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La Torre de las Almas Perdidas 3: La Caída al Abismo.

Prólogo. Jovan-Dar el Enfurecido.

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07/04/2020, 20:25
Narrador

El mar Cercado no tenía fama de ser uno de los más violentos de Gea, pero lo cierto era que muchos eran los que contaban historias acerca de que aquel rincón del mundo tenía voluntad propia. Decían que era el mismo Jovan-Dar dios de las Aguas y los Mares y Señor de las Profundidades, quien en algunas ocasiones hacía enfurecer al Cercado para recordarle a los vovits que lo creían suyo, quien era el amo del mar.

Era cierto que las gentes del norte se creían los amos de los mares. Pensaban que sus drakkars eran imparables y le habían perdido en parte el debido respeto al mar. Para eso estaban las tormentas y la furia del viento que demostraban quien estaba al mando. Muchas eran las naves que desaparecían con toda su tripulación a bordo y nunca se encontraba ni rastro de ellas, como si hubieran sido borradas del mapa de un plumazo. Daba igual lo importante del viaje que estuvieran realizando los navegantes en ese momento o las connotaciones morales que les guiaban. Cuando el mar desataba su furia no tenía en cuenta nada de eso y castigaba por igual a todas las embarcaciones que lo surcaban.

Hacía más de tres horas que se había desatado la violenta tormenta que desafiaba con hundirlos. Las olas habían empezado a pasar sobre la cubierta calando por completo a la tripulación y destrozando todas sus maniobras. En medio de la inquietud desatada por los reventones del cielo, trataron de convencerse de que no les pasaría nada. No obstante, sabían por experiencia que la tormenta que se avecinaba era diferente a cualquier otra que hubieran vivido con anterioridad. Era demasiado tarde para regresar, pero aun así lo intentaron virando el drakkar ciento ochenta grados y tratando de regresar a las costas de Arthanis.

Era evidente que cuanto más se acercasen hacia Harvaka más intensa y desvastadora sería la tormenta. El Snekkja era un barco veloz y con la suerte necesaria, combinada con la pericia de esos marineros y la benevolencia de los dioses podrían evitar las consecuencias más devastadores de la tormenta. Sin embargo, pronto sus esperanzas se truncaron cuando en menos de dos horas habían sido alcanzados por el grueso de aquel temporal que parecía perseguirles para darles caza.

El Snekkja se balanceaba de lado a lado de forma violenta. El casco del drakkar crujía a con cada acometida y el mástil se doblaba amenazando partirse en cualquier momento. Ya habían trincado el palo y habían adecuado la superficie vélica reduciendo el trapo y aplanando el velamen para evitar el embolsamiento y así propiciar que el viento escapase con mayor facilidad.

El ruido del restallar de los rayos sobre la cubierta era ensordecedor. El viento potente y recio arremetía rugiendo con sus más de treinta y cinco nudos en medio de una oscura noche sin rastro de las estrellas o de la misma Maahn. La cubierta del Snekkja estaba totalmente cubierta de agua y espuma y las bodegas empezaban a llevarse de mar de una forma preocupante. El drakkar era engullido con cada arremetida de aquel mar enfurecido, uno de los más ariscos y salvajes que Grom había visto en su corta vida.

El viento fue subiendo con muchísima fuerza y para cuando aquellos curtidos marineros se dieron cuenta su drakkar no era más que una cáscara de nuez entre unas enormes montañas de agua. Ya habían desaparecido por la borda hasta cuatro de los hombres de Iirag, capitán de aquella nave e hijo del Jrag Thror Tryggvason, al que llamaban Lobo Sanguinario. Cuatro buenos marineros que habían sido devorados por aquel enervado y desafiante demonio. La maraña de relámpagos trataba de darles caza persiguiéndoles como lo haría el gato con el ratón. Jugaba con ellos sabiéndose infinitamente superior y sólo del Cercado dependía la decisión final de acabar con ellos o dejarlos vivir.

Para cuando la tormenta ya estuvo sobre ellos ya hacía rato que habían perdido por completo el control de la nave. Durante un buen rato mantuvieron el silencio, cada uno estaba realizando una oración íntima en medio de la oscuridad sólo atenuando por el resplandor de los relámpagos a su dios patrón.  Ya fuera Ygg, su hermano Yrg, el gran oso o cualquiera de los dioses del panteón vovit, era evidente que únicamente ellos podían evitar lo inevitable y sólo los dioses podían sacar a ese drakkar de la enfurecida garra de aquel oscuro y hambriento lobo.

Con cada uno de los estallidos de los rayos que cada vez caían más y más cerca rajando el cielo de arriba abajo se erizaba la piel de aquellos valerosos hombres. Sólo con ver la furia de Auvent, dios del Viento y las Tormentas sus corazones se encogían, pero sentir su retumbar ponía los pelos de punta y con cada chispazo sus caras se desencajaban. Realmente estaban asustados. Por primera vez en mucho tiempo aquellos valerosos guerreros del norte del mundo sentían miedo.

Grom trató de hacer un cálculo mental de las millas restantes hasta encontrar el primer puerto, pero lo cierto fue que dadas las condiciones del mar le fue imposible precisar nada. Por primera vez en su vida deseaba llegar a tierra firme y salir corriendo para alejarse de ese monstruo que les hostigaba sin piedad. No estaba ante algo de fácil solución, no dependía de la pericia de su capitán ni la de sus hombres, se encontraban ante algo verdaderamente fuerte e impredecible que les tenía totalmente a su merced.

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08/04/2020, 22:40
Grom

Grom había nacido sobre las tablas de la cubierta de un drakkar, literalmente, y siempre se había sentido más feliz y seguro en el mar que en tierra firme. Su padre Gunarsson, hijo de Sigmunson, había navegado en drakkar para ir a la guerra durante años, siempre llevándose a su esposa con él siguiendo su costumbre de fornicar antes de una batalla. Así había venido él al mundo sobre las tablas de una cubierta, confundiendo la sangre del vientre de su madre con la de bárbaros y enemigos despanzurrados en la cubierta, confundiendo sus lloros saludando al nuevo mundo con los prisioneros o moribundos con destino aciago.

Su padre le había enseñado todo cuanto se podía saber del mar, como hacer un nudo, lanzar un gancho de abordaje y despanzurrar a los enemigos a golpe de espadón, de hecho la espada que tenía era un regalo suyo, un regalo que tuvo que conseguir a la fuerza pues no se lo dio sino que tuvo que arrebatárselo en un combate. Sonrió al recordarlo mientras seguía remando, poderoso, junto a su bancada de remeros, como había lanzado un puñetazo al rostro de su padre mientras aprovechaba un descuido para barrerlo y saltar por encima de él. Era la primera vez que lo derrotaba, aunque aquello era cuestión de tiempo no pareció sentarle bien a su padre, que dejó de hablarle durante una semana mientras sus ojos lo miraban de una manera distinta, con respeto y con algo que no pensaba ver nunca, miedo, un miedo oscuro y profundo del que nunca le osó preguntar, aunque probablemente fuera a la vejez, a la decrepitud, al ocaso de unas fuerzas que habían sido la envidia de todos los hombres.

Su padre. Lo había hecho bien casi todo, al menos hasta ese fatal día en que una flecha le traspasó la garganta. La piratería y la conquista era un oficio duro, pero los bárbaros eran más duros todavía y allí, aferrado a su remo se relamía pensando en botines y riquezas, mujeres exóticas que montar y proezas que contar a sus hijos, mientras el capitán bramaba órdenes con la intención de escapar de la tormenta. El drakkar giró en redondo trazando una bella maniobra, impulsados por la bancada de estribor mientras a babor se alzaban los remos y se soltaba todo el trapo con la esperanza de escapar. Los tambores marcaban un ritmo infernal que solo los curtidos bárbaros podían aguantar sin desfallecer, intentando sumar a la fuerza del viento la de sus músculos, pero ni aun así la tormenta les daba tregua, acercándose sin remedio a su embarcación.

La orden de arriar velamen se dio y Grom junto a 3 compañeros subieron al mástil para arriar velas, reduciendo la superficie del barco expuesto al viento y rezando por no caerse al mar. El tuvo suerte, no uno de sus compañeros, Sven, el llamado gusano por todos por su complexíón delgada, que cayó del mástil y fue engullido por el mar como un anticipo de lo que estaba por venir para el resto.

La tormenta fue arrancando remos de las manos y el capitán ordenó levantarlos y guardarlos, dejando el barco a la deriva mientras el agua subía y bajaba entrando en bodegas. Algunos hombres no podían permanecer en sus sitios, agarrados a la borda, y eran engullidos por el mar, pero Grom no era de esos, Grom había nacido para sobrevivir tempestades aunque, mirando al cielo y la altura de las olas, aquella podría ser demasiado para él, para su capitán y para la dotación del drakkar

Miro al horizonte intentando distinguir tierra. Al no ver nada miró a babor, estribor, al cielo, pero todo era negrura, vientos aullantes, lluvia incesante y olas hambrientas. No era excesivamente religioso pero rezó, rezó por tener valor si le llegaba la hora, rezó porque el miedo que notaba no le embotara los sentidos y que si tenía que morir fuera mirando a la muerte a los ojos y besándola con pasión. Moriría como vovit, orgulloso, indómito, como un hombre libre pues libre era y libre moriría.

En el horizonte no había esperanzas, tampoco en el firmamento. Solo los dioses podían preservar sus vidas, y por ello sus compañeros de bancada se consagraban en letanías improvisadas con la intención de ganar un favor que creían merecer.

No te voy a suplicar por mi vida, no nos creaste así para que suplicáramos. Solo te pediré que no dejes que el miedo me traicione, y que si tengo que morir que sea como un hombre, luchando contra los elementos que nos has enviado. Padre, pronto estaré contigo, podrás tomarte la revancha.

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14/04/2020, 12:33
Iirag

Iirag achicaba agua en el centro del bote mientras gritaba órdenes a sus hombres. Pero todo esfuerzo era en vano, el Snekkja crujía y se llenaba de agua mientras las olas los tiraban al suelo del bote. Aun así, sus hombres seguían peleando. El joven alzó la voz en un profundo grito, mientras alzaba un amenazador puño.

¡¡Jovan-Dar no podrás detener a los Hijos del Lobo!! ¡¡Llevaré a cabo los designios de mi Jrag me cueste lo que me cueste!!

Apartó de un golpe a uno de sus remeros y lanzó un pesado cajón cargado de armas fuera de la borda, de nada les servirán si acaban en el fondo del mar. Cerca suya consiguió discernir a su segundo de abordo, Karagar. Se acerco a el en medio de los terribles virajes que el Snekkja, moribundo, daba debido a las olas. Le levantó del suelo del bote y lo acerco así. Karagar puso cara de susto al ver a Iirag con una terrible e iracunda mirada, recortado por las luz de los rayos que se les acercaban cada vez más. Iirag, mientras una ola barrió el navío llevando a otro hombre de la tripulación, se levantó sosteniendo a Karagar, lo empujo hacia el timón, que giraba sin control sin nadie a su mando y habló. Su voz se oyó por encima del estruendo de la tormenta.

¡¡Muramos luchando, Hermanos!!

Pero en su gesto no había ningún atisbo de que se hubiese rendido, es más, en el fondo de sus ojos podía verse una ira y una determinación palpitantes, que prometían que si hacía falta nadaría el estrecho tirando de su nave con una cuerda cogida con los dientes, luchando contra la Tormenta y cualquier cosa que pudiera enviarle Jovan-Dar con tal de cumplir su cometido.

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14/04/2020, 12:54
Narrador

Iirag era un buen capitán y seria un buen Jrag. Su padre lo era y lo había sido, aunque el Lobo Sanguinario tenía ese apodo por algo y no era precisamente por ser comprensivo con los suyos, ni por ser piadoso con los enemigos, sino todo lo contrario. En cambio Iirag, todavía estaba a tiempo de además de ser un gran guerrero y un gran capitán, poder llegar un paso más allá y convertirse en un líder digno de ser admirado y seguido hasta las puertas del mismísimo Gran Abismo si era menester. Era por ello, que si Grom creía que alguien podía sacarles de aquella tormenta, ese no era otro que Iirag. 

No era la primera vez que embarcaba junto a Iirag y había luchado a su lado más de una vez. Cuando Thror golpeó la puerta de la fortaleza de Yolow, cuna de los Colmillos Grises, él estuvo también allí, junto a Thror y junto a su hijo Iirag. La matanza que tuvo después lugar fue una de las mayores hazañas que se recuerdan en los últimos tiempos. Los Hermanos del Lobo vencieron y los Colmillos Grises perdieron el dominio de sus tierras en su favor. Grom todavía recordaba como Thror venció al Jrag Yrgvas. Lo recordaba como si fuera ayer mismo.

Yrgvas y Thror se enzarzaron en combate brutal. Nada más Yvgras agarró el escudo la poderosa hacha de su Jrag golpeó contra éste. Las astillas volaban del escudo, pero el líder rival resistía. Con un escalofriante grito Thror giró sobre sí mismo en un movimiento inesperado y lanzó un tajo con su enorme hacha a una velocidad inhumana. Yrgvas no pudo esquivarlo. Sacando chispas el filo rozo en el borde metálico del escudo y siguió volando hasta cortar la cabeza de Yrgvas de un solo tajo. Tal era la fuerza que siguió la trayectoria y se clavó en el suelo. La sala se quedo en silencio...

Ese silencio. También recordó el silencio que se produjo entonces. Un silencio atronador en el que todos los combatientes se vieron sumidos. El combate acabó en ese instante y así los Hermanos Lobo obtuvieron la victoria. En ese momento Grom se abrazó con otro hermano de armas, Ivgar. Otro de los hombres que estaban luchando en ese momento contra la descomunal fuerza de la naturaleza que era aquella tormenta.

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14/04/2020, 12:54
Ivgar

- ¡Por Ygg e Yrg, Grom! - Llamó su atención aquel hombre. - ¡Agárrate ese maldito cabo! - Alzó la voz. 

Ivgar se refería al cabo de una de las velas. Con la tormenta se había soltado y el velamen daba bandazos de aquí para allá. Para la estabilidad de aquella nave era completamente necesario mantener el velamen en perfectas condiciones. Fue entonces cuando la verga que aquel cabo mantenía en su sitio, dio un bandazo por la acción del viendo y se abalanzó a gran velocidad sobre Grom. Si le golpeaba acabaría sin duda alguna golpeándole y caería al mar y una vez en el mar, podía empezar a rezar a todos los dioses, pues su destino estaría sellado.

Notas de juego

Hazme un tirada de salvación de Reflejos (REF) Clase de dificultad (CD) 16. Si no superas, la verga te golpea y caerás al agua. Si caes, para mantenerte a flote deberás tirar una prueba de habilidad nadar (CD) 20 o comenzarás a hundierte.

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16/04/2020, 19:11
Grom
Sólo para el director

El drakkar parecía estar a punto de partirse en dos en cualquier momento, indefenso ante la furia de unos elementos enviados por los dioses. La única figura que parecía dispuesta a luchar contra la tormenta era su capitán, Iirag, o al menos a la manera bárbara, con un desprecio arrogante sobre la vida propia y una falta total de respeto a la muerte, a la que consideraban amante y madre, a las que todos volvían cuando el sonido de la batallas se apagaba y el hacha caía de las manos. Iirag intentaba que la disciplina volviera y que todos hicieran lo que tenían que hacer, como un buen capitán y Grom no pudo más que sonreír en una sonrisa oculta por el viento y el agua.

Iigar era un buen capitán, uno muy bueno, uno de quien valía la pena aprender. Vio como llevaba al timón al cobarde de Karagar y les animaba a luchar, a desafiar los elementos y su destino. Sabía que era lo correcto, sabía que Karagar obraba mal, puesto que verlo al gobernalle, por muy indefenso que estuviera e inútil que fuera su misión, hacía milagros en la moral de los remeros. Con una moral renovada recibió el grito de Iigar con brío y alzó su voz sobre la tormenta

"HASTA EL FINAL, POR EL CAPITÁN IIRAG, POR EL JRAG, LUCHAREMOS HASTA EL FINAL"

Era curioso el efecto de una pequeña muestra de valentía y como esta era contagiosa. El ejemplo de Iigar fue suficiente para que los remeros se prepararan a luchar por sus vidas en lugar de resignarse a su destino. Las voces se multiplicaron en la cubierta, voces desafiantes que iban a vender cara sus muertes para mayor regocijo de sus dioses. Gritaron y gritaron mientras la nave escalaba las crestas de las olas como una semilla de diente de león en el viento, indefensa ante el capricho de los elementos.

Algo captó su atención a la izquierda y lo miró sin comprender. Un cabo, un cabo estaba en medio de la cubierta cuando todos estaban recogidos. Lo miró pensando en estar sufriendo una alucinación pero pronto Ivgar le sacó de su error. Siguió el cabo hasta su origen y vio que el cabo pertenecía al velamen y si no lo recogían y se largaba el trapo sería su fin. Se levantó sin temer por su vida e intento atraparlo sin pensar en el peligro, lo cogió con una sonrisa y cuando se levantó para atarlo la verga le golpeó traicioneramente tirándole al agua, condenándole a una muerte casi segura.

Intentó nadar. Intentó luchar con el peso de su armadura pero pesaba demasiado, los brazos no le respondían por el esfuerzo al remo y el agua fría no ayudaba. Se hundía, el fondo del mar le reclamaba, pero un bárbaro no muere sin luchar y si las aguas le querían tendrían que ganárselo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues nada, ya me he muerto XDDDDD

Al menos he hecho bien las tiradas XDDDD

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17/04/2020, 17:44
Narrador

Grom se sentía confuso. La cabeza le daba vueltas inmersa en el interior de aquella devastadora oscuridad. ¿Dónde estaba? No lo sabía, sólo sentía un intenso mareo y dolor de cabeza aderezados por un intenso sabor salado y una intensa sensación de frío y humedad que nunca antes recordaba haber experimentado. Se sentía mojado. A medida que iba centrando su atribulada cabeza empezada a notar que sus ropas o más bien sus calzas estaban empapadas.

Se tocó el torso y descubrió que estaba desnudo. Las pieles de carnero, su armadura, su equipo, todo… ¿Dónde había ido a parar? Tampoco lo sabía. Estaba agotado pero sus ojos ahora abiertos de par en par repararon en que se encontraba en alguna zona costera helada pero nada más le desvelaron en aquel momento, pues exhausto como estaba perdió la conciencia sobre su propio cuerpo y cayó sumido en un profundo sueño.

De pronto notó como alguien se acercaba hacia él, pero sus fuerzas no eran muchas y le impedían hasta abrir los ojos. No fue hasta el momento en que notó como alguien le agarraba para voltearle cuando su instinto le dio el impulso necesario como para abrir los ojos y descubrir ante él al que parecía ser un hombre ataviado con una armadura completa sacada de tiempos remotos. Su rostro cubierto por un yelmo cerrado ocultaba el rostro de aquel caballero y la única información acerca de él que Grom pudo obtener fue a cerca de su tabardo blanco en cuyo centro lucía un imponente sol de color rojo.

El norteño se encontraba en la orilla de una playa de guijarros de un color grisáceo oscuro rodeado por la nada más absoluta. A su espalda se encontraba un vasto mar calmo en el que se reflejaba el sol rojo del amanecer. Frente a él se extendía una interminable tundra helada y rocosa cubierta por una densa neblina que casi podría cortarse con un cuchillo.

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17/04/2020, 17:46
Koinzell Blatt

¡Alabado sea el alba, una señal de mi maestro! - Grito aquel hombre mientras, quien parecía lleno de dicha y con el pecho inflado de alegría al encontrar a aquel individuo. Lo cierto era que había orado mucho para encontrar al fin a alguien y esa era la respuesta a sus rezos.

Hohohoho - El eco metálico de su armadura amplificaba el sonido de sus risas. - Koinzell es mi nombre nórdico, servidor de la luz suprema. - Alzó ambos brazos de forma exagerada indicando el sol. - Veo que eres afortunado, sea cual sea el dios al que reces este debe amarte, pero quizás no lo suficiente para enviarte a esta tierra olvidada. ¡Hohohoho! 

No pudo evitarlo, la risa surgió de lo profundo de su alma, tan fuerte que tuvo que sostener su barriga para que no se desataran las correas de la coraza. Entonces y sólo entonces abrió la visera de su yelmo desvelando que se trataba de un hombre ya entrado en años, un humano posiblemente de uno de los muchos países del centro de Harvaka.

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18/04/2020, 22:52
Grom

Las olas se lo habían tragado y había muerto, estaba seguro de ello. Pronto su brazo sería enjuiciado por Thor junto a la bravura de su corazón, se le preguntaría por las batallas en las que había luchado, los enemigos que había matado y, en caso de ser juzgado como bravo sería acogido entre las valkyrias y participaría en lides de todo tipo con ellas. Eso es lo que le habían enseñado desde que era un niño pero aquello no se parecía en nada, no había nadie para juzgarle, no había mujeres guerreras, nada, solo una gran nada, una nada que se movía como un torbellino aunque no podía decir si el torbellino estaba dentro de su cabeza o era el mundo el que se movía con vorágine a su alrededor. Se pasó la lengua por lo que debían ser los labios y notó el sabor salobre en sus labios. Si hubiera tenido fuerzas se hubiera reído, pues no solo la muerte parecía saber a mar sino que parecía que en su muerte se había orinado encima. Tembló por el frió y abrió un ojo, parecía estar vivo, parecía estarlo pero se tocó el torno para descubrir si seguía teniendo un cuerpo. Allí estaba, seguía teniendo un cuerpo, su cuerpo, pero era lo único que parecía conservar, el resto lo había perdido. El mandoble de su padre, la hoja que se había ganado siendo un niño no estaba, ni su armadura, estaba desnudo, estaba perdido, en algún tipo de zona costera helada... estaba vivo o aquel era su castigo?

Las piernas se le doblaron, su consciencia se apagó y exhausto se desmayó. El tiempo perdió el sentido y no recuperó consciencia de si mismo hasta notar que alguien se acercaba. Gruñó en su fuero interno, intentando levantarse, sabiendo que el peligro estaba allí y que  si no se levantaba podría ser demasiado fuerte. Tiró de su cuerpo, tiró con toda su voluntad y nada pasó, no consiguió ni abrir un ojo. Tal vez era un sueño, pero aquello que estaba a su alrededor le volteó y eso le hizo abrir los ojos. Parpadeó con tremendo esfuerzo y vio un hombre extraño vestido en armadura completa. Un soldado, un caballero, peligro, muerte. Miró alrededor sin quitarle los ojos al caballero y sintió que su confusión crecía. Estaba en un lugar desconocido, lejos de casa, y estaba a la merced de aquel extraño.

El hombre pareció recibirlo con alegría y jovialidad pero aun así lo miró de forma desconfiada mientras sus manos se cerraban sobre los guijarros de la playa. Sus ojos lo analizaron buscando una amenaza, un hueco en su armadura, una forma de reducirle pero no tenía fuerzas, no las tendría ni aunque lo quisiera. Le hablaba de una luz suprema y tras levantar su yelmo pudo saber que era humano, uno entrado en años, por lo que tal vez tendría alguna oportunidad luchando con él si era rápido pero si lo mataba estaba perdido, no sabría que había pasado, no sabría donde estaba, así que con un gran esfuerzo pugno por levantarse y mirar a aquel hombre. Las rodillas se le doblaron pero tiró de orgullo para no caer. Intentó hablar pero la garganta la tenía seca, así que se chupó la lengua para crear saliva y tragar. De forma áspera y con una voz que no era la suya dijo

"Donde estoy? Que lugar es este? Soy Grom..... el bárbaro. Que es la luz suprema? Nunca había oído hablar de nada de eso...."

La cabeza le seguía dando vueltas y se sentía demasiado débil como para atacarle en su estado. Podía intentar despertar la rabia que habitaba en él pero de momento no se sentía amenazado.

Notas de juego

El tipo va armado?

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19/04/2020, 08:44
Koinzell Blatt

¡Hohohoho! - Rió aquel hombre. - ¿Dónde estás? - Sonrió. - En una playa helada. - Respondió finalmente.

Aquel caballero le ofreció la mano a Grom para ayudarle a ponerse en pie. Éste aceptó a regañadientes. No podía fiarse de aquel hombre. 

Desconozco nuestro paradero exacto, amigo. - Dijo en un dejo de lucidez. - Pero estas tierras son territorios traicioneros, carcomidos por el hielo y el frió glacial. En donde el terreno no esta congelado hay traicioneras ciénagas, si has venido a parar a este lugar es definitivamente porque tienes un propósito, o porque tus dioses te odian. No he visto otras personas desde hace bastante tiempo, sin embargo la marcha continua a través de estas costas alejadas del cálido toque del maestro. 

Miró entonces en dirección al sol, como tratando de intuir una dirección. Lo cierto era que aquel hombre parecía también perdido, sin rumbo, y ciertamente, por sus gestos, su forma de hablar y su sobretodo, por aquella risa desmesurada, parecía que algo no funcionaba bien en su cabeza.

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21/04/2020, 22:13
Grom

Aquel tipo parecía estar loco y él estaba demasiado débil como para aplastar su cabeza de lata entre sus manos. Como le hubiera gustado, como le hubiera encantado acabar con esa risa que no sabía si era burlona o bonachona pero a él le hacía estallar la cabeza. Miró a su alrededor y entonces fue consciente del frío, un frío que le mordía la piel y le llegaba hasta los huesos. Estaba acostumbrado al frío, un bárbaro de las tierras del norte no tiritaba, era una vergüenza tiritar por el frío, pero aquel frío parecía no ser natural.

Miró la mano del extraño y la cogió. Estaba a su merced y si le ayudaba a levantarse su desventaja sería menor, así que aunque no confiara la cogió. Si lo hubiera querido muerto lo habría matado mientras estaba desvanecido,  así que, al menos de momento no le atacaría. Se incorporó con la ayuda del hombre blindado y volvió a mirar a su alrededor. Así que el caballero no sabía donde estaban, así que, estaba tan perdido como él. Miró alrededor y emitió una corta risotada. Ahí si que había tenido gracia el vejestorio. Con voz ronca le dijo

"Un propósito? Lo tengo, clavar mi mandoble en mis enemigos y dioses, ja"- dijo riendo mordaz "son más volubles que las mujeres. Si estoy aquí fue porque caí de un barco y en lugar de ahogarme, sobreviví". Le miró y le dijo "Sirves al sol? Como se puede servir a un maestro que está en el cielo? Nunca había oído algo así, pero si te sirve..... Cada uno debe creer en quien quiera, al final los dioses harán lo que quieran, no hay mucho más que se pueda hacer. Entonces, no hay ninguna ciudad?, ningún camino? Cuanto tiempo lleváis recorriendo esta costa?".

No podía fiarse mucho de esas respuestas pero era lo único que tenía a mano. Miró a su alrededor buscando algo, una señal, una loma desde donde poder otear el horizonte y ver civilización, o tal vez sus posesiones. Daría lo que fuera por una daga, una espada, algo de acero para no sentirse tan perdido. Había vivido toda la vida agarrado a un trozo de acero y ahora que no lo tenía sentía su brazo demasiado ligero, casi muerto.

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22/04/2020, 18:08
Koinzell Blatt

Llevo días, sino semanas caminado por esta costa helada... - Dijo muy seriamente. - No he visto ciudad alguna todavía, ni restos de civilización salvo a esa... - Tragó saliva y no dijo nada. 

Justo entonces se agachó y se descolgó una mochila. Desenrolló entonces una manta y se la ofreció a aquel joven náufrago. Grom le miró extrañado y acto seguido Koinzell le puso la manta por encima de los hombros. 

- ¡Te vas a congelar, amigo! - Exclamó. - ¡No se como estás vivo, la verdad! ¡Hohoho! - Lanzó una risotada. - Te puedes quedar la manta... - Le dijo entonces. - ¿Vas a seguir conmigo? - Le preguntó entonces. - Me quedan algunas raciones. Podemos compartirlas hasta que se acaben definitivamente...

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23/04/2020, 16:34
Grom

Semanas? Aquella era peor noticia de lo esperado. Si había caminado semanas eso quería decir que probablemente había recorrido más de 300 kilómetros sin encontrar nada. Aquello parecía extraño porque, quien lleva raciones para un mes encima?. Koinzell parecía estar loco y no saber que estaba haciendo pero había algo más inquietante, y si el que se había vuelto loco era él, y si había muerto y todo aquello era algún tipo de prueba, una prueba de valor, de ingenio tal vez, algo que le abriría las puertas del Valhalla o se las cerraría a cal y canto. Aquello eran tan probable como encontrarse a un viejo con armadura completa vagando por una masa helada sin fin.

Hacía frío, demasiado frío incluso para lo que estaba acostumbrado, y su cuerpo decidió traicionarlo y tiritó antes de poderlo controlar. El viejo loco le pasó una manta áspera pero que le hizo entrar en calor rápidamente mientras le ofrecía ir con él. Grom lo pensó pero enseguida vio que aquello no tenía sentido. Para que iba a seguir los pasos del viejo si había fracasado hasta el momento? Podría seguir caminando por la costa sin fin y no encontraría nada, estaba seguro, y nadie le iba a ir a buscar. Sus hermanos debían estar en tierra firme o en el fondo del mar, bebiendo en las tabernas por su dicha o presentando sus respetos a Odín... No, no le seguiría. Grom desafiaría su destino, a las estrellas y a la misma muerte si era necesario, Grom iría hacia el interior, hacia el rastro de civilización que atemorizaba al viejo. Pensó en robarle. Un par de golpes y toda la comida sería suya, sería hasta fácil pero le había perdonado la vida cuando más débil estaba y un bárbaro, por salvaje que sea, tiene honor. Le tendió la mano y le dijo

"Nada encontrarás en la costa salvo frío y hielo. Me dirigiré hacia el interior y desafiaré mi destino. Si no he muerto hoy puede ser que la muerte no desee mi carne todavía. Ve en paz viejo y que tengas suerte en tu camino"

Si es que eres real......si es que no soy muerto.... hacia el interior, hacia ese sitio que tanto miedo le da.... puestos a morir mejor rápido y luchando que lentamente por el frío.

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23/04/2020, 18:25
Koinzell Blatt

¿Hacia el interior? - Le preguntó el caballero extrañado. - ¿Tú solo? - Arqueó una ceja incrédulo. - ¿Sin equipo, ni provisiones? - Se mesó la barba desconcertado. Pasaron unos segundos, en los que aquel hombre senil, le miró pensativo. - ¡Iré contigo entonces! ¡Hohohoho! - Soltó una risotada.

El anciano cumplió su amenaza. Grom trató de persuadirle, pero estaba agotado mentalmente y simplemente no dijo nada. Ambos comenzaron a caminar hacia el centro de aquel inmenso lugar, si es que tenía un centro. Mientras avanzaban, el sol rojo que gobernaba en lo alto del cielo, comenzó un rápido descenso hacia el horizonte, aunque su trayectoria era extraña, pues no trazaba una línea no parecía se este oeste, sino norte sur. O estaba terriblemente desorientado, o aquello era realmente extraño.

No estamos solos... - Le susurró tras un rato. - Una mujer terrible ronda por la zona. Miriel de Aster se llama... - Le dijo entonces. - La odio con todo mi ser. Me la jugó en el pasado. ¿Sabes?

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24/04/2020, 18:59
Grom

Grom miró en dirección a la costa y luego al interior antes de sonreír con fiereza. El interior, el exterior, que más daría? Ya estaba muerto o iba a morir, en la costa no había nada para él y hacia el interior probablemente tampoco así que, puestos a apostar su vida elegiría el interior y lejos de aquel viejo loco que empezaba a sacarle de quicio. Si bien tenía que admitir que sus objeciones eran razonables. Sólo sus posibilidades eran pequeñas, sin herramientas, provisiones o armas casi nulas pero prefería eso a seguir aguantándole. Apurando su paciencia le dijo

"Llevas semanas recorriendo la costa sin éxito. No parece que recorriéndola unos cuantos días más vaya a haber diferencia. No te preocupes, no necesito comer demasiado. Cazaré...ya he sobrevivido en condiciones similares"

Y no era mentira. En su tribu se abandonaba los niños a su suerte al cumplir los 14. Solo los fuertes volvían pero no lo hacían como niños, sino como hombres. El viejo pareció entenderlo y cuando se marchaba le dijo que iría con él. Se giró para despedirle pero le había salvado la vida, así que mordiéndose la lengua, gruñó y empezó a caminar. Intentó apretar el paso para cansar al anciano pero parecía aguantar el ritmo, o tal vez era que sus fuerzas no daban como para según que alegrías. Lo intentó convencer varias veces, pero aquella era una cabeza dura como una roca, así que, tras varios intentos lo aceptó como se acepta una piedra en el zapato. Las rarezas se amontonaban, no solo su acompañante sino que el sol parecía haber perdido su rumbo, o tal vez él. Debía haber muerto pero no lo compartió con su alocado compañero, se reiría, y volvería a hablar y cuanto menos conversación le daba más tranquilo estaría.

Le indicó que había allí una mujer terrible y el bárbaro lo miró con incredulidad y comenzó a reír. "No, no estoy solo, y no será porque no lo haya intentado. Si hay alguna mujer por aquí que venga, hace mucho que no gozo de una buena hembra y yo calentaré su cama....que es la dama? una hechicera? una guerrera temible? una dama que os robó el turno en la conversación? Os robó la hombría? Que paso..... Miriel de Aster, que extraño nombre, como todo aquí.... hasta el sol tiene su propio camino"

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25/04/2020, 10:10
Koinzell Blatt

- Se que es una bruja. - Respondió. - Se que conviví con ella y con otra gente. Creo que pertenecíamos a la misma orden o puede que al menos tuviéramos un objetivo común. - Gruñó. - Debo eliminarlos. - Miró a Grom. - ¿Sabes? Creo que la culpa de todo es de Willfred. No se si me traicionaron o fue una herejía lo que cometieron, pero debo acabar con ellos. Sólo así podré descansar. - Se frotó las manos mientras miraba al infinito. - Pero es a ella a quien más odio...

Aquel hombre daba signos de locura. Grom no le conocía lo suficiente como para saber si la locura era previa a acabar perdido en aquel lugar, o por contra había enloquecido allí, pero lo que si era evidente es que hablaba sobre hechos que no recordaba o que sólo recordaba a medias. Aquel tipo podía acabar por traerle problemas, aunque de momento, en medio de aquella inmensa nada, pocos problemas eran en los que podían meterse.

 

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25/04/2020, 10:18
Narrador

Fuera como fuera, siguieron caminando hacia el interior de aquella tundra helada. En pocos minutos dejaron la costa atrás y hasta perdieron de vista el mar. Algo extraño, pues caminaban por una llanura sin demasiada inclinación ni repechos o colinas que pudieran ocultar el basto océano que dejaban a sus espaldas. Pero siguieron de todas formas adentrándose en la tundra.

Tras unos minutos internándose hacia el interior de aquel páramo helado observaban los restos de lo que parecía ser sin duda alguna una embarcación partida por la mitad. Grom la reconoció de inmediato. Por su forma inequívoca se trataba de un drakkar, pero no de uno cualquiera. Grom corrió la distancia que le separaba del Snekkja y tras casi dos minutos se encontró junto a la nave con la que había naufragado. Estaba terriblemente destrozada. La tormenta había partido su nave por la mitad, el mástil reposaba sobre aquel suelo pantanoso y de la vela solo quedaban algunos jirones.

Koinzell llegó raudo junto a Grom y aun resoplando por el esfuerzo de la carrera se detuvo a mirar lo que tenían en frente. El casco tenía multitud de agujeros y faltaban multitud de tablones así como el mascarón con su característica figura emulando la cabeza de un dragón. Pronto se fijó en que su nave estaba cubierta de algas, así como de conchas marinas adheridas a su casco. Aún quedaba algo de agua del mar estancada en algunas partes de la embarcación e incluso pudo observar como algunos peces aún se movían coleteando de un lado para otro tratando de volver al mar.

Era extraña encontrar la embarcación tan alejada del mar, era como si una ola gigante la hubiera escupido hasta dejarla en medio de la tundra. Sin embargo lo más aterrados se encontraba en el interior de la nave. Tirado en la bodega se encontraba el cuerpo a medio descomponer vistiendo con una armadura que Grom de inmediato reconoció. Se trataba de una armadura completa de fabricación artesanal. Una húmedas pieles de oso y un tabardo de cuero anudado con un enorme cinturón con el símbolo de un Lobo de mirada enfurecida eran la indumentaria de aquel esqueleto, llevando su mandoble envainado en su cintura. Aunque Grom no se lo pudiera creer, ante él tenía a Grom. O lo que quedaba de él. Y por suerte o por desgracia, tenía su equipo...

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25/04/2020, 10:26
Koinzell Blatt

Pobre diablo... - Dijo entonces Konizell desde la espalda de Grom. - Algo anda mal… - Dijo el caballero al caer en la cuenta de algo y resaltando lo obvio. – Parece como si esta nave llevase hundida años en el fondo del mar y lo más extraño es que se encuentra a casi un kilómetro de éste…

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27/04/2020, 22:34
Grom

Grom bufó terriblemente molesto ante el comportamiento de aquel hombre. Si seguía así acabaría matándolo solo para que se callara, para que le dejara tranquilo y que pudiera morir en paz envuelto por el frío, dejando que la nieve le cubriera, rindiéndose a lo inevitable. Le daba igual si existía una bruja, le daba igual si aquello era solo una invención del hombre, solo quería que lo dejara solo, que dejara de hablar. Entre dientes masculló

"Todas las mujeres son unas brujas y eso son tus batallas viejo. Grom no está en guerra con esa gente, aunque si se ponen en medio de mi camino les abriré la cabeza y me comeré sus tripas"

Apretó el paso de tal forma que fuera un ritmo exigente para el caballero, que con su armadura se movía de forma mucho más pesada. Algo parecía recortarse delante de ellos, algo que rompía la monotonía del paisaje. Se acercó unos cuantos pasos y se detuvo para frotarse los ojos. Aquello parecía un drakkar, uno que por la forma podía ser..... pero aquello no era posible. Miró hacia atrás, hacia el mar y calculó cuanta distancia podía haber.

No menos de 1 kilómetro.... como llega un barco en un paisaje helado como este tan lejos?

No esperó. No podía esperar y comenzó a correr hacia el barco. No miró atrás, no quiso saber si el caballero le seguía o no, solo necesitaba saber si sus ojos le engañaban o en realidad era su barco, el Snekkja. Corrió, corrió con fuerza devorando los metros hasta el drakkar, viendo como el ánimo se le caía por el suelo al reconocer los elementos identificativos, como el mascarón de proa y la forma del casco. Era su barco, allí debían estar sus hermanos, tal vez debían haber supervivientes, así que entró a inspeccionar para descubrir cosas demasiado extrañas para ser explicadas. Peces coleando en un ambiente tan frío, agua que todavía no se había congelado y, por otra parte, todo parecía que llevara allí desde hace mucho tiempo, como si el naufragio llevara más de una vida allí. Entonces lo vio, un esqueleto con un cinturón que no tenía posibilidad de ser confundido, nadie tenía uno como ese, era una herencia de familia, era una herencia de su familia. Se acercó con reverencia al muerto y se quedó frente a él, contemplando el rostro de la muerte, de su muerte. Entonces el sentido pragmático se apoderó de él y empezó a despojar al cadáver de su equipo. Lo sentía como si estuviera hecho para él porque de hecho era así. El peso del mandoble en su brazo parecía el cuerpo de una amante. Lo sopesó e hizo un par de movimientos para comprobar que fuera el suyo, como si todo aquello fuera un sueño, un sueño tan extraño como aquel paisaje, como aquel caballero.

Lo miró con desconfianza y dio unos pasos hacia atrás mientras sacaba el mandoble y se preparaba para atacar. Aquel hombre debía ser un hechicero, debía estar engañándole, aquello no podía ser real. Con voz amenazadora le dijo

"Y este hombre soy yo, o una versión de mi, y este mi barco. Nada tiene sentido pero si de algo estoy seguro es que algo debes saber o tener que ver con esto. Eres un hechicero? Eres un Dios? Un espíritu burlón? Seas quien seas te partiré con mi espada... será mejor que tengas una buena explicación"

 

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28/04/2020, 08:55
Narrador

Koinzell frunció el ceño. Se sentía algo defraudado por las duras palabras de aquel hombre al que había ayudado. Le acusaba de algo de lo que desde luego no era responsable y con lo que nada tenía que ver. Meneó la cabeza de lado a lado y se alejó unos pasos. Si no deseaba más su compañía, que así fuera.

Nada más dijo uno ni otro y comenzaron a alejarse, a través de la helada tundra. Tras pocos pasos, sintieron un temblor en el suelo y del hielo surgió entre ellos dos, lo que parecía ser un ser de enormes proporciones. Se trataba de una bestia con la apariencia de un enorme gusano con docenas de patas insectoides, ojos facetados y una boca ancha, repleta de dientes irregulares, cuya parte posterior de la cabeza, se erizaba con un par de aletas similares a alas.

Aquella bestia alzó la mirada con evidente ferocidad. Les miró a ambos de forma alternativa. Era evidente que les consideraba sus presas. Allí iba a tener lugar un combate, eso era inevitable y éste parecía decantado si los dos humanos no decidían colaborar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Vamos a probar a tu personaje en combate. El desafío es grande, pero es necesario que aprendas algunas mecánicas antes de comenzar con la aventura, porque sino estarás muy perdido entonces.

Iniciativas:

Koinzell (18)
Monstruo (5)

Tira iniciativa Grom! Si sacas más que Koinzell empiezas tú!