Kromm se había quedado con las ganas de saber que había tras la pared falsa... Quizá en otro momento.
Terminado lo que había que hacer allí, se fueron todos a la casa del Rockseeker, pero en el camino los encontró golpeado y maltrecho el mayordomo de Gundren.
Kromm escuchaba en silencio al mayordomo y miro asombrado la piedra que el mostraba... El Rockseeker debía de coleccionar gemas, aquella era la segunda que tenía en su poder. Lo peor de todo es que generaba la codicia de grupos indeseables, por qué almenos el nigromante no entraba en la casilla de ladrón común.
Tras escuchar lo que os dice Alfred y ver lo que saca de su bolsillo interior de la gabardina debatís entre vosotros. Mientras, Alrik se agacha a sanar en parte al magullado y viejo enano.
- Gracias... gracias por todo... llevadme a la casa. - Alfred jadeaba mientras que se levantaba y apoyaba parte de su peso sobre el clérigo. - Volvamos...
Os pusisteis de camino de vuelta a la casa de Gundren. La noche era serena, una luna Llena bien grande que permitía la perfecta visión de las calles os llevó rápidamente hasta vuestro destino.
Legasteis allí, la puerta estaba abierta de par en par... y un leve vistazo hacia el interior os concuerda con la leve historia que os contaron Belain y Pirlo. Entrasteis y os dirigisteis directamente a la zona que mejor conocíais, el salón. Alfred se sentó, no podía más, y tras unos instantes de respiro volvió a hablar.
- La carreta esta a medio preparar. No tiene toda la mercancía que había que llevar a Phandalin, pero podéis llevárosla. Tiene suficiente comida y bebida para que aguantéis una semana todos, - miró fugazmente a los enanos - bueno... no tanto, cerveza hay para un par de días, o menos. Pero no hay tiempo... tenéis que salir hacia el sur, por ahí hemos tenido todos los ataques de esos goblins, y aquello está plagado de bandidos... por aquella zona tienen que tener una guarida*. Allí quizá lo encontréis, u obtengamos más pistas.
*Os marca una zona en el mapa cercana al desvío que hay que tomar para ir hacia Phandalin.
Mientras se dirigían a la mansión la actitud de Belain volvió a cambiar de golpe. Andaba asustado mirando nervioso por cada esquina. Adentrarse en el salón de la casa no parecía que fuera a calmarlo, pues se encontraba de pie en una esquina de la habitación con un leve temblor en las manos.
- Se-seguramente el dracónido estaba jugando con nosotros, aunque n-no creo que nos mintiera... -respondió a Karkass con tono inseguro- y era a-alguien importante dentro de la banda, eso seguro... el ba-bandido le miraba con miedo incluso cuando estaba co-convertido en gato... -se dirigió a Alfred que estaba siendo atendido por Alrik- ¿sa-sabes cómo o dónde obtuvo esa cosa? no sabemos qué es, pero refulge vi-vida...
Escuchó en silencio las palabras del mayordomo. Cuando mencionó las palabras ''bandidos'' y ''goblins'', como si alguien hubiera apretado un botón en el interior de su cabeza, recrudeció la expresión y dejó de temblar. Aferraba con rabia la lanza, con los nudillos blancos de tanto hacer fuerza.
- ¿Cómo lo veis? -preguntó mirando al grupo de enanos- esos bandidos del Sur son la razón de que haya venido a esta ciudad, tal vez sean los mismos que busco -hizo una pausa- y también me gustaría ayudar a Gundren, se ha portado bien con nosotros -añadió y miró a Pirlo.
- Teníamos un contrato con Gundren, y la promesa de un pago. Si Belain y Pirlo quieren acompañarnos pueden hacerlo, pero no esperen que los contemos para repartir los beneficios de nuestro salario -
Quiso sonar duro, pero secretamente estaba feliz de sumar a dos más al viaje. En especial Pirlo, porque dejaba de ser el más bajo del equipo.
- Yo digo que partamos cuanto antes, ya veremos si el lagarto nos demanda esta maravillosa joya en el camino -
Karkass asintió.
—Efectivamente. Podéis venir con nosotros.
Pensó en las palabras de Rekbran. El chico aprendía rápido. Sin embargo aunque no quisiera reconocerlo Karkass valoraba que ampliar el grupo les daría mayores posibilidades de cumplir su misión, por lo que intentó buscar un punto de encuentro:
—Aunque la paga acordada con Gulter es asunto nuestro, como bien dice el jovenzuelo, si encontramos algún botín cuando nos encarguemos de los goblins creo que sería justo repartirlo a partes iguales. ¿Qué os parece? ¿Partimos entonces? Por algún motivo intuyo que el tiempo está en nuestra contra.
Una cosa era segura, el bandido que ha Ia logrado escapar de seguro alertaria a los líderes de la banda de lo peligroso que era el grupo de los enanos y el elfo. eso haría que se lo pensaste antes de atacarlos, o que enviasen más fuerzas a por ellos.
Kromm además se preguntaba que eran aquellas gemas. El mayordomo les estaba entregando una y ya ellos tenían otra que habían sacado del almacén...que eran y por qué la codiciaban tanto, incluido un nigromante.
- Por mi parte estoy listo, aunque no puedo negar que tengo algo de hambre... Después de ese asco de desayuno y de esa cerveza aguada de la mañana, las tripas me están rugiendo.
Ahí fue que recordó que aún traía un barril con el.
- Me olvidaba, aún tengo este recuerdo del almacén... Pasen sus jarras y mojamos un poco la garganta.
Dijo el enano mientras palmoteaba el barril. Para Kromm la vida era sencilla, hacer trabajos,obtener una paga y gastar la paga en comida y cerveza hasta necesitar hacer otro trabajo.
Ese enano gruñón bien se merece que lo rescatemos –respondió Pirlo al semielfo–. Y creo que no hay mejor compañía para conseguirlo que los aquí presentes.
Acto seguido, observó con alegría que Kromm había traído con él un barril de cerveza. El mediano recorrió la estancia con la mirada buscando jarras apropiadas y algo de picar.
Aquel asunto se volvía muy misterioso, primero el nigromante y después el cambiaformas dracónido....parecía que aquellas gemas ocultaban algún tipo de secreto y el bueno de Gundren se había inmiscuido en todo aquello. Sin embargo para un enano estaba claro el concepto de la propiedad, y un compañero había sido no sólo secuestrado, ¡sino robado! Era algo que escandalizaría a cualquier enano de bien, y Alrik no estaba dispuesto a permitirlo.
- Trae, sírveme un trago - dijo a su previsor compañero alcanzándole la jarra - este trato hay que remojarlo.
Mientras conversaban sobre si definitivamente podrían acompañar, o no Belain y Pirlo a la comitiva de enanos, Alfred daba vueltas por la casa buscando algo, revolviendo las cosas.
A pesar de que la casa la encontrasteis patas arriba, toda ella revuelta y algunos muebles destrozados, Alfred seguía buscando algo, cuando justo pasa por delante vuestro y se para.
- Vamos... ¿Qué hacéis ahí parados? preparad las cosas, tenéis que salir a por Gundren. Detrás, en la caballeriza tenéis el carro a medio preparar con lo que tenéis que llevar al pueblo. - se acercó a Rekbran, lo cogió por la camisa y lo zarandeó - Vamos, moveos...
Parecía un poco ido. No encontraba lo que buscaba... y en este momento ya no sabía ni lo que era. Estaba algo alterado y salió corriendo de la sala mientras gritaba.
- ¡Os voy a colocar las riendas en los caballos! ¡Prepararé el carro! - frenó un momento - Salid en cuanto estéis preparados. Os lo dejaré en la puerta.
Karkass había nacido preparado para viajar. ¡Después de todo su familia siempre había sido de mercaderes! Así que se encogió de hombros, le pegó un buen trago al barril de Kromm y miró a los demás:
—¿Nos vamos? ¡Cuando queráis!
Y diciendo esto salió hacia el carromato que preparaba Alfred. Daba por hecho que los dos nuevos miembros de la compañía vendrían con ellos.
- Está bien hombre, ¡ya partimos! - respondió Rekbran algo curioso por el comportamiento.
Se preparó para salir cuando pensó que tal vez podría darle una mano a Alfred. ¿Gundren tendrá un escondite secreto? revisó la casa rápidamente antes de salir...
Tirada oculta
Motivo: Buscar encondrijos
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+4)=24 [20]
Vamos, pero este Alfred me preocupa. Antes de irnos el ladrón revisa a ver si hay tablas sueltas en el piso o un escondite secreto. Dejo la tirada oculta.
- Algo de información se está guardando, seguro -dijo a Rekbran cuando le vio poner una expresión de extrañeza ante el mayordomo- Vayamos, sí, antes de que le dé un jamacuco.
Se encaminó al carro con el resto. Antes de partir, se acercó a Alfred y le enseñó un frasco rojo.
- Gundren me dio esto, pero no me dijo qué es; ¿sabes qué hace?
Belain no era el más diestro con las riendas, así que se colocó atrás con expresión cansada.
Encuentras entre unas tablillas una poción de curación pequeña.
Pirlo observó desde un rincón las carreras espídicas de Alfred hasta que localizó de dónde procedían los víveres que estaba colocando en el carro. Calculó a ojo cuáles serían los apetitos de la compañía para varias jornadas y triplicó el resultado. Solo dejó de coger víveres cuando el espacio en el carro empezó a menguar demasiado. Terminada su tarea, se encaramó con habilidad al pescante y allí se quedó, listo para llevar las riendas o servir de acompañante al piloto.
- Bien, no encontré nada inusual, partamos cuanto antes. Podemos tomar algo en el camino -
Y sin más, se apuró a la caballeriza.
Pues eso, nada más que hacer salvo partir!
Haz una tirada de juego de manos CD 12 para ver si se dan cuenta de lo que te has guardado.
Marca solo para el director en la tirada y da igual como la hagas, si oculta o no.
Tirada oculta
Motivo: Juego de manos
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 14(+6)=20 (Exito) [14]
La dejo oculta para darle más emoción...
El comportamiento de Alfred le escamaba, sin duda había sufrido un episodio impactante recientemente y podía estar alterado aún, pero había algo que no terminaba de cuadrar en el hombre.
¿Qué está buscando? Entre todos lo encontraremos y podremos salir antes.
Estaba claro que la diplomacia no era el fuerte de Alrik, sin embargo, un confrontamiento directo del asunto muchas veces le había revelado las verdaderas intenciones de su interlocutor.
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+5)=22 [17]
Perfecto, nadie se da cuenta de lo que has encontrado, ni de que te lo has guardado.
Ya había algunos que estaban preparados e incluso se habían subido al carromato, pues era normal, cuanto menos tiempo perdiesen, antes podrían alcanzar a los raptores, pero se ve que algunos de ellos todavía tenían algo que rebuscar por ahí, y lo más importante, seguir avasallando a preguntas al pobre Alfred.
- Si... si estoy buscando cosas... no veo nada... - se calló unos instantes para ordenar su cabeza, pero no es hasta que Alrik vuelve a insistirle cuando reacciona de nuevo. - Sí, ¿ayudarme? El señor Rockseeker estaba reunido... con Sildar, Sildar Hallwinter. En la nota que encontramos solo hablaba sobre Grundren, y nada de éste. Es un agente de la Alianza de los Lores, estaban reunidos por los temas de los ataques... y buscaba alguna nota más en la que le pudiesen nombrar a él, pues no veo muertos ni su rastro. A demás su caballo se encuentra en el establo. No sé, demasiado raro.
Hizo unos gestos a los rezagados en la casa para que lo siguieran fuera.
- Vamos montad. - miró a todos unos instantes, y sin saber porqué señaló a Rekbran - Acompaña al mediano adelante, un par de ojos extra le vendrán bien.
Tras esperar a que todos se hubieran montado dio un fuerte cachete en el culo del caballo para que éste arrancase y saliese al galope en dirección a la puerta de la ciudad. Una vez llegasteis allí, las puertas estaban abiertas de par en par y guardias muertos en los laterales. No os detuvisteis y continuasteis por el camino hacia el sur, dirección Phandalin.