No le habían sentado bien sus palabras y el viejo ponía cara de desagrado, bien!. Le había dicho que se marchara varias veces y no le había hecho caso, así que lo daba por bien empleado. Puede que no fuera un hechicero, o que no tuviera nada que ver con aquello y fuera una víctima como él pero debía saber algo más, alguien debía saber algo más porque la alternativa era que se había vuelto loco o compartía un espacio anterior al valhalla con alguien sin una gota bárbara en las venas.
Lo vio marchar y no se despidió de él, impasible, solo cuando empezó a marcharse en dirección contraria bajo el mandoble y entonces el suelo empezó a vibrar. Comenzó siendo apenas un murmullo para convertirse en un trueno de hielo roto que dejó al descubierto el gusano más feo, más grande y más peligroso que había visto en su vida. Era evidentemente un depredador, uno que debía pasar hambre dada cuenta de la escasez de carne e iba a por el viejo y a por él. Podía correr y huir, tal vez así el gusano se comería al viejo y le dejaría en paz, pero le había salvado la vida, o al menos no había aprovechado su oportunidad y eso si que le debía.
Levantó la mandoble y gritó a pleno pulmón intentando llamar la atención de la criatura, gritó el nombre de su barco, gritó el nombre de los que habían sido más que su familia y ahora eran poco más que esqueletos. Comenzó a correr en una carga enloquecida en dirección a su depredador y su espada dibujó un arco en dirección al vientre de la criatura esperando que fuera lo que fuese sangrara. Y si sangraba podía morir.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+6)=22 [16]
Motivo: ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+15)=35 [20]
Motivo: daño
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+6)=13 [5, 2]
Motivo: Confirmación de crítico
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+15)=16 [1]
Entiendo que con un 35 le doy XDDD El daño no sé si está bien calculado...he tirado 2d6 + 6 -> 13 y por dos del crítico 26...no sé si me falta aplicar fuera y demás.
- ¡Bendíceme en la batalla, sol del amanecer! - Gritó el anciano mientras avanzaba hacia aquel monstruoso ser insectoide.
Descendió por el desnivel de un salto y atacó son su espada usando las dos manos para infringirle mayor fuerza al ataque. El impacto fue brutal y el monstruo se revolvió dolorido.
Motivo: Ataque (-3 ataque poderoso, usa castigar al mal)
Tirada: 1d20
Resultado: 10(+14)=24 [10]
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+19)=22 [3]
Aquel ser de enormes proporciones lanzó un mordisco contra Grom, la providencia quiso que sus afiladas fauces no alcanzaran a morder a Grom. De haberlo hecho, el norteño estaba convencido de que podría haber tratado de atraparle entre ellas y acto seguido engullirle, lo que sin duda habría acabado con su peregrinar por aquellas desoladas tierras, pero también con su vida.
Motivo: Ataque remorhaz
Tirada: 1d20
Dificultad: 19+
Resultado: 1(+13)=14 (Fracaso) [1]
Motivo: FOR Koinzell por arma
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 16(+9)=25 (Exito) [16]
Motivo: FOR Grom por arma
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 8(+11)=19 (Exito) [8]
SUGERENCIAS:
Iniciativas:
Grom (22): ataca con carga, amenaza de critico. No se confirma y causa 13 de daño.
Koinzell (18): mueve (no puede cargar porque tiene que bajar por la pendiente. Ataque con flanqueo +2 taque (el enemigo esta rodeado por Grom y él mismo). Usa aptitud de clase: castigar al mal, suma +2 al ataque por su bono de carisma y 6 de daño por su nivel de paladín. Usa ataque poderoso gastanto 3 de ataque y suma 6 de daño. No usa escudo, ataca a dos manos y así multiplica el daño de FUE x1'5. Saca 24 al ataque y 22 de daño.
Monstruo (5) (35 de daño)
Había subestimado el gusano de hielo. Era más duro de lo esperado, mucho más, y solo le había bastado ver lo cerca que había estado de ser engullido por aquel monstruo surgido de las profundidades heladas. Por el rabillo del ojo había captado como el viejo había vuelto para atacar a la criatura, tal vez para ayudarle o tal vez para sobrevivir porque no parecía que una presa fuera suficiente para esa criatura.
Se lo iba a comer, aquella cosa quería comérselo y nadie se iba a comer a Grom, el solo hecho de que algo lo intentara le hacía enfurecer *. Había sido descuidado pero iba a estar más atento, mucho más atento al siguiente ataque que efectuara el bicho, no se lo iba a poner tan fácil **.
Apretó las manos en la empuñadura de su espada y lanzó un tajo vertical sobre el vientre de la criatura. La espada mordió la carne de la criatura mientras el bárbaro gruñía de satisfacción al ver la sangre volar y sonreía al pensar en la cantidad de comida que le proporcionaría la criatura si salía de esa.
Motivo: Ataco con -6 (golpe poderoso)
Tirada: 1d20
Dificultad: 19+
Resultado: 20(+11)=31 (Exito) [20]
Motivo: confirmar el crítico
Tirada: 1d20
Dificultad: 19+
Resultado: 1(+11)=12 (Fracaso) [1]
Motivo: Daño
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+6)=12 [1, 5]
* Activo furia. Entiendo que sumo 18 puntos de vida por constitución y tengo un +2 adicional al ataque .
** Activo esquiva en el bicho.
Creo que el daño es 12 + 12 del golpe poderoso ..aunque no sé si habría que sumarle 2 por el cambio en la fuerza por la furia. Creo que al menos 24 XD...y otro crítico que se me escapa :D
Motivo: FOR espada Grom
Tirada: 2d20
Dificultad: 18+
Resultado: 28(+11)=39 (Exito) [12, 16]
De hecho tú daño ahora es el siguiente: bono de FUE 6 x 1'5 dos manos 9 + 1 mágico 10 + 12 de ataque poderoso 22 +6 de la tirada 28.
El ataque de Grom fue demoledor. Aquella bestia recibió un profundo tajo que a punto estuvo de cortarle por la mitad. Pero no fue así por poco. No obstante, aquella aguerrida criatura no parecía querer dejar de luchar sin llevarse al menos una presa al estómago.
Motivo: FOR espada Grom
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 15(+11)=26 (Exito) [15]
De hecho tú daño ahora es el siguiente: bono de FUE 6 x 1'5 dos manos 9 + 1 mágico 10 + 12 de ataque poderoso 22 +6 de la tirada 28.
- ¡Ya la tenemos Grom! - Gritó el anciano.
Lanzó entonces un fuerte golpe contra la criatura. El impacto de su filo pasó rozando a la bestia, pues ésta se movió en última instancia esquivando su ataque. El caballero gruñó disgustado, pues sabía que con un golpe como aquel, podría haber concluido el combate.
Motivo: Ataque (-5 ataque poderoso)
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+10)=22 [12]
Aquel ser salido de un infierno helado, no se lo pensó mucho. Lanzó un rápido mordisco hacia Grom y en esta ocasión el bárbaro, sintió como una enorme cantidad de afilados dientes le atravesaban por todo su cuerpo causándole un terrible dolor. Lo pero era que había quedado inmovilizado entre sus fauces y que aquel ser parecía con la intención de engullirlo vivo.
Motivo: Mordisco
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+13)=22 [9]
Motivo: Daño
Tirada: 2d8
Resultado: 5(+12)=17 [2, 3]
Motivo: Agarrón mejorado
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+23)=32 [9]
Grom (22) (-17 pg): ataca amenaza de critico. No se confirma y causa 28 de daño.
Koinzell (18): ataca y falla.
Monstruo (5) (63 de daño): ataca a Grom y 17 pg. Inicia presa.
La criatura le había herido pero apenas notaba el rasguño en su piel. Era una criatura muy peligrosa y había intentado atraparle pero, afortunadamente, sus reflejos y pericia en el combate no lo habían permitido. Se apartó en el momento justo para evitar ser engullido pero los dientes rasgaron su piel. No había tiempo para el dolor, no había tiempo para pensar, la cabeza de la criatura estaba a su alcance y descargó un golpe con fuerza con intención de acabar con él de una vez.
La espada silbó y volvió a morder la carne de la criatura de forma satisfactoria. Grito con furia, grito con rabia mientras la espada salía de la carne de la criatura de manera salvaje.
Motivo: Evitar la presa
Tirada: 1d20
Dificultad: 32+
Resultado: 19(+15)=34 (Exito) [19]
Motivo: Ataque poderoso -6
Tirada: 1d20
Dificultad: 19+
Resultado: 11(+11)=22 (Exito) [11]
Motivo: dAÑO
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+6)=13 [2, 5]
22 + 13 de la tirada = 35 punticos.... El cabroncete es duro :D
El golpe de Grom fue certero. No llegó a seccionar la cabeza de aquel ser por escasos centímetros, pero fue suficiente como para que su corazón, si es que tenía, dejase de latir. La bestia cayó sobre.la nieve y su sangre, la cual parecía estar hirviendo mientras salía de su cuerpo, comenzó a manar de su cuerpo derritiendo la nieve.
El combate había sido breve, gracias a la gran eficacia de los golpes del norteño y de la colaboración del anciano de la armadura. Habían tenido mucha suerte de esquivar los mordiscos de aquella criatura y cuando Grom recibió una dentellada, de no ser engullido por aquel ser. En aquel caso, el curso de los acontecimientos podría haber sido muy diferente.
Vamos por partes:
- ¡Ha estado cerca! - Exclamó el caballero. - ¡Hohohoho! - Soltó una de sus características risotadas. - Por eso no abandonanaba la costa. El interior parece más peligroso. - Se encogió de hombros.
La batalla había acabado y la criatura yacía en el suelo tan larga era. Debía medir, cuanto?, 10 metros?, siempre se le había dado mal medir las distancias, pero era grande, tan grande que se lo podría haber tragado de un bocado y no habría quedado ni rastro de él. Se miró el arañazo que le habían dejado los dientes, viéndolo sangrar y preguntándose si esos dientes podían contener algún tipo de veneno. Miró al viejo, tal vez el lo supiera, llevaba más tiempo allí que él, o tal vez no. No sabía si era un espíritu, una visión, un fantasma o alguien de carne y hueso pero luchaba y manejaba la espada, e incluso un bárbaro poco ilustrado como él sabía que una espada siempre es menos peligrosa que dos.
Miró al viejo antes de mirarse la herida y le dijo
"Te has cruzado antes con criaturas como esta? Espero que sus dientes no estuvieran envenenados" - dijo mientras se encogía de hombros y empezaba a reír con una potente risotada - - dijo reflexionando - "si has pasado varias semanas sin ver nada en la costa apenas han pasado horas hasta que han pasado cosa"Cerca? Si apenas nos ha hecho nada el gusano. Muy grande, muy feo, pero sin demasiado peligro, nuestras gallinas y conejos serían capaz de despacharlo si hiciera falta. Luchas bien viejo, tu brazo se mantiene fuerte. Sigo sin saber cual es tu papel en todo esto pero dos espadas siempre son mejor que una. Seguiremos hacia el interior. Puede que sea más peligroso, pero mejor eso que acabar muerto de hambre en cuanto se acaben las provisiones". Señaló a la criatura mientras limpiaba su espada y le dijo "Sabes si se puede comer? Carne no nos iba a faltar, eso seguro..."
Se sentía cansado después de desplegar su furia. Siempre pasaba, era el precio a pagar, después de ese estallido de energía una súbita debilidad. Miró a la criatura y la pateó con rabia. Sin esa furia tal vez ahora estaría dentro de su estómago.
- No, nunca. - Dijo en referencia a la pregunta por su se había cruzado con una bestia semejante anteriormente. - Desde que llegué aquí, sólo he seguido la línea de la costa. - Confesó. - Pensaba que sería mejor así. Si había algún pueblo cerca del mar, acabaría encontrándolo, pero no ha sido así. - Se encogió de hombros y soltó una risotada. - ¡Hohoho! ¡Los conejos y las gallinas de tu pueblo parecen peligrosos! ¡Como tu mismo! - Se agachó frente a aquel ser. Aquel gusano apestoso. - No creo que se pueda comer. - Declaró. - Todo lo que he intentado comer ha sido terrible. Una vez probé unas conchas que recogí y a las pocas horas casi muero de diarrea... - Desveló. - Como ya he dicho, todavía me quedan algunas provisiones. Puedo compartirlas contigo. También me queda agua, aunque muy escasa. Siendo dos, nos quedaremos sin reservas en unas horas, pero no queda otra...
El sol empezaba a descender en el cielo y con su extraño y perpetuo tono rojizo. Si bien era cierto que a según qué latitudes de Gea, Seyran se mostraba de forma diferente que en el resto del planeta, aquella tonalidad duradera se hacía extraña tanto para Koinzell como para Grom. Era cierto que Koinzell ya llevaba varias jornadas merodeando por aquellas tierras baldías y que en jornadas anteriores el astro reinante se había mostrado de igual forma ante sus ojos pero lo cierto era que, lejos de parecerle algo extraño digno de preocupación, le había provocado cierta esperanza gracias a sus férreas creencias en el Sol Naciente.
Tras una breve comida base de galletas saladas y un par de sorbos de agua por cabeza continuaron su camino hacia ninguna parte. El paisaje no variaba demasiado. La fría tundra les rodeaba y un portentoso frío se adueñaba de ellos alentado por la ventisca procedente del interior de aquel desolado continente que de cada vez se tornaba más violenta.
Pese a todo Grom no se quejó pues era un vovit del norte de Arthanis y no era costumbre en ellos solicitar ayuda o compadecerse de uno mismo. Ellos resolvían sus problemas solos.
No tenían que ser demasiado espabilados como para percatarse de que en aquella tundra no abundaba la vida animal. De hecho, desde que se habían encontrado no había visto ni una sola libre correteando entre los arbustos o un mísero cangrejo escondiéndose entre los guijarros de la playa.
Una sensación de profunda soledad les embargaba y a cada momento se hacía más y más fuerte. Una corazonada les decía que algo extraño estaba ocurriendo a su alrededor. Una extraña aura rodeaba a aquel inhóspito paraje de pesadilla. Tenían la impresión de que cuanto más caminaban más se alejaban de cualquier lugar civilizado y empezaron a sopesar la posibilidad de que nunca más regresaran al mundo que conocieron.
Al mirar hacia el interior del continente vislumbraron que a muchos kilómetros en la lejanía el terreno parecía cambiar de aspecto hacia una zona algo más pantanosa y que mucho más alejados se podían intuir unos escarpados picos sumidos por una oscuridad antinatural que parecía proceder el interior de aquella tierra, como si un sol oscuro reinara en lo alto del cielo haciéndole la competencia al buen Seyran. Quizás esa extraña luminiscencia era la causa de aquel extraño color del agua. A decir verdad, si se paraban por un instante a observar a su alrededor, parecía que la luz que les rodeaba se iba tornando cada vez más amoratada a medida que Seyran se ocultaba en la lejanía.
Grom se encogió de hombros antes de darle una última patada al gusano de los hielos. Miró al extraño viejo y le dio una palmada en la espalda antes de decirle
"La verdad es que es apestoso y seguro que sabe peor. No nos lo comeremos aunque se lo merecería, nos ha intentado comer y es lo que se merecería. Racionemos lo poco que haya y que los dioses provean." - se quedó pensando y si no le habían engañado sus ojos habían peces coleando en el barco. No era mucho pero alguna comida podrían sacar así que se fue a recogerlos, solo por si acaso.
Siguieron hacia el interior, hacia dónde si no?, aprovechando las últimas luces de aquel sol, aunque parecían que esas luces no acababan de apagarse, como si fuera eterno o no existiera noche. Después de una larga caminata pararon a hacer una comida frugal con la que engañar a sus estómagos mientras se preguntaban si encontrarían algo, lo que fuera, donde pasar la noche y resguardarse de un frío que mordía hasta el tuétano. No se quejaría, no ante un viejo, no siendo un vovit, el orgullo le mantendría, sería su manta y alimento al menos hasta que pudiera cazar algo. El problema es que la caza escaseaba hasta el punto de la inexistencia y que no había visto fuentes de agua, sí, había hielo pero no tenían fuentes de calor para derretirlo y la necesitaban para poder sobrevivir.
La sensación era rara. Sentía que jamás volvería a ver a sus hermanos, que su vida como la conocía había acabado, que solo habría soledad, soledad y muerte, si no estaba muerto, algo que aunque intentaba desterrarlo de su ánimo de tanto en tanto volvía. En el horizonte parecía producirse un cambio de paisaje si su vista no le engañaba. Señaló hacia el horizonte y le dijo
"Me fallan los ojos o parece que en el horizonte se acaba esta prisión helada?. Tal vez allí encontraremos agua, comida y mujeres deseosas de hombres sin par, como nosotros" dijo riendo de buena gana deseoso de quitarse ese frío de encima "tal vez haya algo a la falda de la montaña y sino podremos escalarla para ver desde su cima. Tal vez haya algo, tal vez muramos...... "
Lo dijo de forma objetiva, sin dramatismos... Un vovit vivía, un vovit moría. Siempre existirían los vovits, nada rompería su espíritu de lucha hasta el final
El caballero Koinzell se reservó para sí la opinión que las necias palabras de Grom le merecían. Hablar de aquella manera sobre las mujeres era faltarles al respeto y eso era algo que él no iba a hacer. Pero calló, pues prefería no discutir. Seguir avanzando era la mejor propuesta que el caballero había encontrado y aunque Grom, tal vez en las montañas, si llegaban alguna vez, encontrarían algo.
Fuera como fuera horas más tarde ambos proseguían aquella penosa marcha a través de la tundra helada sin saber muy bien porqué ni hacia donde les dirigía aquel camino que parecía tener voluntad propia. Estaban cansados, helados, sedientos y hambrientos, pero no había un lugar idóneo para detenerse a descansar, cobijo que les guareciera del frío, agua que pareciera potable ni comida que no tuviera el aspecto de ser venenosa.
Los días se fueron sucediendo monótonos al igual que el paisaje que les rodeaba. Sus fuerzas se agotaban al mismo tiempo que su voluntad decaía. Habían empezado a perder peso de forma alarmante. Sus labios estaban cuarteados y su piel dañada por la ventisca que hacía casi una semana que soportaban ininterrumpidamente. Ya casi habían dejado de sentir hambre, frío o fatiga, tan solo seguían avanzando hacia adelante como autómatas, o al menos a lo que creían que era adelante.
Cuando sus piernas no podían más, se detenían, cuando encontraban algo que echarse a la boca, lo comían, ya fuera alguna raíz, alguna seta con apariencia menos tóxica que el resto de hongos con los que se habían topado y cuando se encontraban alguna charca con agua clara llenaban sus odres sin pensar siquiera en la potabilidad de ésta. Ya poco les importaba vivir o morir, tan sólo deseaban que ese invariable paisaje cambiara para bien o para mal. Deseaban que algo sucediera, ya fuera encontrar algún lugar mínimamente civilizado o con alguien o con algo… o bien que la muerte les encontrara a ellos.
Habían perdido la noción del tiempo, pero por el crecimiento de sus barbas deducían que llevarían juntos en aquel lugar no menos de un mes entero. ¿Cómo no habían muerto por desnutrición? Era todo un misterio, aunque se podía explicar de forma fácil de confirmarse que el cuerpo que encontraron en el drakkar era el de Grom.
- Lo muerto no puede morir. – Escuchó Iirag.
- ¿A qué te refieres? – Respondió Koinzell.
Grom miró extrañado a su compañero. Parecía haberle leído la mente pues en ese preciso instante había pensado en eso mismo, en esa misma frase que había escuchado y que seguro estaba de no haber pronunciado en alto. Pero el caballero parecía preguntarle a él por aquello.