Partida Rol por web

Recibí la orden de seguir disparando y continué apretando los gatillos con furia.

Creo que no saldremos de esta, mierda...

Tanto la cercanía de la criatura como sus violentos movimientos, hacía que fijar el objetivo fuese toda una odisea. Al principio, no había manera de saber si realmente le estábamos causando daño, ahora con nuestros fallos la criatura solo podía crecerse y esperar a caer sobre nosotros.

- Maldito bicho. A la orden cabo.

Me acerco dando cobertura al cabo en su intentona, aunque de fallar ... bueno igual ya no teníamos cabo.

Me sacudo el pánico de encima con un rugido, el cual es ahogado por el estruendo de alrededor. No me he alistado para actuar como un cobarde, así que me dispongo a obedecer las órdenes.

—Allá voy. 

Con una vacilación inicial, avanzo hacia la bestia y disparo a corta distancia. Lo doy todo.

Resumen turno 5:

La serpiente vió al cabo Korvin acercarse a ella, es decir avanzar hacia la orilla del río de lava. Es por ello que ésta centró en él toda su atención. Ciertamente, la actuación  del cabo era temeraria y osada (y bien le costaría un buen ascenso o bien la vida...). La criatura le atacó, mordiéndole como podía:

Mordisco 17 vs 5+11 Cabo: Estado: Herido

El cabo fue zarandeado mientras tenía su pierna derecha en las fauces de la criatura. Le oíais gritar bajo su uniforme, y fue lanzado unos metros en el lateral. Sin embargo, Korvin se levantó y lanzó su detonador termal, haciendo que impactara en su cuerpo:

Detonador 13 vs 5+16 Serpiente. Sin daño

El detonador hizo impacto y sólo reverberó: ¡la piel de la serpiente era tremendamente férrea! De igual manera Zer y Saren se acercaron hacia delante intentando disparar, pero aquel terreno parecía moverse por los temblores y le impedían precisar bien:

Zer disparo 12 vs 5+16 Serpiente. Sin daño
Saren disparo 8 vs 5+16 Serpiente. Sin daño.

Por último, Eli disparó la Eweb pero él mismo se dió cuenta del temible disparo que había hecho: por poco no impacta entre sus compañeros...

Ninguno de vosotros lograba penetrar la férrea piel de la serpiente. Por mucho que disparábais e impactábais la mayoría de las veces en ella, no podíais herirla. Parecía imposible. Tal vez se necesitaran carros blindados y aerovehículos pesados para acabar con fauna natura de este tipo de planetas de manera más drástica. Eso sí, pese a aquella desesperante situación, las continuas deflagraciones sobre la criatura y el terreno de los detonadores y granadas acabaron por altera el terreno y los ríos de lava: esas explosiones provocaron el no muy lejos desprendimiento de una zona de la explanada, un trozo de orilla más al norte, que caía en pendiente.

Ello, unido a los temblores que seguían sucediéndose provocó nuevos derrumbes de rocas en derredor. La serpiente vió cómo una gran roca se precipitaba por el río de magma, e iba a parar contra ella. Por ello optó por dejaron y bucear en el magma y perderse río abajo. El cabo Korvin se echó para atrás, intentando evitar el aplastamiento (y consiguiéndolo por los pelos). Cuando creíais que estábais de suerte por la huida de la criatura, y aunque no habíais bajado vuestros blásteres (Eli seguía aferrado al E-Web) una erupción procedente de un orificio de la ascendente pendiente más allá estalló por sorpresa, creando dos grandes regueros magmáticos. Ello hizo que el cauce del río magmático aumentara, el río de lava de donde emergió la serpiente se ensanchara hasta convertirse en dos regueros. Ambos arroyos, a su vez, comenzaron a rodearos, creando una pequeña islita y encerrándoos dentro...¡¡ los regueros creciendo y ensanchándose rápidamente, y pronto sumergirían el terreno donde pisábais!!

El tableteo de nuestras armas y el sonido de las explosiones creadas por nuestras granadas habían evitado que escuchásemos como la tierra se rasgaba a nuestro alrededor. Y aunque nosotros no éramos conscientes del peligro que corríamos, la serpiente de fuego si, fué ella la primera en abandonar el combate y dejar que el terreno se encargase de nosotros.

- Si señor hemos... las palabras se ahogaron en mi boca, el suelo temblaba y cambiaba a una velocidad endemoniada. - Por eso huía, maldita lagartija.

Busco con la mirada un camino que nos pueda sacar de este sitio antes de que seamos achicharrados y pienso si tras el terreno que habíamos recorrido, existía otro camino que nos hiciese esquivar este nuevo río que habíamos formado.

- Tenemos que salir ya de aquí.  

Al notar el estremecimiento en la tierra, aquella criatura volvió a su infernal guarida.

Pero todavía no había pasado el peligro…, las explosiones de nuestras granadas habían provocado el desprendimiento de algunas de las rocas y ahora los cursos de lava de esa zona, habían cambiado dejándonos atrapados entre dos de ellos.

¡Tenemos que salir de aquí! , ¡Rápido!- dije mientras soltaba los mandos del E-Web y me disponía a buscar una salida.

—¡Y salir cómo, maldita sea!

Los nervios me están jugando una mala pasada. Echo un vistazo a los arroyos de lava, tratando de dilucidar si se podrían saltar por algún punto más estrecho. ¿Cerca de dónde tuvo lugar de explosión de lava, tal vez?

También considero la posibilidad de mover algunas rocas hacia los regueros, para usarlas de paso de una orilla a otra. Los arroyos no pueden ser profundos, al menos eso. 

—Antes de convertirnos en ceniza, podríamos llamar al sargento y que nos saque de aquí, ¿eh cabo?

No tengo ninguna esperanza en ésto último. Sigo buscando algo en el terreno que pueda ayudarnos a salir de ésta.

¡Sí, pero ahora mismo no! -respondió el cabo a Saren ante tal propuesta-. Fue entonces cuando dejásteis la E-web montada en medio de la explanada que pronto sería sumergida. ¡¡Corredd!! El sargento os ordenaba pero Salen y Eli iban en vanguardia, pues habían dado con una zona donde uno de los reguerso de lava aún era estrecho y podía saltarse sin problema... Acto seguido, fuísteis pasando de uno en uno, y el cabo dejó que avanzárais primero. ¡Vamos!¡Vamos!¡Vamos! -decía para instaros a daros prisa. Una vez cruzásteis todos fue su turno, pero tras coger impulso se trastabillo en el último momento, y vísteis cómo el cuerpo del mismo caía hacia delante, justo al río de lava que cuyo caudal de magma se ensanchaba cada vez más. ¡¡¡AAAAAHHHHHH!!!

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Entonces el cuerpo del cabo Korvin se quedó petrificado, en el aire. Estaba como levitando justo encima de la superficie del río. Aquella visión os impactó sobremanera, y jamás habíais visto nada parecido. ¿Cómo diantres estaba suspendido en el aire? El cabo pataleaba suspendido sin saber muy bien qué pasaba, y vosotros tres, apostados bajo una gran roca, mirábais por doquier. Tras levantar la vista, sobre la gran roca, vísteis que había una figura humanoide (no la apreciábais a ver por el humo, la grava y los reflejos del luminoso magma en derredor) que estaba de pie, con un brazo levantado en dirección al cabo. A medida que movía su muñeca y dedos comprobásteis que el cuerpo de vuestro superior iba desplazándose a la parte segura de la orilla, donde estábais vosotros.

En cuestión de arduos segundos, el soldado Korvin estaba siendo ayudado por vosotros. Había estado a punto de morir al caer al río volcánico... La figura había equilibrado su caída y lo había redirigido hacia vuestra posición. Luego, sin más preámbulo, desapareció. El cabo estaba ahora en posición de gateo, jadeando de dolor y cansancio y comenzó a quitarse el casco para comenzar a toser y coger aire (aunque se lo impedísteis porque sino respiraría toxinas del ambiente).

—¡Cabo!

Trato de lanzarme hacia adelante y cogerle la mano, pero sé que es demasiado tarde. Entonces sucede lo que sucede...

Me quedo mirando al cuerpo flotante en armadura del cabo Korvin. No me atrevo ni a respirar, por miedo a romper esa magia o lo que demonios sea que sostiene a Korvin.

Luego aparece la figura misteriosa. Es nuestra benefactora, sin duda, así que dejo bien quieto el fusil. Miro de reojo a mis camaradas, hasta que empezamos a ayudar.

—¡Tranquilo, está a salvo cabo! —echo una mirada temerosa hacia dónde desapareció la figura—. No sé que ha sido ésto, pero está claro que este planeta está lleno de sorpresas.

La aparición de aquella figura me mantuvo en shock durante varios segundos, y el terror nubló mis pensamientos. Estaba entrenado para enfrentarme a cualquier hombre o bestia de la galaxia, pero aquello era diferente...

Un fa...fa...,¡Un fantasma! - Fué lo único que mi boca pudo articular en aquel momento.

Una vez que "eso" se hubo desvanecido pude recuperar la compostura y me acerqué a mis camaradas.

Creo que hay algo mas que contrabandistas esperandonos en nuestro destíno..., creo que el sargento Krydan no nos a contado todo, ¿no creeis?.

Esta maldita misión nos va a costar la vida a todos..., mierda...

Al final son DRZ y Sa quien abren la marcha que nos saca de la horrible muerte a la que estábamos abocados sino dejábamos nuestro campamento, son momentos de estrés y miedo ... todo junto podía causar las alucinaciones que todos tuvimos cuando el cabo estuvo apunto de sumergirse en el lago de lava.

- ¿Que demonios ha sido eso?. Los fantasmas no existen, quizás eso raro que hacía la vieja religión dictatorial de Coruscant ... pero fantasmas. Niego con la cabeza. - Cuando lleguemos a la base, deberíamos revisar nuestros filtros de aire, creo que deben haberse dañado. 

Miro a nuestro alrededor, por si la criatura de fuego volviese a presentarse o algún otro horror estuviese por los alrededores y tras eso señalo la dirección hacia la que íbamos.

- Tengamos todos los datos de esta misión o no, debemos cumplirla. Y ya de perdidos, deberíamos avanzar y terminarla.

Estábais todos sorprendidísimos. No sabíais muy bien que hacer los primeros momentos, pero Zer sostuvo el hecho de que debíais avanzar. Saren y Eli estaban dudando un poco más. Finalmente el cabo se levantó, sin llegar a quitarse su casco. Lo apoyásteis cogiéndolo por los brazos en una de las rocas para recostarle. Luego dejásteis que tomara un poco de aire. En esos momentos, antes de que pudiera hablar algo, el holoproyector portátil del cabo Korvin comenzó a vibrar. Era una comunicación del sargento.

El sargento Krydan apareció en el holograma visiblemente preocupado.

Escuadrón segundo... Aquí el sargento Krydan... -dijo-. Entonces notásteis que el cabo no estaba ahora mismo disponible para hablar. En su lugar hablásteis vosotros con él, contándole la situación de vuestros compañeros caídos por aplastamiento, la serpiente y el suceso del cabo.

¿La mitad del escuadrón ha caído? ¡Maldición! -se lamentó-. La misión continúa; los otros escuadrones están barriendo su ruta y también se han enfrentado a craituras nativas. Os notifico que los escáneres de nuestros cazas TIE desplegados en Eos han destruido un caza rebelde -y en esos momentos recordásteis lo que ocurrió el día anterior, aquella estela de naves sobre el cielo-. Además, los pilotos han registrado hace escasos minutos varias formas de vida en la fundición destino, de la cual, por cierto, no debéis estar lejos.

Sospechamos que el negocio de contrabandista no está sólo protagonizado por maleantes: se cree esa escoria rebelde está metida en el ajo... -añadió Krydan-. Vuestra misión se amplía, soldados: por lo que deberán eliminar a los traficantes y además detener a toda costa a los rebeldes; intentad no acabar con ellos, tan sólo hacedlos prisioneros y devolvedlos al campamento base. Adelante soldado. Cambio y corto.

Entonces la comunicación se detuvo.

Entonces el cabo Korvin se repuso. Había estado escuchando la conversación con el sargente.

Debemos... continuar -decía cogiendo aire-. Entonces sacó su datapad y miro el mapa. Todos comprobásteis que estábais en el tramo final de la batida. La fundición está aquí, descansando sobre esta peña rocosa. Vayamos, no hay tiempo que perder.

Y os pusísteis manos a la obra, avanzando con cuidado y con las armas preparardas por aquel terreno infame y despiadado.

Comencé a caminar tras mis compañeros con la cabeza baja y en silencio, todavía tenía en la cabeza aquella horrible visión…

Una cosa son Serpientes-de-lava-come-hombres y otra es enfrentarse a una  aparición fantasmagórica….- Pensaba DRZ mientras seguía a sus compañeros por aquel camino pedregoso.- ¿Que mas habrá en aquella maldita fundición?, Creo que no volveremos todos a casa…, maldito planeta y maldita escoria rebelde…

Trato de despejarme las ideas y sacudirme el temor de encima, no se me ocurre otra manera que aferrar el rifle y canturrear un mantra que mi padre me había enseñado de pequeño.

—¿Fantasmas? ¿Viejas religiones? Todo esto me saca de quicio. Prefiero centrarme en la buena noticia, y es que podremos enfrentarnos a la escoria rebelde. Es lo que deseo desde que me alisté.

Me dispongo diligentemente a obedecer las órdenes del cabo. La disciplina es la roca a la que aferrarse cuando todo se pone en contra.

- Sa, está claro que algo raro ha pasado. Y lo único parecido que me suena son esas habladurías de cantina.

Los datos que nos da el sargento, nos confirma que las criaturas de este planta son agresivas por naturaleza y que no habíamos sido los únicos en haber sido atacados. Al menos con la visión de la fundición, sabíamos que estábamos cerca para aliviar nuestra frustración descargando justa ira contra los rebeldes y los contrabandistas.

- Vamos por ellos. Nada debe escapar de la justicia imperial.

Avanzamos en formación cerrada, a la distancia que nos encontrábamos teníamos menos posibilidades de ser descubiertos. Una vez cerca ya deberíamos abrirnos para que ninguno de nuestros objetivos escapara.