Partida Rol por web

Esta es la Sala de Radio. Tras partir del punto seguro conseguisteis rescatar una pequeña radio para comunicaros con el resto de puntos seguros. Tan sólo vosotros dos sabéis como hacerla funcionar realmente y además los mandos de  los otros sitios han dicho que al no ser un Punto Seguro donde os encontráis, si no queréis ser dados de lado y quedaros solos debéis ser vosotros los que se comuniquen con ellos.

En la última transmisión sabéis que siguen en pie 4 puntos seguros. Uno en A Coruña, otros en Barcelona, el tercero en Murcia y el último en las Islas Canarias. Pero el de Barcelona hubo un pequeño ataque hace 3 días y aunque dijeron que habían contenido el mismo aun estaban recuperándose y haciendo el censo para saber cuantos estaban aun vivos.

Llegasteis a la sala ambos y abriste la puerta de la sala para que la sargento entrase. Como ya sabías no la tenían en estima por su facilidad de palabra y empatía con los demás, ya que cuando hubo ese racionamiento y aislamiento hacia los civiles en el punto seguro ella no se opuso, aunque tampoco estuvo de acuerdo.

Te miró, sujetando aun su fusil y fríamente comenzó a hablar.

- Me han informado que vuestro aparato sobrevivió al aterrizaje, no como el mío. Que se os quedó gasolina y que debisteis abandonarlo. Pues bien, me han pedido que lo recuperemos y lo llevemos a la base de Barcelona como sea. Y ahí entras tú y este grupo, tenemos que ir, conseguir el combustible y hacerlo llegar. Después podréis venir o no. Y es una orden de los de arriba.

-¿Los de arriba? Pregunté indignado. -A los de arriba no le importa una mierda nosotros ni los civiles. ¿Acaso crees que nos dejarán hacer eso? Ir a Barcelona, después del motín que se montó... Si no nos pegan un tiro a cada uno ya tendríamos suerte.

Dejé el rifle al lado de la radio y me senté en la silla, mirando al suelo.

-Además, ¿todavía hay ordenes de los de arriba? Después de este caos, que no se puede ni saber si hay señales de vida más allá de donde llegan las señales de radio... Y señale la radio, en la que lo único que se escuchaban eran las interferencias.

La sargento te miró y esbozó una ligera sonrisa.

- Tranquilo, soldado. Los de arriba no saben más de lo que yo les haya contado me he asegurado de ello. No hay peligro. Además no hay opción. ¿Acaso piensas que este pequeño paraíso en el que vivís va a durar mucho? Ya sabes que esas cosas entran, siempre entran. Allí tenemos una oportunidad. Hay avances sobre esos monstruos.

Se acomodó en una silla y miró la radio.

- Por cierto, soy el militar con más rango, por lo que ahora estoy al frente de este grupo. Pues me necesitáis tanto a mi como yo a vosotros. Y no voy a dejar que esa marabunta de ahí fuera nos lleve a la muerte.

-Pues tampoco he visto que te haya importado mucho haber perdido a tus compañeros ahí fuera... ¿Cómo puedo asegurarles a ellos que no pasará lo mismo con nosotros?

Todavía seguía un poco indeciso. Además seguía pensando que si mi familia seguía viva, ir a Barcelona me alejaría más de ellos... Tal vez lo que decía era por simple egoísmo...

La sargento se acercó a ti con una mirada que a la vista era dulce pero escondía dentro de sí otra naturaleza que no podías distinguir.

- A veces hay que sacrificar algo en pos de algo mucho mayor. Me parece más importante salvar la vida de millones de personas que un par de vidas. Lamento la pérdida de los soldados y pondré en mi mano que tu grupo esté lo más seguros que pueda, pero no son militares, no saben moverse, no saben actuar y no puedo ser una madre con ellos, por lo que no puedo garantizar que estén a salvo. - hizo una pausa y de nuevo te miró - Pero es lo que tenemos. No podemos ir sólo dos.

-Pues precisamente por eso. No podemos ir solo dos como tu dices, asi que tendrás que preguntarle a ellos también su opinión.

Me levante de la silla, cogí el arma y me dirigí a la puerta de la sala para reunirme de nuevo con los demás, esperando que se negaran a la petición.

La mujer hizo un gesto de desaprobación con su cabeza y se limitó a seguirte. Agarró su arma y cerró la puertas tras de ti. Pronto os reunisteis con los demás.