Partida Rol por web

Lido, todavia somnoliento, al escuchar las intenciones de Caerus, se agita habilmente cuando este se acerca y asi evitar que le tome la bolsa...

Una vez alejadas las manos de Caerus de la bolsa de monedas, Lido realiza una pirueta para sentarse sobre los hombros de caerus y empieza a tamborilearle la cabeza.

- Te falta mucho paladin para que puedas igualarme - dice sonriendo Lido, intentando ocultar su enojo por haber sido despertado de su sueño

Bueno, parece que se a recuperado, olvidemonos pues de llebarlo en el carro.
Afianzo el fardo y empiezo a mober a los animales en direccion al camino.

Si Lido fuera un humano de 80 kilos le habría hecho una proyección al más puro estilo lucha de taberna, pero prefirió no arriesgarse a romperle algo. Agarrándolo con fuerza lo bajó al suelo.

—Tal vez cuando tú seas más grande que yo pueda hacerlo —respondió.

Fue directamente a ponerse la armadura. El metal frío contra la piel, incluso a través de la ropa, le produjo un pequeño escalofrío.

—Estaré listo en un minuto. ¿Los magos estáis listos también?

-Pero... un momento- dijo el enano contestando al mago- En el plan inicial no teníamos que parar en ningún sitio. El jefe nos mandaba ir cruzando bosques, ruinas y minas, pero sólo hacemos un pequeño rodeo para evitar el bosque. ¿No llevamos suficiente comida?

Entonces Aram fue al carro a comprovar què cantidades de comida llevaban. Mientras andaba hacia allí añadió:

-Es que yo creo que nos tendríamos que dar prisa...la guerra está encima y puede que no seamos los únicos que buscamos la piedra...

Lido al tocar suelo cuando lo suelta Caerus empieza a recoger sus cosas y mientras las coloca la mayoria de ellas en la carreta confirma a lo dicho por el enano: - Mantengamos el plan original, rodeamos el bosque y despues avanzamos hacie el norte -

Ajustandose las armas y su ligera armadura de cuero empieza a avanzar en paralelo al rio, alejando varios metros del campamento con intencion de reconocer la primera parte del camino...

Careus se acercó a su compañero Yargor y continuó caminando a su lado.

—Me debo estar haciendo viejo. Anoche un lobo me dio un buen bocado. Espero que los enemigos que nos podamos encontrar me pillen con la armadura puesta y bien colocada. En mi primera batalla real llevaba mal sujeto el yelmo y me quedé a ciegas cuando un mazazo mal dado me lo giró —sonrió al recordar la anécdota—. Ya ni recuerdo hace cuantos años fue...

Jacobus le sigue rondando la cuestión de las provisiones y dice mientras camina junto a los demás. 

-Muy bien pues,- dijo enfáticamente el enano con su voz grave- adelante, que el tiempo apremia.

Y dicho esto se subió al carro y se sentó con su hacha enana apoyada en el hombro.

Bajate del carro maldito enano. Digo mientras empujo de este.
Acaso le pasa algo a tus piernas?

-Y tu?¿te crees caballo por tirar del carro?- y Aram estalló a reir ruidosamente -. Que llevamos cuatro caballos! ellos saben tirar muy bien del carro sin ayuda si los sabes controlar.

Y dicho esto Aram se sentó en la parte delantera del carro y cogió las riendas de los caballos.

-Arre!

Aram espoleó con ganas los caballos, pero ellos ni se immutaron, y el carro apenas se movió. El enano siguió moviendo las riendas pero sin resultado, con lo que el enano, rojo como un tomate, se bajó del carro refunfuñando:

-Muy bien maldito elfo, ya me bajo.

Me rio por lo bajo.

Tras levantarme cansado pero de buen humor, me preparo para continuar el viaje.
Me quedo cerca de mi buen amigo Careus.

- No me lo recuerdes Careus, que cada vez que me lo recuerdas me parto de risa.
Echo una carcajada recordando esa anécdota del yelmo.
- Estos lobos debían de estar muy hambrientos. Te has fijado en lo temerario que eran. Son tiempos duros hasta para las criaturas de la naturaleza.

- Mira a esa pareja, digo señalando al elfo y al enano, parece que necesitan ayuda para empujar el carro. Vamos.

El camino parece despejado y tranquilo, nada fuera de lo normal.

El grupo avanza por el caudal del río hasta dejar atrás el bosque de Morgoroth, para más adelante poner rumbo al norte, hacia las ruinas de Kaladrath, antigua ciudad mercantil enana.