La partida pertenece al Escenario de Campaña de Dragonlance, concretamente, La llave Silvana. Es una partida corta para jugadores novatos, con personajes de nivel 1. Será la primera de varias partidas cortas que sumen una campaña y que sirvan para que los personajes vayan subiendo de nivel.
Han pasado varios años desde el final de la Guerra de los Espíritus. Los Caballeros de Neraka, conquistadores del reino élfico de Silvanesti, se vieron expulsados de dicho reino por sus otrora aliados, los minotauros. Una gran parte de esos caballeros vagan por distintas villas del entorno, dedicándose al pillaje, concretamente, por la villa de Pashin. Pegrin es uno de esos antiguos caballeros negros convertido en un rufián. Lidera una banda de saqueadores que se han hecho con disitintos objetos élficos de valor, entre los que se encuentra la conocida como llave de quinari. ¿Qué es?, ¿Dónde se encuentra?, ¿Para qué sirve?
Vosotros, aventureros, os encontráis en la villa de Pashin y con el tiempo, habréis de responder a estas preguntas.
(La partida, de momento, está completa. Pongo en espera todas las solicitudes por si se produce alguna baja. Gracias)
Manuales admitidos
Manual del jugador D&D 3.5
Escenario de Campaña - Dragonlance
Dragonlance Atlas
Tras la Guerra de los Espíritus, Ansalon no había sido el mismo. Criaturas de diferentes naturaleza vagaban por las regiones del continente, que había cambiado su fisionomía durante el reinado de los dragones del mal.
La ciudad de Pashin, como muchas otras ubicadas junto al antiguo reino de Silvanesti, se había convertido en testigo de mudo del trasiego de los antiguos caballeros de Takhisis, conocidos a la postre como caballeros de Neraka, expulsados del reino elfo por sus aliados minotauros, tras la conquista del mismo. Muchos de estos caballeros negros se habían refugiado en Pashin, viviendo del pillaje y haciendo de la "ley del más astuto" su máxima. Lejos quedaban aquellos tiempos en los que un caballero, perteneciese a la orden de Solamnia, a la de la Espina, a la de la Rosa o a la de la Calavera, seguía unos preceptos -aunque fueran mínimos- basados en el honor. Pashin se había convertido en una villa comercial, cuyas calles frecuentaban delincuentes, asesinos, ladrones, comerciantes, kenders aquejados, elfos refugiados y Caballeros Negros por igual. Si bien es cierto que algunos de estos Caballeros Negros intentaban mantener un cierto orden dentro de la ciudad, otros muchos rechazaban enérgicamente cualquier apariencia de honor, dedicándose a la venta de objetos élficos obtenidos por medio del asalto y el robo de palacios, santuarios y antiguos hogares elficos. Robos acaecidos en su huída del reino de Silvanesti, tras su expulsión.
Pero quizás exista un halo de esperanza...