Por el sendero que desciende del claro, aparecen Caros y Cotlan, en dirección al lago.
Un día más vivo, objetivo cumplido. Cojo un poco de agua del lago cogiendola, haciendo un cuenco con las manos, y bebo un poco, luego me lavo la cara y dejo que mi barba se quede con una buena cantidad para luego. Desde mi barca me quedo atento a la orilla en silencio, para ver que están haciendo esos dos.
Remo en silencio acercándome hasta la orilla cerca de ellos, para que me vean. De todas maneras tengo que conseguir un poco de comida, y no tengo una caña para poder hacerlo. Necesitaría un poco de hilo de pescar o algo parecido, el cebo ya lo tiene de los cangrejos.
Me acerco a la orilla del lago junto a Cotlan, y comenzamos a desnudarnos para lavar nuestra ropa. En silencio. Habíamos sufrido mucho como para poder hablar entre nosotras. Sobretodo porque todavía no tenía confianza en aquella mujer.
De repente, el sonido que proviene en el lago me alerta, y un chillido se ahora en mi garganta por el pánico. Veo una barca acercarse a donde estamos, pero mis ojos no pueden creer lo que están viendo. No es ningún piel verde, es aquel hombre tosco que se había ido. ¿Que hace allí?
Inmediatamente me doy cuenta de que estoy desnuda y cojo las ropas húmedas del agua y me tapo como puedo. No es que me de vergüenza estar desnuda ante un hombre, pero no me agrada. Veo que Cotlan hace lo propio. Nos miramos mientras la barca se acerca hasta llegar a nosotras.
Wolf se acerca con la barca lentamente y evita mirar directamente a las mujeres, salta a orillas y lleva con un cabo la barca hasta la misma mientras habla.
- ¿Como habéis pasado la noche?- les pregunta mientras trastea con la barca- ¿siguen todos vivos?. -La verdad que no debería preocuparle, pero en la noche ha pensado que realmente le preocupa esa gente. Dejarlos a su suerte es casi decir que te da igual que mueran. Y eso no es verdad- Yo he estado intendo pescar sin demasiada suerte, buscaré una buena rama y daré un paseo por el lago a ver si queda algo que pueda usar. ¿Habéis consguido carne?
Tapándome como puedo con las ropas húmedas, noto como el agua corre por mis piernas hasta mojar el suelo. La sensación es agradable, pero no era tanto al estar delante de aquel hombre. A pesar de ello, intento no asustarme o ponerme tensa.
- La noche ha sido tranquila. Dura, pero tranquila. Dormir una noche más en el suelo es demasiado para nuestro cuerpo. A mi me está empezando a coger dolores en la espalda. Y me cuesta horrores conciliar el sueño. Aunque esto último no se si es por dormir en el suelo, o por los pieles verdes.
Observo como trastea la barca.
- Si, ayer Bedwyr y Loraina cogieron un ciervo. Llegaron junto a otro hombre que encontraron en el bosque, Will creo que se llama. - Miro a Caros para que me confirme, y me asiente con la cabeza. - Si Will. Se ha ido esta mañana junto a Blebn y Bedwyr a la ciudad a por cosas.
Dejo un momento de hablar y sigo observando a Wolf.
- ¿Vas a volver al claro?
Niego con la cabeza, siempre sin mirar en su dirección para que tampoco le incomode tanto.
-Quiero revisar bien el lago completamente antes de volver, poner algunas trampas y esas cosas- toca la madera de la barca- me alegro que estén bien, intentaré volver a medio día para canjear pescado por carne, las tripas me están rugiendo, je- ladeo la boca para dejar espacar ese amago de risa.
Le saludo con la mano y me vuelvo a meter en lbarca, más tranquilo ahora que se que todos siguen vivos y que incluso un par de elllos se han aventurado a la ciudad, espero que tengan suerte.
- También me alegro de ver que estés bien. Suerte con tu exploración.
Espero a que la barca desaparezca un poco en la distancia, para volver a coger mi ropa mojada y seguir lavándola en el agua.
El lago es extenso, y hay pequeños islotes de apenas cuatro o cinco metros en medio. Donde crecen la hierba. La orilla del lago está lleno de árboles que crecen de manera abrupta y formando un bosque de grandes dimensiones. No hay a la vista asentamientos de supervivientes. Y tampoco de pueblos o ciudades cerca. Ni indicios. Ya que no hay caminos que lleven al lago por ningún lado.