Partida Rol por web

 -Estimado William, me temo que los documentos son para nuestro traslado, no el del Sr. Miregrold. -después mira a la dama- Esto es una misión de infiltración, si no me equivoco. Aunque -replicó al escuchar la pregunta del barbaro- no nos vendría nada mal saber que clase de seres moran bajo tierra, como bien a puntualizado nuestro compañero nórdico.

William enarca una ceja ante el comentario de Valaniel. Al parecer se había precipitado con sus conclusiones. La culpa es de la costumbre, normalmente le pedían que trajera personas.

Ah. Vaya, es verdad. Lo siento. Me habré despistado. De todas formas no estaría mal saber qué podemos o no hacer con el señor Skeldom, en caso que nos descubra, o que nosotros descubramos algo...desagradable acerca de él.

Haakan asiente a las palabras de su "esquelético" compañero. Pero apoya una fuerte mano en el hombro de Wiliam para hacerle ver que es un detalle sin importancia.

- Estoy de acuerrrrdo con eso. Es imporrrtante saberrr qué hacerrr con el hombrrre en caso de encontrrrárrnoslo o de que decida darrrnos la bienvenida de una manerrra poco habitual. Es cierrrto que podrrría no querrrerr visitas inesperrrradas.

El druida escuchaba mientras asentia lentamente. Se diria que estaba memorizando todo. La Capitana parecia ejercer una extraña influencia en el, incapaz de quitar sus ojos de ella aunque estuviesen hablando otros.

Cuando la mujer menciono la Aureolita, le vino a la mente todo lo que habia leido de ella en Abasalom.

-¿Qué criaturas hay bajo Karkau? Sería más rápido responder qué criaturas no hay. De momento no se han visto faisanes.- Responde Basia con sarcasmo.- Pero supongo que es cuestión de tiempo. Cualquier criatura capaz de matar hace su pequeña guarida en las Tierras Oscuras.- En el escenario, una soprano sorprendentemente delgada y atractiva cantaba un aria a pleno pulmón para deleite de los presentes. De los presentes a los que deleitara la ópera, claro está.- Y acerca de vuestras inquietudes, los documentos son una orden de traslado para Skeldon. Debéis presentárselas, nada más. Dada vuestra posición no os compete apresarlo, ni siquiera hacerle saber que le estamos investigando. Dejad eso en manos de los líderes de la Sociedad.

Antes de que os marchéis, la Venturocapitana Kalistoff se inclina hacia vosotros y os dice en un susurro.- Como nota personal, yo fui la primera candidata para Venturocapitana de la Logia de Karkau. Miregrold fue al Decemvirato a mis espaldas y hundió mi candidatura enviando agentes por toda la ciudad dedicándose a minar mi reputación. Me he esforzado en reparar el daño que ha hecho manchando mi apellido, pero ha conseguido impedirlo a través de sobornos y chantajes. Por eso tengo un interés bastante personal en ver cómo el Decemvirato le hunde. Si tenéis éxito en este encargo, obtendréis mi eterna gratitud y espero poder tener pronto una posición que haga que esa gratitud merezca la pena. Saludos.- Dice concluyendo la reunión y volviendo a centrar su atención en espectáculo a través de unos binoculares.

La aureolita no te suena de nada, lo que implica que debe ser un mineral extremadamente raro o descubierto muy recientemente .

La aureolita es un mineral increíblemente extraño conocido por emitir luz de forma natural. Su existencia ha sido registrada en los archivos de la Sociedad por algunas expediciones a las Tierras Oscuras.

El Druida, una vez acabada la coversacion con la capitana, se  centro en el espectaculo.

Cuando acabo, se despidio cortesmente junto con el resto de sus compañeros, destacando un "mañana por la mañana nos pondremos en marcha" , cuando estuvo a solas con sus compañeros, de vuelta a donde se hospedan, se explayo un poco mas.

- Si os parece partiremos a media mañana, por si alguno necesita equiparse antes de partir, yo creo que la cuestion esta clara. Somos unos mensajeros con una carta sellada. Somos miembros de la sociedad, asi que podremos permanecer en la logia, normalmente, sin necesidades de buscar una excusa, pero si hiciera falta podemos decir que nos envian a estudiar algunas propiedades concretas sobre la aureolita.

William se sintió un poco decepcionado cuando supo que no tendrían que apresar a Skeldom. Era una lastima, los nobles y tipos ricos son siempre los que ofrecen un espectacula más lamentable y humillante cuando los capturas.

Pero las ordenes son las ordenes, y las seguirían. Igual que hizo caso del despido de la mujer cuando ella dio por terminada la reunión.

Una vez fuera de la opera contestó a la pregunta de Henutsen.

Por mi, como si quereis partir ahora. Tengo mis cosas listas en la posada.

- Yo también puedo parrrtirr cuando querrrais - dijo el hombre alto. - Perrro prrrimerrro tengo que quitarrrme esto - dijo agarrándose la camisa de lino - La vida urrrrbanita no está hecha parrra mí.

El hombre miraba a sus compañeros con sorpresa y a la vez  con cierta desconfianza. Solo el hecho de que hubiese dos chelexianos ya le chirriaba. Aunque la verdad es que tendría que confiar en ellos, al menos hasta que terminara la misión de la sociedad.

Se hallaba en un estado casi de éxtasis. Era su primera misión como miembro de la sociedad. Aquel hombre al que iban a darle la órden de traslado tan sólo estaba haciendo lo que le estaba permitido. Si no quería informar, la dama no era quién para inmiscuirse. Claro que él no conocía al tal Skeldon y quizás no  fuese una persona de la que poder fiarse. Sólo el lugar en que se encontraba...

- El hecho de que vayamos tantos quierrre decirrr que las crrriaturrras son peorrres de lo que nos han dicho. Debemos tenerrrr especial cuidado.

 -Bueno, mi musculoso amigo, no creo que tengamos problemas contigo en el grupo. -el elfo esboza su escuálida sonrisa.

- Yo siemprrre hago lo mejorrr que puedo, perrro parra mí éste tipo de aventurrras es nuevo. - Dijo Haakan hinchándose de orgullo ante las palabras del calavérico compañero. Y después, tras darse cuenta de que venían de un chelexita, se le pasó rápidamente. - Brrrrr...

Maedros mira a la soprano, disfrutando de la ópera y de la sorprendente capacidad vocal de esta, luego se deleita un poco en el espectáculo. Y solo después de eso, tras depedirse de la capitana aprovechando un intermedio, se marcha del lugar.

Al fin y al cabo escuchar una buena ópera pocas veces es fácil o posible. Sobre todo lejos de casa. Y uno no debe renunciar a esos pequeños placeres