Partida Rol por web

El cuarto día amanecéis temprano. Todos tenéis ojeras, no habéis descansado demasiado los últimos días.

Cuando bajáis la doncella aun no ha preparado el desayuno, pero reparáis en que falta el Lord. Temerosos, como siempre, y sin tanta necesidad de fingir ser unos machitos ahora que ya no hay mujeres entre vosotros os acercáis a la habitación de Lord Grey para encontrarlo muerto, estrangulado con una de las bufandas de cachemir de su difunta esposa.

Quedáis muy pocos, así que el cruce de miradas de sospecha es más intenso que nunca.

Esto se esta complicando pero parece que hay salida al final del túnel. Yo diría que el asesino esta entre el coronel Mustard y el profesor Plum.

El coronel parece sorprendido.

-¿Esa dulce jóven era la causante de esos horrorosos asesinatos? ¿¿Ella disparó al reverendo en la entrepierna?? ¡Por la espada de San Jorge, el mundo se acaba! Pero si era así, tal y como dice Mr. Navy (y no tengo razones para no creerle), entonces ya sé quién es el asesino que nos ha estado liquidando uno a uno. Y he de decir que me sorprende mucho... Es usted un actor de primera, profesor. -dice, mirándo al anciano académico fijamente.

Esto se ha visto reducido a solo dos personas, Coronel. Usted y yo. Pero sepa que sea quien sea el asesino, ya está acabado. Supongamos que ahora eliminamos al equivocado, luego en la noche asesinarían a alguien más.
Pero finalmente quedarían tres. Y finalmente no quedaría duda de quien es el asesino. Yo me pregunto: ¿Es verdaderamente necesario que dos inocentes más mueran?. Pienselo Coronel, ¿A cuantos de nosotros conocía antes?, ¿Que motivos tiene para querer matarnos?.

Por favor recapacite y confiese. Ya no puede ganar.

Es increible que no haya sospechado de alguien que hizo del asesinato en masa su carrera...

-Precisamente porque conozco la violencia, valoro más la vida que usted, rata de biblioteca. Si alguna vez he matado hombres, Dios me perdone, lo hice de frente, mirándoles a los ojos. No en la noche, como un cobarde: eso le pega más a usted, enfermizo bastardo. Entréguese ahora, o juro que yo mismo le ajustaré las cuentas. ¡Cuando pienso en toda la sangre derramada! Ahora lo veo todo claro, ha jugado muy bien sus cartas: fue el primero en acusar a Madame Rose, para que no sospecháramos de usted, luego lo intentó con el señor Azur, y fue el primero nuevamente en acusar a la señorita Peach... No le negaré mérito, pero ha llegado la hora de que pague...

Mr navy dirige su dedo hacía el profesor Plum pero tras su alegato dirige el dedo hacía el coronel Mustard pero tas su alegato vuelve a cambiar de dirección. Tras varios giros y cambios de dirección se sienta en el sofa cansado y resoplando

- Puffff. ¡MENUDA DECISIÓN!

"Pobre mujer... era evidente a esas alturas que ella no era asesina... pero que fuera la loca justicia de la csa me lo esperaba menos aun..."

Camino hasta apoyar el brazo en el sillon donde estaba sentado el coronel Mustard
Vaya... Parece que a pesar que mi voto el dia anterior no hubiera cambiado las cartas y era premonitorio.
Tal y como dice el coronel, yo tambien creo que es usted el asesino, doctor, fue inteligente el echo de que intentara asesinatos absurdos como con el franchute aqui presente, aun coleando, o la mujer del muerto de hoy.
Acusando y despues callando, si, tambien es buen metodo, no dire que el Coronel no a echo lo propio hasta hoy, muy hablador le vi el primer dia anciano y el resto de ellos apenas mencionaba palabra, y no me creo que fuera por el echo de estar conmocionado por los crimenes si es un condecorado de la guerra, mas bien evitada ser acusado, a pesar de ser un viejo con apenas vida en sus manos se aferra a ella con fuerza, me gusta.

Como coincido con el Coronel, habiendo visto la muerte de cara no creo que se atreve ha hacerlo de espaldas... eso es mas propio de un doctor que se aferra a las hipotesis y platica por otros medios...

Camino hasta el mueble bar, para servirse un buen copazo de Magno.
-Espero que esta vez no me equivoque como el resto el dia anterior.
Doctor Plum, si usted no es el asesino convenzanos de lo contrario y no pregunte algo que sin duda ninguno le contestaria.

Suponga que se equivoca y que el coronel es el asesino. ¿Como cree usted que hubiera actuado? ¿Nos hubiera desafiado a duelo uno a uno heroicamente?. Eso es propio de un suicida o un imbécil, y el Coronel no parece ninguna de las dos cosas. Si su objetivo es matarnos a todos, la única opción que le quedaría es escabullirse en la noche a nuestras habitaciones y tratar de despistar al resto. No creo que el pasado militar del Coronel sea un argumento fuerte a la hora de probar su inocencia, de hecho es todo lo contrario.

En cuanto a mi, considero haber actuado y argumentado con lógica y precisión estos últimos días. Considero también haber hecho aportes importantes, desde mi humilde posición, a la hora de buscar a los culpables de esta pesadilla. Les ruego que recuerden todo lo dicho hasta el momento y se pregunten si esa es la forma de actuar de un asesino.

En concreto, fui uno de los primeros en ver que Lady Brown no tenía razones para mentir, y sin embargo tomé un papel activo en su defensa y en la acusación hacia Madame Rose, cuando para un asesino hubiera sido mas fácil mantenerse al margen, o bien apoyarlo discretamente a usted, Sr. Azur, en su equivocación.
Recuérdelo, por favor. Yo discutí insistentemente con usted para convencerlo de que la señorita Brown decía la verdad.

Y esta vez les vuelvo a suplicar, aténganse a los hechos, no crean ciegamente en mi culpabilidad para inventar teorías en base a eso.

Mr Navy escucha la conversación sin perder detalle

-No me malinterprete Doctor... No me refiero a que el coronel no pueda ser capaz de asesinar cada noche como usted, sino que no le creo capaz de perder el tiempo para preparar patochadas y hacer esos teatros macabros.
Creo mas bien que el aria el trabajo directamente sin vacilar o pensar en como sorprender a los supervivientes a la mañana siguiente. Es por eso que pense que era el loco justiciero de la mansion.
"Un viejo senil..."

-La verdad es que el silencio de los aqui presentes exceptuando mi voz y la de los posibles culpables no se oye ninguna otra, y eso tambien me molesta, si tienen miedo a morir defiendan sus intereses, vamos hablen de una vez, que piensan al respecto, sin tapujos, que sepan que al asesino no le importa lo que digan esta noche, porque vamos atraparlo.
"Por que narices paresco mi hermano, estupido abogado de causas perdidas..."

-En efecto, el asesino ha de saber que su única posibilidad es dilatar lo más posible su agonía y llevarse a dos inocentes por delante antes de que encuentre su final, pues -mira fijamente al profesor- ha de saber que lo encontrará: pase lo que pase. Temo que uno de esos inocentes, si no votamos al profesor ahora, he de ser yo. No me importa demasiado, ya he vivido lo suficiente, y me contento con saber que mi muerte servirá para descubrir al verdadero asesino: sólo lo lamento por el otro invitado que morirá esta noche a manos del profesor. Sea como fuere, no pienso luchar por declarar mi inocencia: me basta con tener mi conciencia limpia, y el profesor ha hecho un gran trabajo no dejando ninguna pista y engañándonos a todos con sus largas peroratas. Sólo puedo llamar la atención sobre la rapidez con la que ha acusado a otras personas cada vez que sucedía un asesinato, como si quisiera alejar el foco de la sospecha de sí mismo de inmediato... pero esto, como diría él mismo, con su alambicada retórica, no son hechos, sino teorías...

Ya me he decidido. He optado por hacer el caso contrario a la última intuición de la señorita Peach ya que si bien no acertó en sus asesinatos no iba a acertar ahora. Espero no equivocarme...

Mi mente vuela por otros lares intentando no pensar en los asesinatos, pensaba pasar unos idilocos dias en la nieve disfrutando del paisaje y me veo envuelto en toda esta serie de asesinatos e intrigas

- Oh! digo con un pequeño tono de desesperación

Y sigo mirando por la ventana la nieve caer con fuerza mientras el Profesor Plum y el Sr Navy continuan su discusion con el Sr Azur.

Miro con desanimo a cada uno de los alli presentes y como era de esperar no obtuvo mucha mas respuesta, era evidente que el ambiente estaba castigado con la fatalidad.

Sento cerca de aquel viejo y apuro su copa, aun habia tiempo para oir mas alegatos y el pensaba esperar un poco mas.

Finalmente todos habláis con el mayordomo. Que después de un rato aparece con la puerta con su ya famosa escopeta.

No se parece en nada al correcto mayordomo que os asistió en un principio. Está despeinado, lleva la camisa arrugada y fuera del pantalón, y tiene una especie de tic nervioso en el ojo izquierdo.

-Bien, bien, bien, maldita rata de cloaca. Ahora si que te tenemos ¿eh?- dice, mientras se acerca a vosotros.- Ya no hay sitio para ti en esta casa, ¡asesino!- en ese momento apunta el cañón hacia el Profesor Plum.

-Ya sabes lo que toca ahora. Yo te pido educadamente que te vayas, y tu lo haces sin oponer resistencia.

Al Profesor no le queda otro remedio que obedecer al mayordomo, que parece fuera de sí. Escoltado por la escopeta el Profesor llega a la puerta de la entrada, y cruza el umbral hacia la gris oscuridad del exterior.

Ahora todos podéis iros a la cama sabiendo que por la mañana sabréis quien es el asesino. La cuestión es si habréis acertado esta noche o no.