Isabel esta cansada. Toda la mañana se ha tirado haciendo las maletas y ultimando todos los detalles para el viaje. Su padre, Edward, está sentado a su derecha.
Isabel. Que esta sentada justo al lado de una ventanilla no puede evitar ver el horizonte como con resignación. Algo grande en su vida le espera. Casi sin escuchar las palabras de la azafata y ensimismada en las vistas que aquel pequeño trozo de cristal le permitía, notó como se encendían los motores y todo el avión comenzaba a vibrar. Poco tiempo despues, las vistas en las que parecía inmersa profundamente comenzaron a moverse y fue el momento en el que volvió a si misma. Miles de ideas sobre su futuro se enmiscullian dentro de su cabeza.
Isa, son las siete de la tarde ¿A que hora crees que llegaremos? Puff, creo que este viaje se me va a hacer eterno... aun no me he acostumbrado a volar, sigo mareandome... ya me estoy poniendo malo tan solo de notar que nos movemos...
-No llegaremos hasta mañana... Aunque no tengo ni idea de qué hora será allí, vamos a coger un impresionante jet lag, para variar- ríe por lo bajo y después le frota el brazo en un intento de reconfortarle.
-Increíble que aún te pongas nervioso con esto. Creo que traje algo para el mareo...- se agacha recogiendo su enorme bolso de los pies y empieza a rebuscar en su interior hasta tenderle unos cuantos chicles anti-mareo, aunque a ella ya no le hacen falta, está más que acostumbrada.
Mira que me ha dicho mil veces tu madre que me las tome antes de despegar... Llamame maníaco pero... le tengo panico a cualquier pastilla o medicamento, me hace sentirme mayor...
Isabel suspira pacientemente mientras niega con la cabeza volviendo a dejar el bolso en el suelo.
-Está bien, cómo quieras, pero después no digas que tienes náuseas... Deberías intentar dormirte- coge los auriculares del asiento y mira la pantalla de televisor que se encuentra a algo de distancia de sus asientos, empezando a plantearse si debería confesarle ahora sus intenciones de dejar las pasarelas... Pero no, mejor cuando lleguen y se encuentre mejor...
Si, sera lo mejor. Un beso cariño
Edward con un beso en la frente a Isabel, se inclina hacia un lado, cierra los ojos y hace el esfuerzo por domir
Isabel se pone los auriculares y se fija en el televisor, por lo visto ofrecen la ultima noche, de Eduard Norton
Isabel inclina tan solo un poco el asiento de su padre para que intente acomodarse un poco mejor, después se acomoda en su asiente, echando un vistazo a los pasajeros mientras se coloca los auriculares para finalmente centrarse en la película.
Edward Norton... hmmm, sí, la verdad es que siempre le había gustado su carácter cómo actor, pero cómo persona resultaba algo arrogante.
Isabel distingue algo entre la ventanilla, alguien ha saltado del avion en paracaidas. Afina su vista centrandose en aquella persona... No puede ser... lleva la ropa de tripulación de Imperial. ¿Será el piloto?
por ahora solo lo has visto tu. si vas a hacer algo personal posteas aquí, si tu intención es que lo sepa todo el mundo, posteas en la escena del vuelo 526 de Imperial. No tienes mucho tiempo, ya que la figura pronto desaparecerá entre la oscuridad
-¡Papá! Por favor mira eso y dime que no es el piloto y tengo alucinaciones...- le dice estirándolo bruscamente para que mire a través de la ventanilla. Apenas es capaz de creer lo que está viendo, no es posible... ¿por qué haría algo así? Los nervios y la alarma empiezan a apoderarse de ella a gran velocidad.
La Explosión se ha producido filas mas atrás de donde Isabel está.
Su padre, al lado parece quieto, inmovil, sin moverse. Isabel se da cuenta que tiene un golpe en la cabeza y esta sangrando, pero aun respira. Ambos estan aun con los cinturones de seguridad y con las mascarillas de aire en la boca. Afortunadamente ella esta bien, aturdida y practicamente sorda por la explosión. Las llamas se extinguieron en un momento y todo se convirtió en una nube negra de humo, aun así aun hay personas incendiadas que corretean por el pasillo como si fueran la antorcha olimpica
Isabel empieza parpadear realmente aturdida y confundida hasta que se sitúa, mirando el caos que impera a su alrededor e inmediatamente quitándose la mascarilla zarandeando a Edward.
-¡Papá! Despierta por favor...- le dice en tono suplicante mientras intenta presionar la herida de su cabeza con algún pañuelo o pashmina que llevara en el bolso. -¡¿Hay algún médico?!- pregunta a voz en grito mientras mira alrededor.