Una vez los pedantes Lannister mueven las Dianas me coloco en posición y vuelvo a disparar una nueva flecha que se clava nuevamente en la Diana, aunque algo ladeada.
- Venga Corwin, tan sólo una más. - me digo a mi mismo satisfecho por el papel que estoy desempeñando dejando en buen lugar a la casa Dogget.
Sonriente y magnifica, me paseo a la vista del público y observo como los plebeyos, especialmente a los niños que se ven atraídos por el arco. El arco al parecer, es la única arma que no se ve discriminada, y que parece estar al alcance de todos. A estas alturas no creo que cause ningún mal. Al ver los ojos brillando de los niños al acercarme, le hago gestos a un par de pequeños hermanos (un niño y una niña) apenas casi tan altos como mi arco, para que se acerquen.
-¿Quieren probar?- les digo con una sonrisa casi maternal. Veo la duda y la emoción en sus ojos, así que tiendo la flecha a sus manitas, y avanzo con ellos a mi posición. Me arrodillo, clavo el arco en tierra y le indico con delicadeza al varoncito que sostenga con fuerza. -La fuerza del disparo depende de tu fortaleza. Si el arco se mueve la flecha se desvía. Toma la fuerza del guerrero, y la fortaleza del herrero. - Le digo mientras sostengo le ayudo a sostener el arco lo suficiente para que sienta el disparo como suyo, y no tanto como mío. -A ti pequeña, te corresponde apuntar y tirar con fuerza, el lugar y la velocidad del disparo. Así, sostenla y observa a través de mis dedos y los de tu hermano. Jalamos, y pedimos a la anciana por sabiduría y presteza en el disparo.- Apunto, y mantengo el angulo en lo que la pequeña hace esfuerzos por ver la diana. Los recuerdos vienen a mi, y no puedo evitar recordar aquellos días en los que aprendiera a usar el arco. Mi padre observaba con cierto aire de preocupación, mientras mi madre intentaba convercerle de que no pasaba nada. Que no había nada de malo en que yo aprendiera a disparar. Sarelle miraba a uno y al otro mientras espiaba lo que hacía a través de su costura. Ya desde entonces era toda una dama, y yo una mocosa que se metía por todos lados fingiendo aventuras que nunca viviría y tan similares a las de las canciones.
-Estén preparados.- Fortaleza y precisión, les digo mientras siento como con nerviosismo se esfuerzan un poco más en la tarea que les enconmendé. El tiene los dedos casi blancos, y ella sea ha puesto roja al contener la respiración. Sonrío, y la flecha hace blanco en la diana. -Ya ha terminado- les digo con una sonrisa - hemos hecho blanco- Sus dedos se han aferrado al arco como temblorosas garras, y al final ella ha cerrado los ojos. Con cuidado levanto el arco y me pongo de pie. -Ahora, levanten la mano, y saluden a sus padres.- La imagen hace blanco en mis ojos, y no puedo evitar acordarme de otro día en otro punto. El arco era otro, y la situación totalmente distinta, pero. La sonrisa es ahora más pura, y a cada niño he dado una flecha. -Vamos, los llevare con sus padres, y si quisieran aprender, pueden venir a Castemere. Hay mucho trabajo, pero es un buen lugar para vivir. -Al dejar a los niños con sus padres volteo al público, y sonrío a mi hermana Sarelle. Ella ahora no hace punto ni espía lo que hago, ahora me observa directamente, y la imagen, la imagen que me muestra ahora es la de otra persona.
Acostumbrado ya a la amistad con la que la "Lady" trata a sus sirvientes, ignoro su cercanía con el público mientras me posiciono para lanzar otra flecha.
Disparo y una vez más, en el blanco. Aunque todavía no podía decir que el premio era mio, pues había de reconocer que los demás participantes también tenían habilidad. Especialmente la dama amistosa. El que tiró antes de mi, sin embargo, probablemente no pase la ronda final, viendo su técnica.
Varios de los hombres de Tywin Lannister se apresuran a alejar las dianas, para empezar con la cuarta y última ronda.
Las dianas estan realmente alejadas, no cualquiera podría acertar a esa distancia, ni tampoco con cualquier arco.
La última. Este tiro decidiría si los buenos disparos que dieron en el blanco antes valdrían para algo. Estaba tan nervioso que apenas las dianas fueron movidas agarré mi arco y empecé a tenzarlo. No estaba preocupado por mi habilidad, sino los nervios. Si daba en el blanco podría ganar un dinero que nos serviría a Godric y los demás, sino tendría que volver con las manos vacías después de haberme anotado.
Tragué saliva pensando en eso y apunté antes de disparar la flecha. Una vez que la solté no llegué a seguir su trayectoria de lo preocupado que estaba, pero cuando vi al frente pude ver la misma clavada en la diana. -Parece que me preocupé por nada.- Pensé mientras respiraba aliviado.
Tras salir de mi ensueño veo los nuevos blancos y tras saludar a los reyes para espiar los movimientos de mi hermana, arrojo mi flecha al aire mientas apunto con el rabillo del ojo al blanco. La flecha cae y con presteza la atrapo al vuelo y en un ágil movimiento disparo.
La flecha, ondeante se clava a un dedo del centro de la Diana. Mal movimiento. Espectacular y excesivamente pretencioso. He fallado. A mi lado un flecha suena y se clava en el blanco. Clifford ha acertado. El campeón ya ha sido pronunciado.
Orgullosa, saludo con un gesto a CLifford, y mi retiro a mi lugar.
Al mirar a mi lado, puedo ver fallar a la dama de antes. Una parte de mi obviamente se alegra, pues sería coronado campeón y no tendría que compartir el premio. Por otro lado, el gesto que me hace me toma desprevenido. ¿Era de buena perdedora o solamente no quería quedar mal frente a la audiencia? Reconocía que parte de mi esperaba lo primero, ya que la dama había sido bastante peculiar y no me hubiese gustado que me guarde rencor especialmente.
-Pero ¿de qué rencor hablas, Clifford? Ella es una dama de alta cuna y tú un don nadie. En una semana olvidará que perdió contra alguien del pueblo llano y su cara, siguiendo con su vida.- Mientra pensaba esto, no pude sino devolverle el gesto a la mujer. Si hubiese sido un hombre (y no noble), a lo mejor hasta le estrechaba la mano.
La últiam Ronda, en la que se decide el Ganador de la Competición, ha comenzado.
Preparo mi arco y tras poner la última flecha del Campeonato en el mismo tenso la cuerda y esta vuela hacia la diana pero una inesperada ráfaga de vient hace que se desvíe ligeramente y se clave en la madera a escasos centímetros del blanco.
- Mierda. - pienso malhumorado por ese error de novato.
La flecha de Lady Lanna Algood se desvía un poco más que la mía pero la de Clifford se clava perfectamente en el centro de la Diana. Ya hay un ganador.
- Enhorabuena. - digo a Clifford estirando el brazo para que lo agarrase. Había sido un justo ganador y como tal lo reconocía.
Clifford, Jinete al servicio de la casa Caron
Vencedor del Torneo de Tiro con Arco
Premio: 500vp + Arco de Gran Calidad