Partida Rol por web

- Uhm Jandrus, la situación es delicada. O conoces algún hechizo que termine con él al acto o cambiamos las tornas para que le ataque yo. Sin embargo el pasillo es muy estrecho; quizá o mejor sería voler hacia atrás y esperarlo en la encrucijada que hay más atrás. Eso sí, a ser podible quisiera tener un poco más de vitalidad para hacerle frente.

El orgullo herido trata de impedirme que acepte la ayuda, pero sin duda es lo más sensato.

- ¡De acuerdo Durgin, retrocedamos hasta la encrucijada de forma que podamos golpearlo los dos! -acepto su propuesta mientras interpongo mi vara en el camino del hacha del guerrero.

Arramus y Jandrus seguian batiendose. Durgin se mantenia a la espera, calculando la distancia para tratar de hacerle una emboscada y es que era una pena, tan poca vida y tan buena resistencia. Ese guerrero estaba bendecido por el caos. De eso no habia ninguna duda.

Agamenon, avanzaba cauteloso a lo que se pudiera encontrar. Algo sorprendido por la velocidad con la que avanzaba el enano, pero no por ello, dejo de encontrar pequeñas recompensas en su camino. Para cuando hubo salido, llevaba en su bolsillo una pocion mas. Algo que quizas le fuera util en breve.

El Matador no escucho las palabras del elfo. No quiso prestar atencion a las palabras de alguien que dias atras se habia visto en la misma situacion.
El Enano se adentro en la sala y solo un enemigo se presentaba ante él. Era un zombie, pero sus ropas eran lujosas, poco habituales en cuerpos animados tras la muerte. Este parecia otra clase de Zombie y eso le hizo alertar.

Ante sus ojos estaba Wardoz, el mago perdido, aquel a quien habian venido a buscar y su aspecto no daba buenas noticias. Era un engendro del caos bien parecido a un muerto viviente. Nada mas ver aparecer a Ungrim, el cadaver dio un paso adelante, buscando a su enemigo.

- Bien, pues, marchemos para atrás.

A ver si le podemos tender una trampa a esta armadura con ganas de venganza.

Me doy prisa por alcanzar al enano que ya se había adentrado en una nueva habitación. Cuando entro a la habitación lo veo allí preparado para el combate y el enemigo era un zombie. No es un zombie normal, esas ropas. ¡Es el mago! Pienso mientras me acerco al combate para ayudar a Ungrim con todas mis fuerzas.

Embisto contra el mago con todo lo que tengo. Consigo penetrar sus defensas y dañarle con mi espada, pero el cuchillo me lo para con gran habilidad.

Tal como hemos planeado, intento zafarme del monstruo pero éste consigue retenerme cuando comienzo mi huída. Las cosas se ponen más feas aún.

Noto el impacto del hacha del guerrero, que me derriba. Aunando las fuerzas que me quedan, me levanto y salgo pitando al rincón donde me espera el enano.

Continuaba el baile. Arramus golpeaba y paraba con su escudo y lo mismo hacía su rival. Aún así, la destreza y el entrenamiento del sacerdote emepzabana a pesar a su favor y volvió a conectar otro golpe en el yelmo ya mellado. Sangre broto de las rendijas del casco negro y uno de los cuernos se desprendió y cayó al suelo como resultado del impacto.

AGUANTAD AMIGOS! YA VOY!

El matador se preparaba para atacar al monstruo cuando Agamenon pasó a su lado como una exhalación y se le adelantó, hiriendo a su enemigo.

Aprovechando que el mago tenía la atención puesta en el humano, Ungrim aprovechó para atacarle por la espalda y hundirle el hacha profundamente entre los homoplatos. El zombie se quedó paralizado un instante antes de desplomarse sobre el suelo.

- Bueno, no ha sido tan dificil! Ahora veamos si este cabrón esconde algo de valor por aquí.

Corro a toda velocidad para unirme a la batalla que mantienen los dos compañeros pero cuando lelgo ya ha sido decidida a nuestro favor así que aprovechando busco en la habitación.

El cadaver corrompido de Warloz, con la defensa rota por el ataque de Agamenon, cayó rapidamente ante la brutal fuerza del matador. La sala quedo vacia. Solo unos cuantos muebles, los que parecian destinados para los estudios del mago, quedaron en la sala.

Aenur entró y al ver que la situación estaba controlada, se dirigió al escritorio. Allí no había nada de interes. Algunos pergaminos que hablaban sobre la potente magia del caos. Se acerco al primero de los cofres y lo abrió.

El cofre, al abrirse activó un trampa, soltando una gran cantidad de gas letal para aquellos que lo respiraran. El Elfo no pudo evitar inspirar una buena cantidad del gas y terminó en el suelo entre toses y dolores.

El matador, jadeante del combate, como estaba, no pudo escapar del gas que le alcanzaba y con un terrible dolor en el pecho, cayó de rodillas, dejando caer el hacha. Agamenon fue mas rapido y salió de la sala rapidamente. Cuando volvió a entrar, sus dos compañeros aun estaban en el suelo, lamentandose por el dolor del venenoso gas.

El humano, con paso cauteloso, mientras sus compañeros se recomponian, se acerco al cofre y en su interior vio un diario. Lo tomó y empezó a leer. Cerró el libro, sabiendo que era del fallecido mago y en el, se describia su ascenso en los poderes del Caos. Era la prueba que andaban buscando. Ya se podian marchar.