Partida Rol por web

Perdon, esta aqui, el señor Luiggi Manfredi....? pregunta de modo educado Freddo a aquella mujer de aspecto agradable...

Patron parece que mi primo Freddo ya ha llegado, es un hombre discreto, antes era boxeador y muy bueno, pero ya sabe, las cosas se tuercen, le llame hace unos dias, en vista de que esto no mejoraba mucho, sabe es un diamente en bruto y lo de en bruto es literal... Luego Luiggi se levanta y sale al encuentro de su primo Freddo.

Freddo, Bambini, ven aqui a dar un abrazo a tu primo.... Luiggi camina con los brazos abiertos hacia el hombreton que esta plantado en mitad del restaurante y cuando llega a su altura le da un efusivo abrazo.

Resultaba conmodor y curioso poder ver a dos hombretones como estos fundidos en un tierno abrazo, pero hacia mucho que aquellos dos no se veian y la alegria por volver a encontrarse era sincera.  Hola Lu, estoy ansioso por entrar en accion, pero no quiero ser descortes, presentame al jefe, quiero tener unas palabras con el... Luiggi comenzó a caminar y Freddo le sigió hasta que llegaron al interior del despacho de  Bacci. Una vez dentro Freddo se puso firme y se mostró en toda su embergadura, Buenos dias, Patron, soy Freddo creo que mi primo Luiggi ya le habrá hablado de mi, estoy ansioso por conocer los detalles y salir a la calle.

Me levanto y, arriesgando mi integridad física, me acerco y abrazo al imponente tipo que me presenta Luigi. Sabía que era grande pero no tanto.

 - Bienvenido, Fredo. Un primo de Luigi no puede ser otra cosa que un hermano en nuestra familia. Atravesamos tiempos difíciles. Espero que Luigi te haya advertido antes de hacerte venir. Ha estallado la guerra contra los moros. ¿Es un problema para tí?-

no, pero para ellos puede que si que lo sea Patron.

 Con una sonrisa le muestro el chaleco antibalas que llevo puesto.

- Como verás tanto Luigi como yo llevamos chaleco antibalas. No nos quedaba dinero para comprar el tuyo. Como te dije, corren tiempos difíciles. Toma el mío. No me sentiría cómodo llevándolo sabiendo que uno de los míos va desprotegido. Eso sí, tendrás que conformarte con la cuchillería. Yo no soy nada bueno pinchando. Se me da mejor el tiro al pichón.-

Apenas saboreado una de las deliciosas comidas de Enriqueta, llega el momento de partir hacia el encuentro definitivo.