Pese a haber pedido un arma, nadie había hecho el menor gesto. No hacían falta gritos o negaciones de por medio para entender el mensaje "te han dejado seco hace un minuto no vas a salir ni de coña". Y con toda honestidad necesitaba esos segundos para orientarse.
Pero cuando el coche paró metieron a Sara dentro, cerró la puerta y se metió por la otra en menos que canta un gallo.
-...
Tras haberse girado para comprobar si todo iba bien...
-¿¿Dónde están los chicos??
MIERDA.
Se habían marchado en un descuido. Desde el punto de vista del señor Navarro habían estado junto a él y los había llevado hasta el coche y protegido justo antes, así que para su situación había sido visto-y-no-visto. Para la de la gente a la que no hubieran desconectado de un golpe en la cabeza podía ser diferente.
-Tenemos que encontrarlos para salir de aquí y JESUCRISTO ESO SON LOS GEOS!!!????
MIERDAMIERDAMIERDAMIERDAMIERD
Poco a poco abrí los ojos. Lo veía todo borroso, difuso. Escuchaba voces, pero no entendía lo que decían... la cabeza me dolía mucho y no sabía donde estaba.
Me llevé una mano a la cabeza, a la zona dolorida. Pude notarla algo húmeda. Apreté mis ojos con fuerza y al abrirlos vi lo que parecía el techo de un coche. Miré mi mano y vi sangre en mis dedos. Las voces cobraban forma y sentido.
Pero seguía sin saber bien que había pasado. ¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde estoy? pregunté a quienes me rodeaban. Sabía que debía mantener la calma. Otras veces me he puesto nerviosa y sólo he empeorado la situación. Mierda! ¿Ha sido todo una crisis? Dijeron que con la medicación se acabarían estas cosas.
Intenté moverme, pero la cabeza me dolía lo suficiente como para marearme un poco. [color=#ff0000]Paciencia, sólo son unos minutos, podrás levantarte en breve.[/color] resonó en mi cabeza. [color=#ff0000]Cierra los ojos y descansa la vista y la cabeza unos instante más, veras como te recuperas.[/color] Y eso hice. Cerré los ojos y me relajé unos instantes más.
¡Joder! - el disparo había sido un fracaso. Ahora le temblaba el dedo índice golpeándose contra los dos extremos del gatillo como si tuviese una especie de Parkinson localizado y repentino. Al ver que se alejaban de la pareja de seres apoyó el arma contra el asiento. Ayudó a colocar a Sara en una posición cómoda para que no se hiciese más daño del que ya llevaba encima - Tranquila, estamos a salvo - y buscó con la mirada a Santana mientras Luis Ramón pretendía ir a buscar a Marcos y Jimmy.
- Pero Luisrra, ¡que tenemos que irnos! Los chicos se han pirado hace un rato y seguro que están ya fuera del alcance de estos bichos, que es exactamente donde tenemos que ponernos nosotros si el puto coche no se vuelve a calar.
¿Santana está también ya dentro del coche?
Tras alejarse de esa pareja de infectados, Enrique escucho como la puerta del coche patrulla se abría y al mirar vio bajar a Luisrra para ayudar a Sara a meterse en el vehículo. Una vez todos dentro el becario pregunto por los alumnos que les acompañaban y escucho lo que Miguel le dijo pero aún así no pudo resistirse a responderle también. - Esos dos fueron mas listos que nosotros.... Seguro que ya están todos bien lejos de aquí.
Una vez subieron todos al coche patrulla Enrique miro de reojo a Luisrra. Coge el arma de Sara.... nos largamos de aquí antes de que.... Antes de terminar de hablar ve como los cuerpos de los GEOS salen también del edificio. Lo dicho... nos vamos. Pero antes de arrancar Enrique coge la radio del coche. El grupo de GEOS a caído, se escuchan disparos por el campus, hay mas muertos.... Si alguien nos esta escuchando mas vale que hagan algo antes que el caos llegue mas lejos de la universidad. Enrique no deja de mirar a los infectados mientras habla para tenerlos vigilados, pero al terminar de hablar pone la primera con la intención de irse del lugar evitándolos. Eran demasiados como para terminar con ellos derribándolos con el coche patrulla.
Tras hablar la radio, Enrique la colgó sin esperar respuesta. Había lanzado una y otra vez el mismo mensaje, como un mantra y apenas le habían hecho caso, cuando lo habían hecho la ayuda había llegado tarde y había resultado insuficiente. Una vez en primera, el vehículo salió disparado alejándose de toda la debacle que se estaba produciéndose.
En el interior del vehículo iban sus compañeros que habían sido testigos activos del inicio de la debacle que tal vez pondría en jaque a la humanidad: Luisra, Santana, Miguel y Sara... Habían luchado contra la plaga y habían perdido. Pero más habían perdido numerosos estudiantes y otras personas quienes tras una muerte demasiado desagradable se habían visto condenadas a vagar como doppelgangers de su propia existencia.
Y el culpable de todo, Segrellos, el Decano, los profesore, el sistema educativo... No merecía la pena ponerse a pensar en ello. Únicamente debían disfrutar de los breves momentos de calma que precederían la tempestad que estaba por llegar.
-Lo hemos comprobado -.Responde repentina la radio, ya olvidada-. Estamos recibiendo numerosas alertas por los alrededores de Ciudad Universitaria. ¿Dónde estáis?... ¿Debemos interrogaros, necesitabamos saber más, saber a qué nos enfrentamos? Según el GPS del vehículo estáis yendo en dirección a Francos Rodríguez, ¿es eso cierto?
FIN