Partida Rol por web

CT se puso la capucha característica que le acompañaba últimamente e intentó desconectar durante el vuelo, haciendo caso omiso al niño vesk que no dejaba de graznar.

Edariel se sentó en su asiento y trató de relajarse.
Cerró los ojos y, aunque no era el lugar más adecuado, trató de entrar en un trance meditativo.
Había mucho por lo que meditar. Lo vivido hasta ahora, el descubrimiento de lo que escondía la Belussian, lo que Priscilla le había dicho sobre el colgante, el próximo encuentro con su padre...
La Fe de las Estrellas le había enseñado que ellos eran sólo una ínfima porción del infinito universo, pero que una ínfima parte podía lograr influir en aquella infinidad.

No le había prestado atención a Gendo, aunque notó que hablaba en un tono raro.
Pero cuando aquel grito se coló por sus orejas, no pudo soportarlo.
Abrió los ojos y miró de donde venía. Un lagarto parlante... un Vesk.
Y encima parecía haberse encaprichado de sus orejas. Genial.
Holaaa.... le dijo Edariel en una sonrisa fingida. Soy un elfo, ¿nunca habías visto uno? Bueno... yo tampoco había visto muchos Vesks antes... hola señor... le dedicó una ligera reverencia al padre. ¿Puedo preguntar qué os lleva a Castrovel? preguntó intentando hacer hablar al padre para que éste se encargara de hacer callar al hijo.

-¿A Castrovel?- El vesk enarcó una ceja. -Creo que te has confundido de vuelo. Este cacharro nos lleva a la estación RedNola 027, en la Diáspora.

— ¿En serio? — Le respondió a Gendo imitando un tono de voz exageradamente tonto y mirandolo con un evidente asombro estúpido fingido — Como nunca me he mirado recién hasta ahora me entero que las ratas somos marsupiales... porque obviamente las ratas y los ysoki son lo mismo. — Despues de eso la expreción de Stuart pasó a ser la de una leve mueca de fastidio — No sé como lo haces, Gendo, a mi ya se me terminaron los chistes de humanos con monos... espero que se me ocurran nuevos porque de lo contrario estaré indefenso a tu merced. — Pero dicho eso vuelve a dedicarle una media sonrisa aunque girando los ojos.

Poco despues apareció un infante Vesk seguido por su padre, ambos de un aspecto que leparecieron un tanto extraño ya que se veían bastante más escualidos y enanos que lo común para su especie... además de un color quizás demasiado pálido, puede que siendo que estaban viviendo en Akiton se trataran de dos Vesk que habían sido desterrados por los suyos y no habían conseguido una calidad de vida saludable. Eso explicaría el porque del comportamiento del hijo que hacía dudar sobre el buen desarrollo de su cerebro.

— Nos dirigimos a RedNola, es una escala para luego ir a Castrovel, supongo que debe ser un puerto espacial — Le respondió al macho Vesk mientras se frotaba sus sensibles orejas doloridas ahora por los chillidos de la cria — ¿Este es su hijo... o hija? Perdón... es que no he visto muchos Vesk, solo a uno en Absalom, ¿Que los trajo a un lugar como Akiton? Si se puede saber, claro.

Hago un gesto con la mano, restándole importancia al comentario de Stuart acerca de que se le acabó la inspiración para hacer chistes de los humanos y los simios. Le respondo relajado:

 - "No es difícil: Solo recuerda como olemos y las estupideces que hacemos constantemente y tendrás burlas para toda la vida."

Le sonrío pues aunque me encantan los chistes raciales, sé reírme perfectamente de mi propia especie pues es en muchos aspectos la más ridícula de todas.

Escucho que se ponen a discutir con el papá lagartija pero eso me aburre, por lo que me apoyo en la ventanilla y me quedo mirando el exterior en silencio.

El transporte comienza a temblar de repente. Los asientos parece que van a salir despedidos, los tornillos chirrían y las placas de metal parecen desprenderse de la estructura metálica....

Y entocnes despega. Suave como una mariposa. El transporte comeinza su ascenso y el padre vesk coge a su hijo sujetándolo al asiento por poco.

-PAPAAAA ESTAMOS VOLANDO. PAPA, PAPA, PAAPAAA. ¡MIRA, EL HUMANO SE HA DORMIDO!. HA TENIDO QUE VIAJAR MUCHO PARA DORMIRSE EN UN VUELO ESPACIAL.-

La estridente voz del chico vuelve a sonar por encima del rugido de los motores a plena potencia para salvar la gravedad del planeta. La nave traquetea y vuelve a parecer como si se desintegrara, pero nada pasa.

-Si hijo.- Dice el padre cuando salís de la órbita planetaria y las luces de quitarse el asiento se apagan. -Pero no debes molestar. Acuérdate que eres especial.- El padre os mira entonces. Parece que el niño se ha visto afectado por ese comentario, pues agacha la cabeza y permanece quieto y en silencio.
-La estación es un puerto minero, allí mi hijo Archie y yo esperamos encontrar mejor fortuna que en Akiton. Ese consumido planeta apenas tiene metales en sus entrañas.-

Edariel se había olvidado del detalle del transbordo, pero rápidamente Stuart se lo recordó.
Por fin la nave despegaba y en más de una ocasión pensaba que iba a morir allí, pues parecía que iba a caerse a trozos en cualquier momento.
Pero la nave aguantó y salieron al espacio. Atrás quedaba Akiton.

Padre e hijo Vesk comenzaron una charla que dejó un comentario que hizo que el elfo enarcara una de sus cejas mirando al pequeño Vesk.
“Especial”...
Akiton es un planeta duro para todos. ¿Así que te dedicas al negocio del metal? ¿Minero quizás? Bueno... y ¿qué es lo que hace espacial a Archie? Siempre hay que sentirse orgulloso de las rarezas de cada uno... dijo con una leve sonrisa.

Ante el comentario del elfo el Vesk pareció sorprendido. No había ira u odio en él, solo parecía contrariado y dubitatibo. Al fin, después de unos minutos, en los que Archie se distraía con cualquier cosa, el Vesk hablo.

-Esta es la primera vez que mi hijo vuela. Desde que era un huevo siempre le habábamos de los vuelos espaciales, del Veskarium y lo grande que era, de comprar una nave y visitar todos sus planetas. Es por eso que está tan excitado. Sin embargo...- Un deje lacónico en su voz cambió. Era más distante, como si recordara algo a la vez que hablaba. -...su madre murió en un accidente minero. Murió protegiéndole. Aún así esta maldita tierra lo dejó casi sordo, por eso chilla tanto, no se da cuenta de que el sonido que él oye no se corresponde con el volumen al que emite. También por eso muchas veces parece que no hace caso, pero simplemente es que no oye.-

El Vesk miró por la ventana hacia el infinito universo. -Vamos a la estación para comenzar de nuevo. Con suerte en un par de años podré pagarle a mi hijo una operación para que le pongan unos implantes y pueda oír de nuevo. Akiton me ha quitado mucho más de lo que me ha dado.-

CT escuchó la historia del Vesk con interés aunque parecía no estar prestando atención. Giró su cabeza hacia el padre -Vaya, que historia más dura, la verdad es que este planeta no ofrece muchas oportunidades. Por curiosidad, cuanto cuesta esa operación? -preguntó el androide-.

-Ocho mil créditos del pacto más los implantes que rondan los dos mil. A eso debemos sumar el viaje hasta Verces, donde están los mejores médicos en cibertecnología e implantes. Quiero todo lo mejor para mi hijo.- Dijo mirando con cariño al niño que estaba distrído mirando los dibujos en la pantalla integrada del asiento.

CT escuchó al padre Vesk.

-Vaya, eso es mucho dinero... Por cierto, ¿como se llamaba la compañía minera? Que pasó con ellos, deberían haberse hecho cargo de la situación.-preguntó el androide, pensando que si fuera una suma de dinero menor podría hechar una mano a ese padre-.

-Soy un minero independiente, no hay seguros que avalen mi trabajo. Por eso me marcho de Akiton. A comenzar una nueva vida.-

La charla continúa durante el viaje. Habéis hecho dos amigos y al final, conociendo que Archie es "especial", no parece un niño-lagarto tan mal criado como os lo parecía.