Partida Rol por web

Me arrastro hasta la orilla boqueando para recuperarme de la asfixia y avanzo a gatas por la tierra.

Vomito agua y me tumbo de espaldas al borde del desmayo. Entonces siento como se me clava en los riñones un objeto duro. ¿Qué es esto? Me quito el petate y saco la caja. Sí, ahí está. La dejo a un lado y me río. Bueno, intento reír, lo cierto es que toso más que río.

Me percato rápido de aquellas afiladas rocas y consigo esquivarlas milagrosamente, sin duda la suerte del herrero  está conmigo por un breve momento, cuando de repente todo pasa tan rápido que..... -Aaaaahhhhhhhhh..... Maaaaaldiciónnnn!!!  Estoy cayendo, moviendo los brazos cual pájaro pierde el vuelo, y con la misma velocidad caemos otra vez en agua. Recupero la vista pero no es hasta que llego a tierra firme que logro recuperar el aliento, me sacudo el agua como un perro salvaje y reviso que tengo todo, perder aquella túnica no me a hecho nada de gracia... -Están todas bien?? Athena bella, cómo te encuentras?? 

Es el único momento en el que vuelvo a sonreír, parece que era mi rayito de luz cada vez que la veo.... 

Tengo buena sensación en aquel lugar, el frío ya no era una presencia y empezaba a sentirme muy bien por ese calor, por un momento viajé al calor de mi taller... 

Siento cómo el río me lleva de malas maneras hacia una zona llena de rocas, es una suerte de que las haya visto con tiempo. Las esquivo casi por los pelos justo cuando me doy cuenta de que hay un remolino más adelante. Tomo aire, más movimiento, ¿una caída quizás?... Cuando abro los ojos estoy es una zona calma y viva, que no es poca cosa.

- ¿Dónde estamos?... - pregunto a mis compañeros y mi vista va hacia Quyen, está herida, me dirijo a ella -... Voy a curarte...,  así no puedes avanzar....

Intento curarla pero no tengo éxito, creo que mi diosa está muy disgustada conmigo, analizo el porqué y entonces le escucho a él, al único hombre del grupo y a quien trato mal de manera continuada.... ¿Y si quizás mi diosa quiere que sea amable?... Voy a probar si mejora mi fortuna entonces era eso, si no..., tendrá que ser otra cosa...

- Kurdran, estoy bien, gracias por preocuparte por mi..., ¿tú cómo de encuentras?... ¿no te habrás hecho daño?... - el cambio que muestro es abismal, como si todas las rocas del río me hubieran dado en la cabeza.

Escupo agua y abro los ojos. Huelo árboles y suelo húmedo. 

Por un instante, creo que he muerto y he llegado a los Bosques Celestes pero la cháchara interminable de mis compañeros me saca de mis delirios. La gente impura como ellos jamás llegaría a los Bosques Celestes y tengo la sospecha de que no callaron ni siquiera cuando estaban bajo el agua. 

Mi mano sigue aferrada a la lanza, ahora limpia. Los espíritus nunca aceptarían que  una guerrera desarmada entrase en su reino desarmada. 

He perdido la mochila con casi todo mi equipo. Maldición. 

Pero recuerdo el mapa. El signo plukanka marcaba un valle tras una cascada.

La Valkiria cruza sus piernas una sobre la otra cuando se sienta junto a Quyen. Puede sentir como los húmedos guijarros de la orilla del pequeño lago se clavan en la parte inferior de sus poderosos muslos. Sus labios se mueven despacio. Susurran poderosas plegarias que ascienden hacia sus Dioses. Plegarias de sanación aprendidas años atrás con gran atención y diligencia en los templos de Avesta. Extiende sus manos en dirección a las heridas de la jóven y estas entran en contacto con su piel.

Entonces algo extraño ocurre
Algo inesperado

El cuello de la Valkiria se retuerce hacia atrás en una postura casi imposible
Sus ojos se ponen en blanco forzados por el trance de su psique
Ha dejado de hablar con sus Dioses

Sus labios mancillados ahora pronuncian palabras olvidadas. 

Palabras de dolor escupidas con voz ultraterrenal
Versos oscuros que adoran a demonios y horrores innombrables 

Es la oscura y antigua lengua Plukanka.

_{Fin del Capítulo I}