Partida Rol por web

Tal vez era por su naturaleza monstruosa, pero la resaca parecía diezmar poco a poco. Podría ser también por el temor de lo escuchado que las alertas se habían disparado y ahora se sentían más despiertos… al menos quienes estaban allí, pues ni Gabriel ni Ruby parecían bajar aún.

Entonces, Gabriel bajó con su sonrisa angelical como siempre y, antes de que pudiera decir algo más, una celestial luz abrió la estancia, haciendo que aquellos seres de oscuridad como demonios (que solo había uno en realidad) y vampiros se vieran repelidos por su sacra presencia. El coro de ángeles dio paso a dos poderosas luces que, al despejarse, les dieron una enorme sensación de dejavú. ¿Por qué? Porque dos ángeles rubios que habían visto justamente el día anterior aparecían de nuevo frente a Gabriel. La pequeña ángel rubia que antes era Xiao Mei se acercó a esta y tocó su frente. Entonces, Gabriel la miró con expresión de estupefacción.

- ¿Azrael? – por fin parecía reconocer a su hermana.

Entonces, la pequeña frunció el ceño y reprendió a su hermana menor – Te tomó bastantes siglos recordarme. Tanto así que olvidaste que habías venido a rescatarme. Vaya hermana menor – y se cruzó de brazos.

Lo que no esperaba era el ataque amoroso angelical de Gabriel, quien casi la ahoga en su… cariño - ¡Azrael! ¡Te extrañé mucho mucho! – lloraba como si hubiera ignorado el reclamo de la rubia.

El ángel se rio y dijo – Es hora de irnos. No queremos incinerar a nadie – y apenas el ángel dijo eso, el coro de ángeles cantó con más fuerza.

Gabriel miró al ángel y le dijo – Tan serio como siempre, Miguel – y luego los miró a todos -. Díganle a Vlad que vendré a visitarlo después. Ya encontré a mi hermana mayor, así que debo volver. La pacificadora tiene aún trabajo que hacer – y se fue abrazándolos uno a uno, ignorando el hecho de que tal vez podrían verse afectados por su poder celestial.

- En realidad fue Miguel quien me encontró. Tú solo jugabas a ser la maid de Vlad – suspiró Azrael.

Después de eso, Gabriel tomó la mano de la pequeña rubia y los tres juntos brillaron con intensidad para ascender por medio del rayo de luz que parecía venir del mismísimo cielo. Se fundieron en esa luz y regresaron a su hogar. Quienes no eran hijos de las tinieblas podrían ver a Gabriel despedirse sacudiendo su mano para luego desaparecer junto al coro de ángeles.

Poco después, bajó Ruby con aquella mirada fría, aparentemente ignorante de todo el revuelo angelical sucedido. Se unió a todos con ese rostro serio y mirando a Tanya con una furia asesina. Apretaba sus puños incluso y parecía que fuera a saltarle encima en cualquier momento. Las maids de Carmilla aparecían una a una, siendo M.A.Y.A. la primera en hacerlo, seguida por Morgane, quien les informaba que el desayuno ya estaba listo, así que solo faltaría llevarle los desayunos a los amos. Vylnys bajó poco después luciendo su uniforme sexy y varias marcas de mordidas ligeramente visibles en su piel. Saludó tan sonriente y de buen humor como siempre y luego de mirar a Viviana, le guiñó un ojo de manera tan sexy como todo lo que la maid dragón hacía. Kateina bajó con las orejas gachas y el rostro enrojecido por completo, mientras que Dasatos se veía de muy mal humor. Las maids de Carmilla miraban lo sucedido con curiosidad, pues no parecían saber lo que sucedía.

M.A.Y.A. fue quien por fin rompió el silencio - ¿Sucede algo que debamos conocer? -.

Sin saber realmente qué estaba sucediendo, Tanya movía de un lado a otro su gelatinoso cuerpo intentando ver por encima del hombro de Zuri que sucedía solo por el chisme, haciéndole un espacio a Viviana con una sonrisa cuando la notó. Miró con curiosidad al fantasma y se emocionó un poco más, pegándose a Zuri para dar un vistazo a la carta después de que alguno la firmara. Parpadeó sin entender. Pedirle que lo hiciera era demasiado. Y menos entendería con lo que pasaría con Gabriel.

Después de toda la majestuosa escena de la que no entendió nada, solo que Xiao Mei había vuelto de visita pero no les había prestado nada de atención, se quedó con ojos llorosos y de brazos cruzados, rehusándose a mirar a Gabriel mientras se despedía, tomando como una ofensa que dejara sin más al amo Vlad. No importa que se vaya, el amo tiene a Tanya y a las demás. Y esa fue su resolución, acercándose de nuevo a quien tenía la carta para seguir chismeando. Al menos hasta que las demás llegaron. Ignoró por completo la hostilidad que Ruby podía irradiar hacia ella y le sonrió, mostrándose algo más tímida con las demás maids de Carmilla que no conocía. Sin embargo, al ver a M.A.Y.A. sus ojos brillaron como el día anterior, también con determinación.

Redujo el tamaño de su cuerpo y se convirtió de nuevo en una bolita, rebotando hasta donde M.A.Y.A estaba y pegándose a una de sus piernas comenzó a escalar con sus pequeños tentáculos. —La OAD dijo que nos destruirá —informó casualmente sin entender qué significaba aquello, afilando sus ojos con más determinación mientras seguía escalando.

Viviana había conseguido flotar lo suficientemente alto como para ver por encima de los demás que tenían la carta, pero estuvo a punto de tropezar al suelo al notar la luz de los cielos. Con un siseo, se escondió detrás de la slime, que con suerte no dejaría pasar la luz y podría ver a través de ella lo que ocurría. Aunque parecía que eso significaba que habían perdido otra maid más. ¡¿Pero qué hace el señor Vlad contratando tantos seres celestiales?! ¡Se nos va a quemar la mansión a este paso! 

Observó con algo de pena cómo Gabriel también volaba fuera de allí, hacia el sitio al que pertenecía. A través de Tanya y entrecerrando mucho los ojos para no ver la luz de los cielos, se despidió con la mano. Cuando la oscuridad habitual volvió al lugar, Viviana se frotó los ojos y miró a Tanya, que parecía triste. Dudando unos segundos, le dio unas palmaditas en el brazo. 

- Es mejor así... Ahora están con los suyos, Tanya. - dijo intentando animarla, y sacudiéndose después las babas que se le hubieran quedado en la mano. 

Cuando el resto de maids comenzó a bajar por las escaleras, Viviana se tensó más de lo normal, intentando parecer profesional... Pero sonrojándose enormemente al ver el guiño de Vylnys y las marcas que le había dejado. N-no recordaba que fueran tantas... Al escuchar la voz de M.A.Y.A., ladeó la cabeza considerando sus opciones. A lo mejor deberíamos dejarlas al margen de los ataques... Tal vez deberíamos consultarle al amo si es un tema delicado o... Pero Tanya abrió la boca antes de tiempo y la chica dejó caer los hombros, sin mucha posibilidad de ocultarlo más. 

- Sí, desde que abrimos el café, parece que la OAD nos tiene en el punto de mira. Poco antes de que llegarais, de hecho, habíamos conseguido detener a una fantasma muy molesta... - explicó, torciendo un poco el gesto al final.

La OAD era una auténtico dolor de colmillos cuando les daba por aparecer. Y últimamente estaban demasiado insistentes en sus amenazas y mensajitos. Livia tomó aire lentamente, no debía enfadarse antes de tiempo, debía calmar a la fiera interior ¡¡PERO QUE RABIA QUE LE DABAAAA!! Apretó los puños a la par que pateaba el suelo con la punta de su zapato.- Cómo se atreven a amenazar al amo. No no... Cómo se atreven a amenazar y molestar, a la familia  Drácula.-Si hubiera sido un dragón, casi seguro de sus agujeros de la nariz hubiera salido una enorme nube de humo, pero en su lugar... Bueno, sólo se sintió un gran resoplido. Con la nota aún en las manos, después de haberla firmado a aquel fantasma, se giró hacia el numeroso grupo.

¡¡Que agradable era tener tanta gente en el castillo!! Sí sí, era lo mejorcito de todo.- Cómo os ha explicado Viviana, parece ser que la OAD tiene claras intenciones de crear caos, y acabar con nosotros.-Mientras decía aquello paseó la mirada por las distintas Maids, Tanya volvía a estar prendadísima de M.A.Y.A... Pero claro ¿Y quién no? Era increíble ¡Y súper fuertota! La siguiente a la que miró fue a Viviana, verla sonrojarse la hizo sonreír... Pero no dijo nada, sólo siguió su camino de miradas hacia Kat-Kat, a la cual le sonrió de manera cariñosa y la saludó con la mano de manera efusiva ¡¡¿Por qué tan nerviosa?!! Si no habían hecho nada de nada... Y que pena, si era sincera....

Aún así su mirada se posó en Ruby, esa gata...-Querida, guarda tu ira para nuestros enemigos.-Le dijo de manera melódica mientras se ponía en marcha, debían empezar a movilizarse, el café no se abría solo. Ni el lugar se limpiaba mientras ellas hablaban.- Deberíamos empezar a movernos. Todo debe estar listo para cuando llegue la hora de abrir.-Guardó la nota en su mandil. Y al pasar junto a las Maids de Carmilla se paró unos segundos.- ¿Deseáis acompañarnos esta noche en el café? Es agradable teneros por aquí, ña ~ 

Livia se acomodó bien las coletas, dejando sus moñitos bien centrados.- Iré a llevar el desayuno al señor Vlad, así como a darle la carta que ha llegado ¿Alguna desea acompañarme? -Miró al Mayordemon.- ¿O prefieres ser tú quien se encargue de esto mientras nosotras preparamos la apertura? 

El coro celestial y el baile de plumas consiguieron que Zuri pusiera los ojos del revés. Lo peor no era su parafernalia y ese aire de misión superior, destino y esas movidas que tanto le gustaban, era que lo dejaban todo lleno de esos polvos blancos de fe, buenrollismo y demás ¿es que no sabían ducharse como monstruos civilizados?

Tsk...

Entre aquello y la OAD, el amo iba a estar de muy mal humor, así que habría que hacerle un desayuno relajante, alguna buena infusión seguro. Y encima las nuevas maids... observó las interacciones, sin comprender porqué Dasatos se encontraba de mal humor ¿acaso había hecho algo mal? Tendría que hablar con ella más adelante.

Nos encargaremos de cada cosa a su debido momento -concluyó, lanzando una mirada a Liv cuando ésta hablaba con él-. Sí, yo le llevaré el desayuno al amo -miró a MAYA para buscar su confirmación- ¿Y a la señorita Carmilla? -dejó unos segundos para que respondiese-. Esto está lleno de polvo de ángel, si pueden verlo, por favor límpienlo.

Tras aquellas breves indicaciones y, en función de la respuesta de MAYA, cumpliría con su función.

Las maids de Carmilla estaban todas allí, escuchando todo lo que sucedía allí e igualmente sorprendidas. Todas se vieron impactadas por la tranquilidad con que la bolita azul que antes era Tanya hablaba sobre lo que la OAD tenía pensado hacerles. Eso era peligroso. Claro que M.A.Y.A. solo miraba a Tanya fijamente, como si solo estuviera esperando a dónde quería llegar la slime. ¿Estaría bien ayudarle a subir o era parte del reto que esta trepara por sí misma? No dijo nada y la dejó subir.

Entonces, empezaron a distrubuirse funciones y Vylnys observó a Viviana mientras hablabas enternecida y sonriente. Luego esta misma miró a Livia – Livia-chan, la verdad es que sí que nos necesitarán. ¿Ya viste el tamaño del café? – y si miraron, se dieron cuenta que era el doble de grande, por lo cual se necesitaría el doble de personal -. Así que como le dije a Vivi-chan, claro que les ayudaremos – sonrió. Kateina se escondió tras la maid dragón como acostumbraba, pero asintió a las palabras de esta. Dasatos seguía de mal humor, pero no se negó tampoco a ello.

La nekomimi miró enojada a Livia cuando le dijo que dirigiera esa ira a sus enemigos. ¿Quién se cree? Yo decido hacia quién dirigir mi enojo… Pero cuando preguntó quién la acompañaría a llevarle el desayuno al amo, se vio sorprendida y, justo cuando Zuri dijo que iría, esta dijo – No, iré con Livia – y, si esta no hacía nada al respecto, Ruby arrastraría a la cocina a la vampiresa para que tomaran el desayuno que Morgane había preparado para él. ¿Aceptaría Livia aquella petición?

M.A.Y.A. miró a Zuri – En realidad, nadie puede ver el polvo de ángel. Ni siquiera Viviana-san o Livia-san parecen capaces de verlo, así que si no queremos que Vlad-sama o Carmilla-sama se quemen al pisar algo que solo tú ves, lo mejor es que te encargues de ello. Todas ayudaremos con la limpieza para tener el café listo a tiempo – propuso conciliadora para que pudieran ponerse a trabajar.

Los ánimos que le dio Viviana animaron un poco a la slime, pero no demasiado. Ella aún seguía indignada por lo que habían hecho las ángeles, y se negaba a dejarlo pasar por alto. O al menos así debió haber sido, pues cuando la androide apareció, a Tanya se le olvidó absolutamente todo para, por alguna razón que solo ella podría explicar, comenzar a escalarla como si fuera una montaña masiva. Así fue como soltó el bombazo que Livia o Viviana hubieran dicho de otra forma, deteniéndose un momento para descansar debajo de la falda de M. A. Y. A. de forma exagerada, como si hubiera subido cientos de metros sin parar.

—¿La fantasma que había dicho que Viviana era plana? —agregó Tanya pasándose uno de sus pequeños tentáculos por encima de sus ojos, tal y como si se limpiara sudor, luego de que Viviana explicara ese evento. Luego, se quedó colgada de la pierna de la androide un poco más antes de comenzar a subir por el interior de su vestido. Para cuando las chicas seguían hablando, Tanya estaba saliendo por el cuello del uniforme de M. A. Y. A. Y cuando habían terminado de hacerlo, estaba sobre la cabeza de la maid de Carmilla luciendo una mirada de autosuficiencia, cruzada de "brazos". Inmediatamente después, se lanzó hacia el suelo y empezó a dar saltitos— ¡Tanya también quiere ayudar!

Y como era de esperar... no ayudó demasiado, por no decir nada. Lo que hacía era que el polvo de ángel se le pegara en el cuerpo, luego persiguiendo a Viviana y Livia para abrazarlas. Y así estuvo todo el rato prácticamente, asistiendo a todas las maids... mientras estas hacían las labores, o al menos intentándolo, aportando más ternura y dolores de cabeza más que otra cosa.

La mirada del afable mayordemon se afiló cuando la nekomimi intervino, claramente la jovencita le había contrariado no sólo a él, sino también a la señorita Livia. Parpadeó despacio y, de no ser por la intervención de M.A.Y.A posiblemente hubiese tenido una respuesta realmente negativa, sin embargo terminó por reír un poco.

El polvo de ángel es sucio, pero no es nada para los amos. Sin embargo limpiarlo no debería ser más de un par de minutos, por fortuna han estado poco tiempo.

Tras esa explicación negó con el dedo.

No, señorita Ruby, la señorita Livia puede hacerlo sola tomando el carrito de servicio. Aquí necesitamos más zarpas para dejarlo todo recogido.

¿Le parece bien, señorita Livia?

Lanzó la pregunta directamente a la doncella, había mucho trabajo que hacer, sin embargo no iba a perder más tiempo discutiendo, había mucho que preparar y quería que nadie se escasease.

Después del tenso momento miró a Tanya y le sonrió afable.

Sí, la misma fantasma. Sólo con tu actitud, ya estás ayudando bastante.

Dicho aquello, con el ánimo reforzado por la slime, se puso a recoger todo lo que veía con el plumero, con la escoba y con un trapo con agua y jabón para que quedase brillante. Sin embargo, no se esperaba que el polvo angelical estuviese tan incrustado... ¡Malditos ángeles!

Cuando Vyl-Vyl se dirigió a ella esta la observó ilusionada ¿Qué podía haber mejor? ¡Nada! Absolutamente nada. Que el café fuese más y más y más grande... ¡¡Sólo podía indicar más clientes!! ¡¡Y los humanitos eran taaaaan monos!! Livia juntó ambas manos a la altura de su pecho en dos puños y pateó el suelo de manera rápida a la par que emitía un chillidito de ilusión.- ¡Sí sí! Sé que es más grande. Antes era así...-Hizo un pequeño gesto con sus brazos.- Y ahora... ¡Ahora es asíiiiii! -Abrió todo lo que pudo sus brazos y pegó un salto para hacer su afirmación más real.- Bueno... Mis manos y brazos no son muy grandes, pero me entendéis ¿Veeerdad? ¡PuU~! -Asomó su lengua entre los labios de manera chistosa. La verdad era que a ella le gustaba ese lugar. Y ahora al ser más grande y precioso era muuuucho más divertido.

Pero toda su gracia se vio sombreada por una enorme nube gris llamada Ruby. Dio un saltito para impulsarse, y flotó hasta la minina. La cara de Livia quedó a escasos centímetros de la gata.- Tu negatividad me molesta... ¡¡NUBES!! ¡¡NUBARRONES!! Es lo que nos persigue cuando estás cerca ¡¡CAMBIA ESA ACTITUUUD!! -Posó ambas manos en las mejillas de la pelirroja y se las frotó en un intento de borrar esa mirada de odio absoluto a la vida, al universo, a todo... Tras aquello se separó y sonrió de manera adorable y encantadora. Cómo sólo ella sabía hacerlo. Porque sí, si Vyl-Vyl era sexy en todo, hasta cuando respiraba... Livia era adorable con cada movimiento. Aunque era un tipo de adorabilidad sensual... Imposible de encontrar en ninguna otra.- Sonríe... O me veré obligada a castigarte.. ¡Avisaa...-No terminó ¡¡Cómo diablos iba a terminar de hablar!! La señorita de los nubarrones la arrastró cual muñeca de trapo, y los ojos de Livia estaban abiertos como platos.- ¡Para paraaaa....! -Exclamó poco antes de que la minina frenase. 

Estrés. Eso le causaba. Se colocó y acomodó sus ropas entre refunfuños. Y apunto estaba de quejarse, pero el Mayordemon se le adelantó con todas sus órdenes. Lo miró unos segundos.- No me lo explico... Un ser cómo él aquí.. Un señor de los infiernos, un príncipe desterrado... Un ángel caído gobernando este lugar.-Suspiró. Pues claro que suspiró. Era odiosamente sensual, aburrido, pero sensual y arrebatadoramente atractivo ¡¡Pero no más que el amo!! Porque nadie podía superar al amo... Ni un poquito. Agitó su cabeza un par de veces intentando salir de sus pensamientos.- ¡S... Sí! Si usted así lo ordena me parece perfecto, Mayordemon  ~ -Porque ¿Acaso no era quien mandaba en todas nosotras? ¿Por qué discutirle?

Livia se giró hacia la gata y sonrió divertida.- Otra vez será, traviesa ~ -Picó la nariz de la gata, y tras eso salió a buscar la bandeja del desayuno, para ir directa a llevárselo a su adorado amo ¿Estaría despierto? ¿Tendría que despertarlo? A ella eso de despertar... ¡No se le daba para nada bien! Bueno bueno... Tenía unos minutos hasta llegar a la habitación ¡Armaría un mega plan!
 

Vivi tuvo un escalofrío al encontrarse con la sensual mirada de Vylnys, y luego otro al escuchar que la llamaba "Vivi-chan". Ni siquiera sus compañeros de café la habían llamado Vivi y estaba claro que a ella tampoco le gustaba que la llamasen de forma tan infantil... Pero aún así, no hubo ninguna queja cuando lo escuchó de boca de Vylnys, simplemente pareció apretar los mofletes un poco sonrojada. Y los apretó aún más cuando Tanya mencionó a la fantasma.

- S-sí, esa misma fantasma... Casi le faltaban más ojos que cabeza. - dijo con rencor, sumándose a la respuesta de Zuri. 

No había visto el polvo de ángel del suelo, así que saber que Zuri podría encargarse de ello le hizo suspirar de alivio. No había estado nunca tan cerca de seres celestiales, pero cualquier cosa que dejasen por ahí sería mala para ella. Después miró con curiosidad la "discusión" entre Livia y la nekomimi. Nunca había visto a Livia molestarse así... Habrá que tener cuidado con esa gata. Ya había estado en su punto de mira, aunque empezaba a sospechar que tal vez no era tan peligrosa como aparentaba... pero tampoco quería tentar a la suerte. 

- Yo me encargaré de preparar las mesas del salón principal. - se ofreció mientras los demás empezaban ya a tener tareas pendientes - No sé si habrá cambiado algo más que el tamaño del salón, pero será mejor hacernos una idea de cómo es ahora desde el recibidor. 

Después, como bien había dicho, se encargaría ella de colocar y adornar los manteles en las mesas correspondientes, y probablemente podría haberlo hecho sola si no fuera por el factor Tanya. De alguna forma, la slime brillaba más que antes y al verla tan lanzada hacia ella, Vivi comenzó a retroceder.

- T-Tanya, eso que llevas encima ¿no será...? ¿T-Tanya? - la pequeña vampiresa echó a correr entre las mesas, con la suerte de que Tanya iba fregando el suelo a su paso, pero finalmente terminó atrapada entre sus brazos - ¡AAAAH! ¡Pica! ¡Quema! ¡Yo también te quiero mucho, Tanya, pero agh...!

La reacción de Livia no se la esperaba Ruby y eso fue evidente cuando Livia restregó su cara. Se podía decir que su piel había pasado a tener el mismo tono rojo que su cabello de lo molesta que se veía. Sin embargo, no respondió nada y de su bolsillo, sacó su enorme trapeador para empezar a limpiar. La eficiencia con la que lo hacía era increíble. Podía ser una cascarrabias, pero como maid hacía muy bien su trabajo. No había dejado de refunfuñar por lo bajo, pero al menos había dejado de arrastrar a Livia.

Zuri no se veía tan... efectivo como siempre, pues parecía que el brillo del polvo angelical le quitaba sus habilidades mayordomiles. Incluso tropezó con sus propios pies y cayó sobre el polvo angelical, ensuciando este su impoluto uniforme y haciendo que pasara de ser un gris que recordaba a las nubes lluviosas a una especie de... perlado brillante. Livia se marchó hacia el tercer piso de la mansión para ir con el amo a la par que Viviana se ponía a limpiar. Quien acudió en auxilio de la maid de cabello verde fue M.A.Y.A., quien de su mano sacó una enorme manguera y mojó tanto a Tanya como a Viviana. El agua era a presión, así que en cuestión de segundos ambas estaban mojadas de pies a cabeza. Después, su mano cambió de una manguera a una secadora gigante, la cual secó a las dos maids en cuestión de minutos. El cuerpo gelatinoso de la slime quedó algo... amorfo, pero al menos ya no tenía el polvo angelical encima. Por su parte, Viviana estaba seca, pero su cabello... Bueno, tendría que mirarse en un espejo para ver el desastre que se había armado. Las maids de Carmilla las miraban mientras parecían encargarse de todo, pero se sorprendieron de ver lo lento que estaban trabajando. ¿Siempre eran así? Tal vez la fiesta del día anterior les había afectado, pues apenas y habían logrado terminar. Estas decidieron ayudar para que el café se viera presentable, pero aún era posible ver algunos puntos celestialmente brillosos en el lugar. ¿Y la comida? Bueno, tendrían que trabajar un poco contra el tiempo.

De repente, el castillo tembló fuertemente y una bruma de un color rojizo lo envolvió todo. Esta olía a una especie de podredumbre y sangre. Para algunos este olor podía resultar un manjar, pero... ¿era lo mismo para todos? Al menos los seres celestiales ya no estaban. Apenas la bruma se disipó, lo que vieron fue algo que solo se podía describir como un paisaje postapocalíptico.

La luna roja adornaba el cielo mientras todo el firmamento se veía de un extraño gris rojizo. No había sino murciélagos volando por doquier y las plantas se veían marchitas, rotas como si aquella magia las hubiera consumido por completo. Se podían ver los poblados humanos a cierta distancia, pero las casas se veían destruidas, gastadas... había incendios, amotinamentos, asesinatos... un mundo que para Zuri podría resultar encantador. ¿Cómo era que el mundo se había tornado en aquel paisaje desolador? ¿Sería esto culpa de la OAD?

Si miraron a las maids de Carmilla, los trajes de todas se habían vuelto más... postapocalípticos: la armadura de M.A.Y.A. tenía más pinchos por su falda y brazos, el traje de Vylnys era aún más pequeño, por lo que era más fácil llamarlo un bikini postapocalíptico. Kateina por su parte lucía un enterizo en un material de color café completamente pegado a su piel con orificio solo para su cola, mientras que sus... atributos quedaban casi al descubierto por el cierre que no lograba mantenerlos a raya. La ropa de Morgane se había vuelto más la de un soldado y Dasatos... se podía decir que se veía más como una soldado que como una maid. Al menos si no fuera por su tiara y delantal, claro. ¿Cómo había cambiado su atuendo? ¿Y qué harían ahora? ¿Había llegado el fin de los tiempos en tan poco tiempo?

Te dirigiste a la habitación del amo como de costumbre cuando, de repente, la bruma cubrió todo alrededor. ¿Qué estaba pasando? El paisaje postapocalíptico mostró qué pasaba. Tú pudiste sentir que tenía un origen mágico, pero evitarlo... eso fue imposible.

Cuando llegaste con el amo viste que su cama, siempre glamorosa, ahora se veía gastada y vieja, como si hubiera pasado siglos abandonada. Y el amo... Estaba desnudo asomándose por la ventana. Por algún motivo, incluso su peinado había cambiado y ahora tenía un lado sin cabello, mientras que el resto de este caía hacia un lado. Tenía también varios tatuajes en su piel, los cuales sabías que no estaban ahí el día anterior, y se veía mucho más serio.

Al sentir que eras tú, su rostro serio, pero sumamente atractivo, se posó en el tuyo. Cruzó los brazos y, con un tono bastante "épico" dijo - La batalla ha comenzado. Debemos estar preparados. No nos capturarán vivos - dijo con resolución.

Livia se paró frente a uno de los grandes ventanales para observar como todo al paso de aquella niebla iba cambiando. No era natural, de eso estaba segura y pese a que su origen al igual que el de ella era mágico, no pudo evitar los efectos en si misma. Cómo si se tratase de una transformación de una guerrera mágica y a lo Sailor Moon, todo el la Maid empezó a cambiar de manera lenta bajo unas lucecillas brillosas de tonos morados. Sus zapatitos cuquitos cambiaron por unas botas que le llegaban por encima de los tobillos y que iban decoradas con tachuelas metálicas puntiagudas. Sus piernas empezaron a ser cubiertas por unas medias de rejillas que quedaban perfectamente entalladas. Y pese a que su ropa también empezó a aparecer, las piernas de ella no estaban tapadas, pues la nueva falda estaba abierta por los lados, y si no fuese por la pequeña malla que se colocó sobre esta, las zonas prohibidas de la joven hubieran sido más que descubiertas. A la altura de su cintura se ajustó un corsé que realzó aún más los encantos de la jovencita y en la parte de arriba un sujerente sujetador con espinas dejaban lucir sus hermosos pechos, los cuales con su anterior traje iban más escondidos, pero que en esta ocasión llamaban a ser mirados y admirados. Sobre sus brazos empezaron a aparecer unos complementos de cuero con hebillas y sobre su hombro apareció también una hombrera que se ajustaba con unas correas, lo que ayudó a realzar aún más aquella parte de su cuerpo. Todo el traje era de tonos índigo, dorado sucio y negro.

Su larga cabellera no permaneció intacta, si no que cambió radicalmente. La joven llevaba una trenza de raiz, adornadas con otras más pequeñas en los laterales de su cabeza. El cabello iba decorado con pequeños craneos de animales, así como con algunos huesos. Su maquillaje era más marcado, sus ojos estaban pintados de un tono negro, al igual que sus labios. Livia se miró sobre el reflejo del cristal, ese no era su look, pero tampoco le disgustaba lo que veía. Acomodó una de las trenzas hacia la espalda y aún con la bandeja en las manos, se dirigió hasta la habitación. Picó suavemente, y abrió para encontrarse que aquello también había cambiado.- Menudo cambio, chispas...

- Señ...-La jovencita se quedó embobada observándolo, y mostró una sonrisa coqueta.- Guay.. Hay cosas que no cambian...-Deslizó su lengua sobre los colmillos. Aunque se obligó a serenarse cuando este se giró para hablarle con aquella seriedad.

- ¡Claro que sí señor! Haré que las chicas se preparen cuanto antes, así como las doncellas de su hermana.-La jovencita se acercó con paso lento hasta la mesa, para dejar la bandeja del amo. En la cuál también estaba la carta que había llegado esa mañana.- Le prepararé su ropa, querido.-La voz de Livia salió de manera melosa y sensual, no podía evitar sentirse atraída por él. Se aproximó al armario para tomar uno de los traje, el cual colocó sobre la cama.- ¿Necesitáis algo más, mi señor? 

Todo debía estar limpio, debía estar preparado para la llegada de los huéspedes, debía...

...

Ese olor... esa sensación tan cercana a las puertas del infierno. Aunque sus dos metros veinte de altura -sin contar los cuernos- no habían cambiado, la cornamenta estaba adornada con runas de oro envejecido. Sus cabellos dorados tenían las puntas teñidas en negro y su traje militar estaba hecho de cuero tachonado con púas en los hombros y huesos de víctimas donde debían estar los galardones. La capa estaba echa jirones, a propósito.

Y más allá de su físico, que seguía siendo imponente, eran sus ojos del color del mar que, más que las apacibles olas de la playa, reflejaban la profundidad del abismo oceánico. Podría resultar terrorífico.

Pero él se sentía bien, mejor que en mucho tiempo. ¿Estarían sus huestes cerca? Lo que estaba claro es que la impresión que daba no era la del compañero habitual, era más un ser salido de las sombras.

Vlad.

Fue su única palabra, si todos habían cambiado, incluso él ¿Qué le pasaría al vampiro? ¿Porqué querría algo así la OAD? ¿O acaso algo les había salido mal? No importaba, él ya estaba corriendo hacia los aposentos donde el objetivo descansaba.

Lejos de ayudar, Tanya entorpeció bastante, pero lo cierto es que se divirtió repartiendo abrazos, también cuando la androide la bañó. De todos, la slime sin duda podía ser la más despreocupada en esos momentos, y no parecía tener remordimientos por ello. Aún seguía aferrada a Viviana cuando todo el castillo comenzó a temblar, augurando que algo desconocido comenzaba a suceder. La slime movió su nariz al percibir aquel olor que no le agradó ni desagradó, mirando en todas las direcciones hasta que el temblor se detuvo. De un momento a otro, estaban en un lugar completamente diferente.

Tanya liberó a Viviana por fin y miró todo curiosa, dándose cuenta del cambio de ropa de las demás... y de sí misma. Miró su ropa con los ojos bien abiertos: una tela de cuero mucho más rústica reemplazaba la de su uniforme de látex normal, con prendas más raídas y una falda corta en lugar de un pantalón, resaltando sus piernas gracias a unos grandes tacones negros. Tampoco se escapaba de la vista un collar de espinas metálicas que llevaba en el cuello, o que en una de sus manos tuviera un látigo marrón.

—¿La OAD nos destruyó? —fue lo primero que se le vino a la mente, sin aún ser consciente de lo que esas palabras significaban. Luego, vio salir corriendo a Zuri hacia los aposentos del amo, inclinando la cabeza. De cualquier forma, no le dio mucha importancia y comenzó a inspeccionarse la ropa... lo que resultaba sexy de alguna forma.

La ayuda había llegado para la pequeña vampiresa, aunque no de la forma que pensaba. Dejó de gritar en el momento en que su boca se llenó de agua de la manguera y el sufrimiento acabó poco después. Aunque sus coletas ahora caían lisas y lacias, totalmente empapadas y goteando por el suelo.

No, definitivamente aquella no había sido su mejor actuación entre todos. ¡Y ni siquiera había podido ponerse a preparar la comida! Se notaba que ya habían perdido a dos maids a manos de los ángeles y una parte de ella se preguntó a cuántas más perderían.

Antes de saber la respuesta, todo el castillo tembló y la bruma hizo que el paisaje y sus ropas cambiaran. En el caso de Viviana, su uniforme pasó a ser un uniforme militar de batalla negro, ceñido y maltrecho en varios sitios, con una amplia capucha que bien podría protegerla de la luz solar. Sus coletas empapadas, al igual que las marcas de batalla oscuras que había pintado bajo sus ojos y ahora corrían también por sus mejillas, le daban el aspecto de que había pasado por muchas cosas.

- No... ¿Verdad? - preguntó ligeramente asustada al escuchar la pregunta de Tanya.

La repentina prisa de Zuri y el nombre de su señor, la trajeron de vuelta a sus obligaciones, que esta vez eran proteger a su señor. Alzó el vuelo de golpe y flotó rápidamente siguiendo a Zuri y a Tanya.

- ¿Por qué la OAD iba a provocar algo así? ¡Pensaba que en su mayoría eran humanos! ¿Qué han podido hacer para acabar con el señor Vlad que deje así el mundo? - preguntó en voz alta, agobiada.

Apenas notó tu rostro travieso y tu figura sensual, Vlad sonrió más sensual que de costumbre, con aquella aura seria que ahora lo rodeaba. Se acercó a ti aún desnudo y, sin quitar la vista de tu sensual figura, te dijo - ¿Tal vez tengamos tiempo de mejor quitarte la ropa a ti? No sabemos cuándo nos llegará la muerte – y te acarició la línea del rostro. Pegó aún más su cuerpo contra el tuyo y luego se detuvo al escuchar pasos.

El amo se quedó inmóvil, y aún desnudo, mirando hacia el portal y expectante por quien aparecería. Para sorpresa de ambos, Zuri y Viviana subieron corriendo.

Cuando Zuri y Viviana llegaron a los aposentos del amo, lo que vieron fue a este desnudo parado con una expresión seria y, frente a él, Livia tirada en la cama. El atuendo de esta última también había cambiado sustancialmente, resaltando más su lado sexy que su lado infantil. Junto a esta, había unas ropas masculinas, seguramente del amo, que parecían estar listas para usarse, mas su portador seguía mirándolos sin intenciones demasiado próximas de ponérselas.

El amo tenía un aura mucho más oscura y seria que de costumbre – Así que han subido. ¿Cuál es la situación? – y se cruzó de brazos, sin siquiera inmutarse por estar desnudo frente a ustedes.

La habitación del amo lucía diferente también: Su cama, siempre glamorosa, ahora se veía gastada y vieja, como si hubiera pasado siglos abandonada. Incluso el peinado del amo había cambiado y ahora tenía un lado sin cabello, mientras que el resto de este caía hacia el otro lado. Tenía también varios tatuajes en su piel, los cuales no recordaban haber visto durante la fiesta en la piscina. Claro que lo más dispar era su personalidad.

Tanto Zuri como Viviana había subido a los aposentos del amo con prisa, pero Tanya y Ruby se quedaron abajo, aún contemplando sus alrededores. Kateina, por su parte, se veía aún más temerosa que de costumbre, pero se acercó a Tanya con timidez cuando la vio inspeccionando su uniforme de esa manera. Con un tono tembloroso le dijo - N-no deberías hacer eso. C-cuando Carmilla-sama... - y como si la hubiera invocado, esta apareció con un atuendo bastante menos elegante que el que solía usar. Claro que su aura se veía mucho más intimidante que antes.

Miró a Tanya con una sonrisa traviesa - Parece que quisieras provocarme a propósito, Tanya - y su tono era mucho más seductor. Dasatos y Morgane solo suspiraron ante este accionar. Se acercó a la slime y le pasó una mano descaradamente por el abdomen descubierto para luego saborearse -. Nada mejor que disfrutar del fin del mundo satisfaciendo los deseos de la carne, ¿no crees? - en comparación con esta Carmilla, la otra solo parecía una adolescente descubriendo su sexualidad.

Ruby no parecía muy contenta con la situación, como siempre, pero ahora con ese atuendo que la hacía parecer una ninja, se montó a un mueble y apuntó a Carmilla con su trapeador - Ni se te ocurra acercarte -.

M.A.Y.A. habló - Carmilla-sama, ¿sabe algo de lo sucedido? ¿Conocía este tipo de magia? -.

Y para sorpresa de todos - Sí, es una magia cambiamundos. Cambia las reglas del mundo. De todos los escenarios posibles, este podría considerarse el menos inconveniente - y mientras hablaba, subía las manos peligrosamente hacia los... atributos de Tanya -. Afecta a todo y a todos. Puede que los monstruos recordemos la diferencia, pero los humanos son demasiado débiles y vulnerables. De seguro no recuerdan cómo era el mundo hace unos minutos - y seguía sonriendo lascivamente mientras sus colmillos se asomaban. Esta estaba disfrutando enormemente de su descarado actuar.

Sin malicia, Tanya palpaba sus ropas con genuina curiosidad. Por eso, no entendía lo que Kateina le quería decir. ¿Qué sucedía con Carmilla? Abrió los ojos e hizo un gesto con las manos. —¿Sigue enferma? —preguntó con total inocencia. Y cuando la vio, aunque lucía diferente, Tanya se alegró de verla bien— ¡Carmilla-sa...! —pero se quedó parpadeando al ver cómo la mujer la tocaba de forma tan lasciva de la nada.

Al ser una slime, no se podía decir que tuviera cosquillas ni especial sensibilidad en determinadas partes de su cuerpo. Pero eso no quitaba que le trajera malos recuerdos sus palabras y la forma en que actuaba. Frunciendo el ceño, la slime infló un poco las mejillas y cruzó los brazos, llevándolos a sus pechos... aunque estos poco era lo que cubrían. Ni un solo segundo despegó los ojos de las manos de Carmilla, quien no dejaba que le prestara atención a lo que la propia pelirroja decía. ¿El mundo había cambiado? ¿Que había pasado algo con los humanos? ¡A ella no le importaba nada de eso! Le gruñó a Carmilla con los ojos llorosos y, para sorpresa de nadie por su gigantesca cabeza hueca, extendió sus manos para hacer lo mismo a Carmilla que esta le hacía a ella.

—¡¿Carmilla-sama cree que esto es agradable?! Si sigue, Tanya se la comerá —e infló más los mofletes—. ¡Y de verdad!