Partida Rol por web

Desde cuándo sabes... quién soy. Quien fui.

Se corrigió enseguida. Ni siquiera él tenía del todo la respuesta o si estaba influido por aquello, pero lo que sabía más allá de que había caído sobre el escudo con gracia es que habían varias amenazas frente a ellos. Normalmente tendía a contener su poder ante las sirvientas y las villanas así lo parecían, con lo que lanzó una mirada Vlad.

¿Debería no contenerme?

Preguntó, avanzó y se puso frente a sus compañeras, entornando la mirada.

Tienen razón, Vlad ha sido arrastrado aquí con nosotros.

Su postura delataba estar dispuesto a enfrentarse, a todos si era necesario. Lanzó una rápida mirada a Carmilla, también a ella tendría que protegerla, tal era su deber. Y si alguien se lo preguntaba, no, aún no había soltado a la muchacha malherida que había llegado.

Cuando Zuri preguntó aquello, Vlad alzó una ceja – Solo sé que eres un demonio y nada más. No sé de qué más me hablas. Respeté tu decisión de no buscar tus recuerdos. Lamento decepcionarte, pero no soy yo quien puede responder tus interrogantes – concluyó y miró a la elfa que el mayordemon aún tenía en sus brazos - ¿Tal vez ella sí? Después de todo, pareces conocerla -.

Ante lo dicho por los North Star, Vlad miró a su mayordomo – Adelante, no te controles. Ellos no lo harán – y alzó la ceja. ¿No tenía que destruyera el castillo? Tal vez pensaba que eso era mejor a ser derrotados allí. Y aunque hubiera preferido haberse quedado con Livia en la habitación terminando lo que comenzaron, era el momento de luchar. Sonrió de lado – No lo dudes, preciosa – y dijo eso en un sono oscuramente seductor.

Quien parecía la líder miró a Viviana fijamente mientras hablaba y dijo – Órdenes son órdenes. Sin importar lo que digan, tenemos un deber importante que cumplir – dijo la mujer alistando sus hojas gemelas, lista para luchar. Esta se abalanzó hacia Zuri. Al parecer, reconocía que el mayordemon podía ser el oponente más fuerte. Por su parte, el ninja peliblanco miraba detenidamente a Livia y silbó ante la pose sugerente de la maid de cabello bicolor. Su arma parecían ser manoplas, solo que llevaban cuchillas en los nudillos. Dijo algo dirigiéndose directo a esta, aunque M.A.Y.A. apareció frente a esta tras impulsarse en cohetes para no dejar que la dañara, así como así. Un escudo apareció frente a ella y luego su mano cambió por una especie de martillo tecnológico gigante que batió hacia el ninja peliblanco. Este no pudo esquivarlo y recibió aquel golpe en sus perfectos abdominales. Parte del impacto había sido absorbidos por ellos, pero no por completo. M.A.Y.A. lo había hecho retroceder.

M.A.Y.A. miró con la misma frialdad de siempre a Livia, aunque esto sonaba a regaño – Livia-san, debería ponerse seria si no quiere morir. Aunque sea la amante de Vlad-sama, no es nuestro deber protegerla también – y en su reproche, miró a Viviana también.

El de las serpientes alzó una mano y cuatro serpientes negras con ojos y colmillos dorados se dirigieron a Viviana. Tal vez lo que había hecho era solo ganarse el ataque de quien casi mata a Zuri… o al menos casi lo intenta. Este sonreía mientras sus serpientes iban hacia ella. Vylnys, por su parte, no iba a dejar que esas cosas llegaran a su adorada Viviana, así que, transformando sus piernas en las de un dragón blanco, golpeó el suelo con fuerza, levantando pedazos de concreto que protegieron a su amada vampiresa de las serpientes que volaban hacia ella. Después, sacó de entre sus pechos de forma bastante sexy un bate de béisbol con varios clavos pegados a este y lo apretó con fuerza cuando sus piernas volvieron a la normalidad. El traje militar que llevaba se había roto de manera bastante sexy y ahora parecía un conjunto de pantalones cortos y reveladores. Miró al ninja y se relamió de manera sensual.

La ninja pelirroja se fue hacia Tanya. Al parecer, intentaba llegar a Vlad. Sin embargo, Morgane llegó con cierta rapidez – No lo haráaas -  dijo con voz cantarina mientras empuñaba con decisión una sartén de color verde que paró las bombas que volaban hacia la slime y la sirena. El amo retrocedió un poco por seguridad. Sin embargo, la defensa de Morgane no fue suficiente, pues parte del ácido que cayó cuando la bomba explotó sobre su sartén le cayó en el brazo, quemándola un poco.

La mujer con traje morado y la líder hicieron una pose que quería ser épica y ambas se abalanzaron contra Zuri al mismo tiempo. ¿Podría el mayordomo luchar con ambas mientras sostenía a la elfa oscura en sus brazos? ¿Suena esto a anuncio de próximo capítulo en una serie? Sí, aunque la banda sonora de la batalla no era otra que las expresiones de placer que Carmilla soltaba al ser maltratada por las serpientes negras de ojos dorado, mas su obscenidad no será algo relatado en estas letras y se dejará a la imaginación de aquel que las lea. Solo basta decir que hasta las serpientes empezaban a preguntarse si estaban haciendo mal su trabajo.

Según ella, se veía aterradora y lista para infundir temor en cualquiera que quisiera enfrentarse a ella. Sus ojos afilados y sus puños tan duros como... la gelatina. Tanya estaba lista para convertirse en un arma de combate... algo que ella no había decidido. ¡La habían forzado a ello! —¡El terror! ¡Sientan el terror de Ta... nya! —se cortó a mitad de frase al ver que la lucha empezaba, pero nadie parecía prestarle atención a ella. Infló los mofletes. ¿Acaso la estaban subestimando? Cual pez globo, comenzó a inflarse de la rabia. Cuando la pelirroja se dirigió hacia ella, abrió los ojos, casi que emocionada. Pero al ver que Morgane se la había quitado de encima, en lugar de sentirse aliviada se molestó más. ¡Morgane había salido herida por no dejarla luchar!

Bajando su mala postura de guardia, ahora apretaba sus puños cual niño malcriado, así como inflaba exageradamente los mofletes. —¡Tanya puede sola! ¡Tanya los protegerá a todos! ¡Tanya es fuerte! —en efecto, estaba en medio de una repentina rabieta. Y eso estaba haciendo que, cual pez globo, solo siguiera hinchándose más y más con toda la intención de lanzarse hacia la pelirroja que se había atrevido a atacarla a ella y el amo Vlad.

Livia miró al ninja divertida, aunque en su rostro apareció un enorme puchero cuando este la atacó de manera tan gratuita ¡¡Cómo se atrevía!! Debería estar admirando toda la belleza que tenía delante, no se daña aquello que te atrae. Aunque claro, poco pudo decir... Pues Maya la regañó ¡Y con razón! Llevándose una de sus manos hasta la mejilla, ladeó la cabeza y se hizo ver tierna.- ¡Mayita! -Quiso regañarla, pero no le salía. Sólo sonrió coqueta y divertida cuando esta desveló el secreto. Ahora era un secreto a gritos ¡Gritos muy muy altos! - Ara ara...-Miró al amo divertida y después volvió hacia su enemigo mientras hablaba de manera sensual.- Deberé hacer algo para cambiar mi título de Amante a... -Se golpeó los labios pensativa. Un gesto lleno de sensualidad, aunque no parecía hacerlo aposta.- Mujer. Sí, me gusta como suena...-Rió coqueta y se preparó para devolver el golpe, pero este no llegó...

Bajo los pies de todos los presentes empezaron a aparecer grietas, al principio eran imperceptibles... Pero según pasaban los segundos y estas se iban uniendo entre ellas recorriendo todo el castillo, incluidas sus paredes. Se hacían más grandes. Creando brechas de las que salía calor. Livia bajó la mirada hacia el suelo al tiempo que saltaba hacia atrás para evitar ser tragada por una de esas grietas que se habían abierto.- ¡No he sido yo! -Exclamó mientras observaba con sorpresa como los primeros cascotes del techo empezaban a caer.- O no... ¡¡Proteger al amo!! -El castillo no pareció tardar en verse afectado. Tras los primeros cascotes, vinieron muchos más. Las arañas de los techos cayeron de forma pesada levantando el polvo, los cristales de los ventanales estallaron en mil pedazos y seguido a eso... El castillo empezó a derrumbarse. Pero no parecía lo único... Incluso fuera del castillo todo empezaba a verse sumido en el caos. Las construcciones sufrían los mismos efectos que el castillo, y la tierra se abría a su paso ¿Acaso aquello era el nuevo infierno? Miró a Zuri, debía estar como en casa...Sólo que con más polvo y menos sirvientes.

El demonio alzó una ceja ante la ceguera de sus atacantes y casi sin darse cuenta se deslizaba entre ellos como un gracil bailarín. Con un rápido movimiento la oscuridad envolvió su mano y claramente parecía dispuesto a reducirlo todo a cenizas... pero se le adelantaron. No entendió que pasaba con la slime pero si que debía ayudar, aunque el espectáculo de Liv hizo que su ataque tenebroso dudase por un instante.

¿Está bien, señorita?

Su estado parecía preocuparle más que el hecho de declarar que era amante o esposa de Vlad o incluso que la propia ella que aún no había librado de su presa los gemidos de la hermana del señor de la noche... por eso aunque su látigo de piezas metálicas apareció como de la nada con el destino de la ninja violeta este parecía más débil que otras veces que sus compañeras habían visto.

¿Ahora habían más enemigos? ¿Porqué seguía reprimiendo su instinto asesino? La verdad era que se sentía bien...

Tanya había sido muy veloz para actuar y cuando la pelirroja se dirigió a ellas, ella se estiró y se volvió colosal. Mientras tanto, Morgane había vuelto a atacarla con su sartén mientras tarareaba una canción de batalla, a la par que la pelirroja se lanzaba a atacarla para quitarla del camino y llegar al amo. Aquel golpe colisionó de una manera bastante épica y la habilidad de ambas rivales era la misma. Aquel momento épico fue interrumpido por una enorme ola de slime que se arrojó con mucha fuerza hasta la ninja pelirroja, quien no pudo hacer nada para liberarse. Cuando la masa azul volvió a formarse, era Tanya quien se había tragado a la ninja pelirroja. La ninja se quejaba porque la piel le ardía. ¿Tanya la consumiría poco a poco? Eso parecía. Esta lo sabía y tenía que buscar la forma de liberarse.

A la revelación de M.A.Y.A. sobre el título de Livia como amante, Vlad solo alzó una ceja. La declaración de la sexy guerrera mágica lo hizo sonreír travieso - Eso lo veremos si sobrevivimos -. El ninja peliblanco seguía atacando sin piedad, pero entonces M.A.Y.A. tomó firmemente su enorme martillo y lo golpeó en la espalda, enterrándolo algunos metros hacia abajo en el suelo. Aquello había sido extremadamente patético.

El ninja de las serpientes volvió a atacar a Vylnys con una gran cantidad de estas y, aunque la dragona intentó cubrirse con sus alas, no lo hizo a tiempo y varias de esas lograron morderla. Esta se quejó del dolor de una manera... bastante sexy. Tanto así que las serpientes se sorprendieron. ¿Otra loca como Carmilla? En realidad, ella no lo hacía como su ama, solo que era tan sexy que hasta su dolor lo era. Viviana miró enojada al ninja que había herido a Vylnys y preparó varios kunais en sus manos para luego lanzárselos a aquellas serpientes. Sin embargo, esto no había sido suficiente y más serpientes la habían atacado, mordiéndola también en el proceso. Esas serpientes eran muy molestas.

Zuri estaba siendo atacado por dos enemigos a la vez, lo cual no debería representar un problema demasiado grande para un mayordomo como él... ¿verdad? La líder de los ninjas y la ninja de atuendo y espada morados le atacaron con sus katanas para toparse con que el mayordomo había sacado un látigo de hierro. Cuando lo hizo, el látigo se quedó atascado en una de las piezas de escombros, impidiéndole al mayordemon sacarlo de allí para defenderse. No hubo caso*, pues ambas espadas cortaron el perfecto uniforme de Zuri, aunque no lograron golpear a la elfa oscura porque al demonio se le ocurrió que lo mejor era lanzarla por los aires para que no se lastimara allí. Sufrió mucho daño, pero seguía en pie. Un demonio como él no podía morir tan fácilmente.

Entonces, el castillo se vino abajo y solo el ninja peliblanco no pudo esquivar los escombros, aunque Zuri tampoco pudo. ¿Tal vez para no dejar sola a la elfa oscura? Llamas salieron de las grietas en el suelo y amenazaban con consumirlos, pero los ninjas no parecían dispuestos a dejarlos escapar. ¿De verdad creían que eran ustedes los culpables de todo? Bueno, todo empezó después de la propuesta impía de Livia. Debían terminar con todos si querían salvar su mundo. Kateina por fin reaccionaba y parecía lista para unirse a la batalla, aunque vio que M.A.Y.A. parecía tener bastante controlado a ese ninja peliblanco, así que decidió ir a ayudarle al mayordemon, quien parecía estar en problemas. Las dos ninjas la atacaron para sacarla del medio, pero esta tomó una postura bastante segura de sí misma y sus ojos y melena se tornaron dorados por un momento. Ni siquiera pareciera que le hubieran dolido los golpes. Cuando retrocedieron las atacantes, miró a Zuri - Yo te cubriré. Si no me duele, no me hacen daño - aunque apenas dijo eso, un chorrito de sangre salió de las heridas. Aunque como dijo, no parecía dolerle en absoluto.

Se empezaron a escuchar extraños rugidos viniendo de debajo de la tierra. ¿Eran monstruos? ¿El ejército abismal de Zuri?

Miró divertida al amo cuando este respondió a sus palabras.- ¿Lo veremos? Cuidado con dudar... No se te vayan adelantar .-Le guiñó el ojo de manera coqueta. Realmente no había nadie a la cola ¿No? Pero era divertido ver al amo siendo posesivo. El intercambio de golpes por parte de Mayita y el ninja sexy seguía, por lo que Livia no tuvo otra que unirse a dicho combate, realmente le apetecían otras cosas, pelear era aburrido y poco elegante ¿Pero acaso iban a dejarse ganar? ¡¡Jamás!! 

Extendió uno de sus brazos y con su dedo índice hizo un círculo en el aire. Tras unos segundos fue haciéndose visible lo que parecía un portal purpurinoso, la joven metió el brazo y tras palpar en busca de algo sacó el gran libro que la ayudaba y acompañaba.- Guerreras mágicas... Prestarme vuestro poder.-Y tras aquellas palabras miró divertida al... No, no miró a nadie, porque el ninja había desaparecido ¡Jolinas! Para una vez que libro se portaba y hacía su entrada triunfal sin ronquidos.

Daba igual. Con paso serpenteante dio unos cuantos pasos, colocó su mano extendida con el libro encima y con la otra mano lo abrió. En ese instante el libro pareció tomar vida, pues empezó a flotar sobre la mano de esta y sus hojas empezaron a pasar con rapidez...- ¡Ataca libro! 

Sentía que estaba atento a demasiadas cosas, por ello resultó golpeado y encima tuvieron que cubrirle. ¿Dónde tenía la cabeza el demonio? Estaba claro que allí no. Habían amenazas para sus compañeras y estaban dándolo todo. Para colmo de males, el suelo temblaba y, sin saber si eran aliados o enemigos, el que ocupaba el puesto de mayordomo prefirió alzar la guardia y no confiarse, sólo era más trabajo.

Gracias por cubrirme. Encarguémonos de sacar la basura.

Sonrió amable a Kateina y se puso a su lado. No era un momento para orgullos, era momento para reducir a los atacantes y, si era necesario, también protegería a la doncella de Carmila.

Lamentarán haber cortado mi uniforme.

No se sentía avergonzado, al contrario, se sentía envalentonado para utilizar el látigo y castigar a aquellas ninjas que se equivocaban y que claramente no querían entrar en sus cabales. Lucharía aunque fuese sólo con una mano y cubriendo a la mujer caballo.

Por parte de sus compañeras clásicas, vampiras e slime, confiaba en sus capacidades con lo que decidió que sólo se fijaría en ellas de reojo.

Una molestia Tanya tal vez por fin mostraba su verdadera naturaleza... ¡Quería reconocimiento! ¡Ella también era aterradora! Con unos ojos de pocos amigos, se tragó a la ninja pelirroja... y mostró que tal vez su verdadera naturaleza no era tan efectiva. Después de todo, para digerir una persona le tomaría mucho tiempo, más que el que en aquella batalla podían permitirse. ¡Pero eso no la detuvo! Agitó sus bracitos en forma de tentáculo y rebotaba sobre sí misma para marear a la ninja. —¡El terror de Tanya! —gritó para, un momento después, regurgitar a la ninja, tirándola en el suelo y dando unos rebotes hacia atrás.

Viendo lo mucho que sus compañeros y las maids de Carmilla se esforzaban, Tanya pensó que podía dar más... sin pensar en que lo que estaba por hacer podría afectar a sus compañeros. —Mofu mofu mofu... Mofu mofu mofu... —de la nada, empezó a hacer unos extraños y tiernos ruiditos mientras aleteaba con sus bracitos. Poco a poco, cual pez globo, comenzó a inflarse más... y más... y más... hasta que unas pequeños puntitos negros se vislumbraron en su interior. Llegó un punto en el que no pudo inflarse más y solo seguía aleteando, mirando "amenazadoramente" con sus ojos brillantes— ¡Sientan... e'... vedadero... terro'!

Tras los ataques del ninja de las serpientes, Vivi entrecerró los ojos molesta. Definitivamente estaba muy molesta: Se había quedado a medias con Vlad, habían herido a Vylnys también y encima Livia parecía más que dispuesta a ser algo más con el amo... ¡Y esas serpientes no hacían más que molestar!

- Vylnys, encárgate del de las serpientes, en cuanto lo derrotemos podremos sacar a Carmilla de ahí. - dijo decidida, planificando la situación y con la mirada afilada - Yo te abro camino...

El mundo volvió a temblar a su alrededor, pero esta vez la vampiresa estaba preparada. Flotando apenas un palmo sobre el suelo, los ojos de Vivi brillaron rojizos cuando esta se lanzó hacia delante con su velocidad sobrenatural, dispuesta a acabar con esas serpientes como si fueran todas las cosas que le molestaban.

En las manos de Livia apareció aquel libro que no había cooperado con su ama hasta el momento. Por lo mismo, Livia recurrió a abrir al azar una página de Libro y esperar que su arma decidiera esta vez atacar. Las páginas se pasaron a gran velocidad y aterrizaron en una que hizo a Libro eructar purpurina arcoíris. Una vez esta voló, formó un tornado arcoíris que se dirigó a toda velocidad al ninja peliblanco.

Este, apenas recuperándose del martillazo de M.A.Y.A., observó atónito lo que estaba pasando. M.A.Y.A. intentó repetir el ataque con el martillo, pero el tornado le dificultó poder cargar con tanto peso y fue mucho más lenta, por lo cual el ninja peliblanco pudo no solo evitar el golpe, sino que golpeó a la maid de Carmilla con un fuerte puñetazo. El sonido metálico dio a entender que sí que le había golpeado, aunque las cuchillas habían atravesado la lata de su rostro y ahora esta botaba chispas. Se veía molesta, pero no pudo evitar aquel fatal golpe. Por su parte, Livia por fin había logrado atacar con Libro, pero esto no fue suficiente, pues el ninja atravesó el tornado (no sin quedar cubierto de purpurina arcoíris) y atestó un golpe contra la maid de cabello bicolor.

Zuri había vuelto al combate. Tal vez porque ahora tenía una maid caballo que cuidar. Esta lo miró cuando le agradeció y el rubor de sus mejillas subió por completo hasta el punto en que el humo salió por sus orejas y se volvió a desmayar de vergüenza. Vaya que era vergonzosa. Por su parte, las dos ninjas sonrieron y repitieron aquel intento de pose épica para atacar al mayordomo en lo que parecía una danza de clones de sombras. El mayordemon tomó firmemente su látigo y lo agitó para golpear, uno a uno, a todos los clones de las ninjas, logrando acabar con los clones de la ninja morada y golpeándola, logrando interrumpir su ataque. Sin embargo, no fue suficiente la velocidad de su látigo castigador para acabar con todos los clones de la líder, quien logró cortar parte de los pantalones de Zuri, dejándolo en ropa interior… y un par de heridas en sus piernas, claro. Ellas parecían buscar más desvestirlo que matarlo… ¿Era el caso?

La ninja pelirroja salió llena cubierta de slime por todas partes y se veía molesta… y mareada después de las sacudidas a las que la sometió Tanya. Entonces, la maid se infló como un pez globo y empezó a disparar agujas a todas partes, contando con la suerte de que algunas de ellas se dirigieron hacia la ninja pelirroja y la atravesaron… aunque luego su figura se deshizo en una nube de humo. Al parecer era un clon de sombra. La verdadera atacó tanto a Morgane como a Tanya, clavando su arma y haciéndole daño a ambas maids. No estaba siendo una batalla fácil en ningún frente y muchas maids parecían estar al límite.

A las palabras de Viviana, Vylnys solo asintió con una sonrisa coqueta y le guiñó un ojo. Ella tomó su bate con firmeza y esperó que la vampiresa atacara a las serpientes, quienes no esperaron para ir por ella, pero logró atravesarlas con sus kunais, lo cual se llevó un gritillo ahogado de su encantador. La dragona aprovechó este momento de debilidad para golpear con todas sus fuerzas a una de las serpientes que iba hacia ella y con esta rápida acción, lanzó la serpiente a la cara de este, haciendo que por poco destrozara su cara. Este gritó - ¡Mi rostro! ¡Mis niñas! ¡Pagarán! – se veía enojado por todo lo que estaba sucediendo… pero más porque habían herido su cara.

El temblor de tierra siguió y de esta salieron algunas momias, junto con unos zombies que se les hacían bastante conocidos. Poco después, emergieron Sphinx la Esfinge y el nigromante que antes Livia había enfrentado. Estos parecían listos a apoyar la pelea. Además, sus ropas habían cambiado por atuendos de una momia sexy para Sphinx la Esfinge y de un renegado para Roger.

- Destrozaron el castillo y con ello mi laberinto. Así que les costará caro -.

- ¡Y lastimaron a Dasatos! ¡A Dasatos solo puedo matarla yo! – la esfinge lo miró sorprendida. Y este le explicó – Es que si no, solo muere y no puedo traerla a la vida como zombie -.

Después de aquel comentario, dos aliados más se unían a la batalla.

Vaya -exclamó con fingida sorpresa mirando a la ninja líder-, parece que alguien quiere el servicio premium. ¿Podrá pagarlo?

No parecía molesto por estar en ropa interior, yendo un paso más allá y viendo cómo la maid caballo caía inconsciente, empezó a lanzar latigazos directos contra la líder, aunque su objetivo más que derrotarla tan fácilmente, era igualar las tornas. Avanzaba paso a paso, firme, mientras con un gesto en su mano aparecía un frasco de gel infinito que sus compañeras ya conocían, aunque no lo abriría aún.

Mientras se encontraba avanzando no sólo de enemigos, sino también de improvisados aliados: un nigromante desconocido y la esfinge... que vaya con esta última, resultaba imponente, más que la última vez. Quizá las cosas estarían un poco más equilibradas ahora.

Ahora elige... ¿quieres que sea suave o duro?

Preguntó, regresando su atención a sus enemigas, aunque hablaba hacia la líder en particular. Su látigo no se detendría, pero tenía más ases sobre la manga y era momento de sacar alguno de ellos.

La pequeña maid alzó un poco el libro, al tenerlo a la altura de los labios sopló con fuerza para que la purpurina restante saliera uniéndose al torbellino. Con una media sonrisa observó como aquella espiral de color iba directa hacia su enemigo, pero claro... ¡¡Lo que no esperaba era que evitase los ataques de aquella manera tan...!! ¡Maldición! Libro parecía molesto también, este observaba inquieto la situación, incluso chasqueó sus dientes, sólo que su portadora intentó calmarlo con algunos mimos en su lomo.- Vamos vamos... Esto sólo ha sido un calentamiento.-Manteniéndolo protegido contra su pecho, Livia observaba. Pero lo que no esperaba era el golpe que la sorprendió. Esta soltó un sensual quejido, se frotó la zona dañada y miró al Ninja con el ceño fruncido, pero sin perder la sonrisa.- Eres un chico realmente malo... Tendré que castigarte.-Apretó algo más a libro y se inclinó coquetamente hacia el enemigo. En ese instante su escote se hizo más visible ¿Acaso intentaba distraer al ninja? ¡Bueno! Una tenía encantos, y no era ilegal.- ¿Estás preparado, querido? -Se mordió el labio y sonrió mientras lo miraba de una manera salvaje. Pero no era como la de un animal desquiciado, si no estaba llena de sensualidad.

Se irguió lentamente y volvió a colocar a libro frente a ella. Aunque en esta ocasión el mismo libro se mantuvo levitando, la vampiresa se llevó un dedo hacia los labios mientras los golpeaba lentamente, pensando que debía hacer.- ¿Prepara...-No terminó la frase, miró al Mayordemon con los ojos ligeramente entrecerrados ¡Pero bueno! ¿Qué era eso de.... Los mofletes de Livia se inflaron un poco a modo de protesta, pero lejos de verse como algo tierno de niña, se vio como algo sensual. Con movimientos lentos cruzó los brazos por debajo de sus pechos, provocando que estos dijesen "Hola aquí estoy".- Chist... ¡De eso nada! Ese servicio me pertenece... -Asomó la lengua de manera divertida.- Guarda ese entusiasmo...-Pese a que lo decía sonriendo, su tono era bastante amenazador. Y es que no bromeaba.

- ¡Libro! -Se giró hacia Libro, el cual soltó un bostezo purpurinoso, el pobre seguía soltando ese polvo brilloso tras su último ataque. Esta intentó ayudarlo sacudiéndolo, pero tras eso sonrió.- ¿Les enseñamos lo que sabemos hacer? -Libro no hablaba, aunque se entendía perfectamente con su portadora. Livia abrió las primeras hojas, pasándolas lentamente, pero tras eso alzó la mano y las hojas empezaron a pasar de manera frenética hasta que se pararon en una de las páginas de hechizos.- ¡¡Me encanta!! -Miró al ninja, le guiñó el ojo con diversión y tras eso pronunció las palabras para activar su poder.- ¡Gran estampida de Guerricornios! 

Pujando con todas sus fuerzas y haciendo sus pequeños tentáculos unos puños, Tanya hizo que muchas agujas salieran disparadas hacia todas partes. Para ese punto, toda la lindura y timidez que caracterizaba a la ahora gran bola azul se había ido por completo, siendo dominada por sus instintos primitivos como monstruo. La ninja la estaba sacando de sus casillas, y más lo hizo al ver que le había dado solo a un clon, para que momentos después tanto Morgane como ella fuesen atacadas. La ninja la partió por la mitad y Tanya perdió su forma. Por un momento, las partes azules de la slime estuvieron desparramadas por el suelo, hasta que poco a poco comenzaron a reunirse, formas partes más grandes y juntarse con las otras. Mientras Sphinx y el nigromante aparecían en escena, la gran bola de slime comenzó a levantarse poco a poco. Aunque esta vez había algo diferente. La lisa bolita ahora se veía rugosa y desagradable, y parecía haber aumentado mucho más su tamaño. No era eso lo único que había cambiado... pues sus ojos también se veían diferentes, así como el tóxico vaho azulado que soltaba por la boca.

Sin duda, ahora se veía de todo menos inocente o tierna, pareciendo más a uno de esos horribles y desagradables monstruos de las aventuras RPG. Parecía estarse derritiendo, sin ser capaz de mantener una sola forma. Empezó a soltar gruñidos salvajes que no tardaron en volverse rugidos, soltando su baba en todas direcciones. Totalmente fuera de sí, empezó a mirar en todas las direcciones. Torpemente, intentó tomar a Morgane con uno de sus tentáculos, aunque no lo logró. Por alguna razón, eso hizo que la slime rugiera más y, sin ninguna clase de miramientos, comenzase a inflarse de nuevo, lista para lanzar más de sus agujas... esta vez apuntando con más ahínco incluso al amo y a sus compañeros.

Al ver el sensual guiño de Vylnys, Viviana enrojeció ligeramente, apartando la mirada un momento para encontrarse al otro lado con la ropa interior de Zuri. La vampiresa se puso aún más roja, pero consiguió controlarse.

- Haberte pensado mejor lo de atacarnos si eras tan delicadito. - le respondió Vivi al ninja de las serpientes, con cierto tono de orgullo al ver que les había salido tan bien - ¡Más sufrirá tu cara por haber apresado a la dama Carmilla!

Y como si eso fuera una amenaza por parte de Vylnys y ella misma, volvió a lanzarse al ataque de las serpientes que pudieran quedar... Porque en algún momento tendrá que quedarse sin ellas, ¿no?

La insinuación de Zuri hacia las ninjas que le atacaban fue tomada por estas de manera poco amigable y la ninja líder solo le miró con asco. Por su parte, la ninja morada vio el recipiente que tenía el mayordomo en sus manos y se alarmó, pensando que tal vez sería peligroso. Por eso, dirigió su ataque rápidamente al demonio, aunque con poco éxito. Este logró protegerse a sí y a su "gel", pero no fue así con el ataque de la líder, quien le hizo una cortada en el pecho sobre sus marcados abdominales y rompió el recipiente para hacer que se esparciera todo su contenido sobre el mayordomo y algo cayó sobre Kateina, quien apenas volvía a reaccionar tras desmayarse. De repente, sus presencias se tornaron tremendamente sensuales, incluso para ambas enemigas que no pudieron evitar deleitarse viendo cómo aquella sustancia viscosa iba cayendo sobre el escultural cuerpo del mayordemon y la maid caballo para así resaltar sus atributos. El mayordemon, aprovechando la distracción de sus rivales, alzó su látigo y logró golpear a la ninja morada. Esta parecía más distraída que su líder, quien había visto venir el ataque e hizo una pirueta hacia atrás para evitarlo.

El libro aún eructaba algo de esa purpurina y un poco se metió en sus ojos, así que ahora estaban irritados y llorosos. Agradeció que su ama soplara su cubierta y se sorprendió por su reacción con respecto a Zuri. Si tuviera cuerpo, habría negado con la cabeza en desaprobación, mas se emocionó cuando su ama le habló para atacar de nuevo. Esta vez... eligió un ataque que le permitiera callar las "bocas" de todos esos libros mágicos de pacotilla y, de un estallo de purpurina, apareció una recua de unicornios de combate listos para pisotear a su enemigo, literalmente hablando. El ninja peliblanco se había embobado tanto viendo a Livia actuar de esa manera tan sexy que no pudo prever el ataque posterior de M.A.Y.A., quien cortó su intento de escape y lo lanzó con su enorme martillo justo frente a los guerricornios de la vampiresa/guerrera mágica. Estos, sin piedad alguna, caminaron sobre el ninja peliblanco y lo aplastaron mientras dejaban un hálito de arcoíris a su paso. El ninja peliblanco había sido abatido.

Tanya había perdido el control de sí misma y ahora... aquella adorable bolita de slime se había convertido en un abominable y gelatinoso monstruo de slime que ahora disparaba sus agujas por doquier, amenazando con esto la integridad de sus compañeros y amo. Vlad intentó razonar con ella, pero sus palabras cayeron en oídos sordos y la slime intentó agarrar a Morgane con uno de sus brazos tentáculos. Afortunadamente, la sirena pudo zafarse fácilmente y salió a abrazar a Tanya para sujetarla por la "espalda" y empezar a cantar una canción de cuna bastante relajante a la enfurecida maid para, poco a poco, calmar su ira y liberar todo ese enojo que había acumulado durante la batalla. Acariciaba su gelatinosa superficie y, como si fuera moldeada por esta, Tanya recuperaba su sexy forma humanoide, al igual que el control sobre sus acciones. Sin embargo, la ninja pelirroja, molesta de que estuviera siendo ignorada, disparó dos kunais hacia ambas maids, golpeándolas de lleno. Morgane cayó al suelo fuertemente por la altura de Tanya y su semblante cambió. Se veía bastante molesta, pero... su color de cabello se tornó en un verde oscuro y sus ojos plateados brillaron casi tanto como los del amo.

- Eso no es bueno - dijo M.A.Y.A. al ver la escena -. Es Dark Morgane... - ¿y qué quería decir con ello? Bueno, no tardarían en averiguarlo. El broche de estrella se tornó negro, así como las partes blancas de su uniforme y "Dark Morgane" se abalanzó sobre Tanya.

Para ser tan pequeña, había saltado muy alto y, aunque parecía que fuera a atacar a la slime, lo que en verdad empezó a hacer fue a lamer su rostro y sujetar sus... atributos gelatinosos para jugar con ellos de manera bastante lasciva. Luego dijo con un tono de voz mucho más agresivo que el que solía usar, pero también cargado de lujuria - Te he estado observando de cerca, Tanya-chan. ¡Eres tan linda que no puedo evitar hacer esto! Tanya-chan... - y eso tal vez mostraba por qué era una amiga de la infancia de Carmilla.  

Vylnys suspiró al ver eso - Esto siempre pasa cuando Morgane-chan acumula demasiado estrés, pero... ¿por qué en un momento tan inoportuno? - y entonces, vio el enrojecimiento en las mejillas de Viviana. Puso sus manos sobre sus hombros y le dijo al oído suavemente - Te ves linda cuando estás avergonzada, Vivi-chan. Quisiera devorarte ahora mismo - y soltó una risilla que sonó bastante sensual.

Aunque tal vez no fue el mejor momento para hacer eso, pues una serpiente salió volando hacia la maid dragona, alcanzándola y mordiendo su hombro, aunque parte de su cuerpo golpeteaba los... huesos de la clavícula de Vylnys, haciéndola quejarse de manera bastante sensual. Tanto así que la misma serpiente la soltó sonrojada. ¡¿Acaso todas las maids estaban locas?! Esta distracción fue aprovechada por Viviana, quien cortó a la mitad las serpientes que se dirigían hacia ellas, aunque el ninja parecía seguir invocando más de manera infinita. ¿De verdad podría acabar con todas? El ninja serpiente miró a Viviana con enojo y le dijo - Pues esa tal Carmilla no parece que quiera ser liberada - afirmación acompañada por las expresiones de placer que esta aullaba cuando sentía que las serpientes la torturaban más.

Roger y Sphinx la Esfinge se unían a la batalla también, aunque algo enojados de que su entrada épica hubiera sido ignorada... Sobre todo Roger, claro. Ambos dirigieron su horda de muertos vivientes hacia la ninja pelirroja, esperando que esta cayera víctima de ellos, pero esta logró saltar hasta treparse de un candelabro donde la familia de arañitas se estaba escondiendo de la batalla. Pobrecillas. Su hogar había sido amenazado en más de una ocasión. Desde esa altura la pelirroja les lanzó dos kunais que resultaron clavándose en el hombro de cada uno. Los dos la miraron enojados y asintieron mirándose a la vez. Uno a uno, las momias y los zombies empezaron a montarse unos sobre otros para crear lo que parecía un monstruo gigante hecho de cuerpos. ¿Qué tenían pensado hacer?

- Creo que este es el fin - dijo Vlad, pero no sonaba precisamente contento.

Aquel ataque de la líder sobre sus bien definidos abdominales y el vial de aceite podría marcar, a ojos del demonio, una clara respuesta a la pregunta que le había dado. Empezó a reír mientras el líquido viscoso recorría su cuerpo y el de la maid caballo, si bien le dedicó medio segundo a aquellos atributos, deslizó una mano por el propio torso hasta detenerse en donde la cintura empezaba a dejar insinuar el hueso a través de los músculos. Sus ojos fueron directos a Livia por un momento, justo tras aquel ataque que había lanzado, y le guiñó un ojo pleno de confianza.

Envolviéndose en oscuridad apareció todo lo enorme que era frente a la líder de los ninjas, resultaría fácil confundirlo con alguna especie de gigante.

Has decidido el camino del pecado -sonrió, sus ojos azules parecían estar escudriñando el alma de su oponente-. Yo te liberaré de las cadenas del deber -se relamió, la mano libre recorrió su rostro para acariciarse los labios-. Sé mía y alimentaré los anhelos de tu alma, sea la ira para acabar con mis enemigos, la gula para satisfacer tus deseos -le ofreció el dedo que había rozado sus labios instantes antes- y si te portas bien, quizá sacie tu sed de lujuria.

Los ojos del astado brillaron con aquella oferta. Estiró la mano que tenía en la cintura para tomar la de la líder de los enemigos y colocarla sobre su ahora brillante torso. El comportamiento del que ostentaba el cargo de mayordomo era más similar al de un amo que buscaba una nueva doncella a su servicio, pero si existía la lejana posibilidad de que fuese el príncipe del infierno aquello no era tan raro ¿verdad?

Fuera de sí, Tanya estaba buscando atacar a cualquiera que estuviera en su camino. Sus instintos como monstruo se habían desatado, y ni siquiera escuchaba al amo, a quien empezó a atacar con sus agujas apenas este se dirigió a ella. De muy mal humor, rugía y movía erráticamente sus tentáculos, mientras su propia baba de slime se escurría por su boca mientras buscaba a quién devorar. Fue en ese momento que un suave tacto se abrazó a ella y unas amables ondas sonoras hicieron vibrar su gelatinoso cuerpo. La monstruosa slime se detuvo, y sintiendo sus sentidos adormecidos poco a poco recuperó la claridad, y con ello su forma sexy... aunque por un momento quedó desnuda. Sin embargo, al instante, su salvaje ropa de dominatrix emergió de su interior, cubriéndola.

Como si se estuviera quedando dormida por lo relajada que estaba, apoyó parte de su peso en Morgane y dejó que la sirena la acariciara como si fuese un pequeño gatito. Así pudo haberse quedado de no ser porque la entrometida ninja las interrumpió. Tanya soltó un pequeño chillido y retrocedió, viendo cómo Morgane caía al suelo. El kunai de la ninja fue expulsado de su cuerpo, y Tanya se volvió hacia Morgane, un poco molesta de nuevo por la ninja, pero más preocupada por la maid de Carmilla.

—¿Mo-Morgane? —dijo, sin saber qué sucedía, cuando la maid de repente cambió. Lo que no esperaba es que le saltara encima tan ágilmente, lamiendo su rostro de esa forma y manoseándola. Tanya soltó otro chillido, seguido de quejidos que parecían más bien gemidos que otra cosa. La slime parecía domada por la sirena, retorciéndose por sus caricias. ¿Morgane se había vuelto mala? ¡Era como Carmilla! Con algo de esfuerzo porque no quería realmente que la maid se detuviera, la rodeó con sus brazos y hundió la cabeza de la maid en sus pechos, impidiendo que así se moviera. ¿Aunque de verdad lo hacía solo por eso?— ¡E-Eso no se hace! ¡Morgane no debe ser como la señora Carmilla! ¡Eres una niña mala!

- No no no...-Negó con uno de sus dedos lentamente mientras veía la situación. La verdad era que pintaba... Difícil para ellas pese a la baja del Ninja peliblanco. Cómo se atrevían a hacer daño a su familia, ellas eran las protectoras de los amos. Ellas debían dar su vida si era necesario. Y Livia se negaba a que nadie tocase el fabuloso, increíble, magnífico cuerpo del Señor Vlad ¡¡Era de ella!! Y no había discusión posible en aquello.- Estáis siendo unos chicos, muy muy malos... Y voy a tener que castigaros duramente.-Se mordió el labio de manera coqueta mientras retiraba su larga trenza hacia atrás, dejando que esta descansase sobre la piel desnuda de la espalda.- Os arrepentiréis, os lo aseguro...

Su mirada iba de un lado a otro, buscando su objetivo. Pese a la preocupación que sentía por sus compañeras, debía mantenerse firme ¡Muy firme! ¿Acaso era líder? No, claro que no. Vio como dañaban de nuevo a Vyls-Vyls, lo que provocó que los ojos de la vampiresa brillasen llenos de ira.- ¡¡TÚU!! -Libro estaba lleno de energía, deseoso por volver a la acción tras aquel magnífico ataque de guerricornios.- ¡Adelante Libro! - Nuevamente empezó aquella danza de hojas, pasaban rápidas y sobre el rostro de la Vampiresa/guerrera mágica se dibujó una divertida sonrisa. Le encantaba jugar, demasiado...

- Gran elección, mi querido compañero...-La joven se inclinó sobre el libro y susurró las palabras para después soplar. Activando así su poder.- Lluvia de Narvales caníbales ~

La joven señaló entonces a la enemiga de Vivi y Vyls-Vyls.- ¡Cuidado que muerden! -Dijo con un tono seductor mientras se llevaba una de sus manos hacia la mejilla de manera coqueta.