Partida Rol por web

Livia ronroneó complacida por como actuaba el amo. Con lentitud movió la cabeza siguiendo los movimientos de la mano del hombre. Dio un par de pasos hacia atrás, hasta que sus piernas golpearon el borde de la cama, pero no se sentó en ella. Alzó su cabeza hasta tener la barbilla del amo a unos centímetros de sus labios, primero la besó y tras eso le dio un mordisco juguetón, marcándole y dejando claro que él le pertenecía. Tras aquello bajó lentamente por su cuello, descendiendo entonces por su pecho entre suaves mordidas. Una vez sentada en el colchón abrió las piernas para que él estuviera por medio de ellas. Y clara era la intención de ella de arrastrarlo a la cama, pero los pasos rápidos que subían por las escaleras la hicieron suspirar levemente. Menudo fastidio... O tal vez no.

Lentamente se dejó caer sobre la cama, dejando los codos como soporte, quedando así su espalda ligeramente encorvada. Al ver llegar al príncipe exiliado y a Vivi se mordió el labio de manera juguetona. Bueno, quizás no era tan malo que ellos estuviesen allí ¿No? Su mirada era afilada como la de un felino, y sus movimientos de repente parecían estar creados por la propia Vyls-Vyls.. Pues la sensualidad que desprendía Livia nada tenía que envidiar a la de la otra maid.  Y no era lo único que había cambiado en la joven, pues tanto sus ropas como peinado habían dado un giro total.

Escuchó las palabras del amo, y sobre sus labios apareció un leve puchero, pero este apenas duró unos segundos.- Vamos vamos...-Se levantó con cuidando. Su larga trenza se deslizó por uno de sus hombros cuando esta se puso en pie, quedando por medio de sus pechos. Rodeó al amo mientras le dejaba una caricia con sus largas uñas.- Se acerca el fin del mundo... ¿Por qué no disfrutar un poco? -La voz de Livia era melosa y suave, un tono seductor que ninguno de los presentes había escuchado antes. Miró al amo desde su posición, y le dio una mordida en el brazo, esta vez algo más fuerte... Pero sin llegar a hacer herida.- ¿Me vas a dejar así... Querido?.-Parpadeó de manera lenta mientras sonreía traviesa.

Tras aquello miró a los otros dos. El rubito definitivamente había mejorado... Que pena que en el otro "mundo" no fuese así ¿O acaso se controlaba? Daba igual. Le gustaba lo que veía. Con paso lento se aproximó a los dos, sus caderas serpenteaban con cada paso, invitando a ser miradas. Se paró frente al Mayordemon, no sin antes echar hacia atrás su larga trenza bicolor. Ahora su cabello iba decorado con pequeños craneos de animalillos y algunos huesos.- ¿Qué tal si dejamos el trabajo para más tarde... Y os unís a nosotros? -Pegó su cuerpo al del demonio, dejando que este pudiese notar sus atributos. Y desde su posición miró a la peliverde.- Me pregunto... Cómo de pasional puedes ser, si conseguiste marcar así a mi adorada Vyl-Vyl...-Se mordió el labio juguetona y sonrió.- No me importaría probarlo en mi propia carne...-Entonces se separó y miró al amo, de esas miradas que pedían un "Por favor" a gritos. Se unieran ellos o no.. él no saldría de aquella habitación. Al menos hasta que ella lo dejase salir.
 

Si es que han sido ellos.

Comentó con cierta desconfianza. ¿Quizá había alguien incluso detrás de la OAD? Como fuese aquel pensamiento quedó en un segundo plano al llegar frente a Vlad, quien quería saber la situación. Zuri le miró como evaluándolo antes de asentir a modo de resolución de fuese cual fuese su diatriba interior.

El fin del mundo. O algo así. Me siento... como hacía siglos, creo. Como en el reflejo de Sphinx.

Tras aquel breve resumen sus ojos fueron hacia la vampiresa que tenía una actitud francamente diferente. Pudo notar su determinación un poco por encima de su cintura, y es que la diferencia entre ambos de tamaños era notable. Parpadeó muy despacio, observándola, escuchándola, evaluándola. Se inclinó hacia ella, acariciando su mentón y obligándole a mirarle directamente a los ojos.

Pequeña vampiresa, si me uno a vosotros y alcanzo el oscuro pecado que late en tu interior, suplicarás que sean mis colmillos los que tomen tu néctar y quizá nunca vuelvas a sentirte igual. ¿Estás segura?

Dicho aquello probó esos labios que tan cerca tenía y, tras una breve mirada rápida al señor vampiro donde claramente aceptaba la invitación de la doncella, sus ojos fueron a la peliverde.

¿Y tú vas a mostrarme tu condena?

Le sonrió y le invitó a acercarse con la mano.

Para sorpresa de Tanya, aunque no realmente del resto del personal de la vampiresa, Carmilla parecía disfrutar bastante de lo que hacía la slime. Sí, se veía extática. Y esta versión de la vampiresa se lo haría saber aún más a la maid. El gemido que soltó fue tan bulloso que hasta la familia de arañitas que Livia había salvado el otro día se estremeció.

- ¡Castígame, Tanya! ¡Devórame por ser tan mala! – y es que solo la inocente maid no comprendía lo que sus palabras indicaban. Entonces, la puerta se abrió de golpe y de esta, entró una enorme nube de humo. ¿Cómo? ¿Quién era? M.A.Y.A. empezó a sacar algo de su brazo, aunque no tuvo tiempo antes de que se resolviera la incógnita. Cinco siluetas aparecieron entre el humo. Todas parecían una especie de ninjas… pero todos eran increíblemente atractivos. Claro que no se veían nada amigables.

Lo curioso es que todos parecían tener algo de rojo o negro en sus ropas, pero la que parecía la líder tenía una especie de aura azul a su alrededor. Fue esa la que habló – Somos la North Star. Y hemos sido enviados aquí por la OAD para acabar con la fuente de esta magia maligna que ha llevado al mundo a la miseria y la extinción. Ríndanse, sirvientas de los pecadores y nada les pasará - ¿iba por el amo Vlad?

¿Qué estaba pasando? Sin embargo, había alguien que no estaba desconcertada allí: Ruby, quien se acercó a la mujer y le dijo - ¡Yo me uniré a ustedes! ¡Sáquenme de aquí! ¡Por favor! He… ¡envenenado la comida del amo! He probado mi valía, ¿verdad? – y sus orejas y cola se movían extasiadas.

La mujer la miró con una expresión complacida, pero algo extraño pasó. El hombre cuyo traje era negro con dorado dijo algo en lo que parecía el lenguaje de las serpientes y varias de las que danzaban en su uniforme se lanzaron contra Ruby, mordiéndola. Esta se quejó, pero el veneno actuó tan rápido que cayó al suelo. ¿Había muerto?

- Tonta. Una cosa es no matarles, pero ¿unírsenos? Creo que no comprendió nuestra verdadera misión – y todos se pusieron en posición.

- ¡Prepárense para luchar! ¡Dasatos! ¡Llévate a Carmilla-sama! ¡Eres la más rápida! ¡Tanya! Tienes dos opciones: o nos ayudas a luchar o adviertes a Vlad-sama de lo que reveló Ruby – y te miró con intensidad. Parecía haber entendido que era necesario ser claro contigo para que no hubiera lugar a dudas. Dasatos no esperó y envolvió a Carmilla con su cola mientras esta se mostraba fascinada con el dolor que esto le causaba. En realidad la lamia era muy rápida. ¿Qué harías tú?

Livia se había vuelto bastante traviesa, pero no era como si Vlad se viera molesto. Por el contrario, estaba encantado con el cambio. Observó cómo ella los invitaba a ambos a unirse, pero se sorprendió un poco de ver a Zuri actuar así. La respuesta era bastante vaga, pero el amo no se mostró molesto, solo se rio – Entiendo. Así que es lo que creíamos… me sorprende que hayamos podido mantener los recuerdos de nuestro mundo anterior. Con lo fuerte que era esa magia… es posible que los humanos no la hayan soportado – dijo meditando.

Observó a Zuri de nuevo – Así que el reflejo… Es posible que tu ser recuerde tu verdadera identidad. ¿Qué pasaría si abrazaras esa oscuridad? – se rio algo divertido. Sin duda el amo actuaba de manera mucho más seria y oscura que el normalmente bromista y animoso de siempre. Aunque aquello solo le hacía verse más seductor para algunas. Entonces, miró a Viviana con sus ojos destellando en ese plateado que mostraba en ocasiones. Se le acercó aún desnudo y tomó uno de sus mechones de cabello con delicadeza para luego olerlo – Como la mismísima noche – y se acercó más a esta, acortando distancia -. ¿Quieres que nos divirtamos junto a ellos o prefieres alimentarme? Pero tendrás que hacerlo sentada sobre mi regazo - ¿en serio? Él le había dado un traje de baño bastante revelador a la maid, pero no era como si hubiera ido tan directamente a por ella. Ahora sí que lo hacía.

Viviana, a pesar de intentar mantener la compostura, tal vez por el aura ahora oscura del amo, la sensualidad de Livia o el peligroso encanto demoniaco de Zuri, no pudo negarse, no esta vez. Toda la atmósfera se prestaba para que quisiera replicar lo que había pasado la noche anterior con Vylnys. ¿Qué qué había pasado? Pues tendría que ser la vampiresa o la dragona quien lo contara…

De repente, escucharon un ruido fuerte venir de debajo de la casa, aunque no podían escuchar nada más. Estaban aún muy lejos de la entrada, de todos modos. El amo no parecía dispuesto a dejar ir a Viviana así como así, pues este también había caído preso de los encantos de Livia.

Bastante en serio (sí, bastante en serio), Tanya manoseaba a Carmilla. Dio un salto al escuchar el gemido, y en ese momento recogió las manos, asustada. Parpadeó desconcertada con las palabras de la pelirroja, ¿qué tipo de humano clamaba para que lo comieron? ¿Acaso Carmilla estaba loca?

—¡Carmilla-sama es muy mala! ¡Tanya la castigará! —la slime, ya muy molesta, se disponía a manosearla de nuevo, pero la puerta se abrió de golpe y la slime dio otro saltito.

Tanya se quedó expectante mirando hacia la puerta. ¿Clientes? Pero todavía no era hora de abrir, ¿verdad? Sí... aún no era del todo consciente de la situación como tal. Pero lo sería. Ver el panorama detrás de la puerta y la gente que entraría por ella ya le daría una idea clara por fin. Sí, así de lenta era la slime.

Con sus manos aún preparadas para manosear a Carmilla, escuchó lo que la mujer que recién llegaba decía. ¡La OAD! Algo se activó en su cerebro por fin. 2 de sus 3 neuronas, las cuales estaban durmiendo (mientras la tercera corría en una rueda de hámster), despertaron y gritaron al mismo tiempo, y los instintos de Tanya se despertaron. ¡La OAD iba a destruirlos! La mayor sorpresa que se llevó a partir de ahí es que Ruby fuera una gata traidora. Tanya apretó los puños y frunció el ceño, comenzando a deformar su forma para lucir mucho más grande. Pero ella no tuvo que hacer nada, pues esas personas la atacaron. ¿Ruby estaba muerta? A Tanya no le importaba... ¡porque el amo estaba en peligro!

¿Tanya qué debe hacer? El amo morirá. El amo volverá a morir. ¿Tanya se quedará sola? ¿Abandonarán a Tanya de nuevo? Ya en su forma normal, la slime se veía en exceso nerviosa. Pero fueron las palabras de M. A. Y. A., su ejemplo a seguir y montaña que poco antes había escalado, que la hicieron reaccionar. Tanya no quiere que M. A. Y. A. muera, pero tampoco quiere que el amo muera. Tanya...

En ese momento de intenso dramatismo y profunda reflexión, un anciano apareció en la puerta algo avergonzado por romper el tenso ambiente. Se quedó detrás del grupo de recién llegados y con una tensa sonrisa dijo: —Debo llevar estas semillas de abeto al pueblo...

Todos voltearon en ese momento. ¡Y ese fue el momento que Tanya aprovechó para correr!

—¡Tanya debe avisar al amo! —dijo, mientras se disponía a subir las escaleras al tiempo que su gelatinoso cuerpo... rebotaba de forma bastante lasciva.

En otra ocasión, Vivi probablemente habría salido huyendo o habría perdido toda la sangre que había bebido para sonrojarse de sobremanera. Pero tras todo el apocalipsis, parecía que había pasado por demasiado, lo suficiente como para abandonar su intento de fachada fría anterior y dejarse llevar por sus impulsos más primarios. Fue por eso que en un momento, su gesto de preocupación por Vlad se deshizo en un instante, siendo sustituido por una sonrisa de absoluta adoración y un ronroneo de placer cuando Vlad se acercó a tomar su pelo. 

- Oh, amo Vlad... - suspiró, mordiéndose el labio y con un tono mucho más dulce de lo habitual, perdiendo su mirada en aquellos ojos del color de la luna. Ante su pregunta, apartó la mirada hacia Zuri y Livia y esta vez sí se sonrojó, con una sonrisa que dejaba bien claro lo que deseaba aunque no se atreviera a pedirlo - ¿Podemos? Lo demás sí que puede esperar un poquito... Es que yo ya estoy preparada. - añadió, refiriéndose al ruido que venía de abajo. 

Tomando la mano de Vlad, la llevó hasta el centro de su pecho donde empezó a desabrocharse poco a poco el uniforme militar hasta mostrar que bajo él llevaba el traje de baño que él le había regalado. Le observó expectante por su reacción mientras seguía desabrochando botones, dejando que paseara la mano por donde quisiera. 

- ¿Ves? Así no pasa nada si Liv decide mojarme entera, jiji. - dijo divertida y con un tono casi inocente, mirando a ésta y dejando bien claro que no se había olvidado de su provocación - Vyl-Vyl es mía... Pero a ti no tengo problema en comerte de la misma forma. Seguro que estás muy rica. - sonrió relamiéndose sus pequeños colmillos, mirando luego a Zuri - Demonio mío, a ti te enseñaré todo lo que me pidas. - y casi como demostración, terminó de desabrocharse la camisa del uniforme y la dejó caer lentamente por sus hombros y sus brazos. Sí, tal vez fuera pequeña en tamaño, pero Viviana estaba dispuesta a darle a todos lo que le pidieran, como si era su cuerpo entero. 

Livia llevó su mirada hacia Vlad unos segundos, deleitándose, pero tras eso toda atención se la ganó Zuri con sus movimientos y palabras. No se retiró cuando él se inclinó hasta el punto de poder sentir su aliento.- Da el paso...-Llevó uno de sus dedos hasta los labios del demonio, perfilándolos lentamente.- ¿Podrás hacerme suplicar y gritar porque no pares? Estoy deseosa por ver de lo que eres capaz de hacer...Mi querido príncipe exiliado-Y apartando los dedos, dejó que este la besara. Con decisión, la pequeña maid no dejó que este se retirara, si no que lo obligó a volver a besarla. Lo besó con sensualidad, regalándole un mordisco antes de separarse. La mirada de Liv bajó hasta aquellos labios que había besado, viendo una perla de sangre aparecer donde había dado el mordisco. Colocándose de puntillas pasó la lengua lentamente, disfrutando del sabor y relamiéndose de manera lujuriosa.

Cuando Vivi habló, Livia la miró divertida. Al tenerla tan cerca no le costó acercar su mano a ella, aunque no interfirió con sus acciones las del amo Vlad. Agarró con suavidad el mentón de la vampiresa.- Desearás que esto no termine...-Las largas uñas de la joven acariciaron la piel de la otra.- Y tranquila... Vyl-Vyl puede ser toda tuya, pero no prometo no probarla en algún momento. Después de todo... Yo voy hacer lo mismo por ti.-Y llevó su mirada hacia el señor Vlad. Era suyo, le pertenecía. Pero... No era egoísta, dejaba que otras lo disfrutasen. Aún así, la sensual maid llevó una de sus uñas hasta la parte baja de la barbilla del amo, para después hacer que la mirase.- Chsst... Ni se te ocurra olvidarte de mi. Quiero mi parte... .-Paseó su lengua por uno de los colmillos, para después sonreír divertida.

Tras aquello liberó a la otra parejita, al menos por el momento. Pues se cobraría lo que pedía.. .E incluso mucho más.

Livia tomó la mano de Zuri antes de que Viviana la aceptase, los ojos de la vampiresa brillaron con picardía.- No no, tú eres mío ahora...-Tiró de él, para después llevarlo hasta el sillón más cercano. Posando la mano en el abdomen de él, lo empujó para que se sentase. Tras eso lo obligó a abrir las piernas y se colocó por medio de estas. La joven no tardó en colocarse a horcajadas sobre este, buscando sus manos e invitándole a pecar.- Tranquilo, no muerdo... O tal vez sí.-Rio traviesa. Se inclinó sobre él despacio, para besar primero su mejilla y empezar a descender hasta su cuello, donde si dejó un mordisco más fuerte.

Créeme -dijo sin apartar los ojos de la vampiresa de cabellos verdosos mientras ésta se mostraba completamente- mojada vas a terminar.

Era una mezcla entre una promesa y una amenaza cargada de tentación, relamiéndose aquella gota de sangre que Liv había liberado tras el mordisco. Ordenó sus cabellos y sus ojos fueron hacia Vlad, a quien miró directamente, algo bastante inusual en el mayordemon y consideró que su pregunta merecía una respuesta antes de dejarse arrastrar hacia aquel descenso a la depravación.

Ha pasado demasiado tiempo... no sé qué pasaría si me dejase arrastrar... ¿Acaso deseáis verlo? -dejó un par de segundos para que respondiesen- No sé si podría volver atrás.

Desde que tenía memoria había caminado entre mortales, dejando su yo demoniaco a vestigios muy muy lejanos y difusos.

Aquel hilo de pensamientos se desvaneció cuando su cuerpo cayó contra un sillón y sonrió de lado viendo cómo aquella depredadora jugaba con él como una araña trepando sobre su tela sobre un peligroso alacrán que había caído. Pasó la lengua por sus dientes hasta terminar sobre la punta de uno de sus colmillos. Colocó las manos sobre las caderas de la muchacha y la acomodó sobre él y luego las deslizó por aquella raja que invitaba a terminar agarrando allí donde la espalda perdía su nombre. El mordisco fue, sin embargo, el disparador. El mordisco de un vampiro tenía la cantidad justa de dolor mezclado con la cantidad suficiente de placer y éxtasis suficiente para hacer que cualquier mortal se convirtiese en poco menos que un pelele en manos del cazador. Pero Zuri no era un mortal, aquello sólo consiguió excitarlo y que aquello ella pudiese notarlo sin ningún tipo de dificultad.

¿Cómo sienta la sangre del pecado?

Preguntó entre algunos jadeos, apretando la cintura de ella sobre la de él en un gesto que dejaba claro que las ropas que llevaban eran la última línea de defensa. Debido a la diferencia de tamaño si ella quería mantener el mordisco tendría que estirar un poco el cuello, pero desde luego no hizo amago alguno por liberarse. De espaldas a ella, pudiendo verlo cualquier otro que le prestase atención, una de sus uñas demoniacas se cubrió de sombras y con ella empezó a recorrer desde la nuca de ella hasta el final de la espalda, fino, suave y peligroso a partes iguales, mientras la ropa iba abriéndose con un corte limpio como si fuese seda bajo la más afilada de las catanas.

Carmilla parecía de todo menos arrepentida por sus acciones, así que lo que Tanya hacía solo lograba que esta rogara por más. Para cuando decidiste marcharte, el pobre anciano se quedó mirando entre toda la gente tan variopinta que había resultado y se preguntó por qué creyó que era buena idea aquello. Apenas aquellas extrañas ninjas lo vieron, todas parecieron cambiar de actitud y una de ellas decidió aceptar el encargo del anciano, afirmando que lo haría tras terminar con su misión especial. ¿Cuál era? De seguro aquella que te había llevado a subir corriendo… o más bien rebotando. ¿Cómo podías rebotar tan rápido?

Al llegar al final de las escaleras que habías bajado no hace mucho después de tu noche alocada con el amo, te encontraste con una escena casi casi tan surreal como el apocalipsis que había allí afuera. Viste a Viviana frente al amo. La chica estaba desabrochando el uniforme militar que ahora llevaba y pudiste ver que dejó caer su camisa, quedando solo cubierta con el traje de baño revelador que el amo le había regalado. Mientras tanto, el amo olfateaba su cabello y se acercaba a ella con una mirada mucho más salvaje y oscura que la que le había dedicado a Tanya. De hecho, su comportamiento era mucho más serio, como si de su cuerpo se desplegara una especie de sensualidad oscura. Incluso el peinado del amo había cambiado y ahora tenía un lado sin cabello, mientras que el resto de este caía hacia el otro lado. Tenía también varios tatuajes en su piel, los cuales no recordabas haber visto la noche anterior… y eso que tuviste la opción de inspeccionar su piel muy detalladamente y por horas. Claro que lo más dispar era su personalidad.

Zuri estaba sentado en un sofá con Livia a horcajadas sobre él. No podías ver del todo bien sus atuendos, pero sabías que eran diferentes. Lo que sí pudiste ver fue una de las manos que el mayordemon tenía en la espalda de la vampiresa de cabello bicolor y cómo su uña se cubría de energía oscura. Livia lo mordía y este parecía disfrutarlo. La atmósfera era… bueno, teniendo en cuenta que acababas de ver morir a Ruby y a los asesinos que querían acabarlos, era bastante dispar.

El amo estaba por besar a Viviana cuando te vio.

Cuando Zuri le respondió, Vlad se quedó pensándolo – Tal vez sea ese el caso y no puedas volver atrás. Después de todo, este ambiente es un patio de juegos para un demonio como tú -.

El amo sonrió ante la pregunta de Viviana – Por supuesto – y su expresión se tornó traviesa mientras sus ojos brillaban, expectantes por lo que vendría. Este dejó que la maid de cabello verde guiara su mano para que fuera desabrochando poco a poco la parte superior de su uniforme y este aprovechó el sensual acto para llenar de atenciones la piel de la vampiresa, mientras parecía disfrutar de su nueva actitud.

Cuando esta se giró hacia Livia para hablarle, el amo la abrazó por la espalda y cubrió sus ojos mientras le decía - ¿Qué haces mirando a alguien más? Ahora mismo, tus ojos deben estar en mí. Tómalo como una orden – y el amo casi ronroneaba diciéndole eso a la chica. ¿De aquí a cuando el amo era así? Le guiñó el ojo a Livia cuando ella reclamó su parte, mas no le respondió más. Quería cumplir su parte con la maid que tenía entre sus brazos. Justo cuando la giró aún cubriendo sus ojos para besarla, notó algo en la puerta - ¿Tanya? – dijo con un tono bastante confundido, aunque mucho más grueso de su tono de voz usual. El beso que era para la peliverde se quedó en suspenso mientras el amo bajaba las manos de los ojos de la maid.

El amo, aún desnudo, se acercó a la slime y, acariciando parte de su cabello le dijo - ¿Qué ocurre? Te ves agitada – y claro que el uniforme de la slime también había cambiado un poco. Entonces, fue en ese momento en que el suelo de la habitación tembló, para luego abrirse un enorme cráter por el cual pasó Dasatos, cuyo uniforme parecía ahora más un traje militar al mejor estilo japonés. Aún portaba su delantal, pero era el último indicio de su uniforme anterior. Esta se veía bastante lastimada y sus heridas sangraban. ¿Qué estaba pasando? Entonces, una enorme serpiente iba directo a atacar al mayordemon, pero fue justo en ese momento que una de las ventanas de la habitación del amo se rompió y por allí entró una veloz figura que, como el viento, desvió la bala. Fue difícil ver lo que usó, pero esta se paró de manera protectora frente a Zuri. Apenas hizo esto, cayó al suelo inconsciente. Sus heridas eran graves, tal vez peores que las que tenía Dasatos, y las ropas ligeras que llevaba estaban rasgadas.

Pudieron ver que se trataba de una elfa oscura de cabello blanco y ojos rosados, aunque estos ahora estuvieran cerrados. Su traje parecía una bikini/armadura. En realidad, iba bastante ligera de ropa, además de numerosos aretes en sus orejas. Era atractiva, eso no podía negarse. Sin embargo, ¿quién era y qué hacía allí?

Apenas Livia te mordió, empezaste a ver cosas que creías perdidas, recuerdos de tu pasado volvían mientras te atacaban las oleadas de placer que su mordida podía provocar. Sin embargo, no se detuvo allí. Te quedaste mirando atentamente a la elfa oscura que había entrado a la fuerza a los aposentos del amo y se te hizo familiar. ¿Por qué? ¿La conocías de antes? Como respuesta a tu interrogante, a tu mente llegó su nombre como si siempre hubiera estado ahí: Eshreve

Tal vez la conocías de tus tiempos como príncipe demonio, pero todos tus recuerdos de tu anterior reinado regresaban. ¿Sería cierto lo dicho por Vlad? ¿Que este ambiente apocalíptico era donde proliferaban mayormente los demonios? ¿Y si alzabas nuevamente tu ejército y tomabas el control del mundo? De seguro, los demonios gozarían ver el regreso de su amo perdido después de tal vez milenios.

Como si su vida dependiera de ello... que en parte sí, Tanya subió las escaleras lo más rápido que su gelatinoso cuerpo permitió. En su mente repetía lo mismo una y otra vez para que no se le olvidara. Entró agitando los brazos hacia donde todos los demás se encontraban... y lo que sus ojos se encontraron hizo que se detuviera en seco; sus antinaturalmente azulados ojos casi se salen de sus cuencas. Sus brazos se quedaron levantados y por un momento el slime que conformaba todo su cuerpo... pareció petrificarse. Pero contrario a lo que podrían esperar, bajó las manos y las llevó a las mangas de su revelador y ahora más salvaje uniforme, comenzando a bajarlas. ¿¡Planeaba unirse a la fiesta!? Sus ojos se quedaron fijos en los del amo cuando este acarició su cabello, sus manos se detuvieron sosteniendo el cuero de su uniforme firmemente pegado a su pecho.

¡Pero algo vino a ella!

Levantó los brazos de repente, apartando involuntariamente la mano del amo. Iluminada, abrió la boca para decir algo, pero el suelo tembló y Dasatos apareció de un cráter. Luego la serpiente que iba hacia Zuri, y la elfa oscura. ¡Tanya recordó su misión! —¡La OAD vino a destruir al amo! ¡Mataron a Ruby! ¡Ruby envenenó la comida del amo! ¡No coma la comida de Ruby! —gritó Tanya cerrando los ojos y agitando los brazos; su gelatinoso cuerpo se movió lascivamente por eso— ¡El amo debe huir! ¡La OAD está aquí! —toscamente, hizo al amo a un lado y salió de su uniforme, poco a poco transformándose en una gran bola azul, poniéndose entre Vlad y el cráter por el que Dasatos había salido— ¡Todos deben huir! —siguió gritando.

Livia no se privó del placer de saborear la sangre del demonio, tras mantener la mordida durante unos minutos, la doncella liberó el cuello del demonio para después pasar la lengua por encima de los orificios que ella misma había creado. Aún salía ese líquido escarlata que era como oro líquido para Livia, besó su cuello de manera lenta y sensual, atrapando hasta la última gota de sangre.-Podría acostumbrarme a ella...-Le respondió en un susurro a su acompañante, dejando escapar algún jadeo entrecortado por la excitación del momento. Cuando él empezó a abrir las ropas con su poder, esta sonrió traviesa, dejándose caer algo más sobre él. 

Pero poco duró aquello. Las alarmas saltaron en la vampiresa, y no por ver a Tanya allí. Pues estaría encantada de hacerle más de un favor a la slime en ese instante. Y más aún cuando esta parecía dispuesta a desnudarse para unirse a la fiesta.- Vaya vaya...-Y durante un segundo parecía querer relajarse para volver al ataque, pero la aparición de Dasatos la tensó. Las largas uñas de la joven parecieron querer clavarse sobre la piel de Zuri.- Que dem....-Quizás por reflejos o por protección al Mayordemon, la joven también saltó con agilidad de su posición para colocarse por medio del ataque que venía directo hacia el demonio, el traje de la doncella se deslizó hasta caer al suelo, pues el hombre se había encargado de rasgarlo para quitárselo. Bajo este sólo quedaba lo que parecía un conjunto negro de cuero con tachuelas plateadas. Aún así el ataque no llegó a tocarla. Un pestañeo, eso había sido todo. Bajó la mirada hacia el suelo.- Hm... Vaya.. Me quitan el honor de ser la heroína...-Miró a Zuri sonriendo, pero no le dio mayor importancia.- Creo que necesita... Ayuda.-Pero esa no era su disciplina. Ella no le debía protección a la chica, ni siquiera sabía quien era.

Y allí llegaba la bomba. Cuando Tanya empezó a hablar, los ojos de la Vampiresa se afilaron de manera amenazante.- ¡Proteged al amo! -Gritó enfadada mientras caminaba hacia la bandeja de comida ¿Cómo se le había pasado el olor del veneno? ¿Qué había utilizado para ocultar aquello? Livia golpeó con fiereza la bandeja.- Debe agradecer el estar muerta... Porque de no ser así la hubiera despellejado viva...-El aura de la vampira se volvía cada vez más oscuro. Miró al resto de personas de allí, pero se enfocó en el amo .- Debemos llevarle a un lugar seguro. A usted y a su hermana. La OAD no debe dar con vosotros. Nosotras nos encargaremos de ello...

El demonio gimió bajo los colmillos de la vampiresa, quizá fue por ello que su atención y su guardia bajó hasta que fue demasiado tarde: su improvisada amante y una desconocida trataban de defenderlo de un ataque raudo y ésta última, una elfa oscura, caía al suelo.

Todo iba a cámara lenta para el astado ¿acaso no era la tarea de él defenderlas? ¿entonces porqué se encontraba al otro lado de la acción? ¿Y esa elfa...? ¿Y Vlad...? Miró a este último.

¿Desde cuándo lo sabes?

Preguntó, quizá con más confianza de la debida, pero por algún motivo, en aquel lugar, sentía esa familiaridad. Entonces se inclinó sobre la herida en bikini de mallas y entornó la mirada.

Lo siento, Eshreve. Esto no quedará así.

Le aseguró, alzando sus ojos hacia los presentes, tratando de analizar exactamente qué estaba pasando. Y gritó, gritó para desahogarse, por frustración, por rabia. ¿De verdad, incluso desconfiando de la gata, les había engañado? ¿de verdad estaban atacando a sus amigos? ¿de verdad alguien llevaba tanto tiempo esperándole? Necesitaba respuestas... y salir de allí.

Quizá deberíamos ir por donde la esfinge, si estoy en lo correcto conocerá algún pasillo que nos lleve bien lejos.

Además, estaba preocupado por si se enfrentaban a la guardiana. Era más una sugerencia que una acción, se ponía en pie tomando a Eshreve entre sus brazos listo para avanzar con ellos. Si alguien se fijaba en ello, la sangre en su cuerpo estaba abandonando la zona baja de su cintura para ir a su cabeza y extremidades tal cual la situación demandaba.

Vivi se vio sorprendida por el hecho de que el amo le tapara los ojos, pero escuchar su voz solicitarla de aquella forma solo consiguió que un escalofrío de placer recorriera su espalda.

- Sí, amo Vlad... - susurró de forma sumisa.

Sintió el tacto de la piel del vampiro más cerca de ella, su aliento cada vez más cerca de su boca. Me da igual que se acabe el mundo, nada podría acabar con este momento... O eso pensaba la pequeña vampiresa, hasta que su contacto fue roto cuando la slime hizo su aparición. Vivi abrió los ojos y la miró enfurruñada.

- ¡Jooo, Tanya! ¡¿No tienes nada mejor que hacer...?! - le chilló como una niña caprichosa, justo antes de que el cráter se abriera en el suelo - ¿Pero qué...?

Recuperando la compostura, Viviana saltó hacia atrás para apartarse del paso de la serpiente, observando confusa la escena. No entendía qué había pasado ni quién era esa elfa, pero tenía claro que tenían que proteger a Vlad.

- Tanya, coge a Dasatos si puedes y vámonos de aquí. Iré adelantándome por si nos esperan más sorpresas hasta llegar a las mazmorras. - habló recuperando un poco la compostura, aunque su traje seguía desabrochado por arriba. Al llegar a la altura de la slime azul, le dedicó una mirada con los mofletes aún apretados - Y... s-siento haberte gritado.

El amo se mostró muy sorprendido cuando Tanya actuó de esa manera y escuchó todo lo que dijo mientras retiraba la mano que la slime había golpeado sin querer. Se veía demasiado sorprendido, mas luego se mostró preocupado por Dasatos. Entonces, el gelatinoso cuerpo de Tanya lo cubrió y se podía ver la silueta desnuda del amo a través de ella como una especie de muñeco móvil. Si no estuvieran en una situación tan apremiante, aquello podría considerarse gracioso. Pero en el fin del mundo… lo gracioso había dejado de serlo por primar la supervivencia.

Al caer en cuenta de su condición de desnudez, el amo chasqueó los dedos y su atuendo por fin cubrió su cuerpo, lo cual podría ser una decepción para quienes estuvieran admirándolos momentos antes. Claro que no fue el único, pues de repente, el traje de Livia estaba en perfectas condiciones  y nuevamente lo portaba esta. Vlad le sonrió y le dijo – Ninguno de ellos debe ponerte el ojo encima –.

La mención de Carmilla hizo que Dasatos reaccionara después de un rato… o tal vez solo estaba adolorida y por eso no había dicho nada – Han… capturado a… Carmilla-sama – cosa que dijo con dificultad para perder el conocimiento de nuevo. Eso hizo que el amo se mostrara supremamente enojado. Sin importar lo pervertida que fuera su hermana, era su hermana.

Con respecto a la pregunta de Zuri, Vlad le respondió alzando una ceja - ¿Desde cuándo sé qué? – confundido por la pregunta de su mayordomo. Se mostró sorprendido al ver que Zuri recogía a la extraña y la llamaba por un nombre bastante exótico. Luego, apenas dijo lo de Sphinx la Esfinge, el amo le respondió – El único problema es que para llegar al sótano, hay que pasar por la primera planta y de seguro estarán allí. Incluso si no pasáramos por el café maid, el comedor, que es por donde se accede al sótano, está en la primera planta -.

Y nuevamente, como si de un patrón se tratara, otra explosión que hizo que el gelatinoso y blandito cuerpo de Tanya volara hacia el amo y se pegara a este de una forma bastante incómoda. ¿Qué estaba pasando? Habían golpeado las escaleras y las habían destrozado, junto con la pared. Luego, otro temblor y todo el suelo se desmoronó, haciéndoles caer dos pisos hasta el café maid. El castillo estaba siendo destruido por la OAD sin piedad alguna. Tras la nube de polvo y la sorpresa por la caída, una que Tanya amortiguó para el amo sin buscarlo siquiera, vieron lo que la slime había ido tan alarmada a informar… aunque también a un anciano con apariencia de ser muy amable agradeciendo a una de las que parecían ninjas por su ayuda.

Apenas los vieron, los cinco enemigos se posicionaron de nuevo en una formación épica dispuesta para mostrar lo increíble de sus atuendos y armas, y la que parecía la líder habló - Somos la North Star. Y hemos sido enviados aquí por la OAD para acabar con la fuente de esta magia maligna que ha llevado al mundo a la miseria y la extinción. Ríndanse, sirvientas de los pecadores y nada les pasará - ¿no era lo mismo que había dicho cuando Tanya subió corriendo?

¿Y dónde estaba Carmilla? Atrapada por serpientes como la que había atacado a Zuri, aunque sus ropas también habían cambiado y no se veía… precisamente inconforme con que estas la estuvieran apretando con tanta fuerza. Las serpientes negras con ojos dorados solo se veían un poco confundidas.

Hablando de eso… ¿Dónde estaban las otras maids de Carmilla? Bueno, debajo de ustedes… literalmente hablando. Claro que Vylnys había sacado sus enormes alas y su envergadura la protegió de los escombros y le permitió atrapar a Viviana entre sus brazos antes de que la maid de cabellos verdes cayera. Las demás… bueno, habían servido de colchón para ustedes. Cateina se vio debajo de Livia y su rostro se tornó del todo rojo. No sabía qué decir, así que se desmayó de la vergüenza. M.A.Y.A. había logrado salvarse de esa suerte y había protegido a Morgane con un escudo, pero eso no impidió al mayordemon aterrizar sobre este. ¿Con gracia? Seguramente.

Bueno, ya los habían encontrado, así que… ¿lucharían? El cuerpo de Ruby yacía en el suelo sin moverse muy cerca de los ninjas. ¿Cómo había muerto? Solo la slime podría responder a eso.

Si Carmilla también había caído, aquello no eran buenas noticias, pero Viviana no pensaba rendirse sin luchar. Lo primero era poner a salvo al amo y luego... 

Antes de que pudiera pensar qué hacer luego, el suelose desmoronó. La vampiresa consiguió frenar la caída con lo poco que pudo levitar, cayendo en brazos de Vylnys. Al verla, la chica sonrió aliviada y contenta. La sonrisa se le borró al ver que las demás maids habían sido sepultadas por ellos y que también tenían enemigos delante. 

Arreglando su uniforme y bajando con cuidado de los brazos de Vylnys, Vivi avanzó un par de pasos por delante de los demás, dispuesta a estar en la primera línea de defensa o simplemente mantener una conversación con ellos. 

- Me temo que os habéis equivocado de fuente de magia maligna, North Star. Tal vez las gentes de la OAD deberían revisar sus informes y no basarlos simplemente en su odio hacia Drácula, ¿no os parece? - dijo con un tono educado pero cargado de rencor. Si luchamos todos... aunque lo prioritario es poner a salvo al amo y a su hermana... Por el momento, Viviana esperaría a ver qué decidían hacer los demás, o si aprovechaban su distracción para otra cosa.

Que Viviana le gritase no le sentó nada bien a la smile, quien infló los mofletes y frunció el ceño. —Mofu mofu... Mofu mofu... —a la slime no le había sentado nada bien que le gritaran después de que había corrido para avisarle a todos lo que había sucedido, aunque olvidó momentáneamente eso cuando Dasatos entró en escena, y la OAD se acercó. Cuando la vampiresa volvió a pasar a su lado, Tanya, ya convertido en una gran bola de slime, infló los mofetes de nuevo— Mofu mofu... —por suerte, la slime era bastante simple de contentar. Solo bastó con que Viviana se disculpara para que desinflara el aire de sus cachetes y rebotase sobre sí misma.

Cuando se dispuso a hacer caso de las palabras de sus compañeros, todo lo demás pasó. Había amortiguado la caída del amo, mientras sus desparramadas partes comenzaban a juntarse de nuevo sin que la slime hubiera sentido dolor. Todas las demás parecían estar bien. ¡Debía proteger al amo! Recomponiendo rápidamente sus partes, las juntó frente al amo, volviendo a tomar la forma de bolita grande. Formó dos pequeños tentáculos y con uno de ellos apuntó a los enviados por la OAD. —¡Villanos! ¡Malos, malos! ¡Dejen a Carmilla-sama! ¡No les daremos al amo! 

Volviendo las puntas de sus tentáculos dos puñitos, endureció la mirada, preparándose para luchar... aunque ella no sabía luchar.

- ¡Viviana! -Fue cuanto dijo al ver como se ponía con Tanya. La miró con desaprobación, y tras eso se giro hacia la Slime mientras le sonreía de manera divertida.- Todo está bien, mi dulce.-Le dijo mientras intentaba apaciguar su enfado, tanto con Viviana por ese arrebato, como consigo misma por no haber detectado el veneno. Cómo podía ser la protectora del amo si se le escapaban cosas tan importantes. Para cuando había salido de esa espiral de enfado y frustración, escuchó las palabras de Vlad, lo que la hizo sonreír con coquetería. Miró la ropa, y después a él.- Esto sólo es una pausa, no se crea que se librará de complacerme..-Miró al resto, y lo mismo iba para ellos.- Ya habrá tiempo de celebrar nuestra victoria...

Y si su intención era la de decir algo más, no hubo tiempo alguno. Bajo sus pies todo tembló y para cuando quiso darse cuenta ya estaba cayendo. Al mirar bajo ella observó a Kat-Kat, le sonrió traviesa y sin siquiera abrir la boca, la otra ya había colapsado. Era una auténtica pena... Besó su frente con suavidad, y se quitó de encima de esta, no sin antes acomodarla detrás. Se colocó por delante, para así protegerla hasta que volviese en si.

- Vaya vaya...-Caminó hasta estar cerca de sus compañeras. Su caminar era sensual, sus movimientos eran sensuales. Incluso su respiración lo era. Cruzó los brazos por debajo de sus pechos, elevándolos.-Sin duda vuestra falta de información os ha llevado a equivocaros, podríamos dejar esto aquí... No veo la necesidad de pelear. -Ladeó la cabeza levemente.- Por el contrario, no nos quedará más opción que... Patearos el culo y sacaros de nuestros dominios.