Partida Rol por web

Seguís corriendo y súbitamente un tentaculo serpenteante asoma por el pasillo. Se arrastra a espasmos como una serpiente gigante. Su piel blanquecina está cubierta por una película brillante de algun tipo de sustancia seguramente pegajosa a juzgar por su aspecto.

Corréis impulsivamente hacia delante. Aún hay tiempo para huir si aquella luz diafana era en efecto la salida. Vuestros músculos hábiles y flexibles esquivan con suma facilidad la protuberancia tentacular que dobla la esquina en busca de sus presas. Al girar veís como la gruta se abre hacia una zona selvática. Estáis de suerte. La salida está libre de cualquier obstaculo y la antes peligrosa selva se presenta ahora mucho más segura en comparación con aquel horrendo lugar....

La salida abierta en la piel verde de la selva continua en un camino de piedra basaltica que se pierde de vuestras miradas. Habéis conseguido salir de esa caverna con vida. Vuestras bocas se abren, tratando de robar a la cargada y humeda atmosfera el aire suficiente para calmar a unos pulmones exhaustos...

Sin embargo... Un sonido clamaba detrás vuestra. Algo os llamaba. Algo con excasas similitudes con cualquier sílaba pronunciada por una garganta humana. ¿Será el AMO quien os llama?.

DECIDME

¿Girais la cabeza para mirar atrás o seguís vuestro camino?

- ¡Suelta eso!... - le ordeno al hombre -... ¡Es asqueroso!...¿Para qué lo quieres?.... - no podía comprenderlo -...Por todo el infierno.... ¿qué es ese ruido?... - miro los dientes afilados y los ojos brillantes, cojo la cabeza de manos de Kurdran y si puedo arrebatársela se la tiraré a esos malditos invitados a la cena, sabiendo que en el fondo el postre éramos nosotros -...¿No es buen momento para correr?.... ¡Corre!.... - corro hacia la luz, jamás un foco claro fue tan hermoso

Miro hacia atrás, el amo me llama, ¿por qué sabe mi nombre?....

Quyen ya había entrado en pánico con el engendro. Mientras los demás se entretenían con el engendro. Quyen corría hasta la salida. Monta su arco y se queda mirando hacia atrás para cubrirlos si algo los persigue. Así que está de cara a la cueva por la que ha salido, a distancia de disparo de arco, apuntando.

La respuesta es: Sí, estoy mirando.

Parad. Parad un momento.

Tu cabeza se gira dispuesta a proteger a tus amigos. Tensas el arco y cuando apuntas lo ves. Por la ventana del agujero de la caverna abierta en aquella maldita montaña sientes como un ser gigantesco se arrastra hacia la salida. Pronto intuyes su sombra aproximándose. Una sombra mucho más oscura de lo que cualquier hombre podría describir. Una sombra nacida antes que la propia humanidad y los mismisimos hechiceros Plukanka...

...Una montaña de músculos sin forma se desplaza como una serpiente horonda, brazos tentaculares emergen del oceano de su cuerpo deforme agarrandose a las paredes de roca para impulsarse y poder así moverse. Debe tener el tamaño de dos buques de guerra, quizás tres... es dificil saberlo... ojos y bocas aparecen y desaparecen en su piel como impulsadas por una marea orgánica... aquel ser llega hasta la misma entrada y como si una fuerza invisible para tus ojos le impidiera el paso, se queda allí retorciendose en espasmos grotescos, aullando, y maldiciendo a aquellos hombres en alguna lengua de otra dimensión...

Contempla al AMO

MÍRALO

Uno de aquellos ojos te miró fijamente. Cáes al vacio del desmayo y te ves a ti misma caer por un acantilado bajo un cielo amarillo. Las olas de un mar insondable rebotaban en las piedras negras y afliadas y la brisa marina huele a incienso. Gritas creyendo que morirás en las playas de las costas de aquellas pupilas...

La Bruja es la primera que gira la cabeza para ver que es lo que repta aullando a vuestras espaldas.

Es cosa de un instante.

Quyen cae al suelo fulminada.

Inconsciente sumida en un letargo de sudor frío.

¿Alguien más va a girar la puta cabeza?

Sé que tu también querías mirar Valkiria.

¿Estás segura? ¿Sigues torciendo tu cuello en dirección a la caverna?

Tienes una última oportunidad de mirar a otro lado...

...Ya has visto lo que le ha pasado a la bruja.

La Valkiria también gira la cabeza. 

No hay nada que hacer.

Cae al suelo fulminada junto a Quyen.

Su cuerpo es una marea de espasmos incontrolados.

Os aviso. Si caéis todos daros por jodidos.

¿Alguno de vosotros dos quiere mirar?

Ves a la bruja caer pero te da igual. Tienes que mirar, ¿verdad Valkiria?. ¿Crees que tus dioses van a protegerte de El Amo?. Estás muy equivocada. Lo entiendes cuando tu cabeza se gira dispuesta a saciar tu curiosidad. Por la ventana del agujero de la caverna abierta en aquella maldita montaña sientes como un ser gigantesco se arrastra hacia la salida. Pronto intuyes su sombra aproximándose. Una sombra mucho más oscura de lo que cualquier hombre podría describir. Una sombra nacida antes que la propia humanidad y los mismisimos hechiceros Plukanka...

...Una montaña de músculos sin forma se desplaza como una serpiente horonda, brazos tentaculares emergen del oceano de su cuerpo deforme agarrandose a las paredes de roca para impulsarse y poder así moverse. Debe tener el tamaño de dos buques de guerra, quizás tres... es dificil saberlo... ojos y bocas aparecen y desaparecen en su piel como impulsadas por una marea orgánica... aquel ser llega hasta la misma entrada y como si una fuerza invisible para tus ojos le impidiera el paso, se queda allí retorciendose en espasmos grotescos, aullando, y maldiciendo a aquellos hombres en alguna lengua de otra dimensión...

Contempla al AMO

Contempla al DIOS VERDADERO

MÍRALO

Uno de aquellos ojos te mira fijamente. Cáes al vacio del desmayo y te ves a ti misma caer por la boca de un volcan bajo un cielo de granito. El magma candente de las olas de una erupción insondable rebotaban en las piedras negras y afliadas y la brisa huele a ceniza. Gritas creyendo que morirás en el fuego del abismo de aquellas pupilas...

Salgo con el pecho inflado tras la caza, esa cabeza es mi orgullo, las palabras que salen de ese lugar ni si quiera me entraban por los oídos, sigo tan revolucionado que ni caso, escucho a Athea y mientras la miro mover esos labios tan apetecible, y sus pechos tan perfectos...como siempre, quedo hipnotizado por su belleza..... cuando cae de repente al suelo, junto a Quyen que ni me percaté, mi mano se abre dejando caer la asquerosa cabeza del deforme..... Athena mi Diosa!!! Pero qué te pasa?? Me tiro de rodillas a su lado, la cojo de los hombros, la muevo, una y otra vez, ya casi desmesurado por reanimarla pero no conseguía nada... Nooooooo!!! Nooooo!! Por favor mi Diosa responde!!! No doy crédito de lo que está pasando, no entiendo nada... 

Pero Jamn qué ocurre? Dime algo.... Mi cara es un poema... definitivamente estoy enamorado de Athena y verla así solo me produce un dolor en el pecho.... 

Siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Un presencia abrumadora acecha a mi espalda. 

Plukanka. 

Siento el terror agarrotarme los músculos pero no puedo echarme atrás. Para esto abandoné mi patria. Para esto existen las Amazonas. 

Me doy la vuelta arrojando la antorcha y soltando un aullido. 

La Bruja cae, y tras ella lo hace la Valkiria. El Herrero se niega a mirar y, aunque sabes que quizá esa sea la decisión más acertada, tu has nacido para esto. Esta es tu razón de ser. Entonces miras. Y por la ventana del agujero de la caverna abierta en aquella maldita montaña sientes como un ser gigantesco se arrastra hacia la salida. Pronto intuyes su sombra aproximándose. Una sombra mucho más oscura de lo que cualquier hombre podría describir. Una sombra nacida antes que la propia humanidad y los mismisimos hechiceros Plukanka...

...Una montaña de músculos sin forma se desplaza como una serpiente horonda, brazos tentaculares emergen del oceano de su cuerpo deforme agarrandose a las paredes de roca para impulsarse y poder así moverse. Debe tener el tamaño de dos buques de guerra, quizás tres... es dificil saberlo... ojos y bocas aparecen y desaparecen en su piel como impulsadas por una marea orgánica... aquel ser llega hasta la misma entrada y como si una fuerza invisible para tus ojos le impidiera el paso, se queda allí retorciendose en espasmos grotescos, aullando, y maldiciendo a aquellos hombres en alguna lengua de otra dimensión...

Contempla al AMO

Contempla al terror Plukanka

MÍRALO

Uno de aquellos ojos te mira fijamente. Cáes al vacio del desmayo y te ves a ti misma siendo tragada por las arenas movedizas de un árido desierto bajo un cielo de fuego. La ventisca de las olas de una tormenta de arena insondable acuchilla tu piel como piedras negras y afliadas y la brisa huele a sangre. Gritas creyendo que morirás en la furia del vendaval de aquellas pupilas...

Te mayor miedo es confirmado por eso que repta y os llama aullando a vuestras espaldas.

Por tercera vez vuelve a ocurrir en un instante.

Jamn también cae al suelo fulminada.

Ya sólo quedas tu en pie...