Partida Rol por web

Tras la charla con Harburk y antes de dirigirse a comer a la posada, el enano se compromete a visitar asiduamente la granja para asegurarse de que Melaos cumple su pena. Después disfruta de comida recien hecha con la esperanza de que ese día Anru decida dormir bajo techo en la posada....

Todo había fluido de una forma extrañamente agradable, durante toda su vida, las reuniones siempre tenían que ver con la familia o los negocios de su padre. En el primer caso el ambiente siempre era afable y cariñoso, pese al opresivo y peligroso ambiente de las profundidades, los gnomos siempre sabían encontrar momentos para demostrarse cariño y solidaridad, el favorito de todos era, por supuesto, el trabajo. Los negocios fue el momento en que el joven gnomo había ganado ese interés inusual por otras razas y la superficie, incluso las malvadas razas de drows o duergar tenían algo particular, tantas cosas por aprender, la superficie fue todo un mundo de nuevas experiencias y conocimientos, aún había tanto por ver y conocer.

-Y bien. ¿Me supongo que deberíamos mantenernos trabajando en equipo?, no sería mala idea el reconocer los alrededores, cada cual en lo suyo y si sale algo podemos avisar al resto y colaborar como hemos hecho esta ultima vez para que todo sea igual de fácil. Por un segundo se dibuja la imagen del enano asustado en la mente del gnomo, pero agita su diestra frente a su rostro como queriendo olvidar o por lo menos borrar aquella mala experiencia de su compañero. 

Cuenta con ello, mi buen druida. Al menos por mi parte. Encuentro que este mundo es demasiado duro como para soportar sus azares en soledad, y me conforta vuestra fuerza y vuestra decisión. Propondría, para ir hablando de lo que vayamos encontrando por el lugar, que nos reuniéramos todas las noches en el Yelmo al Medio Día, junto a unas jarras de cerveza, antes de ir a la cama. ¿Os parece?

de verdad que no sois enano disfrazado, no he visto tanta devocion por la cerveza, y eso que he trabajado de camarera en mi juventud. Me parece bien, de todas formas yo me dedicare a tantear posibles negocios con los comerciantes que pasan por la ciudad. La verdad que el trabajo en equipo nunca ha sido mi fuerte pero de verdad digo que me gustaria que me mostrarais el camino correcto.- digo con un giño.

No soy un enano, desde luego, susurró Fadrique a Julianna. Pero tengo un amiguito que si lo es. Si quieres te lo presento, terminó no sin bastante retranca.

Bale, entonces nos todos los días por la noche quedamos en encontrarnos en ese establecimiento todos los días en la taberna esa que has dicho, pero a mi ni te me acerques. No quiero ni conocer, mejor dicho, ni ver a ese amigo tuyo del que tanto te he oído hablar en tan poco tiempo.​ La joven Atala le miro de reojo la entrepierna, había visto muchas veces esas partes masculinas de joven, pero nunca había tenido ningún tipo de relación. Los chicos de su pueblo la conocieron como si fuera un chico más como ellos y su constitución, a pesar de tener una figura curvilínea, dejaba bastantes dudas. Pero ¿los sacerdotes no tenías prohibido tener relaciones carnales? 

El enano refunfuñó cuando se enteró de que todas las noches iba a tener que ir a ese antro a acompañar a Anru para reunirse con sus recién conocidos compañeros de trabajo. Si ya de normal costaba entrar en ese sitio por su falta de limpieza, a esas horas la cantidad de gente y el bullicio que formaban era insoportable para el tranquilo Galmor. Pero al menos se consolaba con su rica cerveza y unas cuantas caladas a su nueva pipa.
Las conversaciones entre Fadrique y Julianna le pareció de lo más soeces y con un mal gesto se levantaba de la silla y se iba después de dejar el lugar bien lleno de humo y olor a tabaco. Además , no entendía como al sacerdote le podía interesar una mujer como Julianna a la que le faltaban unos cuantos kilos y sobretodo una buena barba para ser del todo atractiva....
Durante esos días Galmor también visitó la tienda de armas y la de armaduras. Quería comprobar la calidad de las manufacturas locales y también ver si tenían algo que le pudierA interesar.

Fadrique miró algo extrañado a Atala. Bueno, los que han hecho voto de castidad si. Pero no es mi caso. Desde luego, no es una condición obligatoria pare ser sacerdote, amiga mía. En palabras de la Diosa, "el amor debe ser un compromiso de por vida, pero justo por eso es muy necesario conocer bien a las posibles candidatas, ya que una vez se hacen las promesas, es necesario poner todo de nuestra parte para cumplirlas". Ahora mismo estoy realizando una encuesta. Necesito saber quién será el amor de mi vida. Si te interesa participar...

Y si la dejas embarazada, ¿Qué vas ha hacer? Atala miro seriamente al hombre. Me parece que mientras la estas probando, como dices, eso podría pasar y entonces tendrías que comprometerte de por vida aunque no sea la candidata idónea. Tras decir las últimas palabras, la joven se da cuenta de que ha podido herir un poco a la ladrona. Lo siento, Julianna. No te lo tomes a malas. Si a ti no te importa correr esos riesgos, es tu decisión y no debo meterme. Solo que no comprendo la postura de Fadrique. Dice que debe escoger a la mejor candidata y que en sus pruebas puedas quedarte embarazada y que él luego no se preocupe porque no eres la adecuada. Creo que eso es tan detestable como matar a alguien que se haya rendido y este desarmado.

Vaya, vaya con el don juan se ve que con un amor solo no te vale.- mientra rebusca en su mochila- vaya se me acabaron, lo suyo es que se tomaran unas hierbas para evitar eso contratiempo, yo lo suelo hacer la verdad, y si encuentro a mi principe azul quien sabe hasta podria dejar de tomarlas

Fadrique miró con cierta tristeza a la guerrera, sus ojos, que siempre estaban algo alucinados, y su menudo cuerpo de asceta (¿dónde metía lo que se comía, por todos los Dioses?) permanecían en la quietud de los justos. Luego asintió a las palabras de Julianna. ¿Y de dónde sacas, amiga mía, que he de dejar embarazada a Julianna? Susurró. Es interesante esta charla. De ella extraigo que eres una persona a la que gusta defender al débil, si bien tal impresión ya se había esbozado en estos días. Noble impulso, por la Diosa. ¿No querrías unirte al culto de Selune? Serías una valiosa aportación, y es una entidad sobresalientemente femenina, lo que, sin duda, se ajusta a ti.

En la expresión de Fadrique no había asomo de ironía. Parecía el colmo de la inocencia.

Aquello era realmente extraño para el gnomo, usualmente las charlas de amigos no giraban en las presunciones de lo enano que tenían el miembro los presentes o si era conveniente engendrar progenie entre razas distintas y hasta en los vínculos familiares que eso creaba, era posible que en la superficie engendrar fuera algo muy importante, tanto como para encadenar a alguien a otra persona. Por un momento estuvo a punto de entrar a la conversación para pedir algunas puntualizaciones, pero prefirió no hacerlo, aquello de medir miembros posiblemente era muy de humanos, pero no de gnomos.