Partida Rol por web

Quien sabría con exactitud cómo funcionaban las truculencias mágicas del caos. Tal vez aquel hombre si existió realmente, alguna vez. Víctima de una trampa y muerte horrible a causa de aquellas diabólicas criaturas.

Tal vez le habrían arrancado el rostro y huesos para realizar la encantada fachada. Tal vez sus restos yacian en aquellos tumulos demoníacos dónde los agujeros preñados vomitaban monstruos alimentados por la sangre de los cadáveres. Tal vez ese hombre no estaba muerto, y sufría en algún lugar remoto que jamás encontrarían.

Buri se hacía todas esas preguntas. Tal vez tan ensimismado con ellas que no se había dado cuenta de que tenían la guardia baja y un grupo de monstruos similares se les había aparecido por la espalda.

Mordrak se mantuvo atento a las palabras del teniente pero enseguida la escena se convirtió en una emboscada, por suerte el hechicero fue capaz de notar la energia del Aethyr a su alrededor cambiar y enseguida estuvo preparado para luchar - ¡Es una trampa! - gritó a sus compañeros mientras lanzaba un proyectil y en un fútil esfuerzo intentaba golpear al falso teniente con su espada, por suerte el proyectil impacto directamente en aquel demonio del caos.

Encontrar al teniente allí le extrañó como a todos, pero por otra parte estuvo contento de ver una cara amiga. Una cara que se desvaneció mostrando una muy diferente. Una zorra del infierno sustituyó al teniente con palabras sugerentes y sensuales. 

Lo cierto era que Marius hubiera accedido a hacer con aquel monstruo, pues si sensual hechizo había provocado que la sangre que recorría su cuerpo, se concentrase en un único punto. No obstante, al descubrir que era una emboscada y que aquellos seres sólo querían su muerte, pudo reaccionar borrando de inmediato de su cabeza, todas aquellas lascivas ideas. 

- ¡Es hora de morir, furcias! - Les gritó dispuesto con su mangual, para el combate.

Las diablillas no se hacen esperar y atacan sin piedad. Su rapidez y fuerza nada tienen que envidiar a los hombres más diestros, además de su inteligencia, pues dos de ellas van a por el que más acorazado está para derrotarle antes. Aunque gracias al grito y aviso de Mordrak la situación no ha sido tan grave.

Buri es alejado de su ensimismamiento por la advertencia de Mordrak, y más por un reflejo astuto que por darse cuenta pudo levantar el escudo a tiempo para retener los terribles zarpazos de aquellos demonios pálidos. Pequeñas motas de acero pulverizado saltaron al aire como preludio al ataque del enano, que se decidió ir a por la diablilla del frente arrojando dos veloces golpes de hacha que parecían estar hechos más bien para quebrar la defensa de la lasciva predadora.

Gracias a los dioses Mordak pudo advertir justo a tiempo y con ello Eldilor, pudo actuar con rapidez, tomando la flecha y el arco que estaban listas en sus manos. Tensando el cordón de su preciada arma, toma un aliento, sonrie al escuchar a Marius y dispara directo a la que atacaba a Buri.

-A ver si te salvas de esta maldita bestia- dijo confiado.

Viendo como sus hermanas procedian, la ultima de ellas en reaccionar arremetió también contra el enano. Sin duda alguna experencia pasada con los de su raza hizo que les cogieran mania para atacarles sin pensarlo. 

Y con razón, el acorazado enano se movió expertamente, evitando los garrazos de dos y deteniendo con el escudo el impacto certero de la otra, y devolviendo el ataque con un golpe de hacha que rebotó en la dura piel del demonio.

Mientras, Mordrak lanzó su proyectil que impactó en la diablesa de slaanesh. Esta gimió de placer y dirigió una lujuriosa mirada al hechicero.

-Mmmm... Tenemos un mago....- Su sensual voz os desconcertó durante un momento. 

Cuando Marcus vio como una de aquellas furcias cornudas saltaba sobre ellos, no se lo pensó dos veces. Directamente lanzó un poderoso ataque contra ella. La bola armada impactó contra su costado de forma poderosa. Cuanto antes se sacara de encima a aquella diablesa, antes podría acudir en auxilio de Buri, el cual estaba totalmente rodeado de aquellas malnacidas.

- ¡Aguanta Buri! - Le gritó. - ¡Enseguida estamos a tu lado!

tenía a una de las diablillas muy cerca de mi, así que sin miramientos saco mi estoque y lanzo ataques rápidos sobre la criatura para ver si conseguía herirlas, pero parecía que su agilidad era igual a la mía o tal vez superior, pero no iba a dejar que eso me amedrentase.

- Mmm, tenemos una zorra a punto de morir - gritó el hechicero en un tono curioso yextraño, normalmente no hacía bromas o vacilaba a nadie, pero algo en esa diabla le estaba sacando de sus casillas, o solo volviendole más bromista, simplemente era extraño.

 Mientras decia esas palabras Mordrak volvía a lanzar un proyectil hacía ella y arremetía con su espada sin tiempo para pensar en más opciones, esta vez fué el proyectil el que no consiguió impactar, en cambió la espada consiguió herir a la diablesa.

Las diablillas redoblan esfuerzos. Ahora veis lo increíblemente rápidas que pueden llegar a ser la hijas de puta combinando ataques con sus garras y pinchos.

Buri recibe un alubión de golpes que a duras penas puede detener mientras que Luis se enfrenta a alguien que tiene la misma agilidad y destreza con sendos ataques dobles.

Recarga nuevamente, el aire era gélido y al elfo exhalar se podía observar el humo blanco caracteristico del choque de las temperaturas entre el aire caliente que se desprendía del interno de los pulmones de un ser vivo y el aire frío invernal que se encontraba fuera.

Dio una bocanada de aire, sabía que el enano estaba en aprietos, por lo que se tomó su tiempo para asestar la flecha a la cosa esa diabolica.

Milesimas de segundos pasaron y se escuchó cortar el aire del objeto que desprendía el carco y que se esfumaba de entre los dedos el elfo. 

-Enano, cuidado- susurró esperando que no le diera a el.

Completamente rodeado, el enano recibe garrazos por todas partes. Solo su armadura y pericia pueden hacer que sobreviva a tal brutalidad demoníaca.

- ¡Muere puta! - Alzó la voz Marius a la vez que lanzaba un nuevo y brutal golpe de mangual.

Debía deshacerse de aquella arpía que se había encargado con él para poder ir en auxilio del enano. Hacerlo antes y dejar a aquella zorra alada a sus espaldas sería una temeridad. 

- ¡Marchaos furcias! - Les recomendó el gladiador.

El rompescudos enano apenas tenía tiempo para reaccionar ante la acometida de golpes que se le echaban encima conforme se desarrollaba y recrudecía la emboscada. Apenas empezaban a tener un primer vistazo a la fuerza que podían emplear los funestos demonios de los poderes ruinosos del caos.

El sonido de la batalla era lo único que le indicaba que sus compañeros estaban luchando a su lado. Oculto eternamente tras el escudo, el enano apenas tenía tiempo para adivinar por donde vendría el siguiente ataque mientras que el dulzón aroma de carne perfumada le atacaba las fosas nasales con fuerza suficiente como para destaparselas.

Apenas fue capaz de esquivar uno de los peores zarpazos de las criaturas antes de darse cuenta de que estaba totalmente acorralado... Y las diablillas del señor del placer describían perversos arcos con sus garras espinosas.

pese a mi agilidad, no consigo esquivar los ataque de la diablesa, debía ser el miedo que irradiaban esas criaturas que impedian que mis piernas se movieran.