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Unas sombras moviéndose tras la esquina de un callejón captaron la atención del Brujah, quien corrió hasta allí para encontrar a Derek espada en mano haciendo frente a tres asaltantes armados, que vestían por completo de negro.

Aurélien echó mano a la empuñadura de su espada bastarda y corrió hacia los asaltantes, golpeando con fuerza el arma de uno de ellos para intentar desarmarlo.

El atacante se dirigió hacia el Brujah y trató de acertar en él una mortal estocada. El golpe fue preciso, mas la destreza de Aurélien no fue menor y con presteza interpuso su hoja entre el golpe, trabando la espada del enemigo.

-Márchate. No sabes en lo que te estás metiendo -le dijo cuando sus ojos se cruzaron.

-La próxima estocada no será en vuestro hierro; marchad mientras tenéis tiempo - dijo el caballero alzando su espada para señalar al atacante desarmado.

El Brujah dibujó un arco con la espada para forzar el brazo rival y desprender así el arma de su enemigo, pero éste fue hábil y girando la espada junto con su brazo terminó de nuevo trabando los dos metales.

-No deberías escuchar este hombre. Te llevará a la Condenación -le advirtió mirándolo a los ojos a través de las hojas de las espadas entrecruzadas.