LA GRAN MANZANA EN LOS AÑOS 20
Al comienzo de la campaña los personajes se encuentran en New York, es enero de 1925.
La I Guerra Mundial trajo a Nueva York el dinero de Europa. Los inversores europeos habían financiado la expansión de los Estados Unidos durante casi sesenta años. Pero la dirección del capital cambió tras el comienzo de la guerra en Europa. ç
Ahora el continente necesitaba fondos para financiar sus ejércitos, y las casas de inversión de Nueva York estuvieron encantadas de ayudar. Con los cuatro años de la Gran Guerra Nueva York ganó una batalla que había durado cientos de años: sustituyó a Londres como capital económica del mundo. La Nueva York de 1920 lideró un boom económico que duraría hasta 1929. Fue una montaña rusa social y cultural que superó a cualquiera que se pudiera ver en un parque de atracciones, incluso en el de la Gran Manzana en Coney Island.
GEOGRAFÍA URBANA: Nueva York contiene cinco distritos: Manhattan (Condado de Nueva York), el Bronx (Condado
de Bronx), Queens (Condado de Queens), Brooklyn (King's County) y Richmond (Condado de Richmond). Para los
años 20 todos ellos habían quedado conectados mediante puentes, túneles y líneas de metro. La excepción era Richmond, que estaba a treinta minutos en ferry desde el sur de Manhattan y a través del Río East.
De los cinco distritos, Manhattan es el que tiene la mayor concentración de población e industria. Los neoyorquinos normalmente dividen la isla en tres secciones: Downtown, Midtown y Uptown.
DESPLAZARSE POR LA CIUDAD: Todos estamos familiarizados con la imagen de los millones de neoyorquinos que se
cruzan y empujan en metros y aceras, mientras por las calles y avenidas hay largas filas de coches y camiones. Por las mañanas y las noches millones de personas atravesaban la ciudad al ir o al volver del trabajo, incluso en los años 20. Podían utilizar el metro, el tren elevado (el “TE”), el autobús o un coche. Es más, el automóvil (que había sustituido casi por completo al carro tirado por caballos) convirtió el desplazamiento urbano en una actividad de ocio para muchos neoyorquinos y dio paso a la formación de atascos los fines de semana. Los investigadores que viajen por la ciudad tienen muchas probabilidades de encontrarse con alguna dificultad causada por el intenso tráfico diurno.