Partida Rol por web

El último vagón es mucho más largo que el resto. Estaba compuesto por estantes metálicos con hileras de maletas apiladas. Por toda su pared se extendían tubos y engranajes y, de vez en cuando, la atmósfera se inundaba de un humo blanco (vapor de agua) que si bien no era nocivo para la salud, resultaba molesto.

El Zimmerman se quedó en la puerta e impidió el paso a tus compañeros. Gora se encontraba al fondo, junto al freno que había sido saboteado. Pero al avanzar y, finalmente, cuando tu visión quedó libre de impedimentos en forma de maletas, la viste.

En el primer término. Una mujer se encuentra acuclillada, con el cuerpo apoyado en una gran maleta y la cabeza reclinada hacia atrás, luciendo la imponente laceración en el cuello (una herida mortal). Sus cabellos rubios están manchados de sangre, su boca entreabierta muestra lo que debió ser su última bocanada y sus ojos contemplan algún lugar en el vacío. La sangre, que ya ha dejado de salir a borbotones de la herida, se extiende por el suelo revelando que debe llevar menos de cinco minutos ahí... y hace relativamente poco que ha muerto. El charco de sangre se extiende a su alrededor.

Edenberg Straus está a tu lado, sin habla. Ahora que conoces su verdadera identidad, sabes que su conmoción no es debida al hecho de ver un cadáver (está más que acostumbrado a los muertos) sino a las implicaciones que puede tener para el viaje.

Qué poca sutilidad tuvo el hombretón en presentarse ante él. ¿Y ese era un miembro de los supuestos 'iluminados'? Sí, era un alivio por fin reconocer a un aliado, pero los señores Cavallini y von Reiter lo habían oído. Tal vez tenía suerte y se trataran de viajeros normales, pero la posibilidad peligrosa de que fueran miembros de equipos enemigos no se podían descartar. O el americano era un idiota, o... desesperadamente se vio obligado a revelarse. Le avisó de que encontraría un asesinato.

...¿Tal vez era él mismo el culpable, y se lo había revelado sutilmente para que le protegiera?

......¿Y qué iba a hacer? ¿Falsear lo evidente? Tal vez si no hubiera sabido que Strauss era también un asesino como él habría falsificado alguna que otra prueba. Pero ante un... 'experto' en su campo, eso sería poco más que un suicidio. Además, si quería que le llamaran cuando se produjeran más asesinatos, tenía que demostrar que no era un zopenco, sino alguien capaz de hacer su trabajo competentemente. De algún modo, además, se había ganado cierta confianza por parte del ingeniero, y conseguir más podría ser una ventaja inestimable. Dudaba que perteneciera a alguna de las sociedades secretas, en cuyo caso la seguridad del tren y el cumplimiento de los plazos (además de mantener a buen recaudo el secreto del maquinista) serían sus prioridades. Eliminadas las sociedades secretas, Strauss podría descansar en paz... y el asunto estaría resuelto. ...O no. Por desgracia, aún quedaría el problema de las llaves...

...Muchas cosas por las que pensar. Pero, por el momento, había un fresco cadáver que le esperaba.

Ahí estaba. Oh, y qué magnífico cadáver. Se acercó al mismo sin molestarse en absoluto por pisar el charco de sangre que lo rodeaba por todas partes. Antes de inclinarse hacia el cuerpo, no obstante, le pidió a Strauss la hora. "¿Podría decirme qué hora es, señor Strauus? ¿Recuerda a qué hora se produjo el frenazo?" Luego de saberlo, comenzó la examinación.

"Herida con arma blanca en el cuello, y fallecida por desangramiento. Por el tamaño de la herida, y dado que no ha atravesado el cuello, se trató de una hoja corta, probablemente un cuchillo. No hay rigor mortis, a pesar de encontrarse el cuerpo rodeado a altas temperaturas, a causa del vapor de agua. Lo que significa, en pocas palabras, que el asesinato es bastante reciente." negó con la cabeza. "Pobre muchacha."

Al examinar el cadáver descubriste que la joven tenía oculto bajo su indumentaria, un arsenal de cuchillos arrojadizos que envidiaba a la cubertería del vagón restaurante. Había de todos los tamaños, grandes, pequeños, accesibles, más profundos entre los ropajes. Sin duda, se trataba de una lanzadora de cuchillos de suaves manos y atractivas curvas. El colorido y lo provocativo de la indumentaria sugerían el mundo circense. -¿Quizá sería su tapadera?¿Una lanzadora de cuchillos?- En cualquier caso, haber subido con semejante arsenal era digno de elogio.

Tras hacer la comparación horaria supiste que el asesinato se produjo durante el sabotaje. Imaginaste que el saboteador terminó con su trabajo al tiempo que se giraba y mataba a la mujer. Así el tren frenó al tiempo que ella se desplomaba. Eso o había dos saboteadores... -Ajá- faltaba un cuchillo bajo la axila izquierda. La mujer era diestra, descubrió al saboteador y le lanzó un cuchillo -¿falló?- No. Había un par de gotas diminutas entre el artefacto saboteado y el cadáver que no correspondían con la herida sufrida por la mujer.

La imagen se fue formando en tu cabeza y un par de hipótesis se materializaban como las más lógicas.

1) El saboteador (sospechosos A) recibe el ataque de la víctima mientras terminaba el trabajo y su cómplice (sospechoso B) la mata desde atrás cortándole el cuello.

2) El sujeto A recibe el ataque, saca el cuchillo de la herida y lo usa para matar a la víctima. Algo poco probable aunque depende de dónde le clavaran el cuchillo.

En cualquier caso, el viaje había dado un giro interesante y una cosa estaba clara. No sería la única muerte.

"Hum hum hum... interesante..." murmuraba, mientras inspeccionaba concienzudamente todas las circunstancias que rodeaban al asesinato. "Ajá... el arma del crimen debió pertenecer a la víctima... probablemente un cuchillo idéntico a este..." sacó uno de los cuchillos del cinturón de la misma, y lo levantó al aire para enseñarlo. Lo comparó sin pudor con la herida de la víctima, encajándolo dentro con facilidad. "¿Ve? Justo un cuchillo como estos." dijo, extrayéndolo de vuelta empapado de sangre. "¿Alguien tiene un pañuelo?"

"¿Podría haber sido ella la saboteadora...?" preguntó al aire, y se acercó al lugar del sabotaje, examinando la sangre de alrededor. "Pero esta sangre de aquí... es un volumen mucho menor al del otro lado." señaló el charco de sangre de la víctima con el cetro. "Creo que este rastro pertenecía al asesino. ¿Puede cualquiera entrar solo al vagón de equipaje, sin más?" preguntó al ingeniero. "¿Acaso no hay Zimmerman vigilando el acceso?"

Seguí la mirada y el razonamiento del señor Janssen e intercambié una mirada con Gora tras su mención a los guardias. -Tenemos un registro bastante consciente de las personas que fueron invitadas a este evento. Todos y cada uno de los pasajeros fueron seleccionados con un criterio que no encaja en este modo de actuar. Esto sólo significa que hay impostores a bordo. Viajeros que se ocultan tras una identidad falsa.- Sentencié con seguridad. -En cualquier caso, doblaremos la seguridad y haremos un escrutinio concienzudo del pasaje. Iré a ver al señor Goeritz.- Dijo refiriéndose al tipo de la taquilla -Gracias por sus servicios, Zacharías. Los Zimmerman se encargarán de retirar el cuerpo con discreción y Gora resolverá el tema del sabotaje. No querría enturbiar más su estancia aquí. Si lo dispone, acompáñeme al vagón de primera clase y dejemos que ellos se ocupen del resto.-

Lancé una mirada al guardia que asintió. Pronto esto se llenaría de soldados así que me coloqué junto a Zacharías y esperé a que camináramos juntos de regreso.

El Zimmerman no permitiría que te quedaras (ni Gora). Por lo que, por sus gestos, te viste obligado a aceptar la invitación del ingeniero.

"Ah, no no, no se preocupe por la tranquilidad de mi estancia aquí." contestó con un ademán de la mano quitándole importancia. "No dude en llamarme si vuelve a necesitar de mis servicios, por favor. Me avergüenza admitir que encuentro de lo más entretenido todo este asunto. Satisfactorio, incluso. Nunca pensé que un doctor más como yo acabaría haciendo trabajo de campo en un lugar tan importante como este. Entre usted y yo, Edenburg..." le dijo. "¿No le resulta fascinante el contraste? Abstráigase por un momento, imagínese que este no es su tren, sino el de cualquier otro. El contraste entre esta maravilla de la razón, la ciencia y el progreso humano, enturbiada por la sangre y la muerte, por los instintos más primarios y animales del ser humano... Civilización y barbárie. La eterna lucha. ¿No le parece verdaderamente magnífic-...? ...Oh" se llevó una mano a la cabeza, y negó la misma, como disculpándose, y procedió a acompañarle a salir.

"Lo he vuelto a hacer. Le ruego que me disculpe: en una profesión como la mía, tan acostumbrado a ver y derramar sangre que estoy que a menudo olvido que es un tema tabú para la gran mayoría..."