El leñazo de Jack-Todo-Dientes con su cadena fue de todo menos bonito. Como si fuese a cámara lenta, los eslabones se estamparon contra el escuálido y peludo pecho de Olde'Pachuli y éste sacó la lengua mientras todo su cuerpo se precipitaba hacia atrás en una caída dramática y un reguero de babas de la lengua que creó un artístico arco en el aire que casi podía haber creado un efecto visual de colorines por la forma en que la luz incidía en las babas.
El kobold derribado se quedó ahí tendido bocaarriba con una abolladura en el pechamen y la lengua colgando inerte a un lado hasta tocar el suelo.
-¡Olde'Pachuli ha caído! ¡No más caballero de la peste! ¡Jack-Todo-Dientes es nuestro campeón!-anunció con voz potente el rey Torg (¡Larga vida al rey Torg!) levantando ambas patitas en el aire como si así diese por terminado el combate.
Olde: mueres. Tienes que escribir tu soliloquio en La cueva de la fama :3
Jack: Estás vivo y has ganao, ole *aplause* *aplause* sigues estando al lado del muerto en la parte "baja" del mapa (vamos, a ras de suelaco xD)
Y por fin esa ofensa al olfato y al estómago cae como un leño seco. Y me pongo a vitorear y dar saltitos alrededor de Olde'Pachuli, en un intento de danza paticoja. Empiezo a canturrear a modo de oración a VOR por haber sobrevivido a la peste apocalíptica.
-Lomo kon pi
Lomo kon pi..mientos.
Kuántas horas llevas esperando la zena
kuánto tiempo haze ke no pruebas bokao
Agito la cadena y el martillo como si fueran elementos religioso-tribales mega-importantes para la danza y canto cada vez más alto (bueno, es un decir, todos sabemos que los kobolds chillan como un gato atropellado y Jack el que más)
-todas esas notxes llenas de zervezas,
huevos kon panzeta y algún bollykao
ha llegao la hora de no kedarte atrás
o en kualquier momento te kedas sin zenar
Una vez termino mi danza a VOR, me acerco al cuerpo muerto, cojo la pata de jamón podrido, escarbo con las patitas un agujero de su tamaño y la meto dentro. La tapo con un montón de tierra, desperdicios de los alrededores y base de la montaña de basura. Ala, enterrada. Luego ya si encuentro cerveza me la beberé en su nombre. Iba pensando en intentar comerme de algún modo a Olde pero huele muy mal, tanto que mi única neurona no consigue ver un modo de zamparse a Olde sin morir en el intento con el olor. Entonces oigo al rey Torg (¡Larga vida al rey Torg!) decir mi nombre y luego seguido de campeón. Como si supiera que es un campeón.
-Espera, ¿no haber bebé recompensa o algo así?- intento fruncir el ceño pero es harto difícil para un kobold hacer eso. Me gruñe el estómago al pensar en el bebé.
-Tengo hambre- sentencio y me giro para mirar hacia la montaña de basura donde se supone que está el Rey Torg (¡Larga vida al rey Torg!) y supuestamente el premio, un bebé-comida.
El excelentísimo Rey Torg (¡Larga vida al Rey Torg!) hizo una mueca de dolor por los berridos musicales de Jack-Todo-Dientes y, cuando éste por fin terminó su particular tortura, levantó una zarpa en el aire. Se hizo el silencio, algo curioso porque con la cantidad de sonidos estridentes (de origen kobold o no) el bebé del premio no había soltado ni un solo quejido desde su carrito con el capazo echado.
-¡Jack-Todo-Dientes es nuestro campeón y tiene hambre!-anunció con voz potente. En las gradas algunos kobolds se miraron entre sí y empezaron a hacer un "eh eh" bajito y repetitivo como un tambor primitivo-¡Y a buen comedor no hay carne que baste!-continuó la suprema autoridad kobold-¡¡Traed la vaca!!
Todos aplaudieron y sacudieron como salvajes las cuerdecillas de seguridad de las plataformas mientras se esperaba a que entrase una vaca. Seguramente, dadas las circunstancias, no estaría muy gordita, las vacas también pasaban por vacas flacas (badamtsss) pero para cualquier kobold incluso una ternera recién nacida ya suponía una cantidad importante de comida.
Sólo se escucharon grillos.
Más grillos.
Un grillo tocando el violín más pequeño del mundo.
Y entonces apareció una sombra sobre la cabeza de Jack-Todo-Dientes. Al principio era un puntito pequeño y no se dio cuenta nadie, después esa sombra empezó a crecer. A crecer. Y A CRECER. Hasta que una vaca aterrizó directamente y con toda la fuerza de la que podía ser la masa de una vaca multiplicada por la aceleración del lanzamiento y la fuerza de gravedad (términos que los kobolds no entendían numéricamente pero sí a la hora de lanzar objetos con catapultas no especialmente seguras) sobre la cabeza de Jack.
No hubo más Jack y todo el público gritó y aplaudió hasta que les dolieron las zarpas.
-¡SOLO REY TORG-todo el mundo creó ¡Larga vida al Rey Torg!-PUEDE COMER BEBEEEEE!-berreó el monarca kobold cual luchador de espectáculos. Cogió el carrito y lo lanzó al suelo, descubriendo así que estaba vacío. A nadie le importó, todos sabían que los bebés que se cogían era para el Rey Torg (¡larga vida al rey Torg!) y gracias a la triquiñuela de aquellos juegos ahora tenían carne kobold y carne de vaca para comer.
Y todos fueron muy felices y a nadie le preocupó la muerte gratuita de nadie porque kobolds siempre hay mil.