Tu hogar siempre estuvo en la segunda planta de un edificio antiguo. La escalera y la parte izquierda del mismo se encontraban intactas pero la parte derecha y lo que fue en su dia un ascensor no son mas que un monton de escombros.
Aun asi tu casa se considera "segura" y has vivido en ella durante años, casi encerrada pues a tus padres no les gustaba que salieras. Fuera habia demasiadas cosas horribles que podia dañar a una niña.
Tus padres te mantuvieron en una ignorancia completa, evitandote todos los horrores de los que eran capaces y sobre todo apartada de los hombres.
Un dia tu madre te despierta con un regalo, lo estuvo cosiendo para ti durante toda la noche. Es una capa roja con una capucha.
La pone sobre tus manos con una sonrisa forzada.- Buenos dias cielo, te he cosido un regalo, espero que te guste.
Cojo la capa poniendomela y subiendo la capucha mientras daba una vuelta ilusionada, aun con el camison puesto y la mirada alegre - ¿Que tal mama? ¿Que queda bien? - Le pregunte subiendo y bajando la capucha, sonriendo como una niña pequeña mientras besaba a mi madre agradeciendole aquel gensto.
Tu madre asiente con la cabeza y procura sonreir pero una lagrima le cae por la mejilla.-Estas... Estas preciosa mi vida...tengo una cosa que decirte... El señor de estas tierras necesita...doncellas para limpiar la torre. Dicen que les va a pagar muy bien, que tendran una habitacion propia y comida de verdad...
Mire a mi madre y frunci un poco el ceño - Pero yo no quiero dejaros, prefiero tener una cama y la comida que vosotros me dais - Le dije a mi madre, pues la idea de irme sin ellos no me gustaba nada, adoraba a mis padres mas que andie en el mundo.
Yo tampoco quiero que te marches, cariño, pero tu padre no se encuentra bien... no podra trabajar en un tiempo y ese dinero seria una gran ayuda.- Dice tu madre muy triste.
Esta bien... - Susurre a mi madre mientras limpiaba mis lagrimas - ¿Cuando debo marchar? - Le pregunto mirando mi casa como si jamas fuera a volver, echando ya de menos a mis padres y aun no me habia marchado, mentalizandome de que aquello era para ayudar en casa, que era algo necesario.
Esta misma noche.- Dice tu madre pasando la mano por tu pelo. -Te preparare la ropa, cielo.
Suspire y asenti arreglando mi pelo y ayudando despues a mi madre a preparar mi bolsa para salir de casa en direccion a la de el señor de nuestras tierras.