Partida Rol por web

Durgin echa la puerta al suelo de una patada. Aferra el Filo el Espíritu con ambas manos y se alnza al ataque del eterno rival del Imperio.

Durgin avanzo decidido con el Filo en la mano, cruzo la puerta por donde salio Morcar para ver como se abandonaba la torre. Morcar, que noto su presencia, se giro, le dio unas ordenes a los esqueletos y los encanto con algun extraño hechizo. 

Maldiciendose por llegar tarde (ahora lo tendrian mas complicado) no vio venir la terrible carga del No-muerto y recibio un golpe. Luego ya supo frenarlo y los mantuvo a raya. 

Confiado en que el enano no tardará en partirle los huesos al esqueleto que Morcar ha dejado tras de sí, y viendo imposible con mi pesadez de movimientos el perseguirle, entro en la sala central de la torre y veo que hay un lujoso escritorio, probablemente del propio Brujo.

Una vez allí, utilizo uno de mis hechizos para restablecer parte de la fortaleza que el veneno me está quitando, antes de ponerme a revolver entre las cosas de Morcar.

Frustrado por la marcha de Morcar, Durgin lanzó un ataque que el esqueleto esquivó con sorprendente facilidad.

Viendo que nuestra indecisión ha acabado con la huida del enemigo, decido aprovechar y hacer lo único útil posible, registrar la cámara y ver si hay algo de valor o alguna indicación de hacia adonde ha ido el enemigo.

Durgin se debatia con los esqueletos. A pesar de mantenerlos a ralla, no era capaz de terminar con su vida.

- Alguien viene - dijo el Elfo, aunque el Enano poco caso le hizo. Jandrus, una vez sanado se preparo para un posible asalto y se quedo en silencio. Solo se escuchaba los golpes y las palabras de Durgin. 

- Son ellos - dijo Aenur con una mueca de descanso y asi era, guiados por Arramus, Agamenon y Ungrim bajaban dispuestos a la batalla. En ese momento la magia de los esqueltos, potenciada por el conjuro de Morcar, se disipo y cayeron al suelo como si les hubieran cortados las cuerdas. 

Ya volvian a estar juntos, ahora solo les quedaba dar caza a Morcar...