Por mas que buscas parece que los lobos no quieren acercarse a vosotros, no logras encontrar a ningun lobo. Puede que vuestro encontronazo os haya distanciado.
Se siente un poco... decepcionada. En la cueva no hay nada y en la cima de la montaña tampoco. Quizá no ha interpretado correctamente las señales, pero tampoco puede hacer mucho en esos momento. Sabe que hay algo importante en ese lugar y toda la magia que rezuma lo demuestra. Pero también hay sitios en ese lugar en los que hay cosas muy peligrosas. Si pudiesen pasar más tiempo en aquel lugar... pero hay otras cosas que deben hacer.
Faltar a un Tribunal no es algo que puedan permitirse. De todas formas, siempre podrán volver en un futuro. Además, no parece que los lobos vayan a atacarles de nuevo una vez quieran volver. Al menos, a ella le gustaría volver a ese lugar. Es un lugar bonito y le recuerda al hogar.
---Se recomienda usar la musica de notas para entrar en ambiente---
Finalmente todos preparados os adentrais en la cueva con el corazón en un puño. El silencio y la quietud no hacen si no poneros aun mas de los nervios. Parece que el interior de la cueva se bifurca y por la disposición estais casi seguros que aquello es obra del hombre y no de la naturaleza. Angelo y Alejandro van iluminando el camino por donde pasaís, justo antes de avanzar Leonor hace un circulo conjurando el hechizo contra los demonios, una vez conjurado dice una palabra "sauvegarder" y el circulo se ilumina y se retrae rapidamente hasta formar una bola de luz que se dirige a un amuleto que lleva Leonor al pecho.
Os mirais entre todos cuanto menos extrañados, pero Magnus, haciendo una vez mas gala de sus dotes de mando, dice un seco "vamos" y comenzaís a adentraros por la parte izquierda de la cueva. Allí encontrais una gran sala que esta dividida como en secciones, una de las esquinas esta bastante ennegrecida como si hubiera habido muchas hogueras durante bastante tiempo y hay una sarte cerca completamente comida por el robín, otra esquina cuenta con un jergon de hierbas del bosque llenas de moho y suciedad y en la contraria hay manchas a las cuales por el olor y el color no quereis ni acercaros, pero no hay rastro de nada o de nadie.
Cuando os adentrais al otro pasillo las primeras en verlo, y en notarlo, son Alejandro y Leonor, que pueden ver un aura rojiza palida emanando de un codo al final del pasillo, os avisan de que hay un aura infernal al final del pasillo.
Con extremo cuidado vais preparados hacia alli, pero no habiais avanzado ni la mitad del trecho cuando a vuestra derecha veis una entrada de la que no os habiais percatado al principio.
Mirandoos con algo de temor Alejandro acerca su luz y lo que vió le horrorizó de tal manera que no pudo mas que apartar la vista e irse a vomitar lejos de aquel lugar.
Angelus se acerca con Magnus maza en alto y ven lo que Alejandro ha vislumbrado... una habitación llena de cadaveres os saluda, cuerpos en descomposición algunos mas avanzados que otros pero todos demacrados, con piel arrancada a tiras, cortes, colgajos y el olor... un olor de pobredumbre, de miedo, de muerte y de restos os golpea a ambos en la nariz con tal fuerza que os echa para atras de inmediato.
Magnus estaba mucho mas acostumbrado a la muerte por su experiencia en el campo de batalla, sin embargo aquellos pobres, todos zagales de casi la veintena, habian sido torturados hasta la muerte, algunos incluso parecia que habian sufrido heridas postmortem, quizas pudierais averiguarlo pero no era el momento.
Retirandose les decis a Mia y Leonor que ahi dentro solo hay muerte por lo que continuais hasta el final. Todos notais que la desesperación os empieza a afectar, en el caso concreto de Magnus empieza a pensar en Auria y a obsesionarse con ir a ver como está, sin embargo ya habiais llegado hasta alli y era hora de aeriguar que secreto habia en la cueva.
Al girar el ultimo recodo os encontrais una habitación casi vacia, solo en el centro habia un gran altar de piedra tosco con grandes manchas de algo cobrizo y oscuro. No hace falta que os acerqueis para saber que es sangre. En una esquina hay una pequeña caja con frascos con liquidos, Mia rapidamente los interpreta como materiales de brujería y casi está segura de para que sirven pero no logra recordarlo.
Quizas en el Tribunal alguien pudiera iluminaros con para que servían. De momento quedaban a custodia de Mia que parecia la mas familiarizada con aquellos frascos.
La sensación de ansiedad cada vez es mas y mas sofocante por lo que decidís salir definitivamente de la cueva. Ya fuera poneis vuestras impresiones en comun. Parece que habiais encontrado a los jovenes adultos que eran secuestrados periodicamente pero ¿y los bebes?
El tiempo apremiaba sin embargo y vuestra aventura ya os habia consumido unos valiosos 3 dias de viaje. Al bajar a la falda de la motaña Giorgio os esperaba junto con Auria ya preparados para partir y una mujer que hablaba alegremente con esta a la cual no conociais.
Tras una breve despedida partís hacia el Tribunal.
Motivo: 1 Alejandro 2 Angelus
Tirada: 1d2
Resultado: 1
Motivo: Vitalidad
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 4(+3)=7 (Fracaso)
Motivo: Para que sirven materiales
Tirada: 1d10
Dificultad: 11+
Resultado: 6(+4)=10 (Fracaso)
Cuando por fin bajais de la montaña en la carreta estan Giorgio tallando una figura de madera, Auri y una mujer a la cual no conocias, ella era una mujer vestida con unos tonos mucho mas oscuros de lo habitual y con menos vuelos que la mayor parte de mujeres que has conocido. Un jubon negro de cuero y unos pantalones largos tambien de un marron muy oscuro. Pese a todo su piel era clara y llevaba cabellos rubios cortos.
Al acercarte Auria se levanta y se acerca hasta ti, notas que quiere abrazarte, pero las costumbres de sumisión y las normas de presencia en publico hacen que no se abalance.
- Esposo mio, cuanta es mi alegría al verta salvo ¿Fue todo bien por alli? ¿Encontrasteis a la criatura?
Un par de segundos mas tarde se aproxima la otra mujer, mucho mas resoluta, no parece intimidada por tu aspecto y sonriente te saluda.
- Buenas... debes ser Magnus ¿Verdad? -mira a Auria- es mas apuesto de lo que asegurabas... jajaja.
Vuelve a mirar a Magnus.
- Soy Ella, encantada.
Contigo quiero hacer al menos 1 o 2 post mas por aqui.
─No, ella es ella, tú eres tú ─pensó para sí, pero no llegó a articularlo porque el chiste era muy malo y porque le resultaba evidente que su nombre era Ella. Un nombre del que no había oído nada, ni bueno ni malo. Habría que estar atento.
─¿Ves alguien más por aquí que supere los 7 pies de altura?" ─quiso decir, pero de nuevo se mordió la lengua, no quería resultar insolente, la pregunta era lícita, una pregunta para desencadenar una conversación.
─Lo soy ─Magnus, como siempre parco en palabras, no era muy dado a la conversación ligera, cosa que sus modos solían dejar bastante claros. Ojalá fuera más ducho en socializar, pero cada vez que lo intentaba algo salía mal y hacía tiempo que había dejado de intentarlo.
El gigantesco Ex-Miscellanea se cruzó de brazos ante la "pequeña" mujer (casi cualquier persona a su lado daba el aspecto de ser un crío). Estaba a la defensiva, no sabía a qué se debía su inesperada popularidad, aunque a buen seguro la tal Ella era maga o no hubiera sabido de él y Giorgio seguramente se habría deshecho de la visita.
Ella se rie ante tu falta de palabras, da un suave golpe a tu codo.
- Un hombre seco, si señor, jajaja, en fin. Me comentaba Auria que ahora is ibais hacia Aalburg.
Se cruza de brazos a la altura del vientre.
- Bueno, tiene aspecto de que vaya a ser un viaje tranquilo el que os queda -mira hacia arriba- si... cielo sin nubes en vuestro camino.
Baja la vista y te vuelve a sonreir. Cuando le miras a los ojos una sensación de nostalgia te embarga, como si la conocieras de hace mucho tiempo, aunque no acabas de saber situarla en ninguna de tus memorias.
- Yo es que tengo trabajo aqui en Confido, pero Aalburg es bonito en esta epoca del año... en fin. -se gira hacia Auria y la pone las manos en los hombros- encantada de conocerte querida y no te preocupes por eso -baja la mano a su vientre- estoy segura que pronto habran resultados.
Da un abrazo a la mujer y vuelve a mirar a Magnus.
- Encantada de conocerte, Magnus.
Se gira y comienza a andar hacia Confido, por lo bajo te parece escuchar "No sabes el trabajo que me has dado..." pero no estas seguro de que Ella lo haya dicho.
¿Quién demonios era aquella mujer? ¿Ella? Curioso nombre. Cualquiera diría que quería crear una confusión similar a la de Odiseo y el cíclope, cuando le dijo que se llamaba Nadie... Además, se había hecho "amiga" de su mujer en bien poco tiempo. ¿Qué le habría contado Auria de mi? ¿Y en qué idioma habían hablado, en euskera? Demonios... bien podría ser una enviada de mi mater, siempre metiendo sus narices en asuntos que ya no eran suyos. Sí, la predicción del tiempo, el hablar en euskera, su mano en el futuro hijo (o hija) de Magnus, sí, ahora el semi-gigante ya lo tenía claro, debía ser alguna de las brujas del akelarre de su mater, Urtza.
─La diosa Mari te sonría, Ella ─dijo Magnus en euskera con su inevitable tono grave a modo de despedida.