Partida Rol por web

El SUV pasa por encima de la botella de Green con el lógico reventón de neumático y el lógico derrape en una curva, invadiendo otro carril y topando con otro coche. Dos más que van detrás tienen una colisión en cadena. 

Cuando el SUV del Team Two llega a la altura del accidente, ya os habéis perdido en los ramales secundarios de la A12. Vuestro coche acaba en un polígono abandonado donde los drogadictos lo desballestarán pronto (Callejeo/Bajos fondos). 

Estáis hablando de cómo dispersaros y volver al piso de Camille Bouchard por rutas separadas cuando Green oye un pequeño ruido que identifica. Se acerca al coche y comprueba una cosa del suicida que habéis llevado encastado en el capó (Medicina).

- Ese hombre sigue vivo.

- ¿Está usted bien? ¿Puede andar? - Lanza una mirada a Green esperando su aprobación antes de intentar ayudar a incorporarse al hombre del capó, no vaya a ser que debido a su grave estado haga más mal que bien. - ¿Es usted Harker? ¿Sabe algo de la conspiración? ¿Qué ha ocurrido en la iglesia? - 

No tenía idea de su estado ni conocimientos médicos suficientes. Intentaría alentarle en lo que pudiera, o al menos sacarle la información que necesitaban antes de que , de darse el caso, el tipo sufriera un fatal desenlace.

-No se preocupe, amigo. Vamos a llevarle a algún sitio donde le atiendan. Aguante. - No sabía siquiera si el tipo podía oirle. Igual estaba del todo inconsciente.

- Podemos llevarlo a Rayid, un antiguo miembro de las Fuerzas Armadas de Su Majestad, ahora médico clandestino. Me debe un favor. Lo que no se es cómo lo vamos a llevar hasta allí, según el estado en el que esté. Si puede andar, podríamos ir en el metro de Londres.-

- La gente de aquí esta acostumbrada a ver toda clase de cosas raras.- Ante las miradas incrédulas de los demás se atreve a aclarar -Son Londinenses-

Green le chistó al resto con algo de fastidio, pidiendo silencio para poder concentrarse en los signos vitales del pobre pasajero.

Suponéis que ese hombre es Harker. Habrá que dejar las averiguaciones luego, si queréis salvarle la vida. La caída le ha roto una docena de huesos. Es un milagro que siga respirando y un acto de caridad que esté inconsciente. Green debe multiplicarse para conseguir detener sus múltiples hemorragias mientras Ali moviliza sus contactos.

Incluso en su lamentable estado se puede distinguir que tiene entre cincuenta y sesenta años, pelo entrecano, mediana estatura, viste de forma algo anticuada.

El maletín de cuero que ha dejado caer no parece tener trampa ni truco. Dentro hay solo un libro viejo...

Green se apartó del auto, mirándose las ropas ensangrentadas.

—No puedo hacer más— dijo con una mueca insatisfecha—. Que alguien tome el libro, yo voy a mancharlo todo.

Cuando llegaran a un lugar seguro podrían revisarlo con tranquilidad, pero de momento solo quedaba esperar a que el contacto de Alí les pasara a buscar.

Ali hace sus llamadas y aparece una furgoneta de reparto de flores que dentro lleva camilla y dos paramédicos. Ese hombre estará en tan buenas manos como es posible en una clínica clandestina. Donde suelen ir mafiosos heridos que no quieren pasar por hospitales con doctores (y policías) preguntones. 

El grupo parecía cansado y aturdido tras la persecución. Green no descartaba un leve estado de shock, ni siquiera para ella misma. No era del todo cierto que en algún momento uno se acostumbraba a estar perpetuamente al borde de la muerte. Pero recurriendo a sus conocimientos de psiquiatría, hizo lo mejor que pudo: Pensar una meta general, descomponerla en pequeñas tareas, buscar los obstáculos del ahora, inventar una solución sencilla, e implementar el plan.

Una voz serena pero firme ayudaría al resto a seguir su liderazgo con menos resistencias.

—No podemos seguir conduciendo en esto— el auto con agujeros de bala y un capot abollado y ensangrentado llamaría la atención de cualquiera. Las ropas ensangrentadas también, en especial las suyas, que llevaban la sangre de Harker.

—A ver si entre todos hemos traído una muda de ropa...— dijo, encarando al baúl del vehículo. Una vez cambiada, con ropa un poco holgadas pero limpias, explicó el siguiente paso.

—Transporte público, o un taxi, lo que encontremos primero. Cuando lleguemos al piso franco, veremos cómo sigue todo.

Tras la diablada persecución por las calles de Londres, por fin pudieron dejar atrás a los SUV y, en un callejón, poder bajar del vehículo. Bueno, de lo que quedaba de él, porque estaba hecho un cristo...

Después de que se llevaran a Harker en la furgoneta, Morgan se acercó al maletín y cogió el libro. Ya tendrían tiempo de revisarlo detalladamente en busca  de algo de información.
Estaba  claro que Harker pensaba que ese libro merecía la pena perder la vida incluso así que seguro que les daría alguna pista...

- Equipo, nos vemos en el apartamento. 

Dicho esto, Morgan se alejó del grupo con paso decidido para perderse entre la multitud de transeuntes que, a esa hora, pululaban por las calles de la ciudad....

Ali se va con la furgoneta para hablar con Rayid en persona. Los demás os dispersáis rápidamente tras limpiar el vehículo. Sois profesionales, así que un uso juicioso del metro, un robo de una sudadera con capucha, o una vigorizante caminata os permiten dejar atrás Wanstead. 

El piso franco parece más acogedor ahora. La rutina habitual: primeros auxilios/ducha/comida/cigarrillo o café. Más café. Toca mirar la tele y comparar notas.

Es curioso que un tiroteo con armas automáticas en un barrio residencial de Londres, más persecución en autopista, no aparezca en las noticias... Tan raro como que no apareciera la policía. Solo se menciona un accidente de tráfico, pero sin mencionar heridos ni conductores. 

Se menciona un suicidio, sí, pero del cura de la iglesia de Saint Mary. Se afirma que padecía una grave depresión.

La emboscada la hicieron profesionales. Con armas automáticas y chalecos antibalas y conductores entrenados. No gamberros callejeros como en Marrakech o macarras mafiosos como en Rumanía. 

Eso huele a que está metido en ésto el Gobierno británico. O alguien muy influyente.

Las últimas dos horas pasaron como una exhalación, rutinarias pero veloces. Viajar, llegar, acomodarse...

Y finalmente, podían sentarse a leer aquel libro. En medio de la mesa del comedor, Green dio vuelta a las primeras páginas, sin saber qué esperar que se le apareciera desde el interior.

El libro tiene más de cien años, aunque está bien conservado.

Es, al parecer, un ejemplar de la primera edición de la novela Drácula de Bram Stoker...  Ello os causa una cierta decepción hasta que hojeáis más a fondo. Entonces la decepción se convierte en emoción, luego en miedo.

Este libro no es una primera edición: es una versión previa a que saliera al público la novela conocida. Tiene mucho más contenido. Muchas partes que al parecer se eliminaron antes de publicarla oficialmente.

Lo más sorprendente es que hay notas a mano escritas en la novela. De distintas manos y de distintas épocas:

- En tinta azul, elegante caligrafía y con estilográfica alguien apuntó referencias a una operación secreta británica en Rumanía en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. 

- En tinta verde y escritura progresivamente degradada que refleja problemas mentales crecientes, otra persona escribió detalles de una operación de espionaje durante la Guerra Fría. A finales de los 70.

- Las últimas notas son en tinta rioja y con exceso de abreviaturas. Son las más recientes, con referencias a bases de datos informáticos y a imágenes sacadas con drones. Tienen un par de años. Una tercera persona ha repasado las dos series de anotaciones.

Con un primer hojeo superficial sacáis la siguiente información:

- Hay o hubo algo llamado Proyecto EDOM en el Gobierno británico.

- EDOM dedica al vampirismo. Al parecer a luchar contra los vampiros. O a utilizarlos como armas.

- La novela Dracula trata de hechos reales. Una operación secreta victoriana que salió mal. 

- Dracula, el vampiro, existió realmente. Y tiene o tenía tentáculos extendidos por toda Europa.

Lo que os queda muy claro es que hay que salir pitando. Desaparecer en las esquinas y resquicios como soléis hacer. Ese dossier puede ser el inicio de algo importante. Pero tenéis que seguir vivos para sacarle provecho.