infecta horda de trasgos está a punto de inundar la región entera mientras nosotros seguimos aquí de brazos cruzados.

Con paso firme, el canoso arcanista se acercó al enano y luego musitó unas palabras arcanas que sorprendentemente ayudaron a cerrar parte de las heridas del entristecido Kastor.

-Siento mucho lo ocurrido. Jamás podré compensar la falta del perro, pero espero que algún día entiendas que fue un condenado accidente.

- No me toques - respondió el enano sorprendido al notar como se cerraban sus heridas - Nunca podré entender como alguien que se dice mago debe matar a un pobre animal que solo quería vigilar el carro. Si no hubieras intentado... no importa. Nunca lo entenderás -

Meneando la cabeza se dirige al carro y verifica que "Gris" este correctamente enjaezado antes de trepar al pescante y buscar las riendas - Vamos... Avancemos para ver a esos gigantes - aclara

Witzzy no duda de las intenciones del nuevo humano , pero comprende al testarudo enano , al fin y al cabo es un amigo el que ha caído , por accidente o por mala suerte , o por que su nombre estaba escrito en el libro de Rianna , por lo que sea ... ha caído y el dolor no entiende a razones .

Bien andemos hasta que tomamos este camino , allí descansaremos y mañana buscaremos a esos gigantes . Pero antes si pudieseis cerrarme estos agujeros un poco os lo agradecería . Así no gastamos estas pociones . Dice la elfa mostrando los impactos de las flechas de los trasgos .

Al oir de nuevo al enano, me giro hacia él dando unos pasos

Me parece increible que estemos hablando más de ese perro tuyo que del viejo mago. Te recuerdo que ¡¡tú!! les diste la orden de defender el carro de todo aquel que se acercara ¿qué se supone que tendría que haber hecho el viejo? ¿dejarse morder?

Si de alguien habría que apenarse es del viejo verde, que sin él, quizás, habriamos perecido todos, pero ¿alguien oye a alguien lamentarse por el viejo? ¡no!, solo estamos escuchando a un enano cabezón hablar de su perro muerto, en vez de agradecer que al otro no le hubiera pasado nada. Vosotros habéis elegido salvar al pueblucho ese de la horda en vez de irnos, como teníamos que haber hecho, así que tú también eres responsable de la muerte de tu amigo, al traerlos a un campo de batalla y hacerlos partícipes de la lucha.

- Pero, pero... - el enano se queda cortado ante las palabras de Asoith y, por más que internamente deba darle la razón no tiene ganas de dar su brazo a torcer - Pero no tenía porque acercarse a curiosear un carro que no era de el. Y a Rojo no lo llevé a la lucha, lo dejé lejos de ella, cuidando el carro. - intenta defenderse - Y respecto a Meleghost... Bueno, el viejo sabía cuidarse. Claro que un dragón quizás fue mucho para el... bueno, para todos, pero, pero... - finalmente se queda callado. No encuentra las palabras para justificar lo injustificable

Con la cabeza gacha y con pocas palabras, Kastor sacude las riendas y deja que Gris impongael ritmo de marcha - Pero pese a todo, no debería haberlo asesinado - se lo escucha murmurar por lo bajo

Rianna se acercó a Asoith y colocó sus manos en el rostro del guerrero. Asoith, el viejo Meleghost no querría que llorásemos por él, el solamente nos diría Acabad con ese xino volador por mí y escupiría a un lado mientras su espíritu se eleva para formar parte de la Lista Sin Fin. De la misma forma, Yergal aún no considera que tu nombre deba ser escrito.

Asoith pudo notar cómo era curado por la energía divina de la sacerdotisa, quien se acercó entonces a Witzzy.

Hermana en la batalla, la tinta que escribirá tu nombre aún no ha sido siquiera molida. coloca ambas manos en los hombros de la elfa y aprieta con cariño a la arquera. Ojala la muerte nunca aleje la alegría que siempre llevas dentro y que nos trasmites a todos.

Se acercó entonces a Kastor y le hizo una leve caricia en la mejilla, secando en el mismo movimientos las lágrimas y sanándo levemente las pocas heridas que le quedaban. Kastor, valiente guerrero, recordaremos a Negro y lucharemos por su espíritu, quien te estará esperando en el más allá cuando Yergal indique que tu hora, nuestra hora, ha llegado.

Yo aguantaré las heridas en memoria de los caídos hasta el atardacer, momento en el que haré entrega de ellas a Yergal para simbolizar el paso a su destino. dijo al grupo en general.

Ahora, una vez bendecidos por Yergal y agradecidos de que aún no ha de ser escrito nuestro nombre, pongámonos en marcha hacia la zona de los gigantes. sugirió.

Cuando acerca su mano cálida a mi cara, siento cómo la energía penetra por mi cuerpo y mis heridas comienzan a cicatrizar y desaparecer. Al oir mencionar al viejo Mel, no puedo evitar una media sonrisa, mezcla de tristeza y añoranza hacia el particular mago.

Una vez recuperado, me pongo en marcha a la par de la carreta, siguiendo su lento avance. Tras escuchar las palabras que Rianna lanza al enano, alargo un brazo para palmearle el hombro. A pesar de todo lo que he dicho, está claro que lo único que pretendo es que el valiente enano se recobre de su pérdida y sea el mismo de siempre, y para ello deberá de confiar en todos aquellos que luchen a su lado, y si uno de ellos es el viejo mataperros, deberá de superarlo por un bien superior.

Tras los acontecimientos de los últimos dos días, con la muerte de Meleghost y Negro, el humor del grupo se había resentido gravemente. Exceptuando algunos fútiles intentos de Lis por alegrar a los aventureros lo único que se oía eran las ocasionales murmuraciones de Kastor y la fauna de alrededor de la Ruta del Alba.
La temperatura media de los días continuaba aumentando, lo que provocaba que Rianna buscase constantemente la sombra de los árboles de la linde del camino y agua para refrescar la pesada armadura negra que le cubría completamente. De seguir así el tiempo la sacerdotisa tendría que empezar a evitar las horas más calurosas a riesgo de caer desplomada en cualquier momento.
Por si no fuesen pocos los males que les acosaban, Gris empezaba a acusar la excesiva carga del carro, repleto de armas, armaduras y otros objetos arrebatados a la horda. El enano se planteaba ya conducirlo desde abajo o dejar parte de la carga atrás.

Resultó un alivio para todos llegar hasta el claro del camino que albergaba la enorme efigie representando a un gigante. Aunque cubierta de musgo y aves que anidaban en su cabeza su altura seguía resultando imponente. El desvío de la ruta, aunque estaba bastante descuidado, era aún transitable para la carreta.

- Hasta acá llegamos - preocupado por el estado del burro, la voz del hachero suena firme y resolutiva - Si mantendremos la carga tan pesada las jornadas deberán ser más cortas. No quiero que Gris se lastime. No soy como otros que disfrutan matando animales - añade sin poder evitar su comentario mientras mira al mago que los acompaña

Con todo solo es un comentario que sale de su boca en forma automática y a continuación continúa - Busquemos donde descansar y le sacaré los arreos, después de todo el animal necesita dormir - asegura - Rojo, solo, me acompañará en mi guardia, pero no me gustaría acampar en medio del camino. Quizás deberíamos buscar un sitio más resguardado... pero que no sea muy lejos.

Witzzy agradeció con una rapida sonrisa las palabras y la energía que la joven le transmitió para en silencio continuar con su trayecto , alejarse del lugar de perdida siempre era duro , dejar amigos atrás ya no le sorprendía , pero hay cosas a las que un longevo elfo no tarda en acostumbrarse .

El trayecto fue duro y el calor no ayudaba precisamente , pese a todo la elfa permaneció atenta al bosque , el claro al fin supuso un respiro y la clara posibilidad de descansar del fatigoso viaje .

Yo si quereis puedo dormir un rato y luego encargarme del resto de la noche , así podeis descansar mas tranquilos . Dijo la elfa cuando buscaban el lugar donde acomodar el campamento y descansar .

Rianna se recogió la melena, mojada por el sudor, con un pequeño cordel y comenzó a desprenderse de las placas de metal tan pronto pararon, dejando ver unas ropas sudadas que se ceñían a su esbelta figura.

Creo que si el tiempo sigue así, voy a verme obligada a avanzar sin armadura a los designios de Yergal. dijo mientras terminaba de desarmarse.

Sonrió a Witzzy en agradecimiento ante su oferta y echó una mano a preparar el campamento.

Lis se alejó del grupo un momento, dando saltos de roca en roca y alternando con un alegre trote, una vez más parecía de nuevo el chico alegre que parecía estar jugando, como si aquella guerra no fuese más que una pequeña aventura imaginaria. Al cabo de menos de un minuto volvió con su característica sonrisa de oreja a oreja. 

- Venid, a unos 500 pies hay una roca hueca donde cabremos todos, está bien resguardada de miradas indiscretas y una fuentecilla de agua surge de una de las paredes, suficiente espacio y agua para nosotros nueve  -Lis incluía, naturalmente, a los tres compañeros más peludos en el recuento- Podemos descansar allí, se está bastante fresco. 

Sudoroso y con el pelo completamente desaliñado, Máraster también pareció alegrarse sobremanera cuando por fin alcanzaron la estatua que hacía las veces de indicador. Para un iluskano oriundo de la Ciudad de los Esplendores, el caluroso tiempo del sur en esta época del año resultaba un auténtico infierno.

-¿Nueve?--se preguntó sorprendido el arcanista mientras se secaba los labios con el dorso de la mano tras ingerir un refrescante trago de su odre de agua--¡Ah, ya veo!

-¿Y el carro? ¿Cabe también dentro o qué? Ya que estamos, ¿no?--bromeó el evocador sentándose sobre una roca para sacarse el molesto guijarro que llevaba un buen rato dándole por saco.

- Si nueve... y no diez. Alguien reemplazó al viejo escupidor ... y un amigo fue asesi... eh... murió por defender nuestras pertenencias - Para sorpresa de todos los presentes, el enano hace un intento de ser diplomático, sin terminar de conseguirlo

El hachero asiente ante la proposición de la elfa y se prepara para tomar la primera guardia en la abertura de la oquedad que encontró Lis cuando propone - Siempre hacemos las guardias de la misma manera, pero quizás ahora deberíamos cambiar. De Witzzy ya sabemos que nunca duerme - se encoge de hombros incapaz de entender una realidad distinta a la suya - pero los demás... quizás debamos turnarnos solo Asoith y yo y dejar que quienes necesitan recuperar sus conjuros... - señala a Lis y a Ryanna y luego, reluctantemente a Maraster - descansen y se preparen para lo que podamos encontrar con esos gigantes. Yo solo dependo de mi hacha - se encoge de hombros algo avergonzado de su idea...