Partida Rol por web

El rostro severo, sin atisbo alguno de gracia ni complicidad, los ojos azules clavados inflexiblemente en el mordaz elfo mientras éste se explicaba su recelo con aspavientos. Unos fríos segundos de espera, como lo era la noche... como lo era aquella mirada, tras el cese de la risotada propinada gratuitamente. Si por el hechicero fuese, su autor habría caído fulminado bajo aquellos ojos que le escrutan más allá de la suficiencia... sin embargo aún le era de utilidad a pesar de su estúpida e inoportuna lengua.

-. ¿Por qué te pronuncias tan ligeramente sobre aquello que no comprendes?.- Le espeta con dureza y rotundidad. -. El cómo no es tan importante como el por qué. Entiende esa premisa elfo... y aplícatela...- Los ojos azules brillaron perceptiblemente durante unos instantes. -. Yo te daré un cómo, si es lo que más valoras, y también un por qué, si es que lo precisas saber.- Se gira hacia la puerta que se interpone entre ellos y el cuerpo sin vida de Bruegar. -. Mientras tanto, averiguemos qué encierra bajo llave nuestra querida rata...- Sus manos comienzan a mecerse bajo la harapienta indumentaria ilusoria... y de sus labios son pronunciadas con firmeza unas extrañas palabras.

Compruebas que sobre la puerta no recae ningún tipo de sortilegio, y que tal y cómo visteis, simplemente está cerrada con llave.

El hechicero observa de nuevo con sus astutos ojos azules al mordaz bribón con una sonrisa de satisfacción el los labios. -. Ningún sortilegio, más allá de una cerradura y su llave, protege la entrada. Me agradaría ser testigo, ahora, de una demostración de la maestría que os presupongo, mi precavido amigo.- Se aparta lateralmente para dejar entrever la mencionada cerradura y no interferir los movimientos del rufián. -. Es hora de presenciar vuestra magia.- Apremia.

Me pronuncio porque tengo unos principios, por los cuales no me vendo así como así, espero que los magos también sepan que son esas cosas
Se acerca hacia la puerta sacando de sus bolsillos un juego para poder abrir la puerta y observando la cerradura para comprobar cual es el más acorde
Cada uno con lo suyo y yo sólo comprendo de lo que sé
Me pongo manos a la obra para abrir la cerradura

El mordaz elfo, tras exponer sus "discutibles principios" se pone manos a la obra en su esperado truco de magia. Unos dedos ágiles extraen el necesario material "de conjuro" y, acto seguido, comienzan a mecerse en lo que bien podría confundirse con un ritual arcano.

-. ¿Los mismos principios que llevaron a un "misterioso" elfo a poner fin a la vida de un honrado tabernero...- Dijo con intencionada suspicacia. -... en el rincón del fiel?.... tengo entendido que se llamaba ummmmmmmmmmmmmmmmmmm... - Una pausa. El comentario no parece inquietar al mordaz elfo o al menos no lo demuestra. -... no lo recuerdo, ¿no lo sabrás tú por casualidad?.- Parece que la cerradura se le estaba resistiendo en exceso al habilidoso elfo... quizás las palabras del hechicero tuviesen algo que ver. -. ¿Algún problema con el cierre?, no te molestaré más con mis palabras... ni mi presencia.- Terminó de decir a la par que se aleja a escasos pies de la puerta, buscando dar aire al concentrado elfo.

Con tranquilidad escucha los comentarios del mago sin inmutarse y poniendo mayor esfuerzo en abrir la puerta.
Matar es sencillo...arrebatar la vida a alguien es otro tipo de arte...da igual quien sea...elfo,humano,guerrero, mago lo mira con una sonrisa se podría comparar con tu magia, me produce la misma satisfacción..
Hace un último movimiento con sus utelinsios para abrir la puerta
Con un movimiento indica al mago que pase dentro
Aquí tienes

La puerta cedió, como por arte de magia, tras las significatibas palabras del mordaz elfo. Quizás la presencia del hechicero le inquietase más de lo que le gustaría reconocer y al alejarse unos pasos su "magia" fue más efectiva.

-. Interesantes principios son los que te rigen, elfo.- Musitó cuando pasó al lado del astuto rufián para introducierse en la guarida de la rata muerta. -. Me pregunto cuál es el precio para las excepciones... Estaría dispuesto a donarlo para que pudiese seguir ejerciendo sus buenos principios.- Terminó por decir justo cuando se detuvo sin rebasar el quicio de la puerta. -. Usted primero mi provechoso socio... insisto. Sus dotes arcanas serán requeridas en el siguiente escollo.- Dando paso al sacástico elfo en tono innegociable.

Los ojos azules del hechicero se mostraban concentrados conservando el sortilegio que antes había elaborado.