Partida Rol por web

Sois miembros del cuerpo de yojimbos llamado Ryokengumi. Lleváis tres estaciones dentro del cuerpo, posiblemente a algunos les haya costado más o menos acostumbrarse a su estilo de vida y otros lo hayan aceptado con bastante facilidad. Sin embargo el entorno casi siempre ha sido agradable y los senseis del cuerpo, que pertenezcan a vuestro mismo Clan, os han enseñado bien.

Posiblemente hayáis salido a patrullar o a hacer pequeñas misiones en nombre de Kitsuki Nozomi, la magistrada Esmeralda a la que representáis, pero nunca habéis hecho misiones grandes o importantes, por lo menos aun.

La vida en el pequeño castillo es bastante apacible y puede que algo filosofalmente extraña, estáis en tierras del Clan Dragón al fin y al cabo. Los comerciantes y algunos artistas que pasan por el pueblo, a veces, también os han ofrecido hacer funciones para vosotros y la gente del pueblo os tiene en muy alta estima por el trato que le procesáis.

Sin embargo, todo tiene derecho a empezar, incluso vuestro pequeño legado...

El invierno rompe el lugar. El frió de las montañas Dragón es palpable y también los diferentes cambios de vestuario de los diferentes samurais y heimins. Llevando ropas más abrigadas empezáis a sentir más cerca el calor y en la distancia el frió.

La sagrada y extraña hora de la comida que lleváis a cabo en el Shiro es algo a lo que poco a poco os vais acostumbrando. Los diferentes samurais se reúnen en las diferentes mesas, repartiéndose en clanes o, extrañamente, en pequeños grupos mezclados. Destaca ver a un miembro del Clan Tortuga con un Escorpión, un Fénix y un Araña en la misma mesa, a su vez que a un Monje Togashi, del Clan Dragon, con una miembro del clan Mantis y un miembro del Clan Cangrejo. Ciertamente todo muy extraño para todos.

Posiblemente entre siempre os habéis sentado donde había sitio libre o con los miembros de vuestros respectivos Clanes, ya que hay tenéis varios primos repartidos en las mesas. Sin embargo algunos miembros del Clan Araña también salen a relucir entre tantas mesas. Algunos de los miembros prefieren no compartir mesa con los Araña y otros sin embargo prefieren no compartir mesa con ninguno de ellos. Quizás no por favoritismo, sino porque la adicción del Clan negro ha sido reciente y aun no se acostumbran tanto ellos como nosotros.

Hay mesas libres y esperando a que alguien se siente para comer sobre ellas. Aun la comida no esta disponible y vuestra afable anfitriona y su yojimbo principal esperan en la mesa presidencial a que todos los samurais tomen asiento.

En una de las mesas se encuentra un miembro del Clan Araña esperando solo en una mesa. Lo habéis visto comer solo varias veces, aunque a veces los miembros del Clan Araña y Escorpión hablan con él. Los Escorpiones suelen ser más reticentes a hablarle, pero los Araña muchas veces comen conjunto a él. Sin embargo parece estar más cómodo entre los Escorpiones que entre los Araña, posiblemente cuestiones de costumbres, suponéis.

El paso del tiempo se ha hecho presente mas rápido de lo que pensé, hasta hace nada vestía mis ropajes de verano, como para ahora tener que volver a los cálidos abrigos. Una vez vestida y preparada salí de mi casa para dirigirme al Shiro, era la hora de comer y no podía perdérmela, todo samurái sabe que dicha hora es sagrada. Tras un breve rato caminando, llegue y ocupe una de las mesas, habiendo ordenado ya lo que iba a tomar